Título: Nuestro Secreto
Reto: #09 Entre Quidditch y Pociones
Autora: Krispysly
Rating: Pg 13
Pareja: Drarry
Género: SLASH.
Disclaimer: No soy JkR
Nuestro Secreto
Todo era un gran convenio, era su más grande secreto. ¿Cómo llegó a pasar? ya no recordaba, pero la historia de ellos no es como todos la cuentan.
Sí se peleaban y tenían duelos de varitas, pero entre castigos y demás llegaron a un acuerdo. No, no iban a ser amigos, había muchas cosas que les disgustaban a uno del otro. Pero aún así llegaron a ese acuerdo.
Sabía que nunca le podría ganar un partido de Quidditch, pero siempre conservó las esperanzas de que él alumno superara al maestro. Esta demás decir que nunca lo logró, pero con el paso de los años las recompensas fueron cambiando.
Potter era un desastre para pociones, un don que era nato para él. Draco por el contrario sabía volar, pero no sabía de tácticas y destrezas. Quería entrar al equipo de Quidditch de su casa, pero para eso necesitaba ayuda, algo más que la generosa donación de escobas de su padre.
Ese era el acuerdo. Potter y el volarían dos veces a la semana y en eso el Gryffindor lo adiestraría, ya que volar era el don nato del moreno. Y dos veces a la semana Draco le daría lecciones de pociones. Era su secreto, ni los insufribles amigos de Potter tenían que saberlo, ni los amigos de Draco.
Draco entró al equipo, su objetivo era al menos estar en segundo lugar en la copa, difícilmente podía ganarle a Potter. Potter lo ayudó a cumplir con su objetivo año tras año. Draco ayudaba a que Potter no reprobara pociones. Ciertamente el Gryffindor era pésimo para la materia, pero con su ayuda al menos se mantenía al flote, año tras año.
Para el quinto curso, ya Potter no tenía más nada que enseñarle a Draco, no era tan bueno como él, pero era el segundo mejor buscador del colegio. Pero al contrario de Draco, Potter necesitaba del rubio para pasar sus TIMOS.
Allí es cuando las cosas cambiaron. ¿Qué le podía ofrecer Potter a cambio de sus lecciones? Comenzaron volando juntos. Siempre era agradable volar con Potter aunque nunca se lo dijera. Después Potter le enseñaba los hechizos que les daba a sus amigos en el grupito aquel D.A. Seguían pasando cuatro noches a la semana juntos. No, no eran amigos, pero se sentían cómodos el uno con el otro.
Y entonces Potter comenzó a salir con la chica esa de Ravenclaw y algo dentro de Draco se revolvía. Nunca hablaron del asunto, y Draco se dejaba ver con más frecuencia al lado de Pansy.
Para el sexto año, las cosas cambiaron radicalmente. Draco terminó su convenio con Potter. Tenía cosas más importantes de las que preocuparse. Y aprender hechizos de defensa o volar con el Gryffindor no lo iba ayudar de nada.
Potter comenzó a seguirlo. A interrogarlo, a tratar de convencerlo, pero ya nada tenía sentido. Potter era uno de los mejores de la clase en Pociones ahora que Snape no era el profesor. Así que Draco sabía que Potter quería otra cosa. Decidió por su propio bien ignorar por completo al moreno.
Después de que Potter lo fuera a visitar a escondidas a la enfermería luego de aquella desastrosa pelea en el baño, Draco se sintió nuevamente confundido. Potter le pidió perdón y casi le rogó que fueran nuevamente amigos. “Pero nosotros nunca fuimos amigos Potter” y la desilusión en esos brillantes ojos verdes le estrujó el corazón. “Tal vez podemos llegar a serlo” recuerda haber dicho. Esa fue la primera vez que Potter lo miro con esa intensidad que lo llenaba de calor y necesidad.
Y entonces comenzó a salir con la comadrejilla. Y el peligro de sus padres era cada vez más inminente. Así que volvió a ignorar al Gryffindor. A huirle, a esconderse de ser necesario, pero el maldito Gryffindor siempre lo encontraba. Siempre intentaba enfrentarlo o hablarle algo y Draco se mantuvo en silencio.
Hasta aquella vez que se encontraron solos en el aula de pociones y Potter lo besó. Y el mundo de Draco dio vueltas porque no sabía cuánto había anhelado ese beso hasta ese momento. Y tras ese hubo muchos más, siempre en el aula de pociones.
Cuando los besos no fueron suficientes, se encontraron en el campo de Quidditch y por primera vez Draco se corrió sintiendo que se moría. Potter lo llevaba a la cima. Siempre en el campo de Quidditch o el armario de las escobas o en los vestidores.
La noche en que murió Dumbledor y Draco salió huyendo entre los gritos y las maldiciones se encontraron sus miradas y quiso regresar, pero ya no podía. Ya todo estaba hecho. Esa noche Potter encontró consuelo en los brazos de la Weasley y Draco en el de su madre.
Nada volvió a ser igual entre ellos. Pero Draco siempre recordará lo que vivió con Harry aquellas noches entre Quidditch y Pociones.
Fin.