Asunto: Asunto: Asunto: Asunto: Asunto: Asunto:
Te temo. Te tengo aquí a mi lado, y no sabes cuánto miedo siento.
Mis pies están muy fríos, y entonces los cubres con la sábana, me acercas a tu cuerpo para mantenerme tibia. No te quejas de mis helados pies, aunque los frote contra tus piernas. No te quejas de que mi cabello se vuelva una maraña y te pinche la nariz. No te quejas de mi aliento a cigarro, impregnado también en mis labios. No te quejas de nada.
Me abrazas fuertemente, como pidiéndome que no me vaya. De nuevo, me aterras.
Te miro entonces de reojo, queriendo y no queriendo. Veo tus manos entrelazadas a las mías, siento tu respiración cerca de mi hombro. Estás queriendo absorber mi aroma, como para no perderlo. Me uno a ti en un abrazo encantador, porque es lo único que tengo. Sólo así te tengo.
Es por eso que te temo. Tú no me quieres nada y yo quiero no quererte. ¿Cómo no voy a quererte, si no te quejas de nada?
¿Cómo no voy a quererte, si me tienes aquí, atrapada entre tus brazos como pidiéndome que no me vaya, con los ojos cerrados, esperando a que te llegue el sueño, escuchando mi respiración, tocando mi piel, y todo, todo eso... sólo esperando que yo no crea que me quieres?
Muy aparte de esto, y todo lo que tengo que decir es que me siento bien, muchas cosas hacen que me sienta bien. Me siento bien porque no estás aunque o estés. Me siento bien porque no sólo es él, sino que hay más. También porque, tengo la oportunidad de la euforia. Me siento extravagante, altiva, y un poco mareada, de tanto imaginar. Me siento imaginativa, y de verdad, muy poco literal.
Mis pies están muy fríos, y entonces los cubres con la sábana, me acercas a tu cuerpo para mantenerme tibia. No te quejas de mis helados pies, aunque los frote contra tus piernas. No te quejas de que mi cabello se vuelva una maraña y te pinche la nariz. No te quejas de mi aliento a cigarro, impregnado también en mis labios. No te quejas de nada.
Me abrazas fuertemente, como pidiéndome que no me vaya. De nuevo, me aterras.
Te miro entonces de reojo, queriendo y no queriendo. Veo tus manos entrelazadas a las mías, siento tu respiración cerca de mi hombro. Estás queriendo absorber mi aroma, como para no perderlo. Me uno a ti en un abrazo encantador, porque es lo único que tengo. Sólo así te tengo.
Es por eso que te temo. Tú no me quieres nada y yo quiero no quererte. ¿Cómo no voy a quererte, si no te quejas de nada?
¿Cómo no voy a quererte, si me tienes aquí, atrapada entre tus brazos como pidiéndome que no me vaya, con los ojos cerrados, esperando a que te llegue el sueño, escuchando mi respiración, tocando mi piel, y todo, todo eso... sólo esperando que yo no crea que me quieres?
Muy aparte de esto, y todo lo que tengo que decir es que me siento bien, muchas cosas hacen que me sienta bien. Me siento bien porque no estás aunque o estés. Me siento bien porque no sólo es él, sino que hay más. También porque, tengo la oportunidad de la euforia. Me siento extravagante, altiva, y un poco mareada, de tanto imaginar. Me siento imaginativa, y de verdad, muy poco literal.