Título: Sonata
Nombre: ^_^
Reto: # 23
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mirita23Rating: N-17
Resumen: Draco tiene un trabajo estresante y cansado, pero que lo llevará directo a donde desea. Su vida entera está planificada, y todo va tal como él quiere, hasta que un músico se cruza en su camino.
Notas: Espero que te guste, Anónimo, lo hice con mucho cariño, y vaya que me ha dado varios dolores de cabeza, pero allí va... El fic tiene varios links que les permitirá escuchar y bajar las canciones...
SONATA
CAPÍTULO 2: CHICO EN EL PAVIMENTO
El sábado amaneció lluvioso y gris. Draco se sentó con lentitud y miró alrededor, por un instante se sintió confundido, pero entonces el cuerpo del chico a su lado lo hizo recordar donde estaba. En el apartamento de Theo, al otro lado de la ciudad.
La noche anterior Theo y él habían salido tarde de trabajar, y se había dejado convencer de ir al departamento por una copa. Por supuesto que Draco sabía que esa invitación tenía doble intención y después de la semana tan estresante que había tenido, le pareció que pasar la noche juntos no era mala idea. Sin embargo ahora, a la luz del día, empezaba a sentirse mal. Theo y él llevaban mucho tiempo sin compartir la cama. Había sido un alejamiento mutuo, cuando ambos comprendieron que esos encuentros no los llevaban a nada bueno, solo a destruir lentamente su amistad.
-Es temprano, duerme un rato más y luego podremos ir a desayunar si quieres -le dijo Theo, acariciándole la espalda con lentitud.
-Gracias, pero no puedo quedarme. Tengo que ir a la oficina por mi portátil y aprovechar para avanzar algunas cosas más -Draco se puso en pie y caminó, completamente desnudo, hacia el baño.
-Sabes que tanto trabajo terminará contigo, ¿verdad?
-No, Theo, tanto trabajo hará que me convierta en gerente… que sea alguien, y es una pena que tú hasta ahora no lo entiendas.
Y dicho eso, se metió al baño y se dio una rápida ducha. A veces Theo era demasiado pesado con el tema del trabajo. Draco sabía que Theo podía subir más en la organización si tan solo se esforzara, pero el chico vivía empeñado en decir que la vida había que disfrutarla y usaba eso de excusa para perder el tiempo.
*
Harry despertó cerca del mediodía, con el olor a huevos con tocino y café. Sus amigos parecía llevar bien la resaca, al igual que él, los tres tomaron aspirinas y un desayuno tranquilo.
-Debo irme -anunció Harry luego del desayuno -, tengo que hacer algunas cosas… espero verlos pronto chicos.
-Nosotros también.
Harry tomó el autobús y llegó a su apartamento, Dean y Seamus estuvieron molestándolo mientras él tomaba su violín y salía nuevamente. Era algo fastidioso que de pronto todos se sintieran interesados en su vida sexual.
Simplemente él no tenía tiempo para eso, y además, no había pasado demasiado tiempo; por lo menos él no estaba llevando la cuenta.
Bajó en la esquina de una avenida principal, llena de cafés y bares, los fines de semana tocaba allí y tampoco le iba mal. Era un buen sitio y a la gente parecía agradarle la música. Iba por la cuarta canción, una versión en violín de You Were always on my mind, cuando lo vio.
*
Draco había estado trabajando toda la mañana en la oficina y antes de llegar a casa había decidido almorzar y al finalizar, un café le pareció lo más adecuado; anduvo con su auto por varias calles y se dio un chasco al ver que la cafetería a la que normalmente iba estaba cerrada, así que le costó un poco de trabajo encontrar una nueva.
El lugar no estaba mal, y la atención tampoco. Al salir de la cafetería una música de violín lo atrajo, atónito se dio cuenta que se trataba del chico de cabellos negros y lentes redondos que siempre tocaba en la cafetería cercana a sus oficinas, anonadado dio algunos pasos más para acercarse, pero entonces el chico fijó los ojos en él y eso lo sorprendió tanto que no recordó lo resbaladiza que estaba la acera. Sintió el vaso de café escapar de sus manos y luego sus pies perdieron contacto con el piso. Le pareció que el sonido del golpe fue amplificado en sus oídos y entonces sintió un dolor agudo en la nuca.
Harry corrió hacia Draco y se arrodilló delante de él, por un instante el chico le devolvió la mirada y entonces sus ojos se cerraron.
-Hay que llevarlo a un hospital, creo que ha perdido el conocimiento -dijo una mujer mayor que también había visto la caída y parecía preocupada.
-¿Tú lo conoces? Alguien debería ir con él, pero yo estoy muy ocupado en este momento… -dijo otro hombre que miraba la escena con atención.
-No, no, para nada -negó la primera mujer.
-Alguien tiene que ir con él, dicen que en los hospitales les roban los dientes a los hombres -dijo entonces un tercer hombre, parecía no ser muy cuerdo.
-Oh, eso es horrible -se horrorizó la primera mujer -, pero yo no lo conozco, ve tú a saber si luego es un criminal o una de esas cosas horribles que salen en el noticiero…
-Yo lo conozco -interrumpió de mal humor Harry mientras otro hombre llamaba a una ambulancia.
*
-Aparentemente tiene una contusión, tendremos que esperar a que despierte, pero no se debe preocupar, todo parece estar bien -explicó el doctor; mientras le indicaba a Harry que podía pasar y lo guiaba por el pasillo hasta la cama del chico. Camino al hospital, en la ambulancia, Harry se había sentido sumamente incómodo al no poder responder a ninguna de las preguntas que le había hecho el paramédico. Ni siquiera sabía su nombre, así que tuvieron que registrar sus pertenencias. Harry admiró la billetera de cuero, se veía bonita y cuidada, y tenía en repujado una muy elegante “M”; en el interior encontraron la identificación: Draco Malfoy. Al menos ya sabían su nombre.
-Puede esperar junto a él a que despierte -le dijo el doctor, en cuanto llegaron a la habitación luego de que Draco fuera atendido en emergencia.
Harry se dejó caer en una de las sillas junto a la cama y se dispuso a esperar.
Draco Malfoy, repitió mentalmente un par de veces, el nombre se le hacía raro.
No debes esconderte
No voy a morderte
sólo quiero sentarme aquí.
No voy a molestarte
ni a darte la tarde
sólo quiero saber de ti.
Harry, lo había observado durante las mañanas en que tocaba violín en el centro empresarial, y parecía que encontrarse esa tarde había sido una suerte del destino ya que llevaba meses tocando en esa calle los fines de semana y nunca lo había visto por allá. Se inclinó un poco más hacia delante, observándolo con atención, su piel era bastante pálida, se notaba que no le gustaba estar al sol; sus cejas eran delgadas y rubias, un poco más oscuras que su cabello. Sus pestañas largas y doradas. Su nariz era fina y algo puntiaguda, al igual que su barbilla; sus labios rosados y no tan delgados, estaban entre abiertos, dejando escapar el aire suavemente. Y entonces las pestañas se agitaron suavemente, lo que hizo que Harry saltara hacia atrás.
Draco abrió los ojos confundido, por un momento pensó que aún se encontraba en la casa de Theo, pero el sonido de varias máquinas y el chico sentado junto a él le hizo darse cuenta de su error. Trató de sentarse pero entonces unas manos delicadas estaban sobre sus hombros, deteniéndolo.
-No, Draco, no debes sentarte aún -le dijo Harry mientras lo empujaba de vuelta a la cama. Los ojos grises se posaron en él y Harry se sintió algo abochornado ante esa mirada tan intensa.
-¿Qué…? -Draco parpadeó una vez más, tratando de ordenar sus ideas, el chico del violín estaba junto a él, en una cama, en un hospital.
-Te caíste, hoy por la tarde, en la calle, estabas caminando, aparentemente salías de comprar un café, resbalaste y te golpeaste la cabeza, quedaste inconsciente.
-Oh -Draco llevó la mano a su nuca y sintió el chichón; hizo una mueca por el dolor.
-Sí, te diste un gran golpe… lo lamento -añadió Harry al ver la expresión de Draco.
-¿Qué haces tú aquí? -preguntó Draco, se arrepintió inmediatamente del tono que había usado cuando Harry se apartó un poco-, me refiero a que…
-Ya… -Harry se encogió de hombros antes de sentarse nuevamente junto a la cama -, como te decía, te caíste, estabas inconsciente y no había quien te acompañara, me pareció correcto venir contigo… -Harry desvió la mirada, no le quería decir que se había preocupado por él, sobre todo porque tenía la sensación de ser algo culpable de la caída. -Tal vez no me recuerdes -dijo luego de un momento -, yo suelo…
-Tocar en las mañanas en el centro empresarial -suspiró Draco, girando con cuidado el rostro lo suficiente para verlo -, ayer no fuiste…
-Los viernes tengo tutoría, si falto, el señor Foster me haría comer las teclas del piano… -Harry soltó una risita, se sentía algo nervioso y tonto.
-¿Comer…?
-Es una broma, por supuesto -aclaró Harry -, pero ese día tengo tutorías y no puedo ir a tocar en las mañanas… aunque sí voy al atardecer, a esa hora mucha gente parece necesitar estirar las piernas y comprar café.
-Yo nunca salgo de la oficina en la tarde -comentó Draco, algo estaba tan raro en toda esa situación…
-Cierto, no te he visto en las tardes, solo en las mañanas.
-¿Me has notado entonces? -preguntó Draco, mirándolo fijamente.
Por un momento Harry no contestó nada, cuando se decidió a hablar, el amable doctor que había atendido a Draco apareció y lo hizo salir.
Porque sólo con verte
sé que eres diferente
con sólo verte sonreír.
Tus ojos fluorescentes
brillando entre la gente
pero ahora
sólo me miran a mí.
Harry esperó en el pasillo por un rato, mientras el doctor hablaba con Draco, seguramente poniéndolo al corriente de su estado.
Por un momento pensó en irse, dado que Draco ya había despertado, pero luego se lo pensó mejor, sería descortés hacer algo así.
-Señor Potter, ¿podría venir? -preguntó el doctor desde la puerta, Harry saltó y prácticamente corrió hacia la habitación.
-¿Pasó algo? ¿Se siente mal Draco? -preguntó angustiado, mientras entraba a la habitación, Draco estaba sentado sobre la cama, con los brazos cruzados y una actitud que hizo que Harry arqueara la ceja.
-El señor Malfoy necesita compañía. Él está listo para ir a casa, pero solo si tiene con quien ir, me dice que usted lo puede acompañar y quedarse con él-explicó el doctor; Harry le dio una mira a Draco, que le arqueó las cejas, instándolo a decir que sí.
-Claro, yo puedo… acompañarlo.
-Bien, si es así, entonces podremos hacer el alta. Si es que el señor Malfoy siente mareos, náuseas o empieza a hablar de manera extraña, inmediatamente debe llamar al hospital para mandar a una ambulancia -le explicó el doctor.
-Yo… claro -afirmó Harry, dándole otra mirada a Draco, que asentía con exageración.
-Bien, pasemos por aquí entonces, señor Malfoy -le dijo el doctor cuando Draco estuvo completamente vestido; Harry caminó detrás de ellos, sintiéndose confundido.
Una vez terminaron de firmar los papeles, ambos caminaron en silencio hasta el ascensor, subieron en él y bajaron en el primer piso, esquivaron a varias personas tratando de llegar a la salida del Hospital.
-¿Sabes dónde quedó mi auto? -le preguntó Draco, mientras revisaba el móvil. Tenía varios correos y mensajes que atender.
-No. Supuse que tenías un auto por las llaves que traías. Te caíste en la calle, no te vi llegar, lo siento -respondió Harry un tanto molesto porque Draco parecía más interesado en teclear rápidamente en su móvil y de pronto se sentía ignorado.
-No hay problema, debe estar en la cafetería. -Draco levantó la vista, el chico lo miraba insistentemente y sintió sus mejillas colorearse -. Lo siento, he sido muy descortés contigo -le dijo Draco guardando el móvil en el bolsillo del pantalón y extendiendo la mano hacia Harry -, mi nombre es Draco Malfoy.
-Lo sé, yo soy Harry Potter -Harry apretó la mano con fuerza -, el doctor me dijo tu nombre, no tenías número de emergencia en tu móvil, por eso no llamamos a nadie…
-No hay problema. ¿Hacia dónde vas? Tomaré un taxi, tal vez te pueda acercar a algún sitio. Además, no te he dado las gracias por haberte quedado aquí tanto rato.
-No tienes que darme las gracias -Harry frunció el ceño -, pero no puedes irte solo en un taxi, es decir… el doctor dijo que alguien tenía que vigilarte.
-Bah -Draco negó con la cabeza, pero inmediatamente se arrepintió del gesto, la cabeza empezaba a dolerle -, esas son tonterías, tomaré un taxi, luego recogeré mi auto y me iré a casa. Estaré bien.
-No puedo dejarte hacer eso, el doctor te dejó salir porque le dijiste que yo te vigilaría; de lo contrario te hubieras quedado en el hospital, en observación.
-Lo cual, evidentemente, no quería. Gracias Harry, por todo, pero no tienes que preocuparte más, yo estaré bien. Nos veremos por allí.
Draco le dio una palmada en el hombro y empujó la puerta del hospital. El viento estaba helado y parecía que pronto empezaría a nevar nuevamente. Dio unos cuantos pasos, verdaderamente se sentía débil, pero odiaba los hospitales, no se quedaría a menos que quedara inconsciente e impedido de poder protestar.
-¡Hey! -gritó Harry, corriendo tras Draco y tomándolo del hombro, lo que hizo que el chico se desestabilice un poco; casi cae al piso, pero por suerte Harry tenía buenos reflejos y lo atrapó antes de que el chico diera contra el pavimento.
-Diablos, ¿qué te pasa? -espetó Draco, soltándose rápidamente y tratando de no perder la dignidad, siendo ayudado por un extraño. Él nunca necesitaba ayuda. Nunca.
-No puedes irte solo -respondió Harry molesto; -el doctor dijo que tenías que tener alguien que te vigilara; además, evidentemente no estás en tu mejor forma si es que casi caes porque te agarré del hombro.
Draco entrecerró los ojos, mientras Harry se cruzaba de brazos, tenía una actitud bastante obstinada.
-Verás, Potter -comenzó Draco
-Harry, mi nombre es Harry -interrumpió Harry.
-Harry -corrigió Draco -, verás, Harry, gracias por todo, por tu preocupación y tu compañía, pero ahora puedo yo solo, no requiero un vigilante ni nadie que me acompañe, soy una persona capaz e independiente.
-Por más independiente y capaz que seas, Draco, el doctor solo te dejó salir porque dije que yo te vigilaría, y eso voy a hacer, te guste o no.
Ambos se observaron un largo instante, y finalmente Draco claudicó y asintió con cansancio.
-Genial -sonrió Harry -ahora, ¿qué te parece si vamos por tu auto primero y luego a tu departamento?
-Como si tuviera opción, Potter -exhaló Draco.
-¡Ese es el ánimo! -sonrió Harry mientras levantaba la mano para detener un taxi.
*
Draco dejó de teclear en el teléfono por un momento e hizo un mohín de descontento mientras Harry conducía su precioso Porsche 911 Carrera color verde rumbo hacia el departamento. Draco le había dicho a Harry que nunca dejaba que nadie condujera su auto y durante un largo rato estuvieron discutiendo sobre quién conduciría. Harry le había dicho que no había forma en que lo deje conducir porque bien podría matarlos a los dos y no, muchas gracias.
-Si lo piensas, bien podrías ser un asesino en serie y estarme llevando a casa para matarme -dijo luego de un largo rato, concentrado en responder algunos correos electrónicos que le habían llegado durante la tarde, además no quería ver a Harry manipulando los controles de su auto.
Nadie nunca manejaba su auto. Se sentía de alguna manera, abusado.
-Claro… el doctor me vio irme contigo, no te preocupes que habrá un testigo para cuando encuentren tu cadáver de aquí a unos días -asintió Harry con cansancio. Nunca pensó que ese chico fuera tan… estresante.
-No es gracioso.
-Tampoco que pienses que soy un asesino en serie -Harry volteó a mirarlo un instante, antes de seguir atento al camino -, bien podría ser solo un asesino eventual.
Draco abrió la boca y luego la cerró, confundido, la carcajada de Harry resonó en todo el auto.
-Lo siento, lo siento -suspiró Harry -, realmente eres estresante, ¿sabes? -Draco hizo un mohín de descontento -, solo quiero ayudar, no me podría ir tranquilo a casa si te dejo solo, si algo te pasara…
-Nada pasará.
-De eso me aseguraré yo -aseguró Harry, mientras Draco señalaba la puerta blanca y amplia de la cochera del edificio donde vivía.
*
Porque sólo con verte
sé que eres diferente
con sólo verte sonreír
sólo tengo tus manos
tus ojitos cerrados
y toda la noche para ti.
Y no tendré cuidado
y me perderé a tu lado
si es que tiene que ser así
me muero por quererte
pero no, no me contestes
ahora... Sólo quiero conocerte.
Draco había pensado por un instante llamar a Theo, al fin y al cabo, el único amigo que tenía en la ciudad, pero luego se desanimó al recordar la mañana de sábado, luego de que hubieron pasado la noche juntos, evidentemente daría las señales equivocadas a Theo.
Harry tampoco estaba mal, era un tipo… gracioso, reconoció Draco, habían llegado y se había ofrecido a preparar algo de comer, horrorizándose de que lo único que Draco tuviera en su nevera fuera comida congelada y botellas de agua.
Finalmente pidieron una pizza; al menos tenían el mismo gusto en eso.
-Llegó la pizza -anunció Harry desde el otro lado del departamento. Draco suspiró y se terminó de vestir luego de tomar una larga ducha; caminó con lentitud, no quería admitirlo, pero se sentía cansado y sabía que luego de comer caería como un tronco sobre la cama.
-Déjame a mí, por favor, ya has hecho mucho -le atajó Draco cuando Harry ya sacaba la billetera para pagar.
-Gracias -Harry no protestó, el dinero no era algo que le sobrara por esos tiempos y no iba a rechazar pizza gratis.
Se sentaron a la pequeña y redonda mesa del comedor, desde allí, con las cortinas abiertas se veía toda la ciudad, y Harry la admiró con entusiasmo.
-Así que… ¿No te has sentido nada mal? -preguntó Harry luego de devorar un par de tajadas de pizza.
-Estaré bien, puedes irte, prometo no morir -aseguró Draco.
Harry entrecerró los ojos.
-No tienes tanta suerte. Mira -agregó, inclinándose hacia delante -, sé que es algo raro tener un extraño en casa, pero es por tu seguridad.
-Ya…
-Ya sabes mi nombre, ¿qué más quieres saber de mí?
-No sé… ¿Por qué tocas en la calle?
-Estudio piano y violín en la Real Academia de música de Londres; me falta menos de un año para terminar de estudiar… no es un lugar barato. Tengo apoyo de la Academia, les gusta cómo toco, pero aun así no me alcanza la mayoría del tiempo, estuve trabajando en un restaurante hasta hace unos meses, pero mi jefe era simplemente insoportable. Me odiaba, creo que no le gustaba que fuera gay…
-¿Eres gay? -interrumpió Draco, no tan sorprendido en realidad.
-¿Eres homofóbico? -preguntó Harry de mala gana, pensaba que Draco también era gay.
-No, para nada, me sorprendió que lo fueras. Yo… yo también lo soy.
-Eso ya lo sabía -sonrió Harry; ante la ceja arqueada de Draco agregó -gaydar, ¿no te pasa a ti? Ver a alguien y saber que es gay.
-Sí, la mayoría del tiempo. Pensaba que lo eras, solo me sorprendió la facilidad con que lo dices.
-¿Tú no…?
-Sí, es decir, muchos lo saben, pero no es algo que ande promulgando…
-Entiendo.
-Bueno, ¿y tú jefe te odiaba por ser gay…?
-Creo que sí, siempre tenía esos tontos sobrenombres, como princesa y nena, por más que le dije que no lo hiciera, seguía haciéndolo… Siempre discutíamos… hasta que un día vino un cliente particularmente odioso, un viejo verde -Harry arqueó las cejas y Draco negó con la cabeza. -El tipo bebió de más y me pellizco el trasero.
-¿Y qué hiciste?
-Le di una buena bofetada -contestó Harry con orgullo -, a mí nadie me toca así.
-Vaya.
-Bueno, nadie a quien no le dé permiso -reconoció Harry, lo que hizo que Draco soltara una carcajada.
-¿Y qué pasó luego?
-Mi jefe se puso de parte del cliente, y lo peor fue que me dijo que seguramente yo me lo había buscado. Hasta allí aguanté. Renuncié.
-¿Y no pudiste buscar trabajo en otro restaurante?
-Tengo un amigo que trabaja en una empresa de catering y cuando hay algún evento y les falta mozos, me llama, no pagan mal, pero trabajar en un restaurante de nuevo… -Harry suspiró -es que no me gusta… unos amigos de la Academia tocan en la calle y me dijeron que no se gana mal, si tienes talento… así que decidí probar suerte.
-Tú definitivamente tienes talento -alabó Draco.
-Gracias -sonrió Harry -, no me ha ido mal, creo que he encontrado un par de buenos sitios para tocar. Además practico, algo que no podía hacer en el restaurante.
-Pero el invierno es duro, Harry, te puedes enfermar o algo.
-No, yo soy fuerte, aunque no lo parezca.
Draco sonrió, lo que hizo que Harry sonriera también.
*
Un ruido estridente lo hizo saltar del sofá, tardó un momento en darse cuenta de que se trataba de su teléfono, Dean lo estaba llamando.
-¿Qué hay? -preguntó, ahogando un bostezo.
-Zorro tramposo, ¡Ya casi es medio día!, ¿has pasado la noche con alguien? -le dijo la voz de Dean desde el otro lado de la línea, por la forma en que sonaba, Harry sabía que estaba en el altavoz.
-No de la forma en que ustedes creen -replicó Harry -estaré de vuelta en un rato más.
-No, no, después de casi dos años de no haberla metido tienes que aprovechar -dijo esta vez la voz de Seamus, Harry enrojeció violentamente pese a que sabía que nadie más estaba escuchando.
-No digas esas cosas, y eso no es cierto además. Como sea, ya los dejo, los veo más tarde.
-Disfruta, Harry -dijeron los dos a la vez, Harry colgó, negando con la cabeza.
-¿Algún novio? -preguntó Draco desde la entrada a la sala, haciendo que Harry se sobresaltara.
-Lamento haberte despertado… no recordaba que lo había dejado en sonido. Y no, no tengo novio, son mis compañeros de departamento, a los cuales les encanta meterse en cada cosa que hago.
Draco negó con la cabeza.
-Compañeros de vivienda, siempre son un problema. A la primera oportunidad que tuve, me vine a vivir solo.
-Y vaya que lo hiciste bien -asintió Harry mientras doblaba las mantas que Draco le había prestado la noche anterior -, ¿tus padres te ayudan?
-No, ellos… no. He trabajado desde los veinte años… antes de terminar la universidad. Tengo un trabajo exigente pero que te recompensa adecuadamente, como puedes ver.
-¿Y te hace feliz? -preguntó Harry con curiosidad.
Draco frunció el ceño, confundido.
-¿Feliz?
-Sí, feliz, ganas de ir cada mañana y hacer lo mejor porque es lo que te apasiona… no solo lo que paga tu renta.
Draco abrió la boca para contestar, pero su teléfono comenzó a sonar, y dio gracias a eso porque no tenía ni idea de cómo responder a esa pregunta.
Harry miró aburrido por la ventana mientras Draco se había metido a su habitación a contestar una llamada. La noche anterior había observado que Draco era de esas personas que no podía vivir sin su teléfono a mano. Divertido pensó en cómo se pondría si es que se lo escondía por un par de horas.
Es un Blackberry, la oficina en todos lados, le había dicho Draco bastante serio cuando Harry le había preguntado por qué no podía dejar de teclear durante veinte minutos al menos.
Esclaviza-berry se debería llamar le había contestado Harry, a lo que Draco había bufado.
-Lo siento -se excusó Draco saliendo de la habitación -, era mi jefe, estamos en medio de algo importante en la revista y tenemos muchas cosas que coordinar.
-¿Incluso en domingo?
-Incluso en domingo -contestó Draco. -Estaba pensando en que quiero ir a almorzar, tengo hambre… ¿Te apetece?
-Bueno, supongo que igual tenemos que almorzar…
-¡Yo invito, por supuesto! -se apresuró a agregar Draco, no había dejado de notar que Harry probablemente no tenía mucho dinero.
-No es necesario… en serio, ya veo que estás bien y supongo que no morirás ni nada de eso.
-Eso ya te lo había dicho anoche -recalcó Draco.
Harry puso los ojos en blanco.
-Insisto -le dijo Draco -, no seas antipático y acepta mi invitación.
Harry se mordió el labio inferior y asintió, en el fondo no es que quisiera irse, solo no quería que Draco le empezara a invitar cosas. Nunca le había sido fácil aceptar regalos.
-Genial -sonrió Draco.
-¿Primero puedo ducharme en tu baño? -preguntó Harry.
-¿Dónde más sino? Claro, ve, hay toallas limpias, incluso si quieres te puedo prestar algo de ropa.
-No, eso no será necesario, ya hiciste bastante prestándome esta pijama -Harry miró la camisa de seda y los pantalones, Draco había insistido en que la aceptara la noche anterior, y se sentía bastante cómoda y suave, pero extrañaba sus pantalones deportivos y sus camisetas viejas.
Mientras Harry se duchaba, Draco recibió un mensaje de Theo, preguntándole qué iba a hacer en la tarde y si no quería que se dejara caer por su departamento a pasar el rato. Dudó un momento, pero finalmente decidió ignorar el mensaje. Theo de un momento a otro parecía muy dispuesto a pasar tiempo con él y eso era algo que a Draco no le gustaba.
Porque sólo con verte
sé que eres diferente
con sólo verte sonreír.
Tus ojos fluorescentes
brillando entre la gente
pero ahora
sólo me miran a mí.
*
Song:
Hombres G
Solo quiero conocerte
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