De monstruos y princesas [Ficción original] Cuervos de santa
Título: De monstruos y princesas
Autor:shiorita
Fandom: Ficción original
Pairing/Personaje/Grupo: -
Rating: PG
Resumen: Que el monstruo a veces se parece a una princesa de ensueño, sí, pero Mat tiene muy buen ojo para esas cosas, así que por eso le están preparando un nuevo despacho en la oficina de Policía de Londres.
Advertencias:
Cuervos de Santa : Prompt #20
No es que Mat odie las navidades, ni mucho menos, pero tampoco es su época favorita del año. Son momentos en los que prefiere estar solo y olvidar que nunca va a tener una familia. Que tiene un mal humor que no hay quien le aguante, y que está demasiado dedicado a su carrera. ¿Qué le va a hacer si desde pequeño siempre quiso destruir monstruos y rescatar princesas? Que el monstruo a veces se parece a una princesa de ensueño, sí, pero Mat tiene muy buen ojo para esas cosas, así que por eso le están preparando un nuevo despacho en la oficina de Policía de Londres.
Pero estas navidades, patrullando solo por Oxford Street y Picadilly, cuando la noche es la única que se pasea por las calles, piensa en que, a lo mejor, podía haber hecho un esfuerzo y haber aceptado alguna invitación de un amigo de tener la cena de navidad en familia. Tendrá mal humor y todo eso, pero le encantan los niños, y la navidad es eso, la vuelta a ser un niño.
Sin embargo, ha cambiado esa pequeña ilusión por asegurarse que la mañana del 26 de diciembre -porque los británicos tienen que ir hasta a la contra a la hora de tener las cenas familiares, y en lugar del 24, la hacen el 25 -, el único rojo que decorará la capital del viejo dueño del mundo será el de las bolas del árbol que hay decorado en Hyde Park.
El coche de policia se detiene frente a un destartalado bar que Mat conoce como si fuera su propia casa, porque al fin y al cabo es el que les cuida en las noches que salen a preocuparse por la ciudad. El viejo Albert prepara un café maravilloso y la buena de Alice los mejores bocadillos del mundo. El problema es que no sabe si pasará algún accidente cuando se acerque a pedir algo, pero necesita cafeína.
De repente, toc, toc, y a Mat le toca bajar la ventanilla mientras en su cara se dibuja la sorpresa. Es Lorel, con su mata de pelo rojo y sus ojos verdes brillantes, con dos grandes cafés en la mano y algo que parece un bizcocho gigante.
Entra en el coche de su compañero, vestida de uniforme y con una bolsa que deja entre sus pies. Un par de bromas sobre qué hace ahí solo y cómo es que ha vuelto a perder al póker -aunque todos saben que Mat nunca volverá a caer en los brazos de la ludopatía -y le toca a él pringar en navidad. Y luego, sin que Mat la interrumpa, porque tan imposible es callar a Lorel como hacer hablar a Mat, sigue hablando y hablando y rellenando los huecos vacíos de ese coche patrulla que conoce a la perfección todas sus posturas cuando siente miedo, se prepara para atacar, o simplemente está tranquila enamorándose paulatinamente segundo a segundo de todos los rarezas de Mat.
Le cambia la gorra oficial por uno de navidada con una borla que dice que ha cosido ella. El sonido de la radio donde sólo se habla de muertes y sangre derramada por ajustes de cuentas deja paso a una balada sin fin de villancicos. En menos de cinco minutos, Lorel ha traído lo bonito de la navidad al coche de Mat, al corazón del pequeño gran héroe de Londres, y cuando ella le habla de regalos, a Mat no se le ocurre que haya nada mejor que el hecho de que ella esté ahí, con él, habiéndose escapado de la cena de navidad que tanto le gusta para estar un poco con él. Aunque cuando al cerrar los ojos siente sus finos labios sobre los suyos, entonces se da cuenta de que sí, había algo que se podía mejorar.
Y entonces ya no se arrepiente de haber escogido esa forma de pasar la noche del 25 de diciembre, porque ahora esa eternidad de pacífica monotonía que iba a tener que aguantar se ha teñido de una magia que hace que cada segundo sea más hermoso que el anterior. Que hace que Mat quiera parar el tiempo porque ahora sabe que con su corazón a salvo en manos de Lorel, él ya puede enfrentarse a cualquier monstruo.
Autor:shiorita
Fandom: Ficción original
Pairing/Personaje/Grupo: -
Rating: PG
Resumen: Que el monstruo a veces se parece a una princesa de ensueño, sí, pero Mat tiene muy buen ojo para esas cosas, así que por eso le están preparando un nuevo despacho en la oficina de Policía de Londres.
Advertencias:
Cuervos de Santa : Prompt #20
No es que Mat odie las navidades, ni mucho menos, pero tampoco es su época favorita del año. Son momentos en los que prefiere estar solo y olvidar que nunca va a tener una familia. Que tiene un mal humor que no hay quien le aguante, y que está demasiado dedicado a su carrera. ¿Qué le va a hacer si desde pequeño siempre quiso destruir monstruos y rescatar princesas? Que el monstruo a veces se parece a una princesa de ensueño, sí, pero Mat tiene muy buen ojo para esas cosas, así que por eso le están preparando un nuevo despacho en la oficina de Policía de Londres.
Pero estas navidades, patrullando solo por Oxford Street y Picadilly, cuando la noche es la única que se pasea por las calles, piensa en que, a lo mejor, podía haber hecho un esfuerzo y haber aceptado alguna invitación de un amigo de tener la cena de navidad en familia. Tendrá mal humor y todo eso, pero le encantan los niños, y la navidad es eso, la vuelta a ser un niño.
Sin embargo, ha cambiado esa pequeña ilusión por asegurarse que la mañana del 26 de diciembre -porque los británicos tienen que ir hasta a la contra a la hora de tener las cenas familiares, y en lugar del 24, la hacen el 25 -, el único rojo que decorará la capital del viejo dueño del mundo será el de las bolas del árbol que hay decorado en Hyde Park.
El coche de policia se detiene frente a un destartalado bar que Mat conoce como si fuera su propia casa, porque al fin y al cabo es el que les cuida en las noches que salen a preocuparse por la ciudad. El viejo Albert prepara un café maravilloso y la buena de Alice los mejores bocadillos del mundo. El problema es que no sabe si pasará algún accidente cuando se acerque a pedir algo, pero necesita cafeína.
De repente, toc, toc, y a Mat le toca bajar la ventanilla mientras en su cara se dibuja la sorpresa. Es Lorel, con su mata de pelo rojo y sus ojos verdes brillantes, con dos grandes cafés en la mano y algo que parece un bizcocho gigante.
Entra en el coche de su compañero, vestida de uniforme y con una bolsa que deja entre sus pies. Un par de bromas sobre qué hace ahí solo y cómo es que ha vuelto a perder al póker -aunque todos saben que Mat nunca volverá a caer en los brazos de la ludopatía -y le toca a él pringar en navidad. Y luego, sin que Mat la interrumpa, porque tan imposible es callar a Lorel como hacer hablar a Mat, sigue hablando y hablando y rellenando los huecos vacíos de ese coche patrulla que conoce a la perfección todas sus posturas cuando siente miedo, se prepara para atacar, o simplemente está tranquila enamorándose paulatinamente segundo a segundo de todos los rarezas de Mat.
Le cambia la gorra oficial por uno de navidada con una borla que dice que ha cosido ella. El sonido de la radio donde sólo se habla de muertes y sangre derramada por ajustes de cuentas deja paso a una balada sin fin de villancicos. En menos de cinco minutos, Lorel ha traído lo bonito de la navidad al coche de Mat, al corazón del pequeño gran héroe de Londres, y cuando ella le habla de regalos, a Mat no se le ocurre que haya nada mejor que el hecho de que ella esté ahí, con él, habiéndose escapado de la cena de navidad que tanto le gusta para estar un poco con él. Aunque cuando al cerrar los ojos siente sus finos labios sobre los suyos, entonces se da cuenta de que sí, había algo que se podía mejorar.
Y entonces ya no se arrepiente de haber escogido esa forma de pasar la noche del 25 de diciembre, porque ahora esa eternidad de pacífica monotonía que iba a tener que aguantar se ha teñido de una magia que hace que cada segundo sea más hermoso que el anterior. Que hace que Mat quiera parar el tiempo porque ahora sabe que con su corazón a salvo en manos de Lorel, él ya puede enfrentarse a cualquier monstruo.