Fandom: Percy Jackson
Personaje: Percy/ A tu imaginación.
Rating: NC-13
Advertencias: Lo publique hace tiempo en
lotushotel . Ahora lo reedito y lo subo aqui.
Percy lo supo antes que nadie. Posiblemente antes que él mismo. Era mucho el resentimiento, muchas las preguntas. Y muy pocas las respuestas.
A nadie le llamo la atención verle entrar en la casa de Poseidón, sacudiéndose la nieve del cabello, mientras el resto de los campistas se dirigían a la casa de Apolo, donde sus hijos celebraban su nacimiento. Se pregunto con amargura si acaso el dios sabría, o al menos le interesaría, cuando cumplía años alguno de sus hijos. Le encontró sentado al lado de la fuente, su mano hundida en el agua, creando formas y remolinos casi sin darse cuenta.
-Quédate -su voz fue apenas un susurro enronquecido. -Quédate conmigo
Un nudo se instaló en su garganta. Percy levanto la vista, clavándole sus ojos grises como mar en tormenta. No había rechazo, no había odio. Sólo una simple suplica. Dime que esto es más fuerte que tu odio decían sus ojos. Dime que vale la pena. Dime que tenemos un futuro. Cerró sus ojos y no se sorprendió al sentirle empujándole contra la cama, besándole con fuerza, con rabia, con ansias apenas contenidas. Gimió cuando su cabeza rebotó contra la cama, golpeándose con la cabecera. Las ropas fueron un estorbo rápidamente eliminado. La luna les iluminaba, dándole a sus cuerpos una aparición fantasmal. No se oía más que las respiraciones agitadas y el roce de sus cuerpos, intercalándose algún gemido ocasional. Llegaron juntos, ahogando el grito en sus labios, besándose como si quisieran desgastarse mutuamente. Volvieron a amarse varias veces en el transcurso de la noche, fingiendo que las horas no pasaban, teniéndose más por necedad y voluntad, aún cuando sus cuerpos parecían no responderles.
La nieve seguía cayendo cuando se levantó. Decidió no bañarse, queriendo conservar en la piel sus aromas mezclados. Nosotros. Percy le observó vestirse en silencio y por un instante, tuvo el deseo de olvidarse de todo. De dejarse caer en la cama y hundirse otra vez en el cuerpo del moreno, de quedarse a su lado por todo el tiempo posible. Pero el Hado es un bastardo. Él lo conocía bien. Clavó sus ojos en el cuerpo apenas cubierto por las sabanas y supo que hasta en sus últimos momentos le recordaría así. Con el pelo alborotado por sus manos y la piel llena de sus marcas, con luz grisácea del amanecer creando sombras y ángulos imposibles de descifrar. Con la mandíbula apretada para no gritar y los ojos brillantes. Quiso pedirle por última vez que fuera con él, pero sabía que no lo haría. Percy tenía sus razones para quedarse. Al igual que el tenia sus razones para irse. Tomo su mochila y se dirigió a la puerta.
-Adios.
-Hasta luego, Percy.
No se giró. En el momento que lo hiciese romperia a llorar como el chiquillo que ya no era.
Cuando Percy se levanto de la cama y se asomo a la ventana, ya la nieve había cubierto sus pasos.