Título: Valle Letargo
Fandom: Naruto.
Resumen: De no haber sido porque su instinto de superviencia tomó el mando, en lugar de estar huyendo por los techos de Valle Letargo, Naruto estaría tirado a la mitad de la calle en medio de un charco de sangre. Línea temporal: antes del examen para chuunin.
Raiting: PG-13.
Género: Sobrenatural/Aventura
I.-
Valle LetargoII.-
UikoIII.-
RuinasIV .-
BibliotecasV .-
Comida y flores Nota: El personaje del título del capítulo lo bautizó
telrunya. xP
VI. Aragaki Tatsuya
Naruto estaba furioso con todo el mundo. No podía creer que se le negara ayuda al pueblo porque existía la posibilidad de que no quisiera pagar. Pero tampoco era sólo culpa de Kakashi-sensei y el sistema de trabajo de Konoha. Los habitantes Valle Letargo habían tenido año y medio para pedirle a alguien capacitado que les ayudara sólo porque no querían que se extendiera la noticia. Era injusto y egoísta, y ahora por eso, un grupo de turistas pagaba las consecuencias. Sinceramente, Naruto esperaba que Valle Letargo se quedara en la ruina por no haber actuado antes.
El genin rubio recorrió el camino de vuelta a la casa de Iwahara con las manos metidas en los bolsillos, arrastrando los pies y los ojos fijos en el suelo. De vez en cuando lanzaba miradas furtivas a Sasuke y a Sakura-chan. A juzgar por sus caras, sobrellevaban mejor la situación, parecían incluso haberse resignado a semejante infamia.
Kakashi-sensei iba un poco atrás de ellos; todavía renqueaba un poco, a pesar de que su herida iba sanando bien. Llevaba la comida que habían pedido del restaurante. Lo hacía con toda seguridad como una disculpa por haberse comportado como lo había hecho los últimos días.
Tan pronto entraron a la casa donde se hospedaban, Noriko tomó los paquetes de las manos de Kakashi-sensei y le pidió que por favor fuera al estudio. Su marido y el alcalde de Valle Letargo lo estaban esperando.
-Muy bien -respondió Kakashi-sensei, aunque era obvio que no lo esperaba. Ninguno de ellos lo esperaba.
Los tres genin hicieron ademán de ir tras su maestro, pero Noriko se interpuso.
-Sólo lo requieren a él -explicó -. ¿Por qué no me acompañan a la cocina? Estoy a punto de comenzar a preparar galletas -añadió con una sonrisa nerviosa.
Kakashi-sensei asintió antes de retomar el camino al estudio. Los chicos no tuvieron más remedio que ir detrás de Noriko.
La mujer dejó los paquetes de comida en la mesa y se volvió hacia la harina, huevos, leche, azúcar y mantequilla que había dejado en el otro extremo.
-¿Les gustan de vainilla o de chocolate?-preguntó.
-Chocolate -dijo Naruto.
-Vainilla -dijo Sasuke al mismo tiempo.
Naruto se volvió hacia Sasuke, quien le devolvió la mirada. Estaban a punto de empezar a discutir cuando Sakura-chan preguntó por su spaghetti. La mención del platillo desaparecido los sobresaltó a ambos y se olvidaron de las galletas.
-No lo encuentro por ningún lado...-dijo la chica después de abrir los platos desechables que les dieron en el restaurante.
-Eh...-balbuceó Sasuke.
-Ugh...-Naruto hizo una rápida lista de excusas que iban desde "se estaba enfriando y se iba a echar a perder" hasta "fue Sasuke."
Sakura-chan exhaló un profundo suspiro. Sin darse cuenta, Naruto retrocedió hasta quedar de espaldas contra la pared.
-Tal vez se les olvidó dárnoslo -ofreció Sasuke, que de alguna manera había llegado junto a Naruto.
-Sí, tal vez...-murmuró Sakura -. Es una lástima, estaba delicioso.
-Oh, sí -dijo Naruto, pero fue interrumpido por con codo que se encajó en sus costillas -. Es decir, ¿por qué no comes algo más, Sakura-chan? Aún queda bastante.
-Eso haré -dijo ella.
Ascendió un suspiro de alivio del lugar donde estaban Naruto y Sasuke.
-Noriko-san, ¿qué es lo que quiere el alcalde con Kakashi-sensei? -preguntó Sasuke una vez que decidieron que serían galletas de vainilla con chispas de chocolate (fue elección de Sakura) y Sakura comía tranquilamente un emparedado de albóndigas. Naruto, que muy entusiasta ayudaba a mezclar los ingredientes, miró hacia donde estaba su compañero de equipo.
-Ah, eso...-murmuró Noriko, haciendo una pausa para quebrar el segundo huevo -. Um, no se preocupen, son cosas de adultos.
-Sea lo que sea, también nos incumbe -insistió Sasuke. Sus ojos estaban entrecerrados, y era evidente que no se contentaría con evasivas o negativas.
-Sasuke-kun tiene razón -dijo Sakura; la chica había abandonado el emparedado y se había acercado a Sasuke -. Si se metió en problemas, probablemente fue culpa nuestra.
Naruto comenzó a batir un poco más despacio.
-Y si no lo fuera -dijo -, es nuestro maestro.
Un suave sonido mezcla de un suspiro y un sollozo escapó de los labios de Noriko. La mujer le quitó a Naruto el tazón y la cuchara, la cual hizo girar lentamente dentro de la masa que se hacía más espesa cada vez.
-Fue culpa mía -dijo al cabo de un momento -. Anoche los escuché decir que habían encontrado una manera de detener a los demonios, y hoy en la mañana fui a hablar con el alcalde, para que les pidiera ayuda.
-Pero eso no es malo -dijo Naruto -. Kakashi-sensei enviará un mensaje a Konoha y un equipo de jounin llegará aquí dentro de un par de días y arreglarán todo en un momento.
Naruto ya se había resignado a eso, dado que algo era mejor que nada.
Noriko negó con la cabeza.
-No saben toda la historia -dijo.
-Sabemos lo de los turistas que atacaron -dijo Sasuke -. Lo escuchamos sin querer.
Por instinto, Naruto brincó a atrapar el tazón que Noriko dejó caer antes incluso que Sasuke terminara la frase. Cuando la miró de nuevo, la mujer estaba muy pálida, con la mandíbula desencajada.
Con movimientos torpes, Noriko tanteó la mesa buscando apoyo. Se frotó el rostro con su mano libre.
-De todas formas, no puedo decirles...-masculló.
-Díganos -dijo Sasuke, su tono era serio y firme.
-Por favor, necesitamos saber, Noriko-san -dijo Sakura, colocando una mano sobre el hombro de Noriko.
Noriko se tomó unos momentos para recobrar la compostura. Comenzó a hablar, vacilante, pero conforme avanzaba, lo hacía más rápido. En ningún momento levantó los ojos para ver los rostros de los genin, y cuando terminó, Naruto estaba temblando de furia. Con un rugido, salió corriendo de la cocina, directo al estudio.
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-Buenas tardes -dijo Kakashi al entrar al estudio de Iwahara.
-Buenas tardes -respondió un nombre de pie al lado de la silla de ruedas de Iwahara; era un hombre alto, fornido, de alrededor de unos cuarenta años, con cabello castaño que comenzaba a encanecer. Su brazo izquierdo terminaba antes de donde debiera estar el codo. Vestía un traje y corbata, de color azul oscuro.
-Siéntese, por favor -añadió señalando uno de los grandes y cómodos sillones frente al escritorio.
Kakashi hizo lo que le indicaban. Notó que Iwahara estaba muy nervioso; su respiración era irregular y abría y cerraba las manos constantemente. No auguraba nada bueno.
-Mi nombre es Aragaki Tatsuya -dijo el hombre -, soy el alcalde de Valle Letargo.
Kakashi asintió en reconocimiento.
-Ha llegado hasta mi conocimiento no sólo su línea de trabajo, sino que usted y los jovencitos que lo acompañan han encontrado la manera de detener la plaga que nos acosa.
Kakashi asintió de nuevo, lo que hizo sonreír a Aragaki satisfecho por haber recibido información correcta.
-Bien, puesto que tienen resuelta más de la mitad de la cuestión, es mi deber pedirles que nos auxilien.
-Contactaré de inmediato un equipo que se encargará de solucionar su problema -dijo Kakashi.
-¿Cuánto tiempo les tomaría en llegar? -preguntó Aragaki .
-Tres días -respondió Kakashi, haciendo un cálculo estimado del tiempo que les llevaría a un equipo de jounins sin carga excesiva llegar de Konoha a Valle Letargo.
-No es suficiente -dijo Aragaki, casi en un gruñido -. Necesitamos que se resuelva esta misma noche.
-Con todo respeto -dijo Kakashi -, si han podido esperar más de un año, pueden esperar tres días más.
-No lo entiende -dijo Aragaki .
Por supuesto que lo entiendo, pensó Kakashi: se trata de parchar torpemente una tragedia que se pudo haber prevenido.
Tal como Kakashi lo había supuesto, Aragaki se embarcó en una explicación sobre los turistas que encontraron heridos en la cabaña de Uiko, y sobre cómo no podían permitir que la noticia trascendiera. Lo más que debería suceder era que, cuando regresaran a su lugar de origen, nadie les creyera porque Valle Letargo podía probar que era del todo seguro las veinticuatro horas del día. Por supuesto, en la versión oficial, los chicos (por fortuna, todos en el grupo eran menores de veinte años) se habían sobrepasado con sustancias ilegales y ellos mismos se habían causado esas heridas.
Kakashi frunció el ceño.
-Lo siento -dijo -, pero mi equipo no está preparado...
-No-interrumpió Aragaki -. El asunto tiene que estar arreglado para mañana.
Kakashi se puso de pie.
-Lo siento, pero me rehúso a exponer a unos niños a...
-En ese caso, no nos deja usted más remedio que silenciar por completo a los testigos -Aragaki hizo una pausa para que la información se asentara bien. De reojo, Kakashi vio cómo Iwahara enterraba la cara entre sus manos -. No será difícil; basta con que alguna enfermera inepta les inyecte una ampolleta mal etiquetada.
Kakashi apretó los puños. La situación había dado un enorme giro ahora que había rehenes involucrados. Tendría que echar mano de toda su diplomacia para salir de ese problema y asegurar el bienestar de aquellos muchachos.
La puerta se abrió de golpe.
-¡Lo haremos!-exclamó Naruto, la mano apretando furiosamente la manija de la puerta, su respiración muy agitada.
Kakashi hizo una mueca detrás de su máscara y no pudo evitar despedirse irónico de la diplomacia.
Kakashi estudió el rostro de Naruto con cuidado. El genin estaba determinado y hablaba en serio. Con toda seguridad, había escuchado lo de los rehenes, pero no en el momento en que Aragaki los mencionó, o hubiera entrado mucho antes.
Sasuke y Sakura entraron poco después. Miraron alrededor, tratando de evaluar la situación. Sin embargo, era obvio que también sabían lo que ocurría.
Kakashi simplemente dijo 'No' en su tono más autoritario.
-Pero...-comenzó Naruto.
-Dije que no -repitió Kakashi -. Ustedes se quedarán aquí mientras yo me encargo de romper los sellos.
-Kakashi-sensei -intervino Sasuke -, para ir de un punto a otro debe cruzar todo el pueblo en un minuto, ¿podrá hacerlo con esas cosas atacándolo?
-Además, todavía no está del todo bien de su pierna -dijo Sakura.
-Si nosotros ayudamos será más fácil y rápido -dijo Naruto.
-Está todo arreglado, entonces -dijo Aragaki.
Kakashi giró de nuevo hacia él. Comenzaba a enojarse con ese arrogante estúpido.
-No te corresponde tomar esas decisiones, Tatsuya -dijo alguien desde la puerta. Era Noriko. Estaba pálida pero se veía tan resuelta como el que más.
-Me corresponde cuando se trata de garantizar el bienestar del pueblo -replicó Aragaki.
-¡Si tanto te preocupamos debiste habernos permitido actuar antes!-exclamó la mujer.
-Noriko tiene razón, Tatsuya-kun -dijo Iwahara acercando su silla de ruedas -. No puedes hablar en serio, son sólo niños.
-¡Esos niños han sido entrenados para lograr cosas que tú y yo apenas podemos imaginar, Toshio!-dijo Aragaki señalando a los tres genin -. Confío plenamente en que podrán librarnos de la maldición esta noche si se lo proponen.
-Podremos -dijo Sasuke -; si Naruto pudo esquivarlos por casi media hora, siete minutos no serán problema para nosotros.
Naruto se volvió hacia Sasuke mostrándole todos los dientes y levantando en alto las manos, los dedos arqueados como si se tratara de garras.
Kakashi contó hasta diez.
-Necesito hablar con mis alumnos -dijo tomando con una mano el collar de la chaqueta de Naruto y con la otra el de la camisa de Sasuke.
-Tiene una hora para decidir -dijo Aragaki -. Eso le dará suficiente tiempo para organizar su estrategia. O a mí oportunidad de hablar con el director del hospital.
La charla fue larga y nada agradable, pero era cierto que la decisión ya había sido tomada. Ninguno de los miembros del equipo 7 estaba dispuesto a permitir que esa gente muriera. Así que, al final, Kakashi se resignó a notificar a Aragaki que aceptaba la misión.
El ambiente en el estudio era muy tenso cuando Kakashi entró de nuevo. Noriko estaba vuelta hacia la ventana, los brazos cruzados; la cabeza de Iwahara colgaba miserablemente sobre su pecho, y Aragaki se recargaba contra el escritorio, fumando un cigarro.
El alcalde de Valle Letargo rezumaba satisfacción al salir del edificio, tras decir que Kakashi podría pasar por su paga a su oficina la mañana siguiente.
Poco después, el equipo 7 salía de la casa. Llevaban consigo el mapa del pueblo con los puntos donde se encontraban los sellos marcados con círculos rojos. Los recorrieron todos; cada uno de los ninjas memorizó la ubicación de cada uno de los puntos.
Antes de separarse, Kakashi les deseó mucha suerte a los genin. Les advirtió que tuvieran mucho cuidado y que no se confiaran; las criaturas eran muy inteligentes, mucho más de lo que él hubiese querido.
Por fin fueron a adoptar sus posiciones, a esperar a que cayera el sol.
Se comunicarían todo el tiempo por radio, pero en realidad estarían solos.
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