Cuando vi el último episodio de Friends, lloré al despedirme de los personajes, me emocioné al ver a Ross y Rachel dispuestos a intentarlo de nuevo, esta vez en serio... Lo vi con mis propios amigos, con los que siempre veía Friends, y todos terminamos encantados y un poco tristes por la despedida. Sin embargo, he de confesarlo, no lo valoré como debía. No, porque imaginé que eso era lo normal. Que no tenía nada de especial terminar una serie como es debido.
Ah, craso error...
No, si algo he aprendido desde entonces es que es extremadamente raro encontrar una serie que sepa terminar. Incluso teniendo en cuenta que soy alguien que adoró el final de Lost, he tenido que morderme los puños de rabia con Dexter, Enterprise, Quantum Leap, Roseanne...
...y Cómo Conocí a Vuestra Madre, claro.
[Cómo la cagaron los guionistas]Esto ha sido como El Sexto Sentido, sólo que en vez de dos horas ha durado nueve años. ¡Que no, tontos, que la Madre ha estado muerta todos estos años! ¡Que os lo habéis creído! Que sí, que hemos pasado tres años trabajando el Barney/Robin ¡pero eso no quiere decir que no podamos divorciarlos en cinco minutos! ¿Y esos siete años desmenuzando ad nauseam todas las razones por las que Ted debía olvidarse de Robin? ¿Toda esa evolución del personaje? ¡Sorpresa! ¡No nos importaba una mierda! Jajaja, ¿somos geniales o no?