Miércoles // Noche // Enfermería

[lamparitadejunk]

Suigintou recuerda haber chocado contra algo (puerta, muro…) y luego debe haber quedado inconsciente, porque ahora se haya tendida. Ni más ni menos que en una cama blanca, como la de Megu en el hospital

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[matt_dn]

*Camina por uno de los pasillos del tercer piso, rumbo a la torre de Gryffindor, su nuevo escondite temporal. Había estado en las cocinas, teniendo un bocadillo nocturno. Ahora come de noche para evitar encontrarse con Mello, ya que aún no se atreve a encararlo desde el incidente de la poción. Esta vez sí que la hizo, Mello no lo perdonará por un buen tiempo, de eso está seguro.

Se detiene un momento para sacar un cigarrillo medio machucado del bolsillo de sus jeans. Se lo lleva a los labios, pero es interrumpido antes de poder encenderlo. De la habitación a su derecha había provenido un ruido seco que llamó su atención. Por el letrero se da cuenta que se trata de la enfermería. ¿Tal vez alguien enfermo tiene problemas? Duda un momento antes acercarse a la puerta y abrirla. Al hacerlo se encuentra cara a cara con una chica.*

¡Dios! *Exclama sorprendido, no esperaba encontrar a alguien justo detrás de la puerta.* ¡Casi me matas de un susto! *Mira de nuevo a la chica, esta vez calmado.* Hey, pero si eres tú... la muñeca que me ofreció té la otra vez. *No recuerda su nombre* ¿Qué haces aquí a esta hora? ¿pasó algo?

[lamparitadejunk]

*No entiende realmente nada de lo que ese humano está diciendo.
Además, él huele a frituras y humo de cigarrillo: Suigintou tiene terror de esos productos, que pudieran manchar su piel de porcelana fina y arruinar sus hermosos vestidos.*¿De qué demonios estás hablando?*Gruñe entre dientes, observándolo con fijeza. Frunce los labios y aprieta los puños. Se recuerda que ahora es de carne y la vergüenza asoma con un sonrojo. Nunca será Alice. No con ese cuerpo que le es tan ajeno. Y ese humano todavía no entiende la catástrofe que le significa. Jamás verá a su Padre, nunca recibirá sus caricias, ni felicitaciones. Su adoración. El amor que tanto anhela. Sólo entonces, una idea se enciende a pesar de su desesperación, iluminando su rostro lívido.*Espera un momento! ¿Tú no eres un mago?*Sin darle tiempo a contestar, lo sujeta por la camisa y lo atrae hacia sí. Sus pupilas se dilatan y al entrecerrar los ojos, da un aspecto siniestro por su extrema determinación.*Tienes que volverme a la normalidad, mago humano.*Declara sin más.*