Otro visio deseoso #madremía

Jul 23, 2012 13:37

Sí, no es un espejismo. Van 2 en unas pocas horas. Estoy flipándolo. A este paso me los saco en nada (aunque ya iba siendo hora). Debo de dar infinitas gracias a tyfiore por darme las ideas que me da porque sin ellas no me saldría nah de nah.

Sobre este vicio, debo advertir que es algo subidito de tono pero sin llegar a nada lemmon. El título lo dice todo. Quizás encontráis a una Lily algo OOC, pero pienso que hasta ella debe de tener sus hormonas revolucionadas en algún momento de su adolescencia, ¿no? (Además, tenía que seguir las pautas que me daba Lau porque si no no valía XP)

¡Sin más os dejo con Deseo!


27. Deseo

Las celebraciones de Quidditch siempre terminaban igual, al menos en lo que a Gryffindor se refiere. Era el cuarto año consecutivo que ganaban la Copa de Quidditch. El cuarto desde que James Potter formaba parte del equipo y el primero siendo capitán.

Lily había asistido rigurosamente al encuentro, como ya había hecho durante todo año, el penúltimo. A pesar de que empezaba a hacer calor se había puesto la bufanda al cuello y había ido, en compañía de sus amigas, y habían ido directas al estadio a animar a sus compañeros Gryffindor en el partido de la final contra Ravenclaw.

El partido había sido reñido. Muy reñido. Necesitaban una diferencia de doscientos treinta puntos para ganar la copa y Ravenclaw no se lo había puesto fácil. Pero los jugadores eran buenos y Potter uno de los mejores cazadores que se habían visto en años por lo que al final, gracias también al gran buscador de Gryffindor, lograron hacerse con el título de nuevo.

La euforia en su casa se desató. Todos fueron a felicitarles al centro del campo sin ningún tipo de reparo, celebrando y lanzando en alto al capitán y al buscador. No había restricciones, todo eran gritos y felicitaciones, también de parte de los jugadores de Ravenclaw, que lo habían hecho lo mejor que habían podido.

Lily y sus amigas intentaron acercarse a ellos a empujones, cosa bastante difícil con tanta gente de por medio, pero decidieron esperar a que se dispersara un poco el campo. Se encontraron con Lupin y Pettigrew a la orilla del campo, que parecían esperar lo mismo que ellas.

A medida que los minutos pasaban, los Gryffindor empezaron a volver hacia el castillo, dejando que los jugadores pudieran ir a los vestuarios a cambiarse. Fue en esa ocasión que pudieron acercarse a felicitarles.

-¡Enhorabuena!- gritó Mery a su lado, con rallas rojas y doradas en las mejillas-. ¡Sois los mejores!

Lily sonrió abiertamente, contenta, felicitando también al equipo, que fue entrando al vestuario. Buscó con la mirada al capitán que, al parecer, se había entretenido hablando con sus amigos.

-Lily, ¿vienes?- Mery le sacó de cavilaciones. Sus compañeras volvían al castillo.

-Id tirando, se me ha caído el banderín en la grada, voy a buscarlo- mintió descaradamente. Mery pareció pillar la directa así que sonrió, se encogió de hombros y siguieron su camino.

No sabía por qué hacía eso. Quería felicitar personalmente al capitán y lo cierto era que ya le daba igual lo que pensase la gente. A principios de curso jamás creyó que llegaría a tener la relación que tenía en ese momento con James Potter; se llevaban bien, había descubierto que era un chico terriblemente divertido, algo inmaduro, pero que intentaba corregir sus errores. Leal y muy amigo de sus amigos, dispuesto a hacer cualquier cosa por ellos… y por ella.

Sí, había conocido a James Potter en profundidad y tenía que reconocer que le gustaba lo que veía.

-¿También tú quieres felicitarme?- el susodicho sacó a la prefecta de cavilaciones. Estaba apoyada en la pared de madera del campo, esperando a que apareciese con esa sonrisa socarrona y egocéntrica que tanto había criticado anteriormente.

-No pretenderás que salte encima como el resto de Gryffindors, ¿verdad?- la chica contestó alzando una ceja, divertida-. Además, creo que tal y como has jugado, te merecías una felicitación más personal.

-¿Ah sí?- el moreno alzó las cejas, ampliando aún más su sonrisa-. ¿Y a qué tipo de felicitación personal se refiere, señorita Evans?

Lily se apartó de la pared y pasó por su lado, coqueta. ¿Desde cuándo se comportaba así? Pues no recordaba el momento, pero desde hacía unas semanas que había mandado todo al carajo y había empezado a flirtear con el moreno, para sorpresa de él, que le siguió el rollo para darle más emoción a lo que llevaba años deseando.

-¿Qué felicitación desea usted, señor Potter?- le dijo, socarrona. James soltó una risa, pero no contestó. Lily aprovechó la ocasión para agarrarle con una mano del cuello de su túnica de Quidditch y unir ambos labios. James pareció ser pillado desprevenido pero poco tardó en reaccionar a la fogosidad espontánea de su pelirroja, la cual duró poco-. Tómatelo como un aperitivo.

El moreno simplemente vio a la prefecta  darse media vuelta y volver hacia el castillo. No intentó retenerla. Le había dicho que se lo tomara como un aperitivo, por lo que sabía que más tarde podía permitirse pedir el primer plato.

Horas después, ya entrada la noche, la fiesta en la casa Gryffindor no cesaba. En esa ocasión McGonnagall pareció hacer la vista gorda, ya que habían ganado la copa, pero tampoco debían excederse en tiempo. Los botellines de cerveza de mantequilla volaban y se vaciaban uno tras otro y el whisky de fuego iba pasando de unos a otros entre los más mayores. Sirius Black hacía rato que estaba contento y sorpresivamente Remus Lupin le seguía de bastante cerca. James había bebido bastante pero aún estaba en sus cabales. La fiesta se estaba yendo de madre y lo cierto era que se había moderado bebiendo porque quería saber qué tenía planeado la pelirroja para el primer plato.

Por otro lado, Lily se pasó media fiesta sentada en un extremo de la Sala Común escuchando música y bebiendo las cervezas que le habían ido trayendo sus amigas. Había demasiada gente pero se moría por acercarse a James. ¿Qué le pasaba? Ella no era así, no era lanzada ni mucho menos con alguien como James Potter. Pero en esa ocasión no podía evitarlo. Su mente volaba sola y lo que hacía para intentar olvidarse era pegarle otro trago a su cerveza de mantequilla.

En una ocasión vio al chico subir las escaleras del cuarto de los chicos, quizás al baño, quizás porque ya estaba cansado, siendo más plausible la primera opción. Lily no se lo pensó dos veces antes de despedirse de sus amigas y dirigirse al hueco de las escaleras, pero de los chicos. Era prefecta, no tenía problema con colarse por ahí -además que no sabía por qué para las chicas no habían puesto restricción de entrada en el cuarto de los chicos-. Decidió apoyarse en la pared al lado de la puerta, fuera de todo campo visual del resto de gente y esperar a que James volviese.

No supo cuánto tiempo se pasó allí, pero en cuanto se abrió la puerta de madera y apareció el pelo rebelde que esperaba, sonrió ampliamente.

-¿Ya estás cansado, Potter?- le dijo sorprendiéndole por encontrarla allí. Ese rellano no tenía más que una pequeña lámpara para iluminar, por lo que estaban casi en penumbra.

-¿Sinceramente? No demasiado- le contestó apoyándose en la pared frente a ella. Apenas un metro les separaba-. ¿Por qué, Evans? ¿Quieres que esté cansado?

-¿Sinceramente? No demasiado- le imitó con una socarronería poco habitual en ella.

James sonrió. Aquella faceta coqueta de Evans le gustaba. Él quería a la chica como a nada, por ser como era, sin embargo esa nueva faceta despertaba en él otros instintos que había intentado reprimir muchas veces.

-¿Te está gustando la fiesta?- preguntó el cazador, expectante.

-No está mal…- contestó separándose de la pared y quedándose a medio camino de él-. Pero creo que podría mejorar.

-¿Y qué harías tú para mejorarla?- James la imitó separándose de la pared y quedándose a pocos centímetros de ella. Podía sentir su aliento en chocar en su barbilla mientras la miraba desde su altura.

Lily no contestó, simplemente actuó. Igual que había hecho en el campo de Quidditch, agarró a su compañero Gryffindor del cuello y acortó toda distancia que les separaba. Esta vez James ya iba prevenido y empujó algo bruscamente a la prefecta contra la pared, presionándola contra su cuerpo.

Se besaron, de un modo ardiente, posesivo y desenfrenado. James notó en Lily el sabor del alcohol, de cerveza de mantequilla y whisky de fuego. Tal vez no estaba del todo en sus cabales, pero seguía actuando como lo había hecho de sobria así que ¿qué mal había en ello? Además, él también había bebido.

No hubo descanso entre beso y beso. James agarró fuertemente a Lily de la cintura atrayéndola fuertemente a su propio cuerpo. Tenía ganas de saborearlo pero debía tener paciencia. Sin embargo, esos labios ahora sonrosados le estaban volviendo loco con ese jugueteo contra los suyos. Los besos que se daban denotaban la intensidad del deseo de cada uno, así como Lily parecía haberlo descubierto hacía poco, James llevaba mucho tiempo aguantándose, por lo que no se cortó ni un pelo en descender sus manos y agarrarla del trasero, enfundado en unos vaqueros ajustados.

Contra todo pronóstico, Lily contestó a ese gesto alzando las piernas y enroscándolas en la cintura del adolescente, sin dejar de besarlo en ningún momento. Se agarró a su cuello mientras notaba la fría piedra a su espalda gracias a su camiseta de tirantes.

El rato que se estuvieron besándose era imposible de predecir, pero no dejaron de hacerlo, deteniéndose algunos segundos para coger aire y seguir besándose. Lily descubrió que James soltaba un pequeño gruñido placentero cada vez que le agarraba el labio inferior levemente con los dientes y él le contestaba con otra arremetida, lengua con lengua, como si el mañana nunca fuera a existir.

De los besos pasaron a las caricias, demasiado urgentes quizás. James se atrevió a descender por su mandíbula deteniéndose en su cuello y saboreando la curva de su clavícula. No supo cuando le había bajado el tirante de la camiseta pero el hombro se le hacía de lo más apetecible. Lily parecía entusiasmada y permisiva. Su expresión, con las mejillas sonrojadas, los labios rojos e hinchados y los ojos entrecerrados -sin contar el pelo completamente revuelto-, dejaban claro que estaba disfrutando con ello.

Sin embargo James volvió a ascender, deleitándose en la curva de su mandíbula y llegando de nuevo a sus ansiados labios, los cuales rozó levemente. Seguía deseoso de continuar, de ir más allá, pero su parte sensata le obligaba a hacer lo correcto.

La besó de nuevo, per con más calma. Notó como Lily enterraba sus manos en su pelo, acariciándole. Parecía gustarle el nuevo cambio, más sensual a la vez que más calmado. Al detenerse, apoyó su frente en la de ella, intentando recuperar la respiración.

-Deberíamos…- empezó él, recuperando el aliento-. Deberíamos parar antes de que esto vaya a más.

Lily le miró, algo sorprendida.

-Tú quieres esto tanto como yo, James.

-Lo sé, créeme, lo he notado- le contestó con voz ronca-. Pero no quiero que pase así, Lily. Quiero que, cuando tenga que suceder, sea con los dos completamente sobrios y no en un ataque de excitación morbosa en una escalera. Tiene que ser especial.

Lily no contestó, pero miró al moreno. En su fuero interno se sentía eufórica. Sí, estaba deseosa en ese momento, pero él tenía razón. Y cosas como esa le hacían darse aún más cuenta de lo equivocada que había estado en cuanto a él.

-Tienes razón- le contestó, mirándole fijamente-. Pero, podemos quedarnos aquí igualmente…

James alzó las cejas con incredulidad.

-¿Quieres que  nos quedemos aquí?- le dijo, sonriendo con los ojos entrecerrados-. Estar tanto rato desaparecidos de la fiesta va a dar que hablar. Pensarán que estamos pegándonos el lote.

-¿Y acaso no es lo que estamos haciendo?- contestó ella en el mismo tono. Seguían en la misma posición, con él cargando con ella rodeándole las piernas y con la espalda contra la pared. Estaba completamente a su merced.

-¿Eso quiere decir que no le importa que nos enrollemos un rato más, señorita Evans?

-Le quitaré puntos si no lo hace, señor Potter.

Los segundos que tardaron en besarse de nuevo no podrían cronometrarse. Esta vez con esa calma y poca celeridad que implicaba el haber dejado las cosas claras. Sobre el tiempo que estuvieron ahí, nadie lo sabe, pero cuando el primer alumno de Gryffindor subió las escaleras para acostarse, no había nada que dijera lo que había sucedido en ese pequeño rellano de las escaleras. Como testigos sólo estaban las cuatro pareces que les rodeaban.

Y ces't finie (o como se escriba XD). ¿Qué tal? Sí, quizas se me ha ido algo la mano, pero también creo que alguna vez debió de suceder algo así sin llegar a ser pareja aún. El tonteo creo que a James le gusta y más cuanado Lily le sigue el rollo. Y sobre ella, pues eso, creo que también tiene hormonas adolescentes, además de ojos y momentos de excitación ¿no? No creo que fuese siempre pa prefecta perfecta. Espero que os haya parecido bien ^^

harry potter, 30 vicios, vicio, fics, james/lily

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