Challenge:Plot _verse. Respetuosamente Amor [4/4] parte primera

Oct 26, 2012 11:03








Capitulo cuatro parte primera.

Un hilo dorado se cuela por la ventana y el sol le despierta de lleno, no sabe la hora que es pero en un intento de levantarse un intenso dolor lo deja tendido de nuevo, se le olvido por completo su costilla, la misma de la que se quejo tanto mientras corría ayer al mediodía, inspiro hondo y retuvo el aire para incorporarse, se recordó procurarse unas vendas, sabia bien como curarse ese tipo de heridas luego de haber sufrido por años esas lesiones. Estaba sentado en la cama, preguntándose de que le sirvió tanto amor, tanta paciencia y reticencia a no dejarle, a ser fiel incluso cuando su novio no lo era...

Se levanto y camino a la cocina por un vaso de agua, prendió el televisor y puso un noticiero, costumbres, recalco en su mente pero recordó que no sabia si Eliot debía trabajar o si ya se había ido, eran las once de la mañana, pero no había nota o indicio de que estuviera solo allí, fue al baño cuando por la puerta lateral abierta, ésa que no daba a su cuarto sino al contrario escucho un suave quejido, dejo su necesidad fisiológica de lado un segundo para espiar a través de la puerta y vio la cama de Eliot con Eliot en ella, quejándose entres sueños y prácticamente retorciéndose allí.

- ¿Eliot?- Steve dio un paso dentro de ese cuarto con tanta reticencia que sus movimientos eran lentos y cautelosos- ¿Eliot estas bien?- pregunto suavemente pero los sonidos que desprendía el cuerpo de Eliot no eran normales, cuando al fin pudo verle la cara al acercarse a la cabecera de la cama vio que Eliot traspiraba mucho.

Con los ojos cerrados casi apretados, su palidez en esa semi penumbra asusto a Steve, el rubio estiro su mano para tocar la frente de Eliot y noto la temperatura elevada, el hombre que lo saco de la calle y de la lluvia el día anterior estaba volando de fiebre, salio de allí por la puerta que da al pasillo y busco algún medicamento en cada cajón de la casa pero no halló nada, rápidamente tomo un recipiente y lo lleno de hielo y agua, camino al cuarto de Eliot dejando el recipiente en la mesa de luz y abrió las cortinas dejando entrar la luz.

Del baño tomo una toalla de mano y la sumergió en el recipiente de agua helada, Steve le hablaba a Eliot tratando de despertarlo pero este parecía sumergido en la fiebre y balbuceaba sin sentidos sobre Sophie y Parker que se metían entre sus lápices no dejándole pintar tranquilo, Steve no escucho mucho más que eso de su boca mientras colocaban paños fríos sobre su cabeza y retiraba el cabello largo y oscuro del camino, recogiéndolo a un lado para que no le de más calor, pero Eliot tenia una abundante cabellera, era bastante suave para lo que en realidad parecía y fallando en refrescarlo empezó a hacer trenzas pequeñas del cabello de su nuca mientras iba cambiando los paños fríos.

Poco a poco termino por bajarle la fiebre, se puso unos zapatos de Eliot, tomo dinero de su cartera y salió a la farmacia, necesitaba comprar medicamentos para la fiebre solamente, supuso que en su estado se debía al haber pasado la mayoría de la tarde y noche con las ropas empapadas luego de mojarse con la lluvia, Hardison y Parker no podían estar a la vista de su objetivo y lo observaban todo desde una distancia prudente, cuando lo vieron volver al departamento luego de visitar la farmacia cercana, el agente del FBI llamo a Parker y le informo el estado de Morgan el cual no le favorecía en lo absoluto al haber sido absuelto demasiado rápido de los cargos de posesión y ambos se pusieron en movimiento para hacerle imposible la vida al hombre y ver si podían sacar a flote algo de auto suficiencia a fuerza de machacarlo con lo mejor que tenían.

Cuando Steve abrió la puerta del departamento golpeo algo que escucho se callo al suelo, miro detrás de la puerta para ver a Eliot agarrarse la cabeza y apoyarse contra el sofá de la sala.

- ¿Pero que haces fuera de la cama? ¡Eliot estas volando de fiebre!...- dijo en tono preocupado, soltando la bolsa con los remedios en el sillón.

- No, no, estoy bien... yo no me enfermo...- replico algo ido.

- Pero que dices...- Steve puso su mano en la frente de Eliot y este aún tenia la temperatura elevada.- aún tienes fiebre...- pero Eliot parecía más entretenido en tocarse la nuca que prestarle atención y Steve lo empujo al sofá recostándolo allí.

- Me crecieron trenzas...- dice con un profundo dolor de cabeza y no le dejaba abrir los ojos del ardor que los cubría.

- No, no te crecieron yo las hice...- dice buscando un vaso de agua y para cuando vuelve Eliot tiene su ojos azules en él y se congela, un miedo lo deja clavado en el piso con esa mirada en él.

- Las trenzas no son lo mío... ¿Esto es hilo?- dice mirándolas ahora perdido en el color azul de la terminación de la que sostiene entres sus dedos.

- Si.. no tenia con que sujetarlas y halle un poco de hilo de cocer...- da un paso, su cuerpo esta tenso esperando un golpe, una reprimenda, pero se reprende mentalmente al repetirse que Eliot no es Jeff y que Eliot se dedica a ayudar gente no a maltratarla, suelta un suspiro cuando le tiende la medicación y Eliot toma de su mano suavemente las dos pastillas anaranjadas de diferentes forma.

- ¿Que es?- pregunta con esa voz rasposa que a Steve empieza a endulzarle su estado de ánimo olvidándose de sus propios tics que termino desarrollando con la conducta de su ex novio.

- Vitamina C y un antifebril, haré algo de desayunar ¿Que quieres comer?- le dice ayudando a Eliot a tomar agua del vaso.

- Café....- Steve suelta una risa y Eliot le mira esforzándose por mantener la mirada en un solo Steve y no en los tres que le rodean.

- Tiene que comer algo sólido....- pero la respuesta de Eliot lo deja atónito.

- ¿Como puedes tener el cabello tan rubio? ¿Es de familia?- y la enorme mano de Eliot se sumerge entre su pelo suelto tomando un mechón y deslizando sus dedos hasta la punta para luego cerrar los ojos, Steve lleva su mano a la frente del enfermo y nota que la fiebre vuelve a subir.

Hace todo lo posible para bajarle la fiebre una vez más y lucha por darle aunque sea algo de comer, solo que Eliot esta reacio a pasar algo más que no sean unas tostadas con mermelada y un té caliente conformándose que al menos tenga eso en el estómago. Solo dos horas y media después la fiebre desciende y Eliot duerme tranquilamente en el sillón.

Él termina leyendo el diario en la cocina buscando un trabajo pero en realidad no sabe nada de computadoras o de atender gente que no quiera hablar de música, su vida ha sido solo Jeffrey y la música, se reprende por ello mientras come un almuerzo liviano, mira la casa mientras le dura el sueño reparador a Eliot y descubre un gimnasio justo al lado de la cocina, por el pasillo contrario al de las habitaciones, lo mira y lo analiza pero es bastante común ese espacio, pesas y una corredora, otro aparato para levantar más peso y un armario lleno de toallas.

Allí encuentra unas vendas cerca de una bolsa de box que cuelga del techo, mira entre ellas y toma la más larga, tiene que sujetarse las costillas y con ellas en la mano y algo que hacer con sus inquietas manos camina enérgico al baño checando de paso a su anfitrión que duerme bien y no tiene fiebre.

Cuando entra al baño y se quita la camiseta ve las marcas, quedándose ensimismado en cada una, pensando una a una las razones de ellas, las toca con los dedos y algunas aún le duelen como el demonio, mientras se venda las costillas, piensa en como Eliot toco su pelo, la imagen de esa mano se fija en su cabeza mientras retiene el aire y aprieta el vendaje, cierra un ojo al sentir el dolor de la misma y como se mantiene en su lugar cuando suelta el aire y la venda esta bien colocada, se pregunta que esta haciendo Jeff mientras la camiseta celeste se cuela por sus brazos y el dolor de haber sentido tanto amor y devoción por ese hombre le surca el pecho como si un rastrillo quisiera poner sus venas alineadas en su pecho.

Lo repasa una y otra vez en su cabeza pero no entiende como es que le dejo, no entiende como estuvo encerrado, concentrado, en lo que Jeffrey quería solamente, pensaba en ello solo porque Eliot le daba pie a ello, porque se comportaba tan distinto y lo dejaba desconcertado en cada movimiento o palabra... ese tonto gesto de tomar un mechón de su pelo y sin querer rozar el filo de su oreja lo estremeció, dejo un abismo entre lo que él conocía como afecto y lo tierno que fue Eliot con su pregunta. Se miro el cabello y lo tenia algo despeinado y sin forma, abrió el botiquín y miro si tenia algo con que sujetarse el cabello, por suerte encontró una liga y se la coloco, no quería pensar en como le gustaba la voz de Eliot o si sus ojos azules eran profundos y tiernos, ni como le trataba o se preocupaba por él sin conocerle; no quería pensar en nada de eso, estaba en bancarrota total y eso era en lo que se tenia que concentrar.

Buscar un lugar para vivir, un trabajo que lo mantuviera en pie y hacerse a la idea de no pesar más en Jeffrey, pero era difícil quitarlo de la cabeza cuando sus huellas estaba sobre toda su piel y en sus huesos, su nombre bailaba en su cabeza más miles de sonrisas risueñas antes del dichoso accidente que colapso su relación. Todos esos recuerdos semi adolescentes era lo que lo aferraban a ese hombre, su sonrisa con hoyuelos, ojos risueños, amables y cariñosos junto a unas manos cálidas que le daban refugio en aquellos días cuando era tan joven y tonto.

Tenía esta inquietud que sus manos reflejaban al no estar ocupadas en algo, era costumbre de él hacer todo en la casa y en el negocio, reparar y armar guitarra por guitarra, la mitad de las que tenia en su local eran hechas a mano y de su propia invención. Uno podía mirar los instrumentos y verlas todas iguales pero el sabia cual había construido con uno o dos centímetros de más en la caja o en el mástil dándole un sonido particular, donde había puesto una placa de madera dentro solo para darle una resonancia única... el ocupaba cada momento de su día solo para no parecer un inútil ante Jeff, para proveer de sustento a ambos.

Cerro el botiquín y se miro al espejo, se sentía viejo y desgastado, aún así la inquietud en sus manos no mermaba y no tenia en que ocuparlas en algo útil o la ansiedad lo empezaría a desesperar solo con tantos pensamientos desencontrados y dolorosos. El departamento por donde lo mirase era enorme y para todo en el había un lugar especifico, estaba limpio por lo que no tenia nada que limpiar, solo estaba Spencer tendido en el sofá con una manta liviana cubriéndole y durmiendo.

Merodeo por la casa y termino leyendo un libro en el mismo sofá donde Eliot descansaba, la fiebre iba y venia pero supuso que solo podía ocuparse de ello por ahora...

Parker y Hardison se reían cómplices desde su furgoneta, hacerle la vida imposible a Jeffrey les estaba resultando muy fácil el solo se metía en dilemas no controlados y un par de veces tuvieron que sacarlo de pleitos en bares, no era su área en realidad propinar unos golpes a individuos que alteraran sus planes pero luego de tres días en las calles sin un centavo, lograron impulsarlo a trabajar en una constructora como peón, cavando en la tierra a mano para colocar cables, tubos y demás. Lo monitoreaban continuamente, una semana después vivía en un motel, se cocinaba su propia comida y se la comía quemada o salada, aprendiendo a vivir solo desde cero. Bloquearon cualquier interacción que intentó realizar para contactarse con Steve, llamadas, encuentros, pidiendo favores a sus supuestos amigos para localizar al rubio sin éxito en todas ellas.

Hardison solo se comunicaba con Eliot día por medio, notificándole que pasaba con Jeffrey, todos y cada uno de esos mensajes solo le daban al recuperador unos segundos para leerlos y luego sse borraban automáticamente. En Boston, Eliot esta bastante relajado en realidad, se acostumbro a la presencia de Steve en su entorno y a su música por las tardes, de las cenas, comer en compañía o mejor dicho compañía que le agrade... era extraño para él.

Aún así Steve estaba trabajando como profesor de música en un colegio primario por las mañanas e impartía sus conocimientos en un centro comunitario para gente de edad, no muy lejos del departamento, él hacia que iba a trabajar por las mañanas y volvía por las tardes, encontrando al rubio llenar su casa con olor a café y melodías.

Prácticamente no hablaban de Jeffrey, al principio luego de que se recuperara Steve de la impresión de ser dejado, solo hablaba de él, hasta que finalmente logro que el rubio hablara de si mismo. Tocaban juntos de vez en cuando en el Pub McRory, Nate y Sophie aún no volvían de París por lo que tenia free pass para mostrarle ese lugar y que su supuesto jefe no se enterase del trabajito que estaban haciendo sin su conducción, y podían deambular por las oficinas de Leverage o el apartamento de Nate mientras Steve trabajaba, no profundizaba en lo que le gustaba cocinar con alguien a su lado o como simplemente la compañía de Steve era un regalo, un bálsamo para su vida, pero intentaba ignorar ese hecho a toda costa.

Una noche luego de cerrar el pub como favor al dueño, se quedaron conversando la mayoría de la noche en la barra con unas copas de más encima Steve le confeso que hacia años y años no salía de copas con nadie, como también no recordaba tener ningún amigo que le durara después de lo de Jeff, el rubio bajo su celeste mirada a su copa con un gajito de lima en el y la apoyo en la barra, Eliot quería decirle que él era su amigo, que con él si podía contar y que esa no seria la última vez que podían tomar algo.

Pero el corazón se le apretó y su garganta siguió el mismo camino, no pudiendo producir sonido con la tristeza que veía en el hombre frente a él, sabia que su compañía lo hacia feliz y lo había ayudado cuanto podía para animarse a pedir trabajo en la escuela primaria pero él aún tenía muy baja la autoestima y no sabia como elevarla o hacer que lo creyera, choco su copa de whisky y cuando el rubio alzo su mirada le sonrió, eso cambio el ambiente en un instante y empezaron a hablar de otras cosas, de ilusiones y tiempos mejores algo más grato en que entretenerse.

Casi dos semanas viviendo juntos, y por primera vez la cama de su casa estaba revuelta, el sol corto su sueño y la jaqueca que dominaba su cabeza se abalanzo sobre el como una ola gigante de tequila, la resaca no perdona a nadie y menos a un tipo como él. Tenia algo entre los brazos y aún estaba completamente vestido, se quedo rígido de la impresión que le dio al abrir los ojos notando el precioso dorado de unos cabellos que no eran los suyos, él no solía tener ese tipo de comportamiento, entrar en pánico como lo hizo, si así se puede decir cuando movió su cabeza y lo que se acurrucaba en su pecho era su inquilino, el pelo revuelto en su almohada, con un zapato aún puesto y el otro enredado en el jean de Steve, trato de dejar el apretado abrazo con el que envolvía al hombre pero su cuerpo se resistía a ello.

Solo que un latido, uno solo que estallo en sus oídos con fuerza y sin clemencia se lo impidió, dejándolo quieto en su lugar, como era posible que todo su cuerpo se complotara contra él, contra su deseo de salir corriendo de esa situación, no sabe cuanto tiempo más se quedaron luego de cerrar el pub, no sabe cuantas copas más siguieron a esa última, más que nada porque no recuerda nunca haber perdido la conciencia o llegado a su casa y a su cama con el rubio.

Miro por su ventana intentando armar las ideas pero se le dificultaba con el continuo sonido de turbina sordo y doloroso en su cerebro, así que intento no pensar más y tratar de comprender porque su cuerpo no se movía en absoluto, respiro hondo, y poco a poco fue bajando su atención a las terminaciones nerviosas de su cuello, allí sintió como la frente de Steve reposaba, podía sentir varios mechones de ese cabello casi dorado que le daban un tibio calor sobre su yugular, siguió bajando hasta los hombros y se percata de una mano que no era la suya, miro a un costado y no eran manos delicadas pero si eran las mismas que le daban expresión a las guitarras que reposan en su sala, esta solo se mantenían en la curva de su hombro, casi sujetándose, casi manteniéndolo cerca, un gesto que denota algo de miedo a su parecer, el notar sus propias manos reposando y definitivamente disfrutando de la tensión y fortaleza de la espalda del rubio termino dándole un escalofrió que le recorrió la espina, despertando su cabeza del todo, todo el cuerpo de Steve estaba pegado a él y eso le robaba el aliento.

Sabe como es Steve y él no quisiera confundirlo, se supone que lo tiene que ayudar no complicarle las cosas, además el sale con modelos, mujeres de largas piernas y voz chillona, además de tontas pero la sensación que le perturba en la comodidad de sentirle así como acaba de despertarse, poder tenerlo en brazos con esta confianza que toma más fuerza día a día le encanta y lo agita, ok lo admite esta abrumado solo por tenerlo así y le importa un comino el que sea otro tío, el que le duela la cabeza de esa manera pero eso no quita que le da un miedo espantoso sentir todo eso por Steve.

Pero no puede arriesgar el caso por más que para el esto es demasiado personal, es más intenso de lo que podría haber imaginado, desliza su mano derecha del omóplato del rubio recorriendo la forma que tiene la fuerte espalda y delinea levemente la musculatura, inspira con fuerza y largamente deteniéndose solo cuando los pulmones totalmente extendidos empiezan a doler, mantiene el aliento un segundo más porque siente en todo el cuerpo como Steve se mueve levemente en su brazos y se acurruca más en su pecho.

Está mareado, es una sensación que solo se atenúa cuando deja escapar muy suavemente el aire sobre las brillantes hebras rubias, se le cerraban los ojos por la sensación de aquello, el corazón vibro en su pecho y la cobardía lo azoro de repente.

No dejo que esos sentimientos llegaran más lejos cuando se soltó de Steve en un solo movimiento y camino apremiantemente al baño, no espero a que el rubio despertara o miro atrás antes de cerrar la puerta, se miro con reproche frente al espejo, golpeando con la palma de la mano la blanca superficie, no puede frenar el inmenso progreso del rubio, la independencia de toda la gente con la que habla, su trabajo y como enseña en el centro comunitario a la gente mayor, el no puede arruinar eso...

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