Love me until the sun goes down
Fandom: Supernatural & The Vampires Daries
Pairing: DamonSalvatore/SamWinchester.
Personajes: DamonSalvatore, Sam Winchestr, Dean Winchester, Ruby Cassidy (obviamente Katie Cassidy), Alaric Saltzman, entre otros.
Genero: AU X-Sover
Plot: Sam es un estudiante de leyes el cual conoce a su Nuevo compañero de cuarto, Damon Salvatore, ¿Que les deparara el destino a estas almas tan diferentes?
Theme: Curve of the Earth - Matt Nathason (esta cancion isnpiro toooooooodo el fic, fue escucharla y pensar en Sammy, escucharla la segunda vez y relacionarla con Damon, y pues a la tercera ya se imaginaran XD con los dos rondando fue un flash en mi vida)
1 -
2 -
3 -
4 Capitulo 2 Sol de medio dia.
Les toma un mes en transformarse en el trió Salem para toda la facultad, gracias a Ruby y su gran boca. Dos meses, para que Damon vea a Sam borracho, gracias a que su relación con Dean mejoro y como regalo de bienvenida, tuvieron una pelea de tragos, lo que llevo a Sam a dormir con Damon en una misma cama por primera vez, cosa que Sam hacia cuando estaba borracho.
Se pegaba como una lapa al cuerpo que tuviera más cerca, antes era el de su hermano, que le cargaba sin ningún reproche a la cama, esperando a que Sam se pusiera a lloriquear de que tenia frio y de que necesitaba a alguien, siempre tan demandante por atención.
Y les toma tres meses para que se convirtieran en mejores amigos de facultad, de jerga, y de locuras personales.
Como aquella vez en que Sam dijo, “Quiero probar que se siente ir a un bar gay”, Damon y Ruby no lo pensaron dos veces, y se llevaron a Sam, sin que este lo supiera, a un bar de stripper, haciendo que un hombre muy guapo bailara sobre el regazo de Sam.
Sam casi vomita en el baño justo después de haberse corrido en sus pantalones. El no es gay.
Esa situación dio paso a otra situación personal, otra locura, que les hacia reír a los tres cuando se escondían detrás de aquella pared en el campus.
El lado “marica” de Damon. De verdad. El tipo era lo mas gracioso cuando se ponía con sus manías, especialmente cuando le daba por bailar con Sam, danzando de un lado a otro, y el pequeño Winchester que le seguía la broma.
- Eres mi amor…y te amo tanto. - le declaro un día, tomando a Sam de los cachetes e intentando besarlo, mientras este se alejaba despavorido de el, corriendo por el pequeño pasillo de piedras mientras Damon le perseguí con los brazos abiertos. - Regresa a mi, amor mío de mi alma.
Ruby estaba que no podía con ella, muerta de la risa como se encontraba, tirada en el suelo y sosteniéndose el estomago.
Damon logro atrapar a Sam en sus brazos, con un rápido movimiento, ambos forcejeando por el poder.
- ¡Bésame mi princesa!! - le grito al castaño, este aun huyendo de los intentos de besos.
- Oh por dios chicos, no sabían que bateaban para ese equipo.
- ¡Alaric, sálvame! - grito Sam, riéndose cuando Damon le soltó.
- No te acerques a mi princesa. - amenazo Damon, serio como la muerte.
Esto provoco mas risas en los tres presentes, que solo pudieron negar con la cabeza cuando Damon les hizo reverencias. El tipo era todo un personaje.
- Tenemos un examen hoy…tan aburrido, no quiero estudiar… - murmuro Damon desde su cama, enrollado en las sabanas y con los pies en el tablero de la cama. Se encontraba en la misma posición desde hace dos horas aproximadamente.
- Sam…estoy aburrido, quiero beber.
- ¿Eso haces cuando estas aburrido? - pregunto Sam con una risita divertida.
El Winchester estaba tratando de terminar el ensayo que tenían que entregar el jueves para Alaric, este debería haber estado terminado ayer en el mañana, pero que no lo hizo por que a Ruby se le ocurrió la brillante idea de presentarles a ambos a Sarah, una chica que se había robado el corazón de Sam con una mirada, y la cual le había distraído todo el día, y aun ahora, casi las tres de la mañana, no abandonaba sus pensamientos.
Es solo que es tan hermosa, tan delicada y tan divertida a su manera, amable y extremadamente adorable, exactamente como Jess, como le ha recordado amablemente Ruby.
- ¿Cómo se llama la chica que te tiene loco? - pregunta Damon inocentemente, pero detrás de esa pregunta se esconde un momento de diversión propia para Damon.
- Cállate. - le responde tajante.
- ¡Oh vamos, Sam!, dime. Cuéntame, gran amigo mío, ¿o debería decir princesa? - Damon se ríe cuando Sam le lanza una de sus almohadas con toda la fuerza que puede, pero sin atinar en el blanco, solo porque Damon es rápido cuando lo desea.
- Vete al infierno.
- Ya he estado allí, no concuerdan conmigo, por eso me tiraron. - se rio Damon, tirándose en la cama de Sam, que no había notado cuando este se había levantado de la suya, en serio el tipo podía ser sigiloso como un vampiro.
- Y tuve la mala suerte de que cayeras aquí.
- Mal por ti. - responde, haciendo como si sollozara, dramatizando toda la escena, y eso le hace pensar en que tanto de cordura quedaba en su cerebro cuando se hizo amigo del de los ojos azules.
Así que rueda los ojos, volviendo su atención al trabajo, resignado a escribir trescientas paginas el solo, sin notar la mirada azul de Damon sobre el, indagando en su persona, pero Sam no le presta atención, al fin ha logrado concentrarse.
Luego de unos diez minutos de escribir sin detenerse, Sam pega un saltico en la cama, esta sorprendido por lo que acaba de pasar, tan sorprendido que no puede creerlo.
- ¡Damon! - chilla, bajando su mirada al hombre acostado a sus pies, con su cabello desordenado, ocultando uno de sus ojos. - ¿me mordiste? - pregunto incrédulo, viendo el rostro inocente de Damon, que le mira con una sonrisita que finge patéticamente ser cándida.
- No. - respondió, con toda su sinceridad, la cual a decir verdad era muy poca para lo ameritado.
- Me mordiste. - reclamo Sam, sus manos acariciándole la pequeña herida.
- Estoy aburrido. - responde a modo de defensa.
- ¿es un fetiche? ¿Morderme el pie? - Sam no puede evitar sonreír con esto, pero la sonrisa se pierde con la respuesta de Damon.
- ¿Te excito? - pregunta, mas interesado de lo que debería.
- ¡NO! - grita Sam, negando con la cabeza en señal de incredulidad, sin creerse las barbaridades que salen del idiota.
- Aburrido.
- Vete a dormir, vampiro. - Le responde lo mas tajante que puede, pero la verdad la diversión esta impregnada en su voz.
Damon le sonríe, claramente provocándolo a mas, pidiendo por mas.
- Damon.
- ¿Qué vas a hacerme papi?
- Voy a patear tu trasero.
- No puedes.
- Pruébame.
No es nada bueno, como terminan lanzándose uno encima del otro, rodando por el piso, hasta que están tan sudados que no se soportan así mismos, pero aun así, se siguen golpeando, nada rudo, todo es en juego, al menos hasta que Sam se pega duro contra el suelo, y Damon se ríe tan fuerte que termina ahogándose, casi vomitando en el lado de la habitación de Sam, volviéndose a enzarzar ambos en una pelea sin sentido.
Ese día llegan tarde a clases, bajo la mirada reprobatoria de su profesor de leyes, Singer, el cual desearía colgarlos a los dos de las pelotas, seguramente por que Damon parece salido de una ruda sesión de sexo caliente, y Sam…bueno Sam parece ser el que se han tirado, y muy bien.
Ruby les ve extrañada, pero no comenta nada, extraño en ella, pero debe tener mucho que ver con la cara de emoción que tiene Damon cada vez que mira a Sam de reojo.
Las cosas se ponen muy difícil en la facultad. Con tantos exámenes por venir, y presentaciones en publico, pero a Sam no parece importarle, esta demasiado ocupado metiéndose dentro de ese delicado cuerpo que le abraza, y jadea debajo de el. Sus delicadas piernas enrollándose alrededor de su cintura, y su cálido interior apresando su polla que amenaza con correrse dentro del condón, dentro de ella.
Su espalda esta perlada en sudor, y sus músculos se contraen, con oleadas de placer recorriéndolo y haciéndolo jadear en su cuello, donde el delicioso perfume a melocotones llena su olfato, mareándole, sumergiéndole mas en una atmosfera en la que solo quiere quedarse allí, sin moverse, a pesar de que la necesidad de hacerlo apremie.
Ella es la que le hace volver a la realidad, jadeando su nombre “Jared…Jared…duro…mas duro…” continuamente, hasta tenerle palpitante, al borde del orgasmo que hace rato esta allí, pero que ahora se presenta mucho mas irresistible, y es justo cuando esta apunto de soltar su semilla, sintiéndola contraerse bajo el, teniendo seguramente el mejor orgasmo de su vida.
- ¡Hey Sam! Ruby me dijo que… ¡Wow! Disculpa, debería irme. - las palabras de Damon salen con todo el relax del mundo, riéndose de la posición en la que esta Sam, todo sonrojado y el cabello despeinado, y seguramente al borde del precipicio.
- ¡Damon! ¡Sal! - definitivamente esta avergonzado, y próximamente enfadado.
Damon y Ruby están riéndose a mas no poder, cuando Sam sale de su habitación veinte minutos después, detrás de el viene la “novia” del castaño, Sam esta sonrojado, pero claramente por el enfado, mientras que Sarah si es por la vergüenza, apartando su rostro de la vista de los otros dos.
-¡Hey guys!- saludo Ruby, alzando su mano en un saludo militar, que Sam ni se molesto en devolver, solo con su rostro lleno de enfado, los asesino a ambos con la mirada, causando que Damon estallara en risas sin poder evitarlo, demostrándole cuanto le intimidaba.
- Vamos Sarah, no les prestes atención, a ninguno de los dos. - Gruño Sam, jalando a su noviecita del brazo con un movimiento brusco, sacándola del pasillo lo mas rápido que podía, alejándose de las risotadas de ambos idiotas, que seguían descojonándose allí.
Les tomo dos horas darse cuenta de que Sam no regresaría, seguramente hasta el dia siguiente, y por supuesto no tardaron en instalarse ambos en la habitación, los dos, como eternos entrometidos, rebuscando en las cosas de Sam algo con que joderlo por la mañana. Ruby consiguió varias cajas de condones abiertas, pero Damon le dijo que eso era su culpa, lo que causo una risa en ambos.
- ¿De verdad crees que Sam tiene sexo tan seguido? - pregunto Damon con sorna, rebuscando debajo de la cama del Winchester.
Ruby hizo una mueca pensativa, como si meditara con toda la concentración del mundo la pregunta. Damon la observo y soltó una carcajada, negando con la cabeza mientras sacaba una caja de debajo de la cama.
- ¿Qué crees que haiga aquí? - pregunto, mirando con curiosidad la caja, y luego dándole una mirada cómplice a Ruby, que solo sonrió grande y casi macabro.
El joven Winchester siempre había sido de los que dejaban a sus compañeras de noche eso, pasar la noche en su cama, dormir con el y porque no, la mayoría quería ser recordada por Samuel Winchester, el nerd que se las follo como nunca nadie lo había hecho, asi que todo termina aquí, todos y cada uno de sus objetos Sam los…bueno eso, los colecciona.
Hay de todo en el baúl, mientras las risitas de Ruby y Damon inundan el lugar, van revolviendo cada objeto nuevo, desde cientos de bragas hasta un montón de lápiz labiales, incluso una servilleta con labios impresos, hay fotos, y joder Damon y Ruby se deleitan observándolas, muchas de ellas chicas desnudas que escriben sus nombres en el reverso, junto con su numero, quizás con la esperanza de que Sam las llame algún dia.
No es asi de fácil, Sam no es de una segunda oportunidad, cuando termina una relación, es porque necesitaba terminarse, y a Damon le cuesta creer que todos esos objetos sean chicas que se han acostado con Sam, en especial sabiendo lo recatado que era este.
- ¿Oh dios? - La exclamación sale a modo de pregunta, con ambos riéndose a carcajadas mientras Damon estira una bufanda de plumas rosadas, la cual desprende un olor a perfume que los marea a ambos.
- Esto es asqueroso… - masculla Ruby apartándose de Damon que se la enrolla alrededor del cuello. - No puedo creer que guardo eso…
- Lo que no puedo creer… - comienza Damon, poniéndose de pie y cerrando de una patada el baúl, que hace un sonido seco cuando la tapa cubre todo el contenido. - es que Sam guardara todo eso… es increíble, ósea este tío no tiene escrúpulo alguno… ¿seguro que no es de Dean…?
- ¿Entonces porque Sam las guardaría? - la pregunta de Ruby queda ahogada cuando la puerta de la habitación se abre, y al rubia tiene el reflejo de abalanzarse a la ventana, saltando desde allí, el segundo piso.
Esta loca, ambos lo saben, pero mas loco esta Damon por no haberla seguido, porque sin duda la mirada que Sam tiene ahora no es algo a lo que uno quiera enfrentarse en algún momento de su vida. Luce consternado, con una ceja alzada, y una mueca que no encuentra lugar en el, parece un tigre herido, apunto de arrojarse contra lo que le amenace.
En este caso, Damon es una gran amenaza, y el italiano no parece asustado, solo ligeramente sorprendido.
- ¡Caboom! - es estúpido pero es lo que su mente procesa ahora.
Se mueve rápido, rodeando a Sam que le sigue con la mirada, girando como un trompo sobre sus pies mientras Damon mueve su cadera sensualmente, jugueteando con la bufanda de plumas rosadas, sacudiéndola frente a Sam, incluso pasándosela por su rostro.
Viendo como la expresión en Sam se ablanda, una sonrisa apareciendo en la esquina de sus labios.
- Estas siendo estúpido. - le acusa, rodando los ojos mientras ve a Damon subirse a su cama y acariciarse con la bufanda, como si fuera una stripper barata.
- ¡Estas siendo aburrido! - Le acusa, bajando de un salto y colocándose en frente de Sam, dejando que la bufanda se enrolle alrededor de su cuello, incluso viendo como Sam escupe las plumas que se le han metido entre los labios.
- Como dije estúpido.
- Vamos Sam…
- ¿Qué hacias hurgando en mis cosas? - le pregunta, retirando la bufanda mientras se aleja de Damon, desenrollando la maldita cosa.
- Aburrido…no tenia nada mejor que hacer y termine hurgando en eso…¿Algún día lo vestirás para mi? - Le pregunta tomando las caderas de Sam por detrás y pegándose a su cuerpo.
- Damon, suéltame… - le reclama rápidamente el Winchester, empujándole lejos. - No voy a ponerme uno de esos para ti…aparte de que no son míos, son cosas de Dean que el muy cabron se niega a destruir y me las ha traído ayer en la mañana.
- ¿en serio? ¿Por qué querrías tener eso aquí? - Pregunta Damon de inmediato recostándose de la cama de Sam mientras le observa de lejos.
- No quiero, pero no se como diablos voy a llevarlo a la basura. - Gruñe, si gruñe como un perro, rompiendo la bufanda con la que se pelea desde hace segundos y lanzándola al suelo, antes de dejarse caer en la cama, su rostro quedando a solo centímetro de el de Damon, quien le mira con una sonrisa, la cual no tiene idea de cómo definir.
- ¿Sabes que es eso? - ante la mirada de extrañeza de Sam, Damon sonríe mucho mas ancho. - Operación ninja.
- Pensé que éramos brujas.
- Hazme un favor Sam, cállate.
- Imbécil.