Jun 18, 2011 04:06
Hoy estoy romanticona y boba. Albiol se ha casado y todo ha sido muy bonito, con las niñas y con Arbeloa y Carlota, que son la pareja más maravillosa de la historia, y me han entrado muchas ganas de casarme.
Ganas de casarme tengo siempre, pero ahora tengo ganas de estar casada. Tener una relación de esas que ya se han vuelto rutinarias, en las que conoces a la otra persona mejor que a ti mismo. Todo el proceso de llegar hasta allí siempre me ha parecido un coñazo y muy estresante, tener que pensar qué decir y cómo decirlo en cada momento, descubrir a alguien y esperar a que él me descubra. Yo quiero tener a alguien que me toque el pelo mientras vemos una serie, o que sepa cuándo tiene que hacerme reír para evitar un ataque de ira maligno, o que no me quiera coger de la mano cuando hace calor. Que no espere que le diga que le quiero, pero que me deje esconderme en sus brazos durante veinte minutos en silencio sin pensar que soy una desequilibrada mental.
Uno que me mire como Andrew mira a Jesse, como si yo fuera lo mejor desde el café instantáneo.
Ains. No sé, ¿dónde encuentro un marido? Uno al que remendarle los calcetines y coserle los botones de las camisas, que planche y recoja el lavavajillas, que me saque a cenar aunque sea un kebab, que me traiga horchata de Alboraya y me pida que le pele una naranja después de comer.
mundo real,
tuai es lo peor,
marujeos