Tabla: Momentos
Fandom: Harry Potter
Claim: Gabrielle Delacour.
Personajes: Neville Longbottom; Ginevra Weasley; Hannah Abbott
Tema: #26 Despedida
Extensión: 603 palabras
Advertencias: Ninguna
Notas: Es recomendable haber leído "Ventisca"
Neville sintió como una mano femenina se posaba delicadamente en su hombro, y al reconocerla de inmediato, no pudo evitar un ramalazo de presagio.
Fue sólo una corazonada. La vi tan plena, tan risueña y tan vital, y te vi tan contento estando con ella que no pude evitar pensar que llegará el día en que Hannah sea tan importante para ti como yo lo soy. Y una ráfaga de pesar y de anticipación me heló el alma.
La voz de Gabrielle resonaba en su cabeza tan nítida y fuerte como si ella estuviera hablando en su oído. Quizás en el momento Neville había tratado de tomarse- y sobre todo que ella se tomara- el asunto con ligereza, pero esas palabras premonitorias le habían quedado dando vueltas en la cabeza para siempre.
Y había llegado el día en que se podrían cumplir. Neville no pudo evitar que se le escaparan unas cuantas lágrimas más- siempre pensaba que ya había llorado todo lo que se podría llorar, y siempre estaba equivocado; cada vez que pensaba en Gabrielle, tenía nuevas lágrimas para derramar. ¿Pero acaso se cumpliría? Prefería no pensar en eso. Pensar en la profecía era pensar en Gabrielle, y si pensaba en ella, Neville solo podía sentir el increíble amor que había sentido por ella aún ardiendo, junto al fuego del dolor que sentía, que abrasaba absolutamente todo.
(Y aunque podría haber parecido frívolo y desconsiderado de su parte, Neville prefería pensar en la teoría de Gabrielle del lugar que ocuparía Hannah en su vida, porque si no pensaba en eso, pensaba en Gabrielle, Gabrielle desnuda, Gabrielle sonriendo, Gabrielle el día que se habían conocido, Gabrielle el día de su boda, Gabrielle diciéndole te amo al oído. Y si no podía sacarse a Gabrielle de la mente, la única alternativa que le quedaba era el suicidio. Por eso se dio media vuelta, para quedar de espaldas a la tumba de Gabrielle, y le ofreció a Hannah Abbott una media sonrisa infinitamente triste.)
- Neville… Lo siento, pero hace mucho frío, y creí que no te haría bien estar aquí fuera. Te traje un abrigo.
- Gracias, Hannah. Eres muy amable.- Se puso de pie sin tomar la mano que ella le estaba ofreciendo para ayudarle; por el momento prefería no tocarla.- Vamos dentro.
Caminaron en silencio hasta el umbral de la casa, en donde los esperaba Ginny con gesto preocupado.
- ¡Oh, Nev!- Y la pelirroja se le lanzó a los brazos. Esta vez, Neville no trató de evitar el contacto físico. Hannah era una incertidumbre, por eso Neville sentía que no debía tocarla. En cambio, Ginny era una realidad, casi una Diosa de la tierra. Ginny era el pasado de Neville en su máxima expresión. Ginny era el cariño más antiguo que Neville podía recordar. Ginny era consuelo, era dulzura, era la sensación de haber regresado a casa.
- Estaba despidiéndome- Dijo con los ojos húmedos.
Las dos mujeres se quedaron calladas. Hannah no sabía realmente que decir, y Ginny sabía que era inútil, y que Neville sabía que era inútil. Ginny lo comprendía profundamente, no solo porque era quien mejor lo conocía después de Gabrielle, sino porque Ginny sentía por Harry la misma clase de amor ciego e incondicional que Neville había sentido por Gabrielle. Se escucharon rumores del piso superior.
- ¡Ya vamos, Harry!- Gritó Ginny.- Adentro, chicos.
Neville y Ginny le dejaron paso a Hannah. La pelirroja tomó del brazo a su mejor amigo, y lo hizo detenerse.
- No ahora, Neville, pero deja que la vida te de una segunda oportunidad. Gabrielle solo hubiera querido que fueras feliz.