Título: Sonata
Nombre: ^_^
Reto: # 23
Reto proporcionado por:
mirita23Rating: N-17
Resumen: Draco tiene un trabajo estresante y cansado, pero que lo llevará directo a donde desea. Su vida entera está planificada, y todo va tal como él quiere, hasta que un músico se cruza en su camino.
Notas: Espero que te guste, Anónimo, lo hice con mucho cariño, y vaya que me ha dado varios dolores de cabeza, pero allí va... El fic tiene varios links que les permitirá escuchar y bajar las canciones...
SONATA
Capítulo 3: Cervezas y más cervezas.
I feel so close to you right now
It’s a force feel
I wear my heart upon my sleeve, like a big deal
Your love bows down, I mean surround me like a waterfall
And there’s no stopping us right now
I feel so close to you right now
Harry se sintió fuera de lugar en el caro restaurante que Draco había escogido, en el centro de Londres, un lugar a media luz con mesas pequeñas y manteles blancos. Los platos le parecían excesivamente caros y, tal como le pasaba en el restaurante donde trabajaba antes, se cuestionó el que la gente gastara tanto dinero en cosas tan superfluas.
-¿No te gusta el lugar? -le preguntó Draco mientras leía la carta.
-Es que no es de mi estilo, eso es todo.
-Imagino que no, pero sirven comida muy rica y fina; tómalo como parte de mi agradecimiento por haber sido tan amable conmigo ayer.
-No necesito que me des nada en agradecimiento -comentó Harry, dejando la carta a un lado -, pero pienso que podrías gastar menos dinero en un almuerzo… el lujo excesivo es algo que no va conmigo.
-¿Estás diciéndome derrochador?
-Más o menos, sí -asintió Harry con seriedad.
-Es un poco descortés de tu parte, ¿sabes?
-Lo siento -Harry suspiró pesadamente -, mira, lo lamento, es solo que no me gustan los sitios caros, me encanta hablar contigo y eso, pero me gustaría que fuéramos a otro sitio. Conozco muchos otros lugares donde comer sin que te salga un ojo de la cara.
Draco arqueó una ceja y estuvo a punto de contestar que aquello estaba dentro de sus capacidades, pero entonces Harry se puso en pie.
-Perdona… en serio, ¿qué te parece si dejamos el almuerzo para otro día? No quiero arruinar tu domingo. Tú te puedes quedar y comer tranquilo sin tener que escuchar mis protestas.
Draco entrecerró los ojos y negó con la cabeza. Sería fácil asentir y dejarlo ir, saludarlo de vez en cuando en la esquina de la cafetería y nada más. Pero algo lo impulsaba a querer seguir pasando tiempo con ese chico. Tal vez era porque sabía que le gustaba.
-De acuerdo, llévame a uno de esos sitios fantásticos que conoces.
-¿En serio?
-Sí, pero si muero por tu causa, te golpearé.
Harry soltó una carcajada y negó con la cabeza.
-No morirás… Pareces ser de los que sobrevive -río Harry mientras guiaba a Draco hacia la salida.
*
And there’s no stopping us right now
And there’s no stopping us right now
And there’s no stopping us right now
I feel so close to you right now…
*Tres horas después Draco estaba pensando en alguna nueva excusa para quedarse con Harry un rato más, habían almorzado en un lugar pequeño, con mesas de madera y frente a una avenida principal, Draco supo que era un lugar al que Harry siempre iba porque todos lo saludaron y lo atendieron muy bien. La comida no estaba mala, pero lo que más le entretuvo fue la charla. Por mucho rato Draco dejó de preocuparse de la revista o de sus padres y se dedicó a reír y escuchar las anécdotas de cuando Harry y sus amigos llegaron a Londres. Harry era, contrario a él, una persona muy abierta, no parecía molesto con contar las cosas, hablaba libremente y sin reparos de muchas cosas. Excepto de novios o aventuras amorosas. Draco lo notó, pero no le pareció correcto presionar a alguien a contar esas cosas, sobre todo porque él no estaba muy animado a contar sus propias experiencias.
-Déjame llevarte a casa -insistió Draco cuando ambos salieron del restaurante.
-No debes molestarte, ya has hecho bastante pagando la comida y eso…
-No, insisto -Draco sonrió -tú ya conoces dónde yo vivo, yo también puedo conocer dónde vives tú.
-De acuerdo -aceptó Harry luego de un momento.
Draco se dejó guiar por Harry a través de calles que no conocía, le parecía que quedaba demasiado lejos de los sitios por los que normalmente se movía, pero no comentó nada como eso, se había dado cuenta de lo serio que Harry era con el tema del dinero y en el fondo le molestaba que lo llamara derrochador, tal vez si Harry supiera todo lo que había tenido que esforzarse para conseguir las cosas que tenía y ayudar a sus padres…
-Es en ese edificio -señaló Harry hacia la derecha. Era un edificio de color ladrillo, siete pisos y grandes ventanales.
-¿Y en qué piso vives? ¿No me invitarás a pasar? -preguntó Draco, apagando el motor de su auto.
-En el piso siete, y tenemos rápido acceso al techo. Te invitaría a pasar encantado, pero es que tengo un par de compañeros que…
Y como si los hubiera llamado con el pensamiento, en ese momento aparecieron Dean y Seamus, venías seguramente de cenar, ambos con sus abrigos oscuros enormes y con las manos en los bolsillos.
-¡Harry! -gritó Dean mientras golpeaba la ventana del auto, como si fuera posible que Harry no los hubiera visto.
-¿Compañeros? -preguntó Draco mientras bajaba la ventana del auto.
-Así que tú eres el que ha secuestrado a nuestro Harry durante tanto tiempo -le dijo Seamus, Draco miró a Harry, parecía un poco avergonzado y eso lo hizo sonreír.
-Sí, creo que ese puedo ser yo -sonrió ampliamente Draco mientras extendía la mano para saludar a uno de ellos.
-Draco, ellos son Seamus y Dean, los chicos con los que vivo y probablemente a quienes asesinaré en un futuro no muy lejano -presentó Harry. Seamus y Dean rieron.
-Vamos, vamos, no seas tan tímido. Apuesto a que no le has invitado una cerveza en casa a Draco -le dijo Dean, negando con la cabeza.
-Draco estaba a punto de…
-Una cerveza sería genial, pero solo una, que tengo que conducir -aceptó Draco, Harry abrió los ojos como plato y negó con la cabeza.
-No tienes que aceptar por compromiso, ellos no se ofenderán… son demasiado sinvergüenzas como para eso -protestó Harry.
-Sí nos ofenderemos, ¿sabes hace cuanto nuestro Harry no presenta galán? -preguntó entonces Seamus.
-No, no lo sé, ¿por qué no me lo cuentan? -respondió Draco mientras abría la puerta para salir del auto.
-Oigan, pero… -intentó protestar Harry, pero Draco ya estaba fuera del auto y caminando con Dean y Seamus hacia el portón del edificio -, ¡demonios! -se quejó Harry mientras bajaba.
Draco puso la alarma al auto y le sostuvo la puerta abierta para dejarlo pasar.
-Y mira, si es todo un caballero -suspiró Dean, observándolos desde el inicio de la escalera.
-¿Estás disfrutando esto, verdad? -replicó Harry, con las mejillas rojas, hacia Draco.
-Como no tienes idea -sonrió Draco, mientras los seguía por las escaleras. -¿No que era en el piso siete que vivían? -preguntó Draco cuando llegaron al segundo piso, buscó con la mirada algún ascensor, pero solo ubicó una puerta que podría ser el ascensor con una cinta amarilla puesta para no pasar.
-Sí, hasta arriba, espero que seas alguien con físico… No solo para subir las escaleras -le dijo Dean, Seamus soltó una risita.
-Serán… -bufó Harry.
-Claro que lo soy, ¿verdad Harry?
-Oh, se bromean entre ellos, ¿no son tiernos?
-Cállate, Dean -replicó Harry -, y tú, deja de darles las ideas equivocadas -dijo hacia Draco, que se encogió de hombros.
-Yo no he dicho nada malo, tú que habrás entendido otra cosa… ¿en qué estarás pensando?
Harry entrecerró los ojos y apretó los puños. No solo asesinaría a Dean y Seamus, probablemente también a Draco.
-Tienen un piano -se admiró Draco en cuanto entraron al departamento. La sala era pequeña y el piano ocupaba gran parte de ella.
-Es de Harry en realidad -le comentó Seamus antes de desaparecer por una de las puertas, probablemente la cocina.
-Era de mi madre -le explicó Harry mientras se sentaba en la banca de madera y levantaba la tapa. Acarició con cuidado las teclas y presionó unas cuantas, soltando una melodía lenta y tranquilizadora.
-Vaya… de niño me encantaba escuchar a mi madre tocar el piano.
-¿Sabes tocar?
-No, en realidad no, solo unas notas… ¿Puedo?
-Claro, ven -Harry palmeó el pequeño espacio vacío en la banca para que Draco se sentara.
Draco se sentó junto a Harry, la banca era pequeña, así que tuvieron que apretarse el uno contra el otro. Dejó de distraerse por el calor del cuerpo de Harry y comenzó a tocar las notas que recordaba de La Canción de la Alegría.
-No eres malo. ¿Por qué no aprendiste más? -preguntó Harry en voz baja, mientras volvía a tocar las notas que Draco había tocado.
-A mi padre no le gustaba… decía que los niños no tenían que aprender piano… -Draco negó con la cabeza y se puso en pie.
-Cervezas por aquí, tortolos -llamó Dean.
-No somos tórtolos -negó Harry, sentándose en el sofá junto a Draco y tomando una cerveza también. Dean se sentó en el sillón y Seamus en el suelo.
-Bueno, bueno, ¿y cuál es la historia entonces? -preguntó Seamus, pareciendo bastante interesado.
Tres cervezas después, Draco reía a carcajadas, incluso Harry había dejado de estar tan a la defensiva y participaba en las bromas que Dean y Seamus hacían.
-Es que el tipo es un loco, el modelo para cuerpos desnudos falló y no se le ocurrió mejor idea que proponer que alguno de nosotros lo reemplazara… prometió un diez en la primera práctica para quien lo hiciera; eventualmente descubrió que sobornar alumnos para posar era mejor que pagarle al modelo -contó Dean, mientras Harry y Seamus negaban con la cabeza, aunque no dejaban de sonreír.
-Eso es ilegal… ¿y aprobaste el curso?
-Saqué puros diez -río Dean, Draco entendió el chiste y soltó una carcajada, aunque rápidamente fue devuelto a la realidad cuando su teléfono le anunció un nuevo correo electrónico.
-¿Y si se te pierde el teléfono? -le preguntó Seamus, observando el teléfono con fastidio.
-Lo siento, es que estoy en medio de un proyecto grande en donde trabajo y siempre estamos intercambiando correos -explicó Draco mientras terminaba de teclear una rápida respuesta.
-Eso es horrible, les has vendido tu alma -negó Dean, mientras repartía una cuarta cerveza.
-No he vendido… -Draco negó con la cabeza -, creo que los artistas ven el mundo de una manera diferente.
-Lo vemos como es, y como debería ser. Trabajar está bien, trabajar día y noche no. Necesitas tu tiempo y espacio para liberarte -replicó Harry.
-Tengo mi tiempo y mi espacio, estoy aquí, por ejemplo.
-Pero igual contestas las llamadas y los correos, es como si estuvieras allá.
-Ya, pero puedo divertirme y hacer cosas del trabajo también.
-¿Tú te diviertes?, ¿qué más haces para divertirte?, además de lanzarte al piso para acaparar la atención de nuestro Harry -preguntó Dean.
-¡Ja! -señaló Harry.
-No me tiré al piso para llamar su atención -Draco sintió sus mejillas enrojecer, y esperó que creyeran que era por la cerveza.
-¿Y lo divertido?
-Pues… fui a una muestra de arte el mes pasado y… -Draco dio otro sorbo a su cerveza, no recordando nada más. Decir que se había acostado con Theo no sería buena idea.
-Allí lo tienes -apuntó Seamus con el dedo.
-Este fin de semana vamos a ir con unos amigos a Thorpe Park, ¿nos acompañas? -lo invitó Dean, Harry abrió los ojos y trató de llamar su atención, pero su amigo no le hizo caso.
-Harry vendrá, ¿verdad, Harry? -alentó Seamus.
-¿Ese es el parque de diversiones? -preguntó Draco, a lo que los chicos asintieron -Pues… no quiero incomodar.
-Vamos, te divertirás, y no incomodas, nos caes bien, cuando alguien nos cae mal solemos ser menos amables.
-¿Menos amables? ¿Ya olvidaron al chico que acosaba a Hermione? -preguntó Harry sarcásticamente.
-Cormanc -suspiraron los dos a la vez.
Draco arqueó una ceja, confundido.
-El tipo se lo merecía -explicó Dean, mientras empezaba a relatar la historia…
Tres cervezas después Draco dudaba que pudiera bajar las escaleras sin lastimarse, por lo que los chicos habían insistido en que se quedara a dormir. Era más seguro y Draco sabía que ellos tenían razón, el tema era donde exactamente iba a dormir.
-Puedes dormir con Harry -le dijo Seamus, Harry, achispado por el alcohol, solo se encogió de hombros.
-No quiero fastidiar… el sofá estaría bien -contestó Draco.
-De ninguna manera, ese sofá es lo peor que hay para dormir -alentó Dean, mientras prácticamente lo empujaba a la habitación de Harry.
-Son un par de alcahuetas -le contó Harry mientras se movía por la pequeña habitación, sacando unos pantalones y camisetas de los cajones.
-Eso parece… creo -Draco se sentía ligeramente mareado, llevaba tiempo sin embriagarse.
-No te preocupes por lo del sábado, yo les puedo decir que me llamaste para contarme que surgió algo… -le dijo Harry mientras le pasaba una camiseta verde y un pantalón gris.
-Mmm… Draco miró hacia Harry y le parecieron encantadoras sus mejillas sonrojadas -, no acepté por obligación, cuando yo no quiero hacer algo, no tengo temor de decirlo.
Harry arqueó una ceja.
-A menos que tú no quieras que vaya, si es así, dímelo y pondré una excusa.
-Yo…
Draco dio un paso más hacia delante y Harry pareció encogerse un poco en su sitio.
-Draco -suspiró Harry con voz suave, tratando de no retroceder, mientras Draco se acercaba más.
-Harry -imitó Draco, no apartándose y disfrutando lo turbado que se veía Harry por su cercanía.
-¿Sabes que solo dormiremos, ¿verdad? -susurró Harry, su corazón estaba empezando a acelerarse.
-Por supuesto -Draco sonrió con petulancia y retrocedió un paso -, ¿tu baño?
-Por el pasillo -señaló Harry ligeramente incómodo.
Un momento después Draco volvió a la habitación, se encontró a Harry con una camiseta roja, con la silueta de un león estampada al frente, sus pantalones eran grises y grandes. Se veía desaliñado y eso le daba un aspecto terriblemente sexy.
Mientras Harry fue al baño, Draco se dedicó a mirar la habitación, en la cómoda había un grupo de fotos, todos eran chicos y chicas más o menos de la edad de Harry, seguramente amigos de la escuela o la Academia. Junto a la cama, en la mesa de noche, estaba el móvil de Harry, un modelo tan antiguo que hizo a Draco sonreír; también había un marco de madera con una vieja foto de una pareja bastante joven, estaban en algún lugar con nieve, ambos tenían abrigos oscuros y gorros, aun así se podía ver el parecido del hombre a Harry.
-Son mis padres, se la tomaron unos meses antes de casarse, según sé.
-Oh, tu madre es bastante guapa.
-Gracias -Harry admiró la fotografía junto a Draco y sonrió con pena -, era bastante guapa.
-Lo lamento, no sabía que…
-No te preocupes -Harry sacó una almohada más del armario y se la pasó a Draco, y sin decir mucho más por el momento, se recostó en la cama.
Con algo de temor, Draco se recostó a su lado, la cama era estrecha y sus brazos y piernas se rozaban apenas.
-Mis padres murieron cuando yo tenía un año, en realidad no los conocí -explicó Harry luego de apagar las luces -, crecí con la hermana de mi mamá y su familia.
-¿En Londres?
-No, en Surrey. Ellos tienen un negocio muy rentable de taladros… es el negocio de la familia de mi tío Vernon. ¿Y tú?
-Yo creí en Wiltshire, mis padres siguen viviendo allí…
-¿Extrañas vivir con ellos?, ¿con tus padres?
-Sí, la verdad que sí, algunas veces quisiera volver a casa y sentarme en el jardín a leer junto a mi madre, o a discutir con mi padre respecto a las inversiones de la bolsa…
-¿Respecto a la bolsa?
-La de valores, él siempre ha sido fanático de eso, cuando era niño me enseñó… a los once años me regaló mis primeras acciones en la bolsa.
-Vaya. Supongo que si es algo que a ti te gusta es un regalo genial.
-Lo era -Draco suspiró y se giró un poco, Harry pareció tensarse un momento y luego también se movió para mirarlo a la cara, pese a la oscuridad podía distinguir perfectamente su perfil.
-El no usar lentes te queda bien -susurró Draco, estuvo tentado a levantar la mano y acariciarle el contorno de la mejilla, pero se contuvo recordando que Harry le había dicho que no tenía otras intenciones para esa noche.
-Pero estoy prácticamente ciego, si no los uso lo más probable es que no llegue ni al sexto piso de edificio sin golpearme.
-¿Lentes de contacto?
-No las tolero -suspiró Harry -, parece que es algo que heredé de mi padre, él también andaba medio ciego.
-Tampoco es que te queden muy mal.
-Gracias -sonrió Harry y estuvo ligeramente tentado a acercarse más a Draco, tenía la impresión de que con solo una pequeña insinuación Draco lo besaría… y más, pero se contuvo.
-De nada.
-Ha sido un fin de semana bastante extraño -comentó Harry luego de un momento de silencio.
-No necesitas decírmelo, por lo general mis fines de semana no incluyen una caída, visita al hospital y medio borrachera en domingo.
Harry soltó una risita, Draco rió con él.
-Pero sabes qué, ha sido un buen fin de semana, creo que ha valido la pena -continuó Draco.
-¿En serio? -preguntó Harry.
-Sí, me ha gustado mucho conocerte, Harry.
-A mí también, Draco.
*
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*
Pese a las insistencias de Harry y sus compañeros de departamento, Draco declinó la oferta de quedarse a desayunar y salió bastante temprano rumbo a su departamento, se sentía algo cansado, pero no tenía tiempo para ponerse enfermo, a las nueve tenían otra reunión a la que no podía llegar tarde.
Pasó por alto su rutina de ejercicios y tomó todo lo necesario para la junta, tomó su portátil y salió rumbo a la oficina. Como siempre dejó el auto en el estacionamiento y caminó hasta la cafetería, ordenó lo de siempre pero entonces pensó en Harry y se le ocurrió una idea.
Harry abrió los ojos luego de soltar las últimas notas de una sonata de Bethoven y soltó un jadeo al tener a Draco más cerca de lo usual en sus recitales callejeros.
-No pensarás darme una propina, ¿verdad? -acusó Harry, bajando el violín, mientras algunos dejaban algunos billetes en su estuche del violín.
-Buenos días para ti también, Harry -sonrió Draco.
-Nos vimos hace un par de horas, antes de que salieras corriendo del departamento -entrecerró los ojos Harry.
-Cierto, y eso me recuerda que tengo una junta, sin embargo, antes de irme, te quería comprar un café. Hace mucho frío y necesitarás algún receso.
-Pero acabo de empezar -explicó Harry, mientras veía el vaso que Draco traía en una de las manos. -¿Y tú no tomarás café?
-Por supuesto que sí -Draco levantó la mano un poco, dejando en claro que ese era su café -, sucede que no sé a qué hora tomas tu receso, así que le he dicho a la muy amable de Lidia -Draco señaló hacia la cafetería - que te sirva el café que tú elijas cuando desees…
-Oh… ¿en serio? Vaya, gracias…
-No es nada, solo una tontería, espero que lo disfrutes y que las propinas caigan a montones hoy.
-Eso espero yo también.
-Entonces, te veo pronto.
Draco se sintió un poco reacio a irse, le provocaba escuchar a Harry tocar un rato más, pero no podía llegar tarde a la junta, así que acomodó la correa del maletín en el hombro y se alejó luego de hacerle un asentimiento a Harry.
Harry lo observó marcharse y sonrió un poco mientras empezaba con la siguiente melodía del día.
*
And there’s no stopping us right now
And there’s no stopping us right now
And there’s no stopping us right now
I feel so close to you right now…
*Las siguientes mañanas se volvieron repetitivas, Draco llegaba unos minutos antes de lo acostumbrado, compraba un café para él y dejaba pagado otro para Harry, luego salía a la calle y escuchaba una y si tenía suerte, hasta dos melodías, y charlaba con él unos minutos, antes de irse a la oficina.
Harry siempre le preguntaba qué melodía prefería escuchar al día siguiente, casi siempre coincidían en gustos por la música, tanto la clásica como la moderna. Aunque solo se veían unos minutos, esa semana Harry conoció un poco más a Draco. Sabía que tenía mucho trabajo, que varias noches se quedaba hasta tarde y que el jefe de la junta le gustaba llamar a reuniones inesperadas en momentos menos oportunos. También había descubierto que Draco era muy competitivo y que quería ocupar el puesto de su jefe en corto tiempo.
Para cuando el viernes llegó, Draco salió de la cafetería con su café y sonriendo por la melodía alegre que Harry había escogido para ese día. Se acercó como siempre a saludarlo.
-Viernes al fin, debes estar contento -le dijo Harry, mientras se acomodaba el gorro de lana rojo.
-Sí, estoy agotado.
-¿Esta semana no te ha molestado para nada el golpe en la cabeza, verdad?
-No, ya te dije, estoy bien… solo cansado, pero bien.
Harry estuvo a punto de decir algo, pero entonces un atractivo moreno de cabello corto y con mirada molesta se acercó a ellos.
-Draco, ¿qué haces? Tenemos una junta -dijo Theo, Draco se sobresaltó al verlo allí.
-Hola Theo -Draco se sintió un poco incómodo ante la presencia del chico, sobre todo porque durante toda la semana había insistido en salir el sábado y él se había negado. -Él es Harry, un amigo…
-¿El violinista? -preguntó Theo mirando a Harry de mala manera, como si fuera imposible que Draco hablara con un músico de la calle.
-Harry, él es Theo, trabajamos juntos y al parecer no puede vivir sin mí, lo lamento, debo dejarte.
-Claro, no hay problema, que tengas un buen día… ya nos vemos mañana.
-Cierto, yo te llamo en la noche para coordinar dónde nos encontramos, ¿de acuerdo?
-De acuerdo.
Harry observó a Draco alejarse, junto a Theo, que lanzaba miradas furiosas hacia él y suspiró. Tal vez Draco sí tenía novio… o un ex novio.
*
-¿No tienes tiempo para salir a cenar conmigo pero sí para hablar con un músico callejero? -le preguntó Theo de mala manera mientras tomaban el ascensor.
-Theo, quien sea o no mi amigo no es tu problema. Y Harry es más que solo un músico callejero, es algo que hace para pagarse sus estudios. No necesito recordarte lo feo que es no tener para terminar los estudios, ¿verdad?
-Ya… pensé que habías dicho que mañana no tenías ganas de hacer nada.
Draco entrecerró los ojos y observó a Theo con furia, eso era exactamente lo que no le gustaba de él, que se pusiera en ese plan tan mandón y controlador. Para controladores estaba él, no necesitaba a nadie peor.
-No, Theo, lo que dije es que no tenía ganas de hacer nada contigo, y eso es porque ya tenía planes.
-¿Una cita con un violinista? Vamos, seguramente comprándole una big mac te lo llevas al apartamento; está muy por debajo de tu nivel, no es la gran cosa. -se encogió de hombros Theo mientras cruzaban la oficina. Draco lo tomó de un brazo y lo hizo girar, su mirada plateada brillaba con furia.
-No hables así de mis amigos, ¿de acuerdo?
Theo le sostuvo la mirada antes de soltarse.
-Vaya, con lo difícil que es llegar hasta ti, es tan extraño que a un violinista de la calle lo consideres tu amigo.
-Solo sé escoger bien a mis amigos -replicó Draco antes de soltarlo y continuar caminando.
Pese a lo encantadora de la melodía de la mañana, el día de Draco fue una porquería, era viernes y muchos de sus compañeros querían irse a casa lo más pronto posible, hacían todo de manera apresurada, equivocándose más de una vez, y eso lo desesperaba, sobre todo porque quería dejar todo listo para no tener que volver el sábado en la mañana.
Además Theo se la había pasado todo el día mirándolo de mala manera y eso solo lo enfurecía más. Theo no tenía ningún derecho a celarlo, solo habían pasado una noche juntos y Draco tenía en claro que no debía volver a hacerlo, no si eso le iba a traer tantos problemas.
Salió de trabajar cerca de las once de la noche, estaba agotado y hambriento, pero no tenía ganas de prepararse nada de comer, pese a que lo único que hacía era meter la comida al microondas, así que estacionó delante de un restaurante pequeño cerca de su departamento y pidió una hamburguesa y una cerveza. Mientras esperaba a que le trajeran el pedido tomó su móvil y se preguntó si sería demasiado tarde para llamar a Harry. Finalmente decidió mandarle un mensaje.
[Draco]
Disculpa la hora, espero no despertarte, se me hizo muy tarde en la oficina y recién puedo desocuparme… ¿Cómo irán mañana?
Harry, que estaba en ese momento en el tren camino a casa, sacó el móvil y frunció el ceño. Le había dado vueltas al encuentro de esa mañana durante todo el día. No tenía ganas de meterse en una relación ni causar problemas. Después de mucho pensarlo, tecleó rápidamente un mensaje.
[Harry]
Hola, no me molestas, recién voy camino a casa. Mañana pensaba tomar un autobús hasta el parque de diversiones, no sé si estilas viajar en buses, pero sí es así, nos podemos encontrar e ir juntos. Los demás chicos irán por su cuenta, cada uno tiene algunas cosas que hacer antes… La idea es encontrarnos a las once de la mañana en la entrada principal. Draco, si quieres puedes traer a tu… amigo contigo. Es bienvenido.
Draco estaba dándole la primera mordida a su hamburguesa cuando el mensaje leyó. Tragó antes de contestar, tenía una mezcla extraña de placer y molestia por los celos implícitos de Harry en ese mensaje.
[Draco]
Probablemente mi amigo (y sí, solo es mi amigo), tiene otros planes para el sábado. No estoy al tanto de su agenda. Yo pensaba ir en auto, te puedo recoger de donde estés para ir juntos. Supongo que mañana tocarás en la mañana en algún lugar… Y, Harry, no creas que soy de esos que esconde novios o amigos con derecho.
Harry sonrió un poco por el mensaje de Draco y luego se apresuró a contestar.
[Harry]
Es bueno saber que no escondes a nadie. Eso no es correcto y soy partidario de la honestidad, aunque duela. Mañana tocaré afuera de la cafetería donde te caíste, si es que no te desvías del camino ni nada, me encantaría que fuéramos juntos, aunque debes ser consciente de que eso solo les dará más alas a Dean y Seamus. ¿Qué estás haciendo? ¿Ya te vas a dormir? Mencionaste estar agotado…
[Draco]
Genial, paso por ti a las diez de la mañana. Estoy terminando de tomar una nutritiva cena (hamburguesa y cerveza, con papás fritas, por supuesto), si mi madre se enterara de las cosas que ando comiendo… Es bueno saber que la honestidad te gusta, en eso coincidimos.
[Harry]
Yo tuve prácticas en la Academia hasta tarde, estoy que me muero de sueño, solo espero que los chicos no estén con ganas de molestar y me dejen ir directamente a la cama. A veces son muy estresantes. ¿A tu madre no le gustan las hamburguesas?
Draco soltó una carcajada imaginando a su madre tratando de comer una hamburguesa con las manos antes de negar con la cabeza. Estaba ya camino a casa y tuvo que esperar otro semáforo en rojo para poder contestar.
[Draco]
Mi madre y las hamburguesas no se llevarían nada bien. ¿Y tú ya cenaste? Es tarde, pero no debes dejar de alimentarte, sobre todo porque andas tocando en las calles, y con este frío no es recomendable que andes mal alimentado.
Harry puso los ojos en blanco mientras subía las escaleras a su apartamento.
[Harry]
Vaya, empezamos con los insultos… No soy un mal alimentado, solo soy delgado. Y comí algo muy nutritivo también, un perrito caliente en el puesto de la esquina de la Academia, antes de tomar el tren. Ya estoy llegando a casa, ¿tú cómo vas?
[Draco]
En casa, poniendo un disco de Green Day y dispuesto a abrir una segunda cerveza antes de dormir. No dije que fueras un mal alimentado. Pienso que luces muy bien así de delgado y todo, solo hablaba de no dejar de alimentarte…
[Harry]
Mmm…
[Draco]
¿Saboreas algo?
[Harry]
¡Ja! No, lo siento, se me escapó el mensaje antes de terminarlo. Decía: “mmm, ¿o sea que piensas que soy guapo así?”
[Draco]
Guapo, pero con problemas para usar el teléfono, aparentemente. Sabes muy bien que luces genial, no seas tan modesto.
Draco sonrió con ufanía antes de empezar a quitarse la ropa.
Harry, al otro lado de la ciudad suspiró y se dejó caer en su cama, al parecer Dean y Seamus habían salido de juerga, y le habían dejado el apartamento para él solo.
[Harry]
Gracias… creo. Te veré mañana entonces. Es hora de dormir.
[Draco]
Qué descanses, Harry.
[Harry]
Tú también.
*
And there’s no stopping us right now
And there’s no stopping us right now
And there’s no stopping us right now
I feel so close to you right now…
*
Song:
Calvin Harris
Feel So Close .mp3
http://minus.com/lPEsgHXhwMLxr