Por primeira vez desde que estou anticoagulada (aló foron seis anos) a International Normalized Ratio (INR) do meu sangue está no xusto punto equidistante entre as marxes recomendadas para min polos hematólogos, que se moven entre o 2,5 e o 3,5 (as marxes, non os hematólogos). Por debaixo, risco de trombose; por riba, aí vén a hemorraxia. INR 3.0, di a pauta que recollín esta semana. No meu día libre, por certo
Segundo conta a Wikipedia, o
INR é un xeito de estandarizar os valores obtidos a través do tempo de protrombina, que vén sendo unha análise que avalía a tendencia do sangue a coagularse.
Vinte e tantos anos, moito susto e un volante preferente da hematóloga que urxe a anticoagulación con
acenocumarol. Hostia. E toca bagoada. E o numeriño de saloucos e himpidos que lle montas á enfermeira
Quen é a guapa que non chora? Dinche que podes facer unha vida normal, pero é mentira. Porque todo empeza e remata na pílula que tes que tomar cada día á mesma hora ---ás veces, tres cuartos de pílula; outras, pílula e cuarto---. E o descontrol pode vir porque ceaches caldo, porque tomaches unha caña ou porque é tempo de cereixas ou de castañas. Porque non vas poder tomar antiinflamatorios cando che vén a regla cunha dor de útero das de morrer. Porque vas ser (máis) intolerante ao sol. Porque o máis pequeno moquetón vai ser un esaxerado cardenal e porque, con sorte, vas ter que facer controis no centro de saúde cada tres ou catro semanas e picarte heparina na barrigola nos momentos de descontrol. Porque, sen saber sequera se me gustaba, tiven que dicirlle adeus a unha prometedora carreira no deporte de contacto (já).
Iso si, a cola do sintrom é un mundo no que sentirse especial. Na cola do sintrom SON especial. E xogo coas vellas a ese Angry Birds de ambulatorio que é o ver quen está máis mala. E gaño, por suposto.
Knowing your enemy. "Contraindicaciones: La falta de colaboración del paciente".
Por primera vez desde que estoy anticoagulada (hace ya más de seis años) la International Normalized Ratio (INR) de mi sangre está justo en el punto equidistante entre los márgenes recomendados para mí por los hematólogos, que se mueven entre el 2,5 y el 3,5 (los márgenes, no los hematólogos). Por debajo, riesgo de trombosis; por encima, prepárate para la hemorragia. INR 3.0, dice la pauta que he recogido esta semana. En mi día libre, por cierto.
Según cuenta la Wikipedia, el
INR es una forma de estandarizar los valores obtenidos a través del tiempo de protrombina, que viene siendo un análisis que evalúa la tendencia de la sangre a coagularse.
Veintitantos años, mucho susto y un volante preferente de la hematóloga que urge a anticoagulación con
acenocumarol. Hostia. Y unos lagrimones y una escenita con sollozos e hipidos que le montas a la enfermera.
¿Quién es la guapa que no llora? Te han dicho que puedes hacer una vida normal, pero es mentira. Porque todo empieza y acaba en la pastilla que te tienes que tomar todos los días a la misma hora ---a veces, tres cuartos de pastilla, otras, pastilla y cuarto---. Y el descontrol puede venir porque has cenado caldo, porque te has tomado unas cañas, porque es tiempo de cerezas o de castañas. Porque no vas a poder tomar antiinflamatorios cuando te viene la regla con un dolor de útero de los de morirse. Porque vas a ser (más) intolerante al sol. Porque el más pequeño de los golpes va a ser un moratón exagerado y porque, con suerte, vas a tener que hacerte controles en el centro de saúde cada tres o cuatro semanas y pincharte heparina en la barriga en momentos de descontrol. Porque, sin haberlo probado siquiera, tuve que decir adiós a una prometedora carrera en el deporte de contacto (já).
Eso sí, la cola del sintrom es un mundo en el que sentirse especial. En la cola del sintrom SOY especial. Y juego con las viejas a ese Angry Birds de ambulatorio que es el a ver quién está más mala. Y gano, por supuesto.