Title: Panes of frosted Glass
Author: Enolha
Pairing: Siwon/Hangeng
Length: 4,258 palabras
Raiting: PG
Genre: Humor con un poquito de angst... Ok, mentí, es angst con un poquito de humor.
Disclaimer: fuck yeah they're mineNO
Summary: Siwon es un jugador. Hankyung es un solitario. Heechul... Heechul tiene grandes planes para ellos.
Warnings: --
A/N: Pues, bueno... ME VOY DE VACACIONES POR UNA SEMANA!!!! Por eso, antes de irme, pasé a dejarles este shot. Es la primera parte de una mini-serie de oneshots (3 shots máximo); las demás partes, ni idea de cuándo estarán. Aunque no les guste Super Junior, sería lindo si pudieran leer y decirme que les parece ^^
por cierto..... UNNIEEEE!!! Nos vemos el próximo domingo!!!!
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-¿Cuál era su nombre? -soltó Heechul de pronto en medio de la comida. Siwon volteó a verlo enarcando una ceja.
-¿El nombre de quién? -preguntó el menor luego de pasar el bocado que masticaba.
-De la persona que te rompió el corazón.
En los casi tres años de amistad que los unían, Heechul había llegado a esa conclusión. No podía haber otra razón por la que alguien como Siwon se comportara de la manera que lo hacía, ¿o sí?
Choi Siwon se había ganado a pulso el título de Casanova. Jamás se involucraba con nadie más allá de una noche de desenfreno. Hombres o mujeres, daba igual; lo importante era que pudieran satisfacer sus deseos por ese momento, después ya no eran su problema. Heechul no quería ni pensar en la cantidad de ilusiones rotas que el menor había dejado a su paso, siempre detrás de él como su propia sombra.
Al principio, Heechul pensó que era simplemente “síndrome de príncipe” lo que impulsaba a Siwon a tener ese comportamiento. Pensaba que el menor se creía superior a los demás y que pensaba que nada ni nadie lo merecía debido a su extraordinaria posición social; que lo único que llenaba a Siwon era soberbia y arrogancia. Sin embargo esa idea la desechó rápidamente con sólo unos pocos días de conocerlo.
Siwon era el ejemplo viviente de un perfecto caballero, en toda la extensión de la palabra. Se desvivía en atenciones a los demás y estaba siempre dispuesto a ayudar. Hablaba de una forma educada y respetuosa, nunca juzgaba a nadie por las apariencias, no tenía discriminaciones y siempre sonreía. Excepto por su extraña fijación a hacer grandes gestos con las manos al hablar, Heechul no podía ver un defecto en él.
El problema con Choi Siwon parecía ser que le aterraba comprometerse, o más bien, involucrarse en una relación con alguien, arriesgarse. Y eso, en la lógica de Heechul, sólo podía significar “Decepción Amorosa”. Sólo una persona que había sido lastimada anteriormente tendría tanto miedo de ser herido de nuevo, al punto de que prefería pasar el resto de su vida sólo con compañeros ocasionales.
Siwon lo miró fijamente sin decir nada por unos segundos, luego sonrió de una manera que (según la opinión de Heechul, si alguien le preguntaba) era demasiado amplia como para ser real. El mayor arrugó el entrecejo sin darse cuenta.
-No sé de qué estás hablando, hyung -contestó el menor encogiéndose de hombros y volviendo su atención a la comida en silencio. De no haber sido porque estaban en un restaurante Heechul lo hubiera cacheteado un par de veces ahí mismo.
-Si tú lo dices.
Ambos guardaron silencio por un rato, cada uno perdido en sus propias cavilaciones. Ese silencio no duró mucho, sin embargo, ya que Heechul no era la clase de persona que acepta una derrota con facilidad. Volteó sus ojos hacia Siwon de nuevo y lo miró como si tratara de atravesarlo de parte a parte.
-Mira, si no quieres decirme, allá tú. Pero no puedes esperar que me quede cruzado de brazos viendo cómo te destruyes poco a poco. Ni se te ocurra negármelo, Choi Siwon -dijo Heechul, apuntando a Siwon con un dedo cuando el menor abrió la boca para protestar-. Sé muy bien que hacer lo que haces te pesa demasiado. Sé que después de cada noche la culpa te supera. Recuerda que te conozco mejor que nadie.
-¿Qué estás planeando, Heechul? -preguntó Siwon dando un suspiro derrotado y cerrando los ojos con cansancio. Sabía perfectamente que una vez que Kim Heechul decidía hacer algo, lo más sabio (y lo mejor para tu integridad física) era seguirle la corriente.
-Quiero que conozcas a alguien -respondió el mayor con una sonrisa victoriosa-. Quiero presentarte a un amigo mío.
-Estás bromeando, ¿verdad? -dijo Siwon mirándolo con incredulidad. Heechul sonrió aún más ampliamente mientras negaba con la cabeza-. ¿Y qué te hizo pensar que necesitaba tu ayuda para conocer a alguien?
-No te confundas, Siwon- habló Heechul endureciendo fieramente su mirada-. No te lo presento para que sea un número más en tu lista. Si te atreves a lastimarlo o usarlo de cualquier forma, pues… me conoces lo suficiente como para saber, ¿verdad?
Siwon no dijo nada más porque sabía que Heechul hablaba en serio. A pesar de parecer frío y preocupado sólo por sí mismo, cuando se trataba de sus seres queridos, Heechul sería capaz de cualquier cosa por protegerlos; algo que había aprendido a la mala en el pasado.
Resignándose a su destino, Siwon suspiró de nuevo y miró al mayor a los ojos.
-Bien, ¿cuándo voy a conocerlo?
-Sabía que aceptarías -dijo Heechul sonriendo triunfalmente-. Sólo espera a que lo conozcas, él es perfecto para ti. Tienen tantas cosas en común que hasta da miedo. Hasta sus diferencias se complementan. Además, él tiene todo lo que necesitas, y tú lo que a él le hace falta.
-Como sea -respondió el menor rodando los ojos-. Pero no me has dicho cuándo se supone que nos presentarías.
-Lo haré en cuanto llegue.
-¿En cuanto llegue? -preguntó seriamente enarcando una ceja. Heechul al menos tuvo la decencia de verse un poquitito culpable.
-Pues… tal vez lo haya invitado a comer con nosotros.
-¡¿Te pusiste de acuerdo con tu amigo para forzarme a una cita a ciegas?! -preguntó Siwon con incredulidad.
-Él tampoco lo sabe -respondió el mayor bajando la voz y desviando la mirada-. Lo invité a comer… y le dije que sólo seríamos él y yo.
-¡Hyung!
-¿Qué? Él es igual o más terco que tú, y se ha negado rotundamente a ir a una cita a ciegas; y eso que “accidentalmente” -dijo Heechul haciendo comillas aéreas- omití decir tu nombre para evitar que tu mala fama arruinara las cosas en el caso de que haya oído hablar de ti, aunque creo que eso no ha pasado.
Siwon rodó los ojos como siempre hacía cuando Heechul mencionaba algo sobre su estilo de vida, lo cual era a cada momento.
-Como tú digas. Pero por lo menos me dirás su nombre, espero.
-Bueno, él es extranjero, así que no tengo ni idea de cómo pronunciar su nombre real -admitió el mayor tallándose la nuca-. Pero su nombre coreano es Hankyung.
-¿Hankyung? Que nombre tan raro.
-Ni se te ocurra decirle eso a él -dijo Heechul y Siwon volvió a rodar los ojos.
-¿Y crees que se tarde mucho? Yo tengo una vida aparte, ¿sabes?
Ahora fue Heechul quien rodó los ojos por el comentario del menor.
-Espero que no. Se supone que a estas alturas ya-¡KYUG-AH! -gritó Heechul de repente poniéndose de pie y agitando la mano vigorosamente.
El escándalo provocó que muchas personas desviaran la vista hacia las puertas del lugar, por donde un atractivo joven acababa de entrar y le sonreía dulcemente a aquel que lo saludaba.
-Hyung -dijo el recién llegado con una voz suave parándose junto a Heechul. Parecía que no había notado a la otra persona sentada a la misma mesa-. Perdón por llegar tarde, la práctica tardó mucho más de lo que pensé. ¿Estuviste esperando mucho?
-No mucho, no te preocupes -respondió Heechul mientras veía de reojo a Siwon.
El menor miraba a Hankyung fijamente con los ojos muy abiertos y la boca ligeramente entreabierta también. Sus mejillas tenían un ligero y casi imperceptible tono rosa, tan suave que solamente Heechul pudo haberlo detectado. Cuando Siwon comenzó a recorrer al extranjero con la mirada, Heechul sonrió por dentro, mientras se felicitaba mentalmente por haber tenido razón, otra vez.
-Cierra la boca, niño -dijo Heechul, girándose para ver directamente al menor. Siwon de inmediato obedeció y parpadeó un par de veces, pasando la vista de Heechul a Hankyung una y otra vez-. Siwon, te presento a mi amigo Hankyung. Kyung-ah, él es Choi Siwon.
Hankyung tenía la vista fija en la mesa y su sonrojo era mucho más notorio que el del menor. Heechul observó divertido cómo su amigo se había intimidado sólo con una mirada de Siwon. Después de dudar un poco, Hankyung hizo una leve reverencia aún sin levantar la vista.
-Mucho gusto, Choi Siwon-sshi.
-Igualmente -respondió el menor apenas.
-¡Pero qué reunión tan alegre! -dijo Heechul, obviamente divertido por las reacciones de sus donsaengs-. Bueno, Hankyung, no te quedes ahí parado. Siéntate a comer con nosotros.
Hankyung abrió la boca para protestar, pero Heechul no lo dejó ni hablar siquiera y lo forzó a sentarse en la silla junto a la de él. Durante un momento nadie dijo nada, ni siquiera Heechul, muy ocupado como estaba en ver cómo los otros dos hacían un esfuerzo sobrehumano para ignorarse mutuamente, prefiriendo fijar su vista en cosas mucho más interesantes, como el (inexistente) estampado de los manteles.
-Kyung-ah -dijo al fin el mayor-. Perdona que hayamos comenzado sin ti, pero este chico -agregó señalando acusatoriamente a Siwon- no dejó de molestarme hasta que ordenamos.
-Está bien, Xi Che -respondió Hankyung con una sonrisa hacia el mayor.
Por el rabillo del ojo Heechul pudo notar cómo Siwon arrugaba un poco el entrecejo y pasaba la vista repetidamente de Hankyung a Heechul, para luego darse cuenta de lo que hacía y optar por mirar por las ventanas hacia la calle.
-Bueno, Hankyung -comenzó el mayor-. Te pedí que vinieras por un motivo.
-Hyung -advirtió Siwon.
-Tú no opines; no es que sea algo de tu incumbencia -respondió el mayor rodando los ojos y cruzando los brazos. Siwon lo miró con incredulidad, pero Heechul sólo sonrió de lado, de esa manera tan característica de él.
-¿Hyung? -preguntó Hankyung, llamando la atención de los otros dos, que en ese momento se encontraban en medio de una batalla de miradas.
-¡Oh, cierto! -dijo Heechul, recordando de pronto lo que se había propuesto hacer-. Pues verás, Hankyung; quiero que salgas con mi amigo Siwon, aquí presente.
Heechul habló en un tono lleno de finalidad, como si diera por hecho que sus palabras fueran una orden para los otros. Siwon abrió los ojos de la sorpresa por la manera directa del mayor al decir semejante cosa. Hankyung parpadeó un par de veces, como incapaz de entender lo que acababan de decirle. Cuando las palabras por fin pudieron registrarse en su cerebro, abrió los ojos enormemente. Trató de hablar, pero el coreano se le atoraba en la garganta y sólo fue capaz de pronunciar algunos balbuceos incoherentes, lo que junto a su marcado sonrojo hacían la vista más adorable del mundo, según Heechul.
-Antes de que digas nada -habló el mayor de los tres-, déjame decirte que esto lo hago por ustedes dos.
Ante la repentina seriedad de Heechul, tanto Hankyung como Siwon guardaron silencio y fijaron su vista en él. Al notar la atención de los dos menores, Heechul continuó.
-Siwon… Puede no parecerlo, pero yo sé que está lastimado. Él sigue negándolo, pero se le olvida que lo conozco demasiado bien y que a mí no puede engañarme. Es como si su corazón se hubiera cerrado; como si hubiera dejado de creer en el amor. Algo, o más bien, alguien le arrebató esa confianza. Alguien le hizo tanto daño, que rompió para siempre sus ilusiones.
Heechul guardó silencio un momento para observar a sus dos mejores amigos. Hankyung veía a Siwon con una mirada indescifrable, pero principalmente compasiva; Siwon tenía la cara agachada y los ojos cerrados, y una sonrisa de lado un tanto amarga se fijó en sus labios.
-Y tú, Hankyung -habló de nuevo el mayor. Siwon volteó a ver al extranjero, al mismo tiempo que Hankyung desvió la vista hacia Heechul-. Tú sabes que el amor es real, porque lo conoces, se nota en tus ojos. Tú has visto al amor cara a cara, pero es como si te negaras el derecho a sentirlo. Como si no creyeras merecer sentir amor de otra persona.
Heechul dejó de hablar y se dedicó a observar a los dos menores frente a él, calculando qué tan profundamente les habían afectado sus palabras. Ambos seguían alejando sus miradas lo más tercamente posible uno del otro, pero parecía que, al menos, se daban el tiempo para pensar las cosas seriamente. Pasaron varios minutos de silencio casi total, sólo interrumpido por los murmullos de las conversaciones de otros clientes. Al final Heechul suspiró y sonrió, intentando cambiar el tema para aligerar un poco el ambiente.
-Pero en fin -dijo de repente, sobresaltando a los dos menores-. Es mejor si pasamos a temas más agradables, ¿no? Entonces, ¿para cuándo será la primera cita?
-Xi Che…
-¡Me encanta cuando hace eso! ¿A poco no es adorable, Siwon? Con su acentito y toda la cosa. Más te vale que lo cuides, ¿me oyes? Porque si no, ya sabes que-
-Hyung -interrumpió Hankyung-. No creo que esto sea una buena idea, lo siento. Será mejor que me vaya.
Heechul ni siquiera tuvo tiempo de contestar, cuando Hankyung ya se había puesto de pie y comenzado a alejarse, no sin antes hacer una leve reverencia a Siwon. Heechul suspiró por lo que le pareció la millonésima vez ese día.
-Este niño, de verdad no entiende -dijo Heechul volteando a ver a Siwon. El menor miraba fijamente la puerta por donde acababa de salir el extranjero. La expresión de sus ojos era dura y había arrugado otra vez el entrecejo-. ¿Dolido de que te rechazara?
-¿Qué? -preguntó Siwon, volviendo la vista al mayor.
-No deberías sorprenderte tanto. ¿Sabes que rechazó a Kim Jaejoong? ¡Kim Jaejoong! El único hombre que es considerado más deseado que tú. Y mira que ese chico lo intentó de veras. Pero de verdad pensé que sería diferente contigo.
-Lo dudo -dijo Siwon secamente.
-¿Qué se supone que signif-¡Yah, pabo! -soltó el mayor mientras se agachaba a levantar algo del suelo-. El distraído ese ni siquiera se dio cuenta que dejó caer su celular. Ahora voy a tener que llevárselo -agregó mientras se ponía de pie.
-Yo lo hago, hyung -interrumpió el menor poniéndose de pie y quitándole el aparato de las manos-. No es necesario que tú te canses… Además, yo corro más rápido.
Heechul soltó un bufido de indignación, pero Siwon logró alejarse antes de que el mayor pudiera cobrar venganza.
-¡Yah, Choi Siwon! ¡Ya verás cuando te atrape!
Pero Siwon ni siquiera lo escuchó, porque ya había salido del restaurante.
Apenas cruzó las puertas, el aire frío del invierno coreano lo golpeó en la cara, agudizando aún más sus sentidos. Recorrió con la vista ambos lados de la calle en busca de una figura en particular. Algunos segundos después encontró lo que buscaba, y sus piernas se movieron casi por voluntad propia hacia el hombre que se alejaba lentamente.
Poco después se encontró justo detrás de él y llevó la mano hasta su hombro, evitando que siguiera, a la vez que lo hacía girarse; si Siwon usó un poco más de fuerza de la necesaria, no se dio cuenta en ningún momento.
Hankyung lo miró fijamente con los ojos muy abiertos, sorprendido tal vez por la repentina intromisión a su espacio personal. Siwon respiraba rápidamente, su pulso estaba ligeramente acelerado debido a la pequeña carrera, y tal vez también a otra cosa diferente; su mano aún aferraba el hombro del extranjero. Cuando Hankyung se recuperó de la sorpresa, fijó la vista en el suelo, obviamente evitando ver a Siwon directo a los ojos.
-Tú… -comenzó el menor.
Hankyung agachó aún más la cabeza al escuchar la voz del otro. Siwon endureció su mirada sin notarlo. Soltó un último suspiro profundo que terminó por calmar del todo su respiración.
-Dejaste caer tu celular en el restaurante -dijo, extendiéndole dicho aparato.
-Oh… -dijo Hankyung aún sin levantar la vista.
Poco después alargó la mano hasta tomar su celular. Cuando lo hizo, sus dedos rozaron suavemente los de Siwon, y Hankyung alejó su mano rápidamente, casi dejando caer de nuevo su celular. Siwon arrugó el entrecejo. La mano que sostenía el hombro del mayor bajo lentamente hasta caer a su costado.
-Muchas gracias, Choi Siwon-sshi -dijo con una reverencia. Después de dudar un poco, dio media vuelta y comenzó a alejarse.
Siwon lo observó por unos segundos sin decir nada. Su mente le decía que se retirara, que era mejor dejar las cosas por la paz, pero algo dentro de su pecho pedía otra cosa. Al fin, Hankyung no dio más de tres pasos en la dirección contraria, cuando el menor habló de nuevo.
-¿Así es como serán las cosas?
Hankyung se detuvo en seco al escuchar las palabras de Siwon, pero no se giró para mirarlo. Un par de segundos de silencio pasaron antes de que el mayor pudiera encontrar su voz otra vez.
-¿Perdón? -dijo apenas audiblemente. Siwon soltó un suspiro que sonó más cansado que otra cosa. Miró de nuevo al mayor mientras su mirada se endurecía poco a poco.
-Dije -habló de nievo con cierto tinte de molestia en la voz-. ¿Así es como serán las cosas ahora?
-Yo… -comenzó Hankyung girándose poco a poco para ver al menor-. Yo… no quiero hablar de eso.
-¿Ah, no quieres hablar? -soltó Siwon con la voz cargada de ironía y cierto resentimiento-. ¿Y de qué no quieres hablar? ¿Eh, Hangeng? Al menos me puedes responder eso, ¿no?
-Siwon…
-¡¿De qué no quieres hablar, uh?! -dijo ya alzando la voz-. ¿De qué, Hangeng? ¿De cómo me destrozaste el alma en China?
Hankyung no dijo nada, pero respiró profundamente y cerró los ojos. Siwon lo veía fijamente con una expresión dura, tenía los puños apretados y sus brazos temblaban a sus costados al tratar de contener su enojo. Ver de nuevo al hombre frente a él había removido viejas sensaciones que había creído olvidadas hacía mucho tiempo.
-Shi Yuan…
-No -dijo secamente el menor. Sus ojos comenzaron a arder y enrojecerse al escuchar ese nombre, y su mirada se endureció aún más-. No me llames así. No tienes ningún derecho de llamarme así.
Siwon respiraba con dificultad. Su mente trabajaba a mil por hora sin siquiera detenerse a pensar en una cosa en particular. Todas las emociones embotelladas en él se revolvían en su interior, provocándole una sensación de náuseas casi insoportable. Luchaba frenéticamente contra las lágrimas que trataban de abrirse paso, reacio a mostrar debilidad frente al otro.
-¿Por qué, Hangeng? -preguntó al fin, y se sintió orgulloso de que su voz no se quebrara-. Sólo quiero que me digas por qué.
Hankyung soltó un suspiro, pero no dijo nada. Sus ojos siguieron obstinadamente cerrados. Siwon sentía la frustración crecer y superarlo a pasos agigantados. Los temblores de sus brazos se extendieron por todo su cuerpo. La frustración dio paso al enojo y éste a la ira en cuestión de segundos. Su vista estaba nublada a causa de la humedad, pero parpadeaba frenéticamente para evitar las lágrimas.
-¡Contéstame, con un carajo!
Su voz había sonado extraña, aún a sus propios oídos. Pudo notar cómo Hankyung dio un sobresalto, pero no obtuvo más respuesta que el silencio. Dejó escapar una débil risa que no tenía el más leve rastro de humor. La gente en la calle les lanzó miradas extrañas, pero Siwon las ignoró totalmente.
-Te pareció divertido, ¿verdad? Te pareció entretenido jugar con las emociones de un niño para el que lo eras todo.
Pudo notar cómo Hankyung apretaba la mandíbula, al tiempo que sus manos se cerraban fuertemente en puños rígidos, hasta que sus nudillos se volvieron blancos.
-¿Cómo demonios pude quererte? -dijo Siwon, y no pudo evitar que su voz temblara levemente-. ¿Cómo demonios pude creer que yo era algo importante para ti?
-Tienes derecho a odiarme -habló por fin el mayor, si bien en un susurro.
-¿Odio? -respondió Siwon-. No, el odio no alcanza para describir lo que me provocas. No sólo te odio, Hangeng. Te desprecio.
Hankyung agachó la cara, pero siguió sin abrir los ojos. La tensión que los rodeaba era tal, que hasta la gente evitaba pasar cerca de ellos. El silencio se extendió unos momentos, sólo interrumpido por las respiraciones rápidas y superficiales de Siwon, y las lentas y acompasadas de Hankyung.
-¿Para ti fue muy fácil, no? -habló de nuevo el menor de los dos-. Probablemente hasta te alegraste. ¿Pero tienes idea de lo que yo sentí? No lo creo. No sabes lo que me dolió que de pronto desaparecieras. No te imaginas siquiera lo que es sufrir por amor. Pero cómo vas a saber, si no tienes ni la más mínima idea de lo que es el amor.
-¡Cállate!
Siwon sonrió de lado al escuchar el grito del extranjero, satisfecho de haber conseguido la respuesta que esperaba: la furia. Siwon se preparó para atacar al mayor sin consideración alguna, pero Hankyung abrió entonces los ojos, y las palabras que Siwon pensaba decir murieron en su garganta aún antes de formarse. Los ojos del mayor estaban enrojecidos y anegados en lágrimas. Había tanto dolor reflejado en esa mirada, tanto sufrimiento, tanta decepción, tanta empatía, tanto… tanto amor.
-¿Tú qué sabes lo que yo sentí? ¿Qué sabes lo que tuve que soportar?
La voz temblorosa y entrecortada de Hankyung removió los cimientos de la ira que Siwon había creado. Los muros que lo habían protegido y aislado por tanto tiempo comenzaron a estremecerse y caer poco a poco. Miraba fijamente a Hankyung, no sabiendo si trataba de descifrar su mirada o de grabar sus facciones profundamente en su memoria.
-Tú no sabes nada de mí. Nada. Y eres tú quien no tiene derecho de hablarme de esa manera.
-Han-
-No digas mi nombre -susurró apenas el mayor, interrumpiéndolo. La primera lágrima resbaló por su mejilla, dejando una marca profunda y húmeda en el corazón de Siwon.
Hankyung volvió a cerrar los ojos y comenzó a respirar profundamente, tratando de calmar la ola de emociones. Siwon dio un paso incierto hacia adelante, pero Hankyung de inmediato dio uno hacia atrás, manteniendo la distancia entre ellos. El menor extendió una mano hasta que sus dedos rozaron la mejilla del mayor. Hankyung dejó escapar un sollozo, y Siwon sintió que algo dentro de él se quebraba un poco.
-Hannie…
Hankyung de inmediato alejó su cara de la caricia y abrió los ojos. Su mirada era fría e indescifrable, un duro contraste de la mirada de hacía unos momentos. Siwon lo miró en shock sin saber qué pensar al respecto.
-Sí, para mí fue fácil -respondió el mayor fríamente. Sonrió de lado y su mirada y su voz adquirieron un tinte despectivo-. ¿De verdad pensaste que lo que pasó fue algo importante, algo especial? Déjame decírtelo de una vez. Lo que pasó en China no fue nada, ¿entiendes? Nada importante. Será mejor que te metas eso en la cabeza. Tú no eres, fuiste, o serás nada para mí.
Ahora era Hankyung quien miraba a Siwon con odio en los ojos. Cualquier rastro de debilidad o inseguridad de había evaporado de su ser. Por un momento pareció que su mismo enojo había ahogado las palabras de su garganta.
-Espero que al menos lo hayas disfrutado -habló de nuevo el mayor cuando pudo controlarse. En ese momento su expresión burlona se transformó en una completamente indiferente-. Muchas gracias por traerme mi celular. Si me disculpa, debo irme. Fue un gusto conocerlo, Choi Siwon-sshi.
Hankyung hizo una reverencia leve y dio media vuelta comenzando a alejarse. Siwon abrió la boca, pero ningún sonido salió de su garganta. Su pulso se había acelerado por alguna razón y su mirada parecía perdida, no viendo ningún punto en particular. Dentro de su mente se revolvían mil pensamientos distintos, pero siempre parecían regresar a las mismas preguntas.
¿Por qué Hangeng había actuado como si no lo conociera? ¿Qué demonios hacía Hangeng en Seúl, en primer lugar? ¿Por qué no se defendió de ninguna de sus acusaciones? ¿Por qué no lo atacó también? Pero sobre todo, ¿por qué Hangeng parecía tan triste? ¿Por qué sus ojos lo habían mirado de esa manera?
¿Qué demonios había pasado para que Hangeng desapareciera de su vida tan de repente?
Es verdad que al final Hankyung había dicho esas cosas por demás hirientes, pero Siwon estaba casi seguro de que esa vulnerabilidad de al principio no era mentira, no podía ser mentira. Había pasado tantos años fermentando ese odio hacia el otro, pero había bastado sólo una mirada para que sus viejos sentimientos renacieran, cual ave fénix, de las cenizas.
Siwon tenía dos opciones: ignorar todo y seguir odiando a Hankyung, o tratar de descubrir la verdad. Pero, ¿de verdad podría ignorar sus sentimientos otra vez? ¿De verdad podría volver a lo que era antes luego de haber visto reflejado ese mismo amor en los hermosos ojos cafés de Hankyung?
Siwon suspiró pesadamente, maldiciendo por lo bajo. Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y levantó la vista hacia el cielo cargado de nubes que amenazaban con dejar caer una pesada capa de nieve sobre la ciudad.
-¿Y de verdad vale la pena? -preguntó en voz alta mirando hacia el cielo.
Dando un pesado suspiro, Siwon llevó las manos ahora a las bolsas de su abrigo. Dirigió una vez más la vista hacia aquella figura que ahora estaba más lejana, y sacudió la cabeza levemente. Dio media vuelta en la dirección contraria, y avanzó a pasos lentos y pesados. Ni una sola vez volvió la vista hacia atrás mientras se alejaba de la única persona que había sido capaz de encender en su pecho la llama del amor verdadero.
~...fin...?~