fandom: Chrno Crusade
claim: Chrno/ Rosette Christopher
tabla:
Ilusoria título: ¿Se necesita decir más?
resumen: Colección de drabbles. Chrno y Rosette... ¿Se necesita decir más?
géneros: Drama, Romance, Comedia.
advertencias: T. Posible lime o lemmon y mucha miel sobre las heridas. Hipersensibles: Necesitarán una caja de kleenex, un café amargo o un limón y pastillas para el dolor de cabeza.
disclaimer: Chrno Crusade no me pertenece, es de Daisuke Moriyama y la tabla (ilusoria) pertenece a la comunidad de treinta vicios.
tema: #014 - Frente al espejo
notas: Mírate, eres un niño. Pero sólo en apariencia. Mírala. Parece mayor que tú pero es una niña. La apariencia no lo es todo sin embargo dice muchas cosas. (
ff@net )
Le molesta su aspecto, mucho. Pero le molestaría más ser rechazado en base a eso, solo por ella.
Teme secretamente el día en que ella envejezca y que la diferencia de edad se haga más palpable. 10 ó 15 años, sería demasiado. Aunque no habría punto de comparación con lo que él ha vivido… Es algo que todos desentienden más que su naturaleza.
De pronto, cae como un rayo sobre un árbol solitario la crudeza del sacrificio del contratista. Y Chrno se ve incapaz de reprimir una mueca agónica. La vida de Rosette pende de un hilo y es muy probable que ella no llegué a los próximos quince años. Él no se ha visto con la suficiente entereza como para decirle que es excesivamente optimista al pensar que llegara cerca de los treinta…
En el espejo, los ojos carmesí recorren con tristeza las suaves pero firmes líneas de su mandíbula, propias del joven que abandona la tierna infancia. No lo suficientemente cuadradas como para expresar madurez, la nariz todavía pequeña y respingada levemente ─como lo estaría en su aspecto adulto─, los pómulos sin sobresalir del rostro redondeado.
Se siente culpable por no lucir como era antes, mayor que ella.
Los hombros pequeños y la espalda sin anchar, los músculos infantiles macizos pero no tan fuertes. Los brazos y piernas delgados y en conjunto, el peso ligero de aquel cuerpo.
─Es increíble que hayas podido adaptarte a ese cuerpo, Chrno. ─El anciano frotaba sus gafas contra la bata de laboratorio. El demonio respondió con un encogimiento de hombros, cavilando «tiempo es lo único que tuve de sobra».
Sacudió la cabeza con pesar y fijo la mirada en sus ojos. Los observó crítico, como si fueran de un desconocido. No tenían nada de infantiles; eran unos ojos diferentes, singulares.
De un color carmesí brillante, poco común en los humanos ─aunque tampoco creía que la aguamarina de los de ella fuera muy común, incuso los de Joshua eran más oscuros─; tenían un tinte de sabiduría y madurez como si pretendieran desentrañar los misterios más antiguos. En ellos encontró: calidez y frialdad, la primera eclipsando a la segunda. A primera vista la segunda parecía inexistente, pero estaba presente y dejaba una notoria marca. Remordimiento y dolor. Un dolor tan antiguo que se desvanecía poco a poco, lenta pero efectivamente. Alegría y determinación. Con la que se negaba a verla morir por él, esta vez se irían juntos…
Secretamente se atreve a compararlos con los de ella. Encontrando una pureza que no existirá en los ojos de quién ha cobrado vidas de sus iguales. Pero en ellos ves una madurez diferente a la tuya, una, que suele ser confundida con obstinación e impulsividad… pero es cierto que ella ha madurado.
Una luz se enciende en su cabeza y hace que las edades o apariencias se despojen de todo significado. Son inservibles ahora, y más cuando ha notado que incluso en los actos impulsivos de ella, está escrita a fuego la madurez que siempre poseyó.
Incomprensible para los humanos e invisible para tus ojos, antiguamente ciegos. La madurez de quien vive el día a día, de quién dice ─aún sin palabras─, lo que tiene que decir cuando lo piensa y que no deja cabos sueltos. Alguien que verdaderamente entiende lo etéreo del tiempo.
Puede; que actué como una niña, que luzca como una a pesar de su cuerpo adolescente. Pero en realidad no lo es. Es una adulta, se hizo adulta en el momento en que decidió entregar su vida para beneficio de otra persona. En ningún momento actúa con inconsciencia, a pesar de que es inconsciente, pues dentro de esta se encuentra la verdadera consciencia. Es tanto o más madura que él, a su manera única e irrepetible.
Entonces ¿importa?
No. Dejará atrás aquella molesta voz interior que repite con la constancia del romper de las olas del mar: «Mírate, eres un niño. Pero sólo en apariencia. Mírala. Parece mayor que tú, pero es una niña» La apariencia no lo es todo, él juraría que su alma ha renacido tantas veces como años él ha vivido; ¿de qué otra manera podría explicar aquella peculiar sabiduría?
Su reflejo le devolvió una sonrisa y sus ojos centellaron con alegría.
tema: #009 - Engaño mutuo
notas: Hazle creer que no lo quieres, para que él no se vea obligado a olvidarla a ella... Hazle creer que ella ama a otro para que no tenga que amarte a ti... Y sigan engañándose mutuamente. (
ff@net )
Porque lo quieres.
Naturalmente es así, desde que tenía doce años o sería más oportuno decir desde que lo conoció. Aún recuerda el aura melancólica que le envolvía por aquel entonces y sus ojos rojos cargados de tristeza, se le hacía difícil mirarle a la cara porque el nudo de su garganta se acrecentaba cada vez que veía el semblante solitario y taciturno.
Sabes que ella es parte de él tanto como él de ti.
Lo acepta, tanto como que ella no es Magdalena y no lo será. De hecho lo único que ellas tienen en común es a él. Ella dio el tiempo de su vida por él aunque ya sabía que eso era inevitable, Chrno le ha contado con algo de culpa, y Rosette se pregunta si ella la vio con él. Y si también vio que Rosette le daría su tiempo por Joshua, quizá María Magdalena la considere egoísta.
Y no quieres que se vea obligado a olvidarla por ti, porque eso no le haría feliz. ¿Te hace feliz a ti?
Nuevamente puede recordarle, sentado como de costumbre en un tronco viejo a la orilla del lago. El viento soplando y desordenando sus cabellos violáceos. La mirada cálida y la voz intensa cuando relataba sus aventuras. Las risas suaves y tranquilas cuando Joshua o ella misma se quedaban sin respiración. La mirada dulce junto al tono de voz reprochante que le pide cordura. Pero luego los bordes de aquellas imágenes se deshacen dejando la viejo Chrno, el que lucía desconfiado cuando aparecieron en la tumba de Magdalena y se le parte el corazón.
No, se responde a sí misma.
Un sonido la distrae, el sonido de su nombre pronunciado por sus labios. Queda unos minutos más en silencio, disfrutando de la suavidad y dulzura con la que él lo repite pero esta vez también hay preocupación en esa voz; eso la despierta completamente.
Lo mira.
─Es pastel ─dice él llanamente. La mirada azul pasa de sus ojos al pastel, y del pastel a sus ojos, lo recibe con cierta vacilación. Él frunce el ceño y pregunta con reproche─. ¿Rosette?
Sonríe a modo de disculpa y murmura algo parecido a 'debo cuidar la línea Chrno' pero se come el pastel cuando él intenta replicar la estupidez de sus palabras y ella suspira dispuesta a dejar de lado la conversación con su conciencia pero a hacer fluir nuevamente el engaño…
Chrno se remueve inquieto en el asiento, por alguna razón cree que ella le oculta algo. A Rosette jamás le ha preocupado algo tan estúpido como 'la línea' se sorprende ante el tono displicente que usa con la palabra. De hecho está acostumbrado a que ella arrase con todo lo que sea dulce.
Suspira, así es ella y así la quieres.
Se detiene preguntándose en que momento ha pasado a admitirlo. Siempre fue consciente de ello pero jamás lo había mencionado con tanta soltura, ni siquiera en la privacidad de sus pensamientos. De hecho a él le agrada pensar que ella gusta del ministro Remington, aunque Rosette asegura que es pasajero Chrno se descubre pensando en lo que implicaría si fuera cierto.
Su salvación.
Sencillo como eso. Es estúpido pensar que ella podría quererlo, se siente estúpido de pensar eso. Y muy egoísta, porque su corazón tamborilea cuando intuye que ella lo quiera y a la vez se queda estático del puro terror. No es como si a las personas que tengan pactos con demonios les vaya de las mil maravillas, lo sabe por experiencia.
Pero la amas y temes enfrentar al destino una vez más. Es lo que menos desea.
Encarar su rostro pálido y tomar sus manos frías. Encontrar su mirada azul medio vacía y sus parpados cuasi cerrados, sentir su cuerpo lánguido y más manejable que de costumbre. Que su mano se cierre sin fuerzas en torno a la suya mientras en un susurro cortado le da las gracias por conocerlo y con una sonrisa débil pronuncie lo que egoístamente añoró oír tanto tiempo, el segundo antes de que la tensión de su cuello se acabe para dejar caer la cabeza hacia atrás con soltura…
Para que finalmente sus ojos entreabiertos lo miren sin ver y su mano cuelgue paralela al suelo, ya sin vida.
Al final si es como dijo ella, no quieres sentir porque no deseas herir a nadie.
Especialmente a Rosette, corrobora resueltamente.
Prometiéndose que hará lo posible ─léase, no intervenir─ para que ella entregue su corazón a otro que no sea él. Y como el destino tiene sentido del humor, en ese momento Rosette se prometía que no lo obligaría a olvidarla, para hacerlo feliz.
Ambos intentando disfrutan de aquel 'hazle creer que no lo/a amas' Sin llegar a comprender que eso sólo sería su momentáneo… engaño mutuo.
tema: #007 - Estrella fugaz
notas: Pide un deseo, cree con todo tu corazón y verás como él lo hará realidad. (
ff@net )
Se reúnen alrededor del fuego, dejándose embriagar por su candor con una mirada al cielo disfrutan la intimidad de la noche. Las palabras no son capaces de existir en ese momento, no son suficientes; un gesto dice más que mil de ellas. La cabeza de Rosette se recarga en el hombro de Chrno y él sonríe con sinceridad.
Han pasado varios años, son una eternidad y no son nada. Los puedes contar con los dedos; sin embargo, pasaron tan lento que no podrían recordar cuantas cosas pasaron. Estuvieron viviendo juntos, amándose en secreto sin conocer la soledad de la compañía.
Siempre Chrno y Rosette.
Miraron hacia el cielo, alumbrado repentinamente por una estela de esperanza. Una sorpresa, un sentimiento, una decisión, un anhelo, una mirada. Y la estrella fugaz avanza rápidamente, dejando el trazo de aquella luz que los guiará. La fortaleza florece en sus corazones, que sin proponérselo guardaron ese resplandor en lo más profundo de su ser. Ella levanta la cabeza y sus ojos se encuentran, las tonalidades plateadas le confieren un color extraño al carmesí. Pero hay algo dentro de ellos que brilla más y se extiende en oleadas a su alrededor. Ninguno de los dos hace movimiento alguno, prefieren deleitarse con aquel suave vaivén.
El corazón de Rosette repiquetea con fuerza, y la sangre sube rápidamente a su rostro. Chrno esboza ternura en su gesto. Lo que queda de su razón grita: "Pide un deseo"
En su confundida mente sólo pasan imágenes. Los dos, juntos. En cada momento se entreteje con delicados hilos de añoranza, confianza y amor. La calidez se expande dentro de ella, no es necesario pedir nada. El anhelo está tan presente que no es necesario ponerlo en palabras. Tampoco cree que sea necesario contárselo a la estrella, más bien confiará. Es todo lo que hará, confiar en Chrno; en que él lo cumpla.
La zozobra nunca más se apiñará a su corazón. Porque ella cree, y aquella estrella estará ahí. Convirtiendo cada minuto de tristeza en uno alegre y esperanzado. Iluminando cada recoveco de su alma con el amor que ambos se tienen.
Tampoco hay que esperar para que se cumpla, porque ahora mismo está cumplido.
tema: #005 - Perdón
notas: Pídele perdón por chupar su vida, y ella te lo otorgará sin dudar. Tú temes que ella no entienda el significado de su acción. (
ff@net )
No se puede quitar de la cabeza esa preocupación, una voz en su cabeza le dice que es estúpido pensar en ello. Incluso parece que le gusta torturarse, pero es algo que lo persigue...
Cada vez que la mira después de una lucha cuando a ella trata de normalizar su respiración arrítmica o se pone excesivamente pálida y sudorosa, inevitablemente la pregunta del millón resuena en su mente.
Haciendo eco sin cesar mientras desencadena migrañas y mucho enojo, hasta que se tranquiliza y se deshace de la ira quedándose con un sentimiento de vacio por la sola posibilidad de que sea posible.
¿Me odia?
Es la cosa más imbécil que se le ha ocurrido y lo entiende. Conoce la naturaleza de su persona y que ella no puede odiar a alguien, ni siquiera a Aion le odia. Ella sólo le teme pero no le odia, su compasión y bondad es mayor a sus instintos primarios.
La llama, ella lo enfrenta observándole fijamente con curiosidad. Él se estremece ante la transparencia de sus ojos aguamarina, es incapaz de mirarla al rostro...
Rosette comienza a moverse nerviosa y expectante, Chrno retuerce sus labios con brusquedad convirtiéndolos en una fina línea. Rosette teme lo que él le pueda decir.
Chrno busca armarse de valor para preguntar. ─Tú… ¿me…? ─Guarda silencio de repente sin terminar su idea.
Pero ni siquiera eso evita que Rosette pesque el hilo de la conversación. Lo nota en el gesto de Chrno, ése, que hace que luzca asustadizo y vulnerable y que la hacer olvidar que es un demonio. Ella suspira ruidosamente pero no dice nada, esta concentrada devanándose los sesos para hacerle comprender que es lo contrario.
─Perdóname, Rosette. ─La sorprende, su voz es gutural y baja. Ella casi responde instantáneamente pero se muerde la lengua esperando a que diga más. Chrno por otro lado resuelve omitir la pregunta, ya que no le importa la respuesta ─en realidad le importa bastante─ pero a lo que se refiere es que no afecta. No afecta sus sentimientos por ella, no cambia nada─. Perdóname por quitarte tu vida.
─Te perdono ─dice al instante. Ella busca su mirada pero él aún la rehúye, está pasmado. ¿Cómo puede contestar así? Asi. Así tan, tan… a la ligera; él lo dice con el corazón en la mano y ella le bromea.
─No entiendes, Rosette…
─Chrno. Te perdono por tomar mi vida. ─Lo interrumpe, asegurándole con voz suave y confidencial que es verdad. Ambos pares de ojos se encuentran, unos brillan con cautela contrastando ampliamente con los que destellan redención. Ella ríe a carcajadas que siguen sonando suaves, como si le asustara reír muy alto. Hace un mohín encogiéndose de hombros─. Aunque no creo que debas disculparte…
No entiende, piensa dolido.
Es lo único que le cabe en la cabeza el hecho de que ella le haya otorgado su perdón con esa facilidad es porque realmente no comprende la magnitud de esa acción.
tema: #016 - ¿Por qué no?
notas: Dice ella, y sonríes. Porque sabes que es su escusa favorita para vivir la vida, a su manera única. (
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Las comisuras de sus labios se elevan en una sonrisa y ella frunce el ceño con aparente molestia a manera de reacción. A pesar de que sus ojos le dan a entender que en absoluto se encuentra enojada, los ojos carmesí la miran y el semblante aniñado se vuelve serio y hasta cierto punto reprochante.
Rosette forma con sus labios una tenue y temblorosa línea fina.
Ambos se miran sin pestañear, agua y fuego se encuentran desafiantes. Ninguno parece ceder hasta que el fuego parece apagarse y el agua se arremolina feliz, y ambos sueltan las carcajadas que pugnaban por salir desde el principio.
Finalmente él sonríe, ella asiente marchándose con la alegre sonrisa refulgiéndole en el rostro victorioso.
La mente de Chrno se llena de películas que son dibujadas a causa de aquellas sencillas palabras, que ella usa cada vez que la carcomen las ganas de hacer algo. Alguna cosa, que seguramente otros tildarían de infantil o estúpido pero que ella disfruta como nadie.
Porque sabe encontrarle el gusto a toda cosa que haga, sin importarle los comentarios desdeñosos de quienes no lo aprueban… porque a ella le encanta poner la cordura del mundo en un frágil y delgado hilo.
Lo mejor que puede hacer es vivir su vida sin preocuparse de las opiniones de los demás y ella lo expresa con tres simples palabras cargadas de agallas.
─ ¿Por qué no?