Titulo: Memorias de Jersey
Autor: eminahinata
Fandom: Hawaii Five-0
Palabras: 1,258
Pareja: Ilyan Wolfe/Daniel Williams
Advertencia: Slash, Personajes Originales, ligero crossover, un poco AU.
Universo: ----
Dedicatoria: A Yvarlcris, quien ha pedido sobre Danny antes del canon y con mi personaje original: Ilyan Wolfe.
Disclaimer: Hawaii Five-0 y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de K/O Paper Products y 101st Street Television en asociación con
CBS Productions. Este fic se hace sin fines de lucrar, ¿vale? Si fueran míos, Danno y Steve estarían juntos desde hace mucho tiempo de forma definida y no sólo por el condenado y maravilloso subtexto. ¿Qué? ¡Se vale soñar!
Resumen: Hay situaciones que marcan una amistad. Y otras que marcan algo más grande. AU.
Notas de Autor: ¡Hola! No sé. Pero este capítulo ha salido algo raro. Quería abarcar muchas cosas, tal vez. Pero bueno, ya está. Ya terminó mi semana de exámenes y la próxima me dan mis resultados. Y todo junio lo tengo de vacaciones… pero tengo que ir a buscar empleo. Lamentablemente, necesitó dinero para el próximo semestre y ya no tengo nada de nada. Saben que sus comentarios son siempre bienvenidos y sin más que agregar, ¡a leer!
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Memoria Diecisiete
By: eminahinata
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Daniel Williams, de veintiún años, sonrió en dirección a los dos niños, que se encontraban sentados en sus asientos, jugando con la papilla que había hecho para el desayuno.
Deian y Naomi eran alrededor de los once meses de edad, cada vez más grandes y un poco más alborotadores que hacían de cada día una nueva aventura. O al menos él lo veía de esa forma. Con eso de que ya empezaban a caminar y lo aterraban en cada paso.
Rió cuando Naomi con un movimiento de su mano hizo que la papilla callera en el rostro de su hermano, sentado a su lado, ocasionando que el niño frunciera el seño de una forma totalmente adorable. Tomó la cámara (que siempre tenía cerca) y sacó unas cuantas fotografías de la escena, deseoso de poder ir a revelarlas pronto y colocarlas en el álbum que estaba haciendo para cuando Ilyan despertara.
Suspiró, dejando la cámara fotográfica que su madre le dio una semana después del nacimiento de los gemelos, y siguió con su comida, limpiando al mismo tiempo el desastre de los niños. Vio el reloj en la cocina, notando que apenas eran las 5:00am, cosa que lo hizo suspirar de nueva cuenta. En media hora llegaría Emily para que se fueran juntos a la guardería y dejar a los gemelos y Julio en ella. Regularmente era Samantha o su madre quien cuidaba de los niños, pero Samantha tenía un seminario en Miami y su madre tenía esta semana muy ocupada en la pastelería. Sus hermanos, bueno, ellos les gustaba estar con los niños durante unas horas y luego de eso se aburrían con facilidad. Claro, él no los culpaba. Matty ya estaba en la preparatoria mientras que Ianto, Ryan y Audrey en secundaria, la revolución de hormonas atormentándolos.
Rió ante ese pensamiento. Y recordar que hace unos años estuvo en esa situación, con Ilyan…
El sonido de una puerta abriéndose lo alertó, sacándolo de sus pensamientos, y viendo con fascinación como en el pequeño lapso de distracción esos niños habían manchado uno al otro con la papilla. Genial, pensó.
−¡Danny~! -cantó Emily al entrar por la puerta, acercándose y besando cada cabecita. Julio, de unos siete meses de edad, estiro los brazos en su dirección y una bella sonrisa en su boca sin dientes. Él sonrió y tomó con cuidado al niño de los brazos de su madre.
−Hola, cariño -besó su carita y alzó la vista para sonreírle a su mejor amiga−. Ya sabes, esto es tan raro -señaló sin ningún tipo de sentimiento. Emily se encogió de hombros.
−Hombre, vamos: ¿cuándo ha sido “normal” en esta ciudad? ¿En nosotros? -ambos rieron.
−¿Has hablado con Sam? -preguntó mientras daba unos pasos a la pequeña cocina y alcanzaba un plato de comida para su amiga, Julio todavía en un brazo, dormitando. Deian y Naomi rieron ante la mueca que su tía hacia a ellos.
−Sí. Anoche me llamó desde el hotel. Esta muy emocionada con todo eso del seminario -dijo, aceptando el plato con una sonrisa−. Empezó a hablarme sobre no-sé-que de algo que no entendí sobre fusión o algo así. Científicos, ¿quién los entiende? -resopló y él rió−. ¿Y cómo está Stuart? -pidió con falsa inocencia.
−Emily -dijo con un tono serio−, sabes que él y yo quedamos como amigo hace mucho tiempo -golpeó con cariño su cabeza. Ella frunció el seño.
−Sí, sí. Pero me imaginó que aún siguen en contacto, ¿no? Él quiere ayudarte con los niños, sino mal recuerdo -él suspiró.
−Sí y le he dicho que no es necesario, pero él insiste y siempre me manda dinero desde California para las cosas de los niños −suspiró−. No debería hacer eso −.
−Déjalo, él quiere ayudar -dijo, por lo que le mandó una mirada asesina−. ¿Qué? Él te sigue queriendo y quiere ayudarte en lo que pueda -resopló de nuevo. Él negó con la cabeza.
−Por cierto: ¿estudiaste para el examen de medicina forense? -pidió para cambiar de tema, meciendo a Julio con suavidad y limpiando el rostro de Naomi con una servilleta. Emily lo vio por un momento−. Hoy es el examen, ¿recuerdas? -
−Ya se -soltó un gemido de respuesta−. No entiendo, ¿por qué me dan esas clases? Se supone que Criminología es sobre crímenes, no medicina -dio un bocado. Él negó con la cabeza.
−Yo sé. Pero recuerda que estamos estudiando para ser buenos policías en el futuro. Todo lo que aprendemos en la universidad y en la academia es necesario. Yo estudió psicología, fuiste tú la que entro a criminología -dijo, encogiéndose de hombros. Emily hizo puchero.
−Sí, creí que sería diferente −.
−Eso te pasa por no leer el pensum -burló, recostando en la cama a Julio, dejando almohadas a su alrededor.
Naomi soltó un sollozo, por lo que se acerco y la alzó, Deian pendiente en cada movimiento que hacía.
−Danny… −llamó Emily, por lo que volteó y la encontró con una expresión seria. Él suspiró, sabiendo que vendría−. Deberías escuchar a tus padres y regresar con ellos a casa −.
−Estoy bien, Emily -sonrió. Ella rodo los ojos.
−Por favor, Dan, ¡prácticamente vives en un cuadrado! La habitación, cocina y sala están en el mismo habiente y lo único que no es el baño, que es muy pequeño por cierto. Creo que es un lugar muy pequeño para cuidar a dos bebés, Dan -resopló la chica.
−Yo sé, ´mily, pero es lo único que puedo costearme con mi salario -suspiró.
−Pero… −.
−No, Emily. Ya soy un adulto y tengo que hacerme cargo de mis propias necesidades. Sabía en lo que me estaba metiendo y está bien, puedo hacerlo. No quiero ser una carga para nadie, especialmente a mis padres quienes han hecho mucho por mí -dijo, una mirada seria en sus ojos.
−Estoy segura que a ello no les molesta -susurró dando un bocado, acercándose para limpiar la papilla de la boca de Deian.
−Yo sé eso, Emily, pero recuerda que en este momento la casa de mis padres está llena de adolecentes y niños pequeños que necesitan mucha atención y que se pueden estresar muy fácilmente con bebés cerca −dijo−. Matty no es muy bueno con los bebés y estoy seguro que las niñas les encantarían, pero tampoco puedo presionarlas con que los cuiden a cada momento. No sería justo −.
−Está bien -hizo puchero, causando una carcajada en él. Volteó y vio que ya eran las 5:41am e hizo una mueca. Ya era tarde.
−Hay que irnos, es tarde -dijo, entregándole a Naomi a Emily y terminando de preparar la pañalera grande de los niños. Pero algo lo detuvo, dejando que su corazón latiera como loco en su pecho.
Volteó sobre su hombro, viendo la expresión igual de sorpresa que tenía Emily, viendo a la niña en sus brazos, quien aplaudía con entusiasmo.
−¡Tad! -rió Naomi. Él se acercó.
−Hey, princesa -tomó en brazos a la bebé, abrazándola contra su pecho−. ¿Qué has dicho, eh? ¿Podrías repetirlo, por favor? -la meció. La niña rió.
−¡Tad! -volvió a reír. Las lágrimas pronto llenaron sus ojos.
−¿Qu-qué quiere decir eso? -preguntó Emily, viéndolo con atención.
−Quiere decir papá en galés… −hipó, una sonrisa temblorosa formándose en sus labios−. Se-seguramente lo escuchó de Ianto o de mí… -dijo y un momento después Emily lo abrazaba, Julio aún dormido y el pequeño Deian viendo todo con una tranquilidad muy rara en un bebé.
La primera palabra de Naomi y fue Tad.
Una simple palabra que causó tanta alegría y tristeza a la vez.
“Oh, Ilyan… por favor, despierta ya”.