Título: Cierre
Autora:
inefable-hd (Publicado por
emedemeli porque yo estoy sin Internet)
Personajes principales: Jesse, Rachel
Pareja principal: Jesse/Rachel.
Spoilers: Respeta hasta el 322. Hay algunas referencias sueltas a la S4 (un personaje que interactúa con Rachel y algo sobre el trabajo de Kurt, pero nada más). Supongo que podríamos considerar que es canon hasta la S3 y universo alterno a partir de entonces.
Sumario: Jesse ya no cree que está muerto y Rachel ya no quiere estar con Finn. Como ya cerraron esas etapas, ahora sí pueden estar juntos y dedicarse completamente a una nueva actividad que involucra una colaboración entre New Directions y Vocal Adrenaline.
Nota: Este fic es la secuela de Sin Suplentes, la historia que escribí para el Big Bang de
glee_esp. Sin embargo, no es necesario que la hayan leído para entender lo que pasa acá porque lo explico brevemente al comienzo.
CIERRE
i.
futuro
La última vez que Jesse habló con Susan Blackwell, la famosa entrevistadora de Broadway, le dijo sin ningún reparo que estaba convencido de que estaba muerto y que sería el primer actor fallecido en ganar un Tony Award.
Claro, todo había sido resultado del golpe que había sufrido en la cabeza tras un accidente en el teatro mientras todavía estaba en "The Book Of Mormon". Por suerte, tras varias semanas en un psiquiátrico y después de una larga variedad de pastillas de colores, todo volvió a la normalidad: el Engaño de Cotard llegó a su fin y Jesse se dio cuenta de que los desvaríos sobre la inmortalidad habían sido pasajeros.
Y ahora, tres años después de aquél incidente, se encuentra de nuevo con Susan, esta vez no para darle la primicia de que es un ser sobrenatural incomparable, sino para comentar con ella su primera nominación como Actor Protagónico en un musical.
Susan es una mujer de lo más simpática y no le hace pasar un mal momento al recordarle la entrevista anterior. Por el contrario, le hace saber que se alegra de que ya esté bien y que el golpe no lo haya arruinado de manera definitiva. Pero es Susan, así que no puede evitar hacer alguna que otra broma al respecto.
Una vez que terminan de grabar (tras un largo lengüetazo de la mujer en su mejilla), Jesse le agradece la invitación y le promete darle su primera entrevista después de ganar el Tony que sabe que será suyo en unas pocas semanas.
En el viaje de regreso al departamento piensa en lo mucho que ha cambiado su vida desde su llegada a Nueva York. Pasó de ser "Nadie" a ser "Nadie Con Un Trastorno Mental" y ahora es "Jesse St. James", el protagonista del bien-recibido revival de "Lestat" y uno de los nominados al más prestigioso galardón teatral. Aún así, no es la clase de persona que piensa algo como "si me lo hubiesen dicho hace cinco años, no lo habría creído". No. Para nada. Jesse siempre supo que su futuro le deparaba algo fantástico y ahora por fin había llegado ese momento.
Sin embargo, su parte favorita del "futuro" en el que se encuentra ahora, es que puede compartirlo con Rachel.
Durante esas semanas que estuvo en la clínica la muchacha lo visitó dos veces: la primera fue para decirle que lo quería (no, en realidad no había pasado eso, pero Jesse prefiere recordar las declaraciones implícitas de la conversación y llegar a la conclusión de que eso era lo que había querido decirle la chica ese día) y la otra para darle la bienvenida al Mundo de los Vivos, ya que los doctores le habían dado el alta.
«¿Y qué hay de tu novio?» le preguntó él ese día, mientras caminaban hacia la puerta de salida, tomados de las manos. Él nunca había sido ese tipo de chico, pero por ella estaba dispuesto a ser cualquier cosa.
«Brody ya no es una preocupación» aseguró Rachel con una sonrisa. Jesse había extrañado tanto verla sonreír de esa forma.
«¿Qué hiciste? ¿Lo mataste?»
La chica simplemente puso los ojos en blanco y negó con la cabeza, intentando ocultar una pequeña sonrisa.
«Sólo le dije la verdad y él entendió. Y me deseó buena suerte.»
«Wow, Brody suena mucho más bueno que yo. Tendrías que haberte quedado con él.»
Entonces sí Rachel se rió.
«Oh, Brody es mucho más bueno que tú… Tú eres diabólico» le dijo bromeando, pero Jesse sospechó que lo decía un poco en serio. «Pero no fue tan fácil. En realidad tuvimos una discusión en seis fases, dividida en dos días. Recién en la fase final entendió lo que quería decirle. Al principio juró que no iba a renunciar a mí y… esa fue una fase larga. Hubo muchos gritos.»
«No puedo culparlo. ¿Quién querría perderte?»
Al día de hoy, Jesse recuerda esa pregunta con toda claridad. Quizás es porque jamás quiere olvidarla. Ya una vez fue lo suficientemente idiota como para arruinar todo con ella y ahora no tiene intención alguna de que la historia se repita. Todo marcha fantástico con ella y quiere que las cosas se queden así.
No obstante, el asunto lo inquieta un poco. Todo está demasiado bien y hasta tiene posibilidades de ganarse su primer Tony… Demasiado bien. Algo tiene que fallar, pero intenta no pensar en ello. ¿Por qué ser tan negativo? Si el universo está conspirando para que él sea feliz, ¿por qué cuestionarlo? El universo sabe lo que hace.
ii.
convivencia
Hace ya un año que vive con Jesse y aún no se acostumbra a su rutina. Siempre creyó que ella era la anormal, pero las rarezas de Jesse llegan a niveles incompresibles. ¿Quién más se levanta un Domingo a las seis de la mañana para usar durante diecisiete minutos la bicicleta estática? Y después, por supuesto, cuarenta y tres minutos de abdominales. Jesse es el chico más raro que ha conocido… y conoce a Kurt Hummel.
Hay algo infinitimente encantador en sus locuras y no sabe exactamente qué es, pero le agrada que así sea. Es como que de cierta manera le gusta nunca llegar a entenderlo del todo. A pesar de que tienen miles de cosas en común, siempre hay algo más en Jesse, algo misterioso que está fuera del alcance de todos. Y tal vez no sería él mismo sin ese algo extra que nadie comprende bien.
A las siete y tres minutos, Jesse va a tomar una ducha rápida y luego regresa a la cama y sigue durmiendo, como si nada hubiese pasado. Por un tiempo Rachel sospechó que hace gimnasia estando sonámbulo, pero, no, realmente se despierta para hacer eso durante una hora y después seguir durmiendo.
Sí, definitivamente es raro.
Cuando se vuelve a acostar, ella se le acerca y lo abraza. Es un trato que tienen entre ellos. Si él hace ruido y la despierta (especialmente en un Domingo), cuando vuelve la tiene que dejar abrazarlo, aunque sea verano y haga calor. Lo que Rachel no sabe es que a Jesse eso no le molesta en lo más mínimo, así que en realidad no es un castigo para él.
A eso de las diez o diez y media, suenan dos alarmas en simultáneo. Una tiene un fragmento de "One Day More" cantado por Nick Jonas en el 25° aniversario de "Les Misérables" y la otra alarma tiene a Katharine McPhee haciendo un triste intento por sonar como Marilyn Monroe en el soundtrack de "Smash".
Ambas canciones son intolerables para Jesse y Rachel y, por lo tanto, sí o sí tienen que despertarse, levantarse e ir a apagarlas para dejar de que sus oídos dejen de sufrir. Siempre funciona a la perfección. Si se sienten demasiado vagos como para salir de la cama, ir hacia el otro extremo de la habitación y callar a Nick Jonas y a Katharine McPhee, durante el resto del día se sienten atormentados por notas débiles, malas técnicas de respiración y falta de expresión emotiva. Es horrible.
-¿Puedes fijarte si tengo algún mail de Kurt? -le pregunta Rachel, una vez que sale del baño envuelta en una toalla rosa (que Jesse considera de muy mal gusto)-. Me tenía que pasar los bootlegs del nuevo cast de "Wicked" -le aclara, a la vez que camina hacia el armario en busca de algo que ponerse.
Jesse frunce el ceño.
-¿Para qué quieres los videos? ¿No es mejor que vayamos al teatro?
Rachel se ríe.
-¿Cuándo? Los dos siempre estamos ocupados y nunca podemos ver nada.
Tristemente, lo que la chica dice es muy cierto. Ella tiene casi todas las noches ocupadas con "Next To Normal" y él, con los vampiros de Anne Rice. Lo único malo de tener éxito en Broadway es que no queda tiempo para hacer nada más durante la noche. ¿Cuándo aprenderá "Wicked" a tener funciones a la mañana para que ellos puedan ir?
-Podemos ir a la función del Sábado por la tarde -sugiere él, entonces, y sabe que es una idea mala porque todo el mundo sabe que esas funciones suelen ser las peores. El elenco ya no tiene mucha energía y la poca que queda la guarda para la función de la noche, que es la que cierra la semana.
-Hmm, sí, pero no sé si encontraremos asientos. Debe estar todo vendido ya.
En esta ocasión es Rachel la que se da cuenta de que ha dicho una idiotez. El dinero nunca es un problema para Jesse. Si así lo quiere, puede simplemente comprar todas las butacas del Gerswhin Theatre.
-No te preocupes, yo me encargo -le asegura él y luego le guiña un ojo.
iii.
amigos
-Excelente trabajo, gente. Nos vemos todos después de las Fiestas. ¡Diviértanse!
El Gordo Karl los saluda a todos tras la última función y Rachel ya se siente relajada. Le hará bien tener un mes y medio de descanso para pasar más tiempo con Jesse, Kurt, Blaine y Quinn.
-Recuerda sacar fotos -le dice a Joseph, el muchacho que hace de Gabe en el show y que se irá a Grecia durante estas breves vacaciones. Lo cierto es que le tiene un poco de envidia y se pregunta si aún está a tiempo de cambiar de parecer y decirle a Jesse que sí quiere ir de viaje a algún lado. Cuando él se lo propuso, hace ya como dos meses, ella dijo que no, pero no porque no quisiese estar con él en algún lugar divertido y exótico, sino porque últimamente se siente como una esposa de 1955. Jesse es quien paga por la mayoría de los gastos, quien la invita a cenar, quien consigue los mejores asientos. Y, ella, a pesar de que sí tiene un buen sueldo, se lo permite. Si quisiese vivir sólo con lo que hace en la obra, hay muchos lujos a los que tendría que renunciar y la verdad es que le gusta vivir bien. ¿Para qué negarlo?
No obstante, hay una parte de ella que se siente culpable. No es justo que sea ella quien esté gastando el dinero de la familia de su novio. Jesse debería poder gastarlo sin su intervención.
«Ya te lo dije miles de veces, Rach. Cuanto más dinero gasto yo, menos dinero le quedará a mis hermanos. Si quieres el vestido, cómpralo. En serio, me alegra verte feliz y me encanta molestarlos a ellos. Salgo ganando en ambos sentidos.»
Al llegar a la mayoría de edad, Jesse obtuvo acceso a la fortuna de sus padres. A decir verdad, no gasta demasiado dinero, no tanto como el que podría gastar si así se lo propusiese. Rachel cree que intenta no usar nada que sea de ellos y hacer lo posible por mantenerse con el sueldo que tiene en la obra porque no le gusta la idea de depender de alguien y, en particular, si ese alguien es su padre (o su madre).
En estos tres años que han estado juntos, Jesse los debe haber mencionado menos de cinco veces. Jamás los llamó a ellos para sus cumpleaños o para Navidad y ellos tampoco lo hicieron.
Cuando empezaron a salir la primera vez, en Ohio, a ella sí le pareció en extremo extraño que sus padres, a quienes nunca había visto, le permitiesen cambiarse colegio de un día para el otro y, es más, irse a vivir a una ciudad que les quedaba a dos horas de distancia. Sus papás jamás le habrían permitido a ella hacer algo semejante.
Y una vez la curiosidad fue más fuerte y le preguntó a Jesse al respecto. Él se puso tenso al instante, pero luego sonrió y dijo algo como "mis padres confían en mí. Soy su favorito, así que no les molesta que haga lo que quiero si creo que eso me va a hacer feliz".
Rachel no volvió a mencionar el tema durante esos meses, a pesar de no haber quedado del todo satisfecha con la respuesta.
Ahora, tantos años después, de vez en cuando vuelva a recordar aquélla vez y se pregunta qué tan honesto fue Jesse. No puede concebir que el hijo favorito de sus padres no reciba ni un mensaje de texto para su cumpleaños por parte de ellos.
«¿Por qué nunca los llamas?» inquirió un Domingo por la noche, mientras estaban acurrucados en un sillón viendo "Friends". «A tus padres… Nunca hablas con ellos. ¿Se pelearon?»
Jesse también se puso tenso esa vez y Rachel pudo sentirlo alejarse un poco de ella.
«No tengo mucho para decirles. Ya saben que estoy en Broadway y… están contentos por mí. Además, a veces hablamos. No tengo por qué contarte a ti el registro de mis llamadas telefónicas.»
Ella no le creyó en lo absoluto, pero no volvió a tocar el tema. Claramente, él no quería hablar sobre eso y ella no quería presionarlo.
Aún así, la pregunta se mantuvo fresca en su mente durante todo este tiempo y hoy en día a veces piensa "¿Qué habrá pasado entre ellos?".
Jesse siempre habla de su tío Alec, de sus amigos de Vocal Adrenaline e incluso de su antigua Coach, Shelby Corcoran. A todos los ve con mayor o menor frecuencia, pero continúan siendo parte de su vida.
Chris y Haylee son sus mejores amigos y ha oído a Jesse decir más de una vez que jamás podría vivir sin ellos. Se ven todas las semenas, en general por la tarde.
Una vez que los musicales se estrenan en Broadway, ya no hay más ensayos de doce horas por día y todos los actores tienen la mañana y la tarde libres. Jesse acostumbra tomar clases o cursos por la mañana y dejarse la tarde despejada para descansar, hacer ejercicio, leer o simplemente estar con ella, que tampoco tiene algo predeterminado para hacer durante esa franja horaria.
En general, todos los Miércoles, Jesse se encuentra con Chris y Haylee en algún Starbucks y hablan durante horas. A veces se van a Central Park y tocan la guitarra. La gente se reúne alrededor de ellos y luego los aplaude durante un largo rato. Jesse ama los aplausos.
A veces ella los acompaña, pero siempre se siente un poco fuera de lugar. No es que haya algo de malo en Chris o en Haylee, pero el tema es que no los conoce bien.
Jesse conoce a Chris desde los catorce años (y Chris ya tenía unos dieciocho o diecinueve por esa época porque lo habían hecho repetir para que se quedase en Vocal Adrenaline) y a Haylee desde los quince. Son un equipo y ella es una intrusa en esa dinámica, no es una amiga más, sino "la novia de Jesse".
Y a Jesse le pasa exactamente lo mismo cuando está con ella, Kurt, Blaine y Quinn (y a veces Mercedes, si está de visita en NYC). Los demás no pueden verlo como Jesse, sino como el novio de su amiga. Y aún para peor, como el novio de su amiga que unos años atrás le rompió un huevo en la frente. Sin dudas, ninguno confía demasiado en Jesse y todos parecen sorprendidos de que hayan durado tanto tiempo juntos.
El único que parece no tener problemas con Jesse es Blaine y eso se debe a que no estuvo durante el incidente de la Funkificación. Pero quizás se debe a que él también entiende qué se siente lastimar a la persona que más quiere y tardar varios años en arreglarlo.
Por otra parte está Quinn y su actitud con Jesse es un poco indescifrable. No lo trata mal, pero tampoco lo trata bien. Lo acepta por ser el novio de Rachel y a la vez parece no quererlo en lo absoluto. Cuando están solos, se llevan muy bien y hasta se dan cuenta de que tienen muchas cosas en común (en secreto han tenido una conversación acerca de productos para el cabello y ambos han jurado que nunca nadie se enteraría de ello), pero cuando están todos en grupo o sólo Quinn con Jesse y Rachel, la chica se comporta de manera más fría, casi como si le molestase verlos juntos. Rachel no tiene idea del porqué, pero Jesse tiene sus sospechas… Y le gustan esas sospechas. Algún día convencerá a Rachel para que averigüen juntos.
-¿Tú qué harás durante estas semanas?
La pregunta de Kitty la trae de regreso a la realidad y Rachel tarda varios segundos en entender y poder dar una respuesta.
-Ah, eh… Estaré con mi novio y unos amigos. ¿Y tú? -No es que realmente le interese lo que su suplente vaya a hacer, pero con los años ha aprendido a ser amable y fingir que sí le interesa el resto de la gente. Son simples modales. Jesse es bastante bueno con ellos, a veces hasta puede fingir empatía en momentos de crisis ajenos. Es bastante increíble.
-También estaré con mi novio… Pero vive en New Jersey. Voy a intentar convencerlo de que se venga a pasar esos días aquí.
La obsesión de todos los NewYorkers con New Jersey siempre le resulta divertida, así que pretende sentir horror ante la idea de pasar unas semanas del otro lado del túnel, saluda a Kitty y emprende el regreso hacia el departamento. Por suerte no está demasiado lejos y puede caminar, ahorrándose el dolor de cabeza que le suele proporcionar el metro.
Aún está caminando cuando oye la voz de Barbra y busca su celular en la cartera.
iv.
llamada
El tiempo funciona de manera ralentizada en Lima. Finn siente que hace sólo un par de meses desde que se graduó, cuando en realidad ya han pasado varios años.
Pero el colegio no cambia. Sí van y vienen los chicos, modifican las canciones, también algunos profesores y los uniformes de las porristas son distintos, pero McKinley High, de alguna manera, siempre parece la misma.
En estos dos años que ha entrenado a New Directions ha visto pasar mucha gente nueva, pero el Club Glee mantiene su esencia, a pesar de que hayan cambiado las voces.
Es por eso que al principio dudó mucho y tardó cinco días en darle una respuesta a la propuesta de Shelby Corcoran.
«Es una oportunidad inigualable y sé que si nos unimos podremos lograrlo.»
Las palabras de la Señorita Corcoran sonaron convicentes desde un primer instante, pero, ¿y si era todo una trampa, un nuevo intento de Vocal Adrenaline por enloquecerlo? ¿Acaso no les era suficiente haber vuelto a sus antiguos momentos de gloria para arrebatarle el Primer Puesto a New Directions durante dos años consecutivos?
Sin saber qué hacer, al segundo día de haber oído la propuesta, Finn llamó al Sr. Schue y le comentó todo.
«Suena fantástico, Finn. A los chicos les encantará.»
«No lo sé, Sr. Schue. No es nuestro estilo. ¿Y si fallamos?»
«Lo más importante no es el trofeo, Finn. Tú me has enseñado eso.»
Al cuarto día habló con todos los chicos y les hizo la propuesta, que fue recibida por un rotundo "¡sí!". Y al quinto llamó a Shelby Corcoran y le dijo que contase con ellos, puesto que ahora ya era demasiado tarde para negarse. No quería deslusionar a los chicos.
«Me alegra oír eso. Será un placer para nosotros trabajar con ustedes. Pero vamos a necesitar mucha más gente. Por lo menos, veinte personas más. Yo me encargaré de encontrar unos diez y tú tienes que hacer lo mismo, ¿de acuerdo? »
Así que, aquí está, con el teléfono en la mano, una pregunta en la garganta y el miedo más poderoso que ha sentido desde que vio "It" por primera vez. Sabe que es ridículo sentirse así, ya ha pasado demasiado tiempo y todo terminó bien. Ambos han seguido con sus vidas y conseguido lo que realmente esperaban de ellas, pero… es Rachel. No puede no sentir ansiedad y un poco de terror. ¿Y si le corta el teléfono? ¿Y si niega? O, peor, ¿y si atiende él?
Toma aire, cierra los ojos por un instante y se decide. Ya no es un chico tonto de dieciocho años, ha cambiado y madurado. No puede dejar que algo así le impida hacer su trabajo. Todo esto lo está haciendo por los chicos, no por él. Él ya tuvo su momento para brillar y ahora les toca a ellos. Y si él puede ayudarlos a cumplir sus sueños, entonces cumplirá el suyo en el proceso.
Ahora sabe que su propósito en el mundo no es fingir ser alguien más o intentar honrar la memoria de otra persona, simplemente quiere inspirar, ayudar a que la música llegue a los demás. Quizás no es un sueño grande, quizás no es la clase de sueño que pasará a la historia en algún libro de récords, pero es su sueño y lo aprecia por lo que es. No todos nacen para ser estrellas, hay gente que nace para ayudar a esas estrellas a encontrar su camino. El mundo necesita más Schuesters y él está feliz con ese rol. Jamás podrá llenar el vacío que dejó el Sr. Schue en McKinley High, pero sí puede intentar seguir sus pasos y hacerlo lo mejor posible. Sus mejores años los pasó en el Club Glee y quiere que estos chicos nuevos también se vayan con buenos recuerdos. ¿Qué mejor recuerdo que el de ser el mejor grupo en una competencia internacional?
Ya sin más rodeos, hace la llamada y espera, casi olvidando cómo respirar durante esos breves segundos durante los cuales Rachel lo mantiene esperando.
v.
propuesta
No reconoce el número, por lo cual duda unos instantes antes de contestar.
-¿Sí? ¿Quién habla?
Del otro lado hay silencio al comienzo y luego un tímido "hola".
Rachel pestañea y no sabe qué decir.
-¿Rachel?... Soy Finn. ¿Estás muy ocupada o podemos hablar?
Más silencio.
-Es acerca del Club Glee. Necesitamos tu ayuda.
Entonces la chica suspira y logra relajarse. Por un momento temió que Finn la estuviese llamando para empezar el ciclo de nuevo:
"Me asustas."
"Te quiero."
"No, ya no te quiero más."
"Te quiero de nuevo."
"Ni un poco."
"¡Casémonos!"
"No, mejor, no. Vete a New York."
"Pero te sigo queriendo."
"Me engañaste, ahora te odio."
"Pero te amo."
"Ya no te amo. Brody tampoco te ama."
"Casémonos de nuevo."
"O no, como sea. Ni me importa."
"¿Con St. James de nuevo? ¿Estás bromeando?"
"Él no te merece. Yo tampoco te merezco, soy un perdedor."
"¡No puedes confiar en él!"
"Te amo… pero… él te ama también."
"Adiós, Rachel. Espero que no estés equivocada acerca de él."
Las cosas con Finn terminaron bien o, al menos, lo mejor que podían hacerlo. No dicidieron quedar como amigos por una de las mismas razones por las cuales su relación nunca logró funcionar: no tienen nada en común, jamás podrían hablar sobre nada.
Con Brody, en cambio, sí habla de vez en cuando y Jesse finge que no le molesta, pero Rachel sabe que se pone celoso y eso le encanta. No tiene nada de qué preocuparse, pero es divertido verlo siendo un ser humano normal con emociones como el resto.
-Hola, Finn -lo saluda con una sonrisa. No es una sonrisa de "te extraño, huyamos juntos", sino de "wow, verdaderamente estoy bien sin ti y espero que tú también estés bien sin mí". Hace años que no piensa en él realmente. No es que lo haya borrado por completo de sus recuerdos porque, ¿por qué hacer eso? Fue una parte importante de su vida y es mejor recordar los buenos momentos, por más breves y escasos que hayan sido, que mentir y pretender que su vida empezó de verdad al encontrarse con Jesse de nuevo.
No, por más que adora a Jesse, ya no tiene esa ridícula noción en la mente de que sin un chico ella no vale la pena. Rachel Berry es la novia de Jesse St. James, pero también es la actriz, la cantante, la bailarina, la graduada de McKinley High y la NYADA, la que salió con Brody, la que le tiene miedo a las ranas, la que canta mientras duerme, la que usa faldas demasiado cortas, la que idolatra a sus papás, la que colecciona Playbills, la que cree que no hay nada más adorable que los gatos, la que se niega a operarse la nariz, la que canta mejor que cualquier otra chica de su edad y sí, la que estuvo a punto de casarse con Finn Hudson, convencida de que era el amor de su vida y nada jamás tendría sentido sin él.
Ahora tiene algunos años más, el pelo un poquito más corto y sin flequillo, un trabajo fijo en un musical de Broadway y un poco más de sabiduría. Ahora se conoce mejor y sabe que sí es valiosa por el solo hecho de ser ella misma, no necesita a nadie más para ser feliz. Y también sabe que jamás podría haber sido feliz con Finn. Tendría que haberse mentido durante el resto de su vida y aún así, viviendo en negación e inventando excusas para justificar una relación sin sentido, jamás podría haber sido ni un cuarto de feliz de lo que es cuando está con Jesse. Sí le llevó tiempo entenderlo y sentirse de la manera en que se siente ahora, pero ya no puede volver atrás. Ya no puede volver a vivir una mentira porque ahora vio la luz y sabe que es Jesse con quien quiere compartir sus duetos, a pesar de que también estaría bien cantando sola.
-Si quieres te puedo llamar en otro momento -susurra Finn, al notar que ella no da indicaciones de querer mantener una conversación con él. Quizás esto es simplemente demasiado incómodo para ambos.
-No, no, está bien -le asegura ella, ahora sí sintiendo un poco de curiosidad por la llamada- ¿Qué necesitas?
-Sólo te quería contar que New Directions se va a unir con Vocal Adrenaline para ir a una competencia de show choir internacional. Es en Londres a comienzo del año que viene.
Rachel se ve sinceramente sorprendida. No puede imaginar una colaboración entre esos equipos. Si bien seguramente ya no son tan antagónicos como antes porque todos los miembros cambiaron, de seguro debe persistir un poco de rivalidad.
-¿Y para qué necesitas mi ayuda? ¿Para entrenarlos?
-No, para cantar. Necesitamos un mínimo de cincuenta participantes para poder entrar en la competencia. Nosotros somos doce y en Vocal Adrenaline hay dieciséis personas. No es como los Nacionales porque no es una competencia para colegios y las reglas son distintas. La Señorita Corcoran y yo podemos cantar si es necesario, pero seguimos necesitando como veinte personas para calificar.
Cuando Finn termina de explicarle todo, Rachel se queda pensativa, dándose cuenta de que eso debe ser muy molesto en una comunicación telefónica. Lo cierto es que le suena interesante y divertido, pero su agenda va a estar muy ocupada el año siguiente. De ninguna manera podrá participar y eso la apena porque habría sido un excelente modo de volver a ver a todos sus ex compañeros de colegio y quizás también al Sr. Schue (porque es imposible que Finn no le haya comentado el evento a él también).
-Me encantaría ayudar, pero estoy segura de que estaré muy ocupada en Enero.
-Pero la competencia es un Sábado. Nosotros probablemente iremos el Viernes y volveremos el Domingo. La Señorita Corcoran dijo que no debemos preocuparnos por los gastos porque su colegio recibe importantes donaciones todo el tiempo y nos pueden ayudar a pagar todo. Tú puedes ir directamente el Sábado, cantar y después volver a New York.
Rachel hace una mueca con la boca y suspira. Realmente quiere hacer esto.
-Tengo que pensarlo mejor. ¿Te puedo llamar más tarde o mañana para confirmar?
-Ok.
Como no quiere terminar la conversación de manera tan fría y distante, Rachel agrega:
-¿Y tú cómo estás?
-Bien -le contesta Finn, con un nudo en la garganta-. Muy ocupado con el Club. Y también empecé a tomar clases de actuación en el Teatro de Lima. Son geniales.
Rachel sonríe. Hicieron bien en separarse. Aún si de verdad estuviese enamorada de él, esa vida jamás podría haber sido la indicada para ella. Está bien disfrutar de clases de teatro en Ohio, pero ella nació para estar en Broadway. Y Finn, no.
-Me alegro por ti. En serio -reconoce, con un tono un tanto melancólico. Años atrás le había guardado mucho rencor, lo había culpado a él por todo lo que había salido mal en su relación, pero ahora entiende que la culpa está dividida y que están mejor por separado. No tiene sentido seguir enojada con él. Aunque no es el chico perfecto para ella, tampoco es un mal chico y sí merece ser feliz a su manera. Si el Club lo hace feliz, bien por él.
-Gracias. Oí que tu musical es muy bueno. Es el del fantasma, ¿no? No el de la máscara, el otro.
-No exactamente -lo corrige ella, con una sonrisa. No le sorprende que Finn haya buscado algún resumen online y sacado esa conclusión-. No se sabe si es un fantasma o no. Queda liberado a la interpretación de cada espectador.
-Ah… Claro… Sí, eso quería decir.
Rachel sonríe.
-Estás invitado a venir a ver el show, si quieres. Te puedo conseguir buenos asientos.
-Gracias. ¿Capaz en las vacaciones de verano?
-Está bien… -Rachel titubea por un segundo y luego añade-: Entonces hablamos luego, ¿de acuerdo? Tengo que pensar y arreglar un par de cosas antes de decidirme.
Se siente de pronto transportada a su último año en McKinley High. La última vez que tuvo que decirle "sí o no" a Finn, decidió en base a que ya no tenía un futuro en Broadway y su vida ya no tenía sentido. Ahora tiene que decidir en base a su calendario de "Next To Normal" y su relación con Jesse. Regresa al departamento con una sonrisa que no puede borrar de su rostro. En momentos así se siente tan contenta y realizada que hasta se olvida de estar celosa porque a ella todavía no la han nominado para los Tony Awards.
vi.
orgullo
Rachel abre la puerta de manera repentina y él prácticamente salta en la silla. Estaba demasiado compenetrado Googlénadose, que ni siquiera escuchó sus pasos acercándose a la puerta.
-Llegaste temprano. ¿Por qué no te quedaste a firmar algunos autógrafos? -la recrimina él, negando con la cabeza en un gesto desaprobador-. No importa que odies a tus fans, tienes que pretender que los amas para que te sigan amando a ti. Es muy fácil, sólo tienes que sonreír y fingir que no crees que son patéticos.
Rachel pone los ojos en blanco.
-No creo que sean patéticos… Y tú tampoco lo crees -afirma ella, cerrando la puerta y dejando su abrigo y la cartera sobre una silla. Se quita los zapatos y se acerca rápidamente hacia el chico, quien hace un ademán por levantarse y alejarse de la computadora, pero ella lo detiene y simplemente se sienta sobre él, pasándole luego los brazos alrededor del cuello-. Puedes pretender ser tan malo como quieras, pero yo sé que en el fondo eres dulce y amas a tus fans.
-Los odio. Siempre me quieren tocar el pelo -contesta él, con los entornados. Pero luego sonríe. No puede engañarla, ya ni siquiera debería intentarlo-. Te extrañé -le susurra al oído, pasándole un brazo por la cintura para acercarla aún más y empezar a besarle el cuello.
-Tengo que decirte algo antes. -Rachel cierra los ojos e intenta concentrase en lo que quiere contarle, pero es tan difícil tener los pensamientos en control cuando Jesse está determinado a dejarle marcas que mañana levantarán un par de cejas cuando la vean sus amigos. A esta altura ya ni se esfuerza por ocultar el hecho de que el amor de Jesse por el sexo es sumamente contagioso. Lejanos son los días en los que ella todavía era un poco tímida y sólo dejaba esos asuntos para la cama. Ya ha perdido la cuenta de toda la clase de muebles y lugares donde lo han hecho-. Jesse, en serio. Es importante -. Como él ni siquiera la escucha, ella recurre a métodos drásticos-. Finn.
Jesse deja de lamerle el cuello y sus manos ya no la están acariciando.
-Soy Jesse, ¿recuerdas? El jodido reemplazo. Por lo menos podrías fingir que sí estás pensando en mí -. La hace levantarse y luego se aleja de ella, dando un par de pasos hacia atrás.
Ya ni rastros quedan de su tono cariñoso de unos momentos atrás. A veces Rachel lo considera un poco esquizofrénico. Es increíble la capacidad que tiene para pasar de adorable a frío y calculador. Le cambia la expresión, el lenguaje corporal, el tono de voz y las palabras que usa. Deja de verla como su novia y probablemente piensa en ella como en un rival al que debe aplastar. Realmente detesta verlo enojado y no le gusta darle razones para ponerlo así. Por suerte, él tampoco la aprecia demasiado a ella cuando está enojada (según él, su voz se vuelve muy aguda y lo irrita), así que los dos evitan tener conflictos. Si algo les molesta, lo hablan y lo resuelven civilizadamente o a los besos, pero de cualquier manera, siempre evitan pasar a la parte de los gritos y comentaron hirientes. Se conocen demasiado bien y por eso es muy fácil saber qué decir para lastimar al otro. También les es muy fácil sentirse terrible al respecto y no poder dormir hasta solucionar todo. No les sale bien todo eso de sentirse culpable y pedir perdón, es más fácil ser comprensivo en un comienzo y arreglar todo por las buenas.
Pero hay tópicos que son más fuertes que la fuerza de voluntad de Jesse. Si hay algo que lo hace enojar es que la gente piense que Amy Adams estuvo mejor que Bernadette Peters en "Into The Woods" y que ella le mencione a Finn, particularmente cuando la está besando.
-No voy a tener esta discusión contigo de nuevo -comienza ella. ¿Cuántas veces tiene que decirle que lo quiere para que por fin lo crea? Aunque están bien y nunca lo mencionan, ella sabe que es un tema latente, que una parte de Jesse nunca estará convencida de que ella realmente ha dejado a Finn atrás y ya no quiere nada con él. En cierto modo, no puede culpar al chico por sentirse así, después de todo lo que ha pasado. Sin embargo, sí le gustaría que confiase más en ella y le duele que no lo haga-. Ya te dije mil veces cómo me siento y no me voy a repetir. Si quieres creerme, bien, y si no, realmente no sé qué haces todavía conmigo. Si tan seguro estás de que no te quiero, ¿para qué seguir perdiendo el tiempo? Capaz ni deberíamos intentarlo.
No es lo que planeó decir y definitivamente no es el modo correcto para 'desenojarlo', pero ahora es ella la que está enojada y tiene derecho a estarlo. Tres años y él sigue pensando que en cualquier momento lo va a dejar para correr a los brazos de Finn en Ohio. Jodidamente enojada.
Lo que sucede a continuación es inesperado, quizás es parte de ese algo que Rachel no logra entender de Jesse, el algo que la cautiva y siempre la mantiene interesada.
-Perdón.
Jesse odia pedir perdón y más aún sin hacer uso de su derecho a réplica. Rachel sabe eso, sabe que debe tener ganas de gritarle un par de cosas, de hacerle un recuento de todas las razones que tiene para sentirse inseguro e, incluso, de decirle "adiós" e irse de manera dramática porque le encanta tener la última palabra y ganar las discusiones. El hecho de que prefiera dar un paso atrás y ceder ese pequeño triunfo dice muchísimo. La quiere tanto que está dispuesto a tragarse su orgullo por unos momentos.
Tal como el enojo le llegó a Rachel de manera repentina, se le fue igual de rápido al escuchar esa simple palabra.
Camina hacia él y lo abraza con fuerza. Él le devuelve el abrazo y se quedan así por un rato, simplemente disfrutando la cercanía.
-Ya sé que me quieres -murmura él y su voz vuelve a sonar afectuosa-. Es sólo que… odio a ese tipo.
Muy a su pesar, Rachel sonríe un poco y lo toma de una mano.
-Lo sé. Y eres un idiota -. Se aleja un poco para poder verlo a los ojos-. No tienes por qué odiarlo. Ya no.
-Rach, no lo odio sólo por el aneurisma que claramente tuviste mientras estabas con él -explica Jesse, muy serio-. Lo odio porque no sabe bailar ni cantar, porque es demasiado alto y rompe con la estética que todas las habitaciones, porque piensa que Sondheim es un tipo de cerveza, porque te trató como un trapo de piso y ni siquiera se disculpó… y porque lo vi cantar "Somebody To Love" en las Seccionales del 2009 y todavía tengo pesadillas a razón de eso.
Sólo Jesse puede odiar alguien por no llegar a sus altísimos estándares en lo que respecta a las canciones de Queen. No la sorprende en lo absoluto y, de hecho, le resulta divertido. Es tan Jesse mantener una animosidad tan fuerte por algo tan insignificante como eso. Le encanta que sea así de ridículo; ella también lo es a veces.
-Sea cual sea el motivo, es hora de que ambos se perdonen, ¿ok? Hoy hablé con él. -Hace una breve pausa porque lo ve a Jesse ponerse tenso de nuevo-. Y me contó que pronto va a haber una competencia de show choir a nivel internacional. Se va a llevar a cabo en Londres y todavía necesitan mucha gente para poder participar.
-Ya sé.
Rachel frunce el ceño, confundida.
-Hablé con Shelby hace un rato y me contó todo. Me imaginé que Hudson te iba a llamar y por eso estoy reaccionando tan bien. No sé qué habría sido de mí sin un preámbulo que me previniera.
Mordiéndose los labios para evitar reírse, Rachel asiente y luego sonríe. ¿Eso es reaccionar "bien"? Dios. Está loco. Lo ama.
-¿Y qué piensas, entonces? ¿Quieres hacerlo? -le pregunta ella y le acaricia una mejilla. No quiere ir a la competencia sin él, pero sabe que irá de todas formas. No va a perderse un evento tan emocionante sólo porque él y Finn no se soportan. Hombres…
-No quiero ver a Hudson. Sé que no tiene sentido que esté celoso y no lo aguante, pero no puedo evitar sentirme así -reconoce Jesse y Rachel sólo quiere volver a abrazarlo-. Pero sí quiero ir a la competencia para cantar y bailar mejor que él y que todo el mundo me adore. Y supongo que tú también quieres ir, así que, ¿por qué no?
Es en ese momento cuando Rachel recuerda el conflicto de las fechas.
-¿Porque no vamos a tener tiempo?...
-No vamos a tener tiempo para ensayar con el resto, pero sí vamos a tener tiempo para competir porque es un Sábado. Pedimos el día, volvemos el Domingo y ya está. Nuestros suplentes tendrán una existencia con sentido, para variar. Mal no les vendrá sentirse útiles.
-Está bien -se dedice ella, con una sonrisa-. Vayamos.
-Y ganemos -Jesse le devuelve la sonrisa. Extraña ganar trofeos y nada será más estimulante que ganar ese y luego, una semana después, quedarse con su primer Tony-. Ya le conté a Shelby que tengo muchísimas ideas. Creo que podríamos ir la semana que viene a Ohio para encontrarnos con ella y los chicos. Le dije que pueden usar mi casa en Akron como centro de reuniones. Puede ser como la biblioteca de Buffy, pero con menos muerte y con más ensayos sincronizados.
Continúa hablando un rato sobre coreografías, partituras, pianos. A Rachel le encanta verlo así, principalmente porque en esta oportunidad estarán en el mismo equipo y ya no tiene que preocuparse por que su determinación y talento la hagan volver a casa con las manos vacías. Esta vez podrían festejar juntos y compartir el premio. Se pone contenta de solo pensarlo.
vii.
cierre
La casa de Jesse no es una casa. Punto.
-Nunca nos dijiste que creciste en Malfoy Manor -comenta Blaine, con los ojos y la boca muy abierta, gesto compartido por la mayoría de la gente de New Directions. En cambio, todos los de Vocal Adrenaline parecen bastante inmunes a la cantidad infinita de habitaciones que parece tener el lugar.
-¿De qué trabajan tus padres? -le pregunta Santana y Jesse levanta una ceja, divertido.
-No trabajan.
-Ok, entonces, ¿a quién le roban tus padres y puedo ayudarlos?
Jesse se ríe.
-Mis abuelos son ingleses y son… importantes, supongo. Son amigos de la familia Real y toda esa mierda.
Rachel está verdaderamente atónita. Jesse nunca habla de esas cosas. Es más, hasta este momento, ella no sabía esas cosas. ¿Y ahora él se las está contando abiertamente a Santana, frente a todos?
-Si van a estar todos acá ensayando durante varios meses, no tiene sentido ocultarlo -agrega el chico, casi leyéndole la mente-. Mi padre es abogado y también es inglés. Mi madre es de Lima y es coleccionista de arte. Viven en Inglaterra con mis dos medio hermanos.
-Deberíamos secuestrarte -dice Puck, de improvisto-. ¿Cuánto te parece que le podemos sacar a tu familia?
Entonces Jesse deja de sentirse con ganas de compartir secretos familiares y ya no vuelve a hablar sobre el tema, aunque todos lo bombardean con preguntas.
-No quiere hablar. Dejen de molestarlo -ordena Haylee, unos minutos más tardes. Es una chica delgada, con rostro juvenil y muy afable. Su voz también es muy dulce y su personalidad es cándida casi todo el tiempo. "Casi" es la palabra clave porque ahora nada de todo eso se detecta en su postura y en la manera autoritaria con la que se comunicó.
Eso parece ser algo que los antiguos miembros de Vocal Adrenaline (y algunos de los nuevos) tienen en común. Todos son muy amigables y simpáticos entre sí, pero pueden volverse intimidantes y distantes en un abrir y cerrar de ojos.
En New Directions todos recuerdan cómo se sentía estar del otro lado de la competencia y aprecian que ahora les tocará trabajar en equipo. De ningún modo habrían vuelto si tenían que competir contra el Vocal Adrenaline Original (su manera de referirse en concreto al equipo de Jesse y diferenciarlo de todas las otras versiones de VA que existieron desde su partida).
-Me pone muy contento verlos a todos -reitera el Sr. Schue como por décima vez en el día, pero ninguno se siente molesto. También lo han extrañado mucho. Hasta a Santana y a Puck se le humedecieron un poco los ojos al verlo.
Se siente tan surreal estar aquí, Rachel aún no puede creerlo. Lo que más la confunde es lo mucho que todos cambiaron, sin parecer haber cambiado en lo absoluto.
Brittany y Santana continúan siguiéndose a todas partes, pero ahora Brittany es más independiente, logró graduarse con notas decentes y ahora es muy exitosa en YouTube con su webseries. El año que viene empezará a trabajar en un show para The CW.
Y Santana se ve más relajada que antes. Por momentos hasta puede pasar por amable. Ah, y según oyó Rachel, va a grabar un disco. Seguro le irá muy bien, siempre envidió esa cualidad rasposa y sexy que tiene su voz. Es tan… Mimi de "Rent".
Por su parte, Puck y su hermano empezaron una banda y de noche les va muy bien en los bars de Los Angeles. Pero de día se encargan del negocio para limpiar piletas, por lo cual sólo Puck pudo venir a ensayar esta semana. Se van a ir turnando hasta que llegue la competencia.
También regresaron Mike y Tina (con un anillo de compromiso de por medio). Rachel no habla seguido con ellos, pero sabe que todo ha estado fantástico desde que volvieron a estar juntos, hace ya casi dos años. Le sorprende un poco el anillo, pero no los culpa. Realmente son perfectos juntos.
Aunque con Sam todavía no tuvo oportunidad (porque Sugar no lo suelta un segundo. En serio. Desde que llegaron que no pararon de besarse), todos saben que está trabajando en la organización de la Comic Con y que no podría ser más feliz. Siempre les cuenta a todos que su colección de autógrafos es cada vez más grande.
Artie, Unique y Joe llegarán mañana y Rachel quiere aprovechar la oportunidad para conversar con ellos, ya que no les ha hablado en años. Con Unique, de hecho, no recuerda haber hablado nunca, pero Jesse la ha mencionado algunas veces (su nombre surge cada vez que Lindsay Lohan está en la TV y Jesse se queja de su falta de ética y ojo crítico para las competencias de talento).
-Sabemos que esto va a ser difícil, pero no es imposible. Sólo vamos a tener que esforzarnos mucho -continúa el Sr. Schue, mientras Rachel continúa observando la sala en la que están sentados. Es una sala de conferencias. ¿Qué clase de casa tiene salas de conferencias?
Todavía tiene muchas preguntas acerca de la familia de Jesse, pero sabe que no es el momento adecuado para interrogarlo. Eventualmente, no obstante, sí querrá tener respuestas. ¿Por qué no vive con ellos en Inglaterra? ¿Cuándo se fueron? ¿Cómo que medio hermanos? ¿Entonces quién es el padre o la madre de ellos? ¿Y por qué tienen tanto dinero? Más importante aún, ¿cómo nadie tuvo la idea de Puck antes? ¿Cómo sale a la calle sin custodios?
Percibiendo que su cerebro va a estallar en cualquier momento, Jesse la toma de una mano. Está sentado al lado de ella, escuchando el discurso de bienvenida del Sr. Schue y consciente de que aún tiene mucho por decir, pero aún no está listo para hacerlo.
Sólo pueden quedarse por unas semanas y deben aprovecharlas a fondo para ensayar porque luego no podrán volver a practicar con el resto del numeroso grupo hasta que llegue la competencia.
Sabe que antes de ese momento tendrá que tener una larga charla con Rachel porque será imposible eludir los cuestionamientos una vez que estén en Londres. Ya puede imaginar un inevitable "Tus padres viven cerca, ¡no? ¡Vayamos a visitarlos!"
Tiene que hacerle entender a Rachel que eso no pasará antes de que se encuentren allí. Pero todavía tiene tiempo, ahora debe concentrarse en la competencia.
-El Sr. Schue y yo creemos que el canto está muy bien, pero sí van a tener que trabajar mucho en el baile para llegar al nivel de Vocal Adrenaline, ¿de acuerdo? -Shelby toma las riendas del discurso y Jesse sonríe. Ahora sí se siente como un ensayo-. Los chicos de VA los van a ayudar. Vamos a asignar uno de ellos a cada uno de ustedes para que les sirvan de Coaches de baile.
-Yo quiero estar con Jesse -anuncia Rachel de inmediato y todos se ríen, excepto Finn, Quinn y algunas chicas de Vocal Adrenaline.
-Va a ser un sorteo, Rachel -le explica el Sr. Schue, con una afable sonrisa.
-Ah… Bueno. No lo siento -dice ella entonces y apoya su cabeza en el hombre de Jesse, quien le da un beso en la frente.
Mientras el Sr. Schue y Shelby organizan los nombres para hacer el sorteo, Vocal Adrenaline solicita la presencia de Jesse por un rato y todos se ponen a hablar casi a los gritos y todos al mismo tiempo. Se habían extrañado demasiado como para ser como siempre y comportarse de manera ordenada.
No todos los "originales" pudieron venir a ensayar, esa es la tragedia de ser adultos, pero sí todos irán a la competencia. No se la perderían por nada del mundo. Además, claramente, ellos podrán aprender las coreografías en tiempo récord. Los ensayos están diseñados específicamente para que los de New Directions no los avergüencen frente a semejante audiencia de Jueces calificados en música, show choir y teatro musical. Ya nada de bochornosas actrices, conductores, bloggers o monjas. Esta vez es en serio y sólo podrán ganar si realmente son los mejores.
A la vez que él se preocupa un poco por el pronóstico competetivo, debido a que no tiene confianza en New Directions, nota que Rachel está con sus amigos y la diferencia entre esto y el pasado es asombrosa. Antes nadie quería hablarle, nadie la soportaba y ahora se está riendo tanto con Kurt que prácticamente está llorando. Mercedes está diciendo algo entre risas también y todos los demás están sonriendo o hablando sobre otros temas. El único que no parece estar divirtiéndose tanto como los demás es Hudson.
Y recién ahora Jesse recuerda que se supone que él es el Coach de New Directions y no el Sr. Schue. Supone que lo hablaron y Hudson decidió ceder su lugar, pero aún así le parece extraño.
Casi siente un poco de lástima por él. Todos parecen estar cumpliendo sus sueños o al menos intentándolo y Hudson sigue en Lima, siendo un perdedor (en grande parte, gracias a que Shelby volvió a hacer uso de sus facultades mentales y se dio cuenta de que necesita a Vocal Adrenaline tanto como Vocal Adrenaline la necesita a ella).
Tal vez Rachel tiene razón y el chico no es tan malo después de todo y… No. "Somebody To Love" le vuelve a la mente. Puede perdonar muchas cosas, pero eso es más fuerte que él.
-Empecemos -anuncia Shelby-. Yo sacaré nombres de Vocal Adrenaline de este sobre y el Sr. Schue, sacará los nombres de New Directions de ese sobre.
-¿Podemos usar un sombrero, en vez de sobres?
Todas las cabezas se giran hacia Blaine.
- ¿No?... Ok. Los sobres están bien.
La selección comienza y nadie está del todo complacido. Los chicos de New Directions no quieren que los de Vocal Adrenaline los hagan sentir como inútiles y éstos no quieren perder su preciado tiempo intentando arreglar los irremediable.
-Tina y… -dice el Sr. Schue.
-Mike C. -completa Shelby.
-Pero Mike no está en Vocal Adrenaline -se queja Rachel-. ¿Por qué ellos sí pueden bailar juntos? No es justo.
-Pusimos a Mike y a Brittany con los otros porque ellos no necesitan que los entrenen -. El Sr. Schue empieza a recordar lo difícil que podía ser tratar con Rachel y se ríe mentalmente. Lo que no recuerda es cómo en algún momento pudo molestarle. No sería Rachel si no se quejase-. Fue sólo coincidencia que salieran sus nombres juntos. Lo siento, Rachel.
La chica se cruza de brazos y se dirige hacia Jesse:
-Tendríamos que haber hecho trampa.
Él se ríe y le pasa un brazo por el hombro.
-Estás loca. Te quiero -le susurra al oído.
-Finn y…
-… -Shelby lee el nombre, pero tarda unos momentos en anunciarlo-. Jesse.
El silencio en la sala es absoluto. Nadie siquiera respira.
Rachel está inmóvil en el asiento al comienzo y luego gira un poco la cabeza para mirar a Jesse.
-Está bien -dice éste, finalmente-. ¿Finn? -pregunta al instante, enfocando su mirada en el otro extremo de la habitación, donde está sentado el otro muchacho.
-Sí, está bien -concluye Finn, tras un segundo o dos.
Todos vuelven a respirar con normalidad y es entonces cuando empieza el murmullo generalizado. Shelby pide silencio y ella y Schuester siguen diciendo nombres.
-¿Estás seguro? -Rachel no está para nada convencida de que esté bien.
-Sí -contesta él con sinceridad-. Tienes razón. No debería sentirme celoso y… además puedo usar esto como un ejercicio para poner a prueba mi determinación y fuerza de voluntad. Si lo veo bailando durante varios días seguidos y no lo mato, me gano algo. Ya pensaré el premio.
-¿Puedo elegirlo yo? -sugiere Rachel, lamiéndose los labios-. Se me ocurren varias cosas que podían satisfacerte.
Jesse vuelve a sonreír y desea que la selección se termine pronto.
No sabe cómo logrará no matar a Hudson, pero sabe que es algo que debe intentar. Criticarlo sin cesar y ser mejor que él en su cara es el cierre perfecto para una larga etapa de celos e inseguridad. ¿Cómo pudo en algún momento envidiarlo? ¿Cómo pudo en algún momento creer que Rachel pasaría el resto de sus días con él? Lo piensa ahora que goza de una mayor perspectiva y la idea le resulta tan absurda.
-Y por último Quinn con…
-Chris.
El juego recién comienza, pero Jesse siente que ya ganó algo. ¿Dejar el fantasma del ex novio en el pasado y por fin seguir con su vida sin dudas? Es un buen premio.
Pero igual quiere el trofeo y no va a parar hasta conseguirlo.
-Partamos desde la base de que no sabes hacer nada y eres inútil en absolutamente todo -le dice a Hudson, quien lo mira con cara de pocos amigos-. Pero no te preocupes, yo soy extremadamente talentoso y lograré que aprendas de mí. Y ganaremos.
O lo matará. Lo que sea que suceda primero.
Fin.
comienzo
Nota final: si alguien llegó hasta acá, ¡gracias por leer! Espero que te haya gustado :D
Esto no es para nada lo que tenía planeado escribir, pero eso no iba a llegar a terminarlo y no quería quedarme sin publicar nada. Así que acá estoy, como siempre, haciendo todo el último día y odiándome en el proceso. Necesito que alguien me ponga una varita en la cabeza y me obligue a hacer las cosas con tiempo, damn it.
En fin, voy a seguir escribiendo la otra historia (que es de Harry Potter y sí tiene trama xD) y capaz la pueda terminar antes de las Fiestas :D
Ah, y muchas gracias a Meli por ayudarme y publicar esto :) Odio estar sin Internet.