De regreso...
Bueno, para ser honesto hace varios dias que estaba acá, pero por diversas razones no había alkcanzao a escribir una entrada. Apenas estuvimos una noche allá, pero desde entonces siempre ha surgido alguna cosa que me distrae de esta bitacora. El viaje de ida fue bastante cómodo. Nos fuimos con la Linea El Rápido y estabamos bastante cómodos. Afortunadamente llevé el libro "Yuri" de Troyat que mi hermana hace muchísimos cumpleaños me había regalado. Se demoró tanto el viaje (Más de ocho horas en total. En condiciones normales (o más bien óptimas) apenas dura unas seis horas el viaje Santiago/Mendoza) que no solamente leí el libro íntegro, sino que me sobró tiempo para escuchar música, leer el diario, y deleitarme con la sesión de séptimo arte que nos entregó el bus: Scary Movie 1, 2, 3 y 4... y, para cerrar la jornada cinematográfica con una joya: "Rocky Balboa" protagonizada, escrita y dirigida por Sylvester Stallone.
Siempre que voy a Mendoza, me digo que debería llevar la cámara para fotografiar la ciudad. Sin embargo, una vez que estoy allá, termino agradeciendo que no la he llevado. Me parece que lo que me gusta de la ciudad (no sus alrededores) son las tiendas , mercados y ferias artesanales, pero eso-al menos por mi parte- debilmente puedo transmitirlo a través de una imagen. Al llegar a "la" terminal (como dicen los argentinos) nos esperaban, e inmediatamente fuimos al departamento que nos habían reservado. Demoró tanto el trámite de la aduana, que apenas llegados, mi padre decidió sacar el viaje de regreso...para el dia siguiente a la tres de la tarde. Tras los trámites que teníamos que hacer en la ciudad, fuimos al Tenedor Libre "Las Tinajas", célebre para los chilenos que frecuentan esa ciudad que repletan sus estomagos con toda la comida que allí ofrecen. No pretendí ser la excepción.
El regreso en un Minibus fue horrible. He viajado por caminos malos, en condiciones pauperrimas, pero este viaje que duró no mucho mas de seis horas puedo considerarlo como uno de los más incómodos que he tenido. (Ironías. Me apuré por aprovechar de comprar algunos libros para el regreso, ya que allá son mucho más baratos que en Chile y a duras penas pude leer unas cincuenta páginas de "Netochka" ante las miradas entre incrédulas y también un tanto sarcásticas de mi padre, quien hacía no pocos esfuerzos por mantener cierto equilibrio en su asiento) No solamente el conductor parecía creerse en una pista de Formula 1 en plenos caracoles, sino que además los amortiguadores eran casi inexistentes. Rogaba para que encontraramos un taco o algo que le permitiera tener una conducción más normal. Al tomar un taxi para regresar a casa, el asiento del taxi era casi como un lugar en el edén para mi retorcida anatomía.
Al llegar, aparentemente las quejas que hicimos respecto al Servico del Correo Postal parecieron tener un efecto positivo: Recibí una tarjeta navideña de pro_es y el disco de damiel ¡MUCHAS GRACIAS! :o)
Más detalles después...
Siempre que voy a Mendoza, me digo que debería llevar la cámara para fotografiar la ciudad. Sin embargo, una vez que estoy allá, termino agradeciendo que no la he llevado. Me parece que lo que me gusta de la ciudad (no sus alrededores) son las tiendas , mercados y ferias artesanales, pero eso-al menos por mi parte- debilmente puedo transmitirlo a través de una imagen. Al llegar a "la" terminal (como dicen los argentinos) nos esperaban, e inmediatamente fuimos al departamento que nos habían reservado. Demoró tanto el trámite de la aduana, que apenas llegados, mi padre decidió sacar el viaje de regreso...para el dia siguiente a la tres de la tarde. Tras los trámites que teníamos que hacer en la ciudad, fuimos al Tenedor Libre "Las Tinajas", célebre para los chilenos que frecuentan esa ciudad que repletan sus estomagos con toda la comida que allí ofrecen. No pretendí ser la excepción.
El regreso en un Minibus fue horrible. He viajado por caminos malos, en condiciones pauperrimas, pero este viaje que duró no mucho mas de seis horas puedo considerarlo como uno de los más incómodos que he tenido. (Ironías. Me apuré por aprovechar de comprar algunos libros para el regreso, ya que allá son mucho más baratos que en Chile y a duras penas pude leer unas cincuenta páginas de "Netochka" ante las miradas entre incrédulas y también un tanto sarcásticas de mi padre, quien hacía no pocos esfuerzos por mantener cierto equilibrio en su asiento) No solamente el conductor parecía creerse en una pista de Formula 1 en plenos caracoles, sino que además los amortiguadores eran casi inexistentes. Rogaba para que encontraramos un taco o algo que le permitiera tener una conducción más normal. Al tomar un taxi para regresar a casa, el asiento del taxi era casi como un lugar en el edén para mi retorcida anatomía.
Al llegar, aparentemente las quejas que hicimos respecto al Servico del Correo Postal parecieron tener un efecto positivo: Recibí una tarjeta navideña de pro_es y el disco de damiel ¡MUCHAS GRACIAS! :o)
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