Fandom: Caminos torcidos [Original]
Claim: Samuel Ojeda/Diego.
Advertencias: Humor.
Rating: K.
Para|Prompt:
crack_and_roll,
menteoriginal &
quinesob | Puerta de la Tabla
Media |Humor del drabblethon.
Palabras:449.
Resumen: Profesor Samuel, ¿sabe lo que son los buenos modales?
Veces y veces
Habían veces en las que Diego se quedaba más tarde de lo debido para hablar con el profesor de música, Samuel, quién tenía el deber -o la manía, a estas alturas ya no sabía bien- de ayudarlo a mejorar su carácter, según las propias palabras del profesor, para que espabilara y dejara de ser acosado por los alumnos del colegio.
Diego había aceptado la propuesta, más que nada porque el profesor un día lo tomó de los hombros y lo arrastró a la Sala para hablar con él, si era sincero no quería que nadie se metiera en su vida, pero no había podido ser capaz de enfrentarse a la mirada agresiva del maestro y negar su propuesta.
Habían veces, también, en las que Samuel lo sacaba de la Sala de profesores y lo hacía ir al patio para enseñarle artes marciales, según él para no sólo fortalecer su carácter, sino también, su cuerpo.
Y él se quedaba hasta tarde, sudando y completamente cansado porque Samuel le exigía demasiado. Pero no se quejaba, como por todas las cosas que le pasaban en la vida, no se quejaba.
Pero, habían veces, como esa, en las que Diego sentía unas ganas mortales de sacar fuerza de alguna parte de su debilucho cuerpo para golpear a su ahora mentor de artes marciales Samuel. ¿Razón? La forma de comportarse que éste tenía.
-Profesor Samuel… -llamó, despacio, casi como un soplo de viento.
Samuel, que en ese momento aparecía detrás de una enorme puerta transparente, le miró casi con curiosidad.
- ¿Qué?
Diego suspiró y tembló un poco, una manía que tenía desde hace tiempo y que aún no podía erradicar -ni siquiera con las clases extras de Samuel-.
- ¿Usted no conoce algo llamado buenos modales? -Cuestionó de nuevo con aquel tono de voz casi inexistente. Incluso Samuel tuvo que agacharse un poco para escuchar con claridad. Diego vio como el profesor se encogía de hombros.
- ¿Por qué lo dices? -miró a sus espaldas y vio a un grupo de jovencitas-. A ellas les abrí la puerta, así que estoy bien.
Un pequeño tic apareció en el ojo izquierdo de Diego.
-P-Pero detrás de ellas venía un joven cargado con cajas, usted que estaba cerca debió de haberle ayudado al menos a sujetar la puerta para que pasara…
Samuel se encogió de hombros.
-No, porque si ese hombre podía cargar las cajas, perfectamente podía abrir la puerta con una pierna. Yo sólo soy caballero con las damas, no con machos.
Diego se golpeó la cabeza, pensando que quizás él también debería tomar a Samuel de los hombros para enseñarle a tener buenos modales con toda la gente, no sólo con las mujeres.