Patricia se trepa a la cama cucheta de su celda para mirar por la pequeña ventana que da a la calle Bermúdez. Sus ojos apuntan a la cuadra de enfrente y a los patios de esas casas bajas, en el tranquilo barrio que rodea el penal de Villa Devoto, pero sus oídos están atentos a los ruidos del pabellón. Sabe que si un guardia la descubre mirando por
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Comments 2
(Me gusta el relato, por cierto)
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Esto está más muerto que Suarez! ya no está de moda tener un journal? haha.
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