Título: Goodbye, Love
Fandom: Glee
Personajes: Tina Cohen- Chang. Mike Chang. Blaine Anderson. Quinn Fabray. Menciones de Kurt Hummel, Brittany Pierce, Noah Puckerman, Rachel Berry.
Parejas: Tike. Klaine. Brittana. Quick.
Extensión: 1498 palabras
Advertencias: Spoilers 3x22.
Notas: Escrito para el Reto!Graduación de
glee_esp El tema no se toca entre ellos durante días y las cosas están tensas y es espantoso.
Blaine no se termina nunca de decidir si prefiere vivir feliz los últimos meses ignorando la realidad o si prefiere reconocer la realidad y con eso en mente exprimirle todo el jugo posible.
Es consciente de que no puede ignorarlo durante mucho tiempo. Ha hecho un trabajo exitoso hasta ahora, pero se está acercando la fecha de expiración y el auto-engaño va a terminar trayéndole más lágrimas que alegría.
Quinn está contando los días y los va tachando con enormes cruces rojas en el calendario de su cuarto. Salvo a los chicos de ND, de forma general y bastante poco específica, no va a extrañar nada nada de Lina, y no puede esperar a empezar a vivir su verdadera vida. Así que camina con la frente alta por los pasillos del colegio ese que no va a extrañar nada, aunque tenga que agradecerle el haberla hecho la mujer que es hoy, y se da cuenta de que la mayoría de sus compañeros están lidiando con problemas de último momento e inseguridades y separaciones, y Quinn lo siente por ellos, realmente lo siente, pero no va a dejar que el ánimo taciturno de Santana o las lágrimas mal ocultas de Blaine arruinen lo que va a ser el despegar perfecto hacia su maravilloso futuro.
El resentimiento se va destiñendo con el correr de los días, porque no pueden estar demasiado tiempo enojados el uno con el otro. Es en uno de esos escasos y por eso mucho más apreciados momentos en los que se pueden tomar media hora para estar acostados, desnudos pero simplemente charlando, que Tina le dice:
- Tan terrible es que quisiera tener mi momento para brillar, una única vez.
Blaine nunca ha sido bueno eligiendo. Así que, al final del día, se mantiene peligrosamente balanceado entre los dos extremos: hace caso omiso del tiempo que siente como si fuese un reloj clicando en sus oídos, y también se aferra a Kurt todo lo posible, todo el tiempo, ante la menor oportunidad, y también sufre, y también duele, y también agradece todos los días por la oportunidad maravillosa que le ha dado la vida, aunque se termine ahora, aunque no vaya a durarle más que unos meses que siempre van a parecer demasiado poco.
Pero luego no tiene tiempo siquiera de tratar el tema, porque se encuentra con la realidad dándole una bofetada en la mejilla sin previo aviso, en medio de Breadstix, donde no puede gritar, y delante de su madre a la que Santana adora, por supuesto, pero delante de la que nunca querría ponerse verdaderamente emocional.
Y luego, por supuesto, sucede Noah Puckerman. Quinn se dice que simplemente lo está haciendo por él, porque él estuvo para ella en el momento en el que había caído más bajo, y porque todos se merecen un final feliz, y ella tiene tantos pecados para expiar que un poco de ayuda al prójimo jamás va a poder resultarle perjudicial. En realidad, ni ella se lo cree.
Y parece una pregunta, pero Tina no lo dice con tono de pregunta, y Mike está indeciso sobre si se espera o no de él una respuesta, mientras le acaricia la espalda. Así que se decide a ir por lo seguro, y comenta simplemente:
- Para todo hay un momento y un lugar.
Blaine escucha a Kurt hablar y hablar y hablar sobre la posibilidad de Nueva York y Rachel, y planes, y también sobre los planes que los incluyen a los dos y sonríe, pero no aporta nada, porque ese es el sueño de Kurt, ese es el sueño que Kurt se tiene que armar de a poco, para sí mismo, y Blaine no encuentra en sí mismo la fuerza para teñirlo de sus propios deseos que en realidad no van a ser de los dos.Ya va a haber tiempo para eso, se dice. Mientras tanto, ¿cómo podría negarle al mundo la luz que emite Kurt Hummel con cada parpadeo? No sería otra cosa que una crueldad.
Hay miles, cientos de preguntas que quisiera hacerle a Brittany, algunas racionales y otras no tanto- ¿Cuándo pensabas decírmelo? ¿Crees que no me importa? ¿A ti no te importa que yo lo sepa? ¿Por qué me haces esto? ¿Todavía me quieres? ¿Qué significa esto para nosotras? ¿Por qué, Britt, por qué?-, pero no le da el tiempo, porque se deja arrastrar por el torbellino que son los últimos días de colegio y el delirio que son las malditas despedidas en el Glee Club, y prepararse para la fiesta de graduación, y Santana puede ver a Blaine dando pena con los ojos llenos de lágrimas cuando cree que Kurt no lo ve, y Santana no querría eso jamás para Brittany. No. Nunca. Jamás.
Y por eso es que termina dando vueltas en su cama el día anterior a su fiesta de graduación, maldiciendo en voz baja porque va a tener unas ojeras espantosas, y ese no es el look que quisiera lucir en su gran día, realmente. Pero una vez más, Quinn Fabray siempre se las ha arreglado para arruinar todos los grandes momentos de su vida, con y sin la ayuda de Noah Puckerman.
No está seguro de haber hecho lo correcto porque Tina se queda callada durante un largo rato, y Mike ya está pensando en poner una alarma para que los despierte quince minutos antes del horario en el que vuelven sus padres de trabajar cuando ella habla de nuevo, muy bajito, con la voz casi rota, y sus nudillos casi blancos de la fuerza con la que aprietan la sábana que la cubre.
- Pero para Rachel siempre hay un momento y un lugar. Y yo simplemente quería que el mío fuese aquí, y ahora, sólo para poder compartirlo, por una vez, contigo.
Y luego es la graduación y las fiestas y las lágrimas y los recuerdos y las canciones, y Blaine se aferra a Kurt más que nunca, porque Kurt es del mundo, Kurt ha nacido para brillar y ser del mundo, pero Blaine no puede evitar rogar que lo dejen ser suyo aunque sólo sea cinco minutos más.
No sabe que significa esa decisión, porque sabe que no tiene los cojones como para dejarla, y tampoco sabe si eso vaya a ser para mejor, a fin de cuentas porque, como la mayoría de la gente, Santana López no sabe qué quiere, pero sabe lo que no quiere.
No tiene muchas posibilidades en la cabeza, realmente. Yale es en cierta forma el sueño de su vida, y Quinn no va a ceder en él por nada del mundo, y Puck realmente podría ser feliz en California, y sería muy egoísta de parte suya pedirle que se viniese con ella, y una relación a distancia jamás podría funcionar para ellos y… y desde cuándo Quinn se está planteando que podrían llegar a tener una relación. Desde cuándo.
Mike no responde inmediatamente, porque ya han hablado del tema, y siente que todo lo que puede decir es superfluo, y sólo puede agregar sal a la herida de la separación en lugar de sanarla. Así que la estrecha más fuerte contra su pecho, y Tina no llora, porque Tina llora en los grandes momentos de efusividad, pero no en los pequeños momentos de intimidad, en los que son sólo ellos dos y lo que sienten.
- Yo voy a estar siempre contigo en tus grandes momentos.- Murmura contra su pelo, y le gusta pensar que no es una promesa. Es una realidad.
Y luego llega la carta de NYADA, y en un primer instante de pánico Blaine piensa que va a tener miles de millones de cinco minutos más de Kurt siendo sólo suyo, y eso no es lo que quería decir en lo absoluto, y al dolor espantoso de Kurt llorando apretado contra su pecho, hay que sumarle el dolor de la culpa retorciéndole el estómago.
Y se encuentra luego, cuando es demasiado tarde, con un sobre con más dinero del que vio junto en toda su vida en una mano y en la otra la foto de Brittany que fue lo último que despegó de su casillero. Hace fuerza con las manos, arrugando los dos pedazos de papel, porque siempre lo ha canalizado todo por la rabia, pero cuando levanta la vista ha tomado una decisión, porque quizás Santana López no sepa lo que quiere, pero sabe que es lo que debe hacer.
Quinn Fabray se pasa en vela la noche anterior a su graduación, maldiciendo en voz baja a su estúpido estúpido corazón que se decide a jugarle malas pasadas en el último maldito minuto, y a Rachel Berry, por tener razón y por no perder la costumbre. Cuando ve a Blaine con obvios rastros de lágrimas en las mejillas, Quinn le saca los dientes en lugar de encontrarlo tierno, porque no, no, no, eso no va a sucederle a ella.