[Fic] I'am the one you want.[3/3]

Aug 04, 2012 06:31


Titulo: I'am the one you want.
Autora}: ELghin Hall
Fandom: spn.
Categoria: WINCEST.
Ranking: NC-15 (suavecita la cosa)
Dreclaimer: La idea es mía pero los personajes no, ni la serie, ni los complementos situados en la ultima temporada...
Sumario: inocentes engañados, mucho Frio, Dean y Dam luchando por una ducha y un sentimiento que siempre estuvo allí.
Nota: esto es mas que nada porque extraño con locura los caso simples, las averiguaciones vanas y las conclusiones rápidas de estos dos, sus acciones siempre cotidianas y un poco de adversidad climatología, el como lidian con lo que no pueden controlar y como no tiene nada que ver con la oscuridad, demonios o simplemente como les quitas omnisciente mente la venda de los ojos.... XD



Capitulo 3

Subirse al impala no fue difícil, pero si pasar las siguientes dos horas recorriendo los rincones del pueblo buscando algún posible escondite para que los gemelos puedan lanzar el hechizo sobre la ciudad, especialmente porque Sam no había notado el aroma de la colonia que Dean se había puesto en la habitación, y en el reducido espacio de la cabina del auto se sentía conforme la fresca brisa entraba y salía del auto.

Respiraba dificultosamente porque no quería que ese perfume le llenara los espacios, intentaba no mirar a Dean tampoco y concentrarse en el caso, pero conforme la mañana se le escapaba de entre los dedos se le hacia mas difícil ignorar a sus hermano por ese lado, los jeans marcaban su fuertes piernas y la cintura estrecha que no había notado antes y la camisa lo estaba poniendo cada vez mas loco porque no era el único que le miraba, mientras cada gesto de la boca de su hermano lo ponía como tonto.

¿Acaso ese conjuro también le estaba afectando a el? Porque el conejo rosado de la mano de su hermano brillaba solo cuando el lo tocaba. Y cree haberse percatado que el tamaño de ese conejo estaba creciendo, antes la noche anterior ese solo la cabeza del conejo de perfil y sus dos orejas solamente, pero esta mañana estaba de cuerpo entero con colita y todo, es mas ahora el conejo era unos milímetros mas grande y podía verlo perfectamente desde donde estaba, mas aun cuando su hermano ponía su mano alrededor del volante o de la palanca de cambios.

Entrado el medio día, Dean admitió que la población masculina y femenina estaba mas que extrañas en su modo de comportarse, pero lo que él sentía arremolinándose en su interior eran los deseos de tomar la mano de su hermano mientras caminaban hombro con hombro le asustaba, no había ningún lugar donde pudieran esconderse, solo les quedaba interrogar a los estudiantes del colegio a donde los gemelos Edward, Alex y Aler estudiaban... tratar de dar con algún amigo que supiera mucho de ellos para empezar en algún sitio.

Solo que Sam lo distraía bastante, Ok, que él no había notado el tamaño de la espalda de su hermanito, ni las gigantescas manos, sabia que le superaba en altura pero el siempre se pensó mas grande que él, luego de varias conversaciones con los alumnos de la escuela media Lincon, intentando mantener su mente enfocada, solo tenían en la mira a dos amigos cercanos de los gemelos a los cuales tenían que encontrar, algunas anécdotas de los involucrados y un dato definitivo por el cual ellos quisieran tomar venganza del pueblo y de los del consejo de padres.

Alex, el mayor era el que se había declarado gay, pero fue a Aler al que acosaban constantemente por ser el hermano de este, los bravucones cobardes en si, lo llegaron a golpear y encerrar en el sótano por no querer contagiarse del estado de su hermano al meterse directamente con el, el cual había aclarado su preferencias

El gemelo mayor por minutos furioso de que molestaran a su hermanito, le saco dos dientes a puñetazos al mariscal de campo y al quarterback, y empezó a hacerles la vida imposible al resto del cuerpo estudiantil que se metió con su hermano, Dean no lo vio mal... él habría hecho lo mismo y Sam lo miro incrédulo.

- Que... ¿Dije eso en voz alta?- le pregunto cuando se vio observado tan fijamente.

- Si... - y Sam cerro su libreta donde había estado anotando las declaraciones tomadas de los estudiantes y se encamino al impala.

Cuando hallaron a Etham y Cali, los amigos de los gemelos estaban congelados en sus respectivas habitaciones de pie frente a sus ventanas de sus respectivas habitaciones, mirando hacia el patio trasero.

La policía se hizo presente, el sheriff y el forense aparecieron tomados de la mano por el caso, les perdían explicaciones que no tenían y se les acababan las pistas, esa noche volvieron a la habitación con los diarios y cosas personales de ambos amigos, en total eran unos cuatro diarios bastante gruesos que para su quince años, era demasiada lectura pre púber que leer.

La noche se tornaba mas calurosa conforme avanzaba y las ventanas estaban abiertas de par en par, Sam se había olvidado completamente de lo que le pasaba a su hermano, pero este no dejaba de mirarle cuando se sumergió en la investigación, se quito la camisa celeste a cuadros por el calor que hacía en esa habitación y no noto la inquisidora mirada de su hermano mayor sobre él, una hora mas tarde Dean mando al demonio tantas tonterías pre adolescentes y se fue a la cama enojado.

Sam no le dio importancia, así era Dean en realidad, pero lo que Sam no sabia era que el calor excesivo y la presencia de Sam frente a él lo estaba poniendo mas y mas excitado, por lo que se mostró su bronca al no ser notado en lo mas mínimo por Sammy y se metió de lleno en la cama retirando el abrigo dejando solo la sabana sobre él.

La chica Cali, describía día a día en su diario con lujo de detalles, las salidas al campo con sus amigos, cosas normales para niños de esa edad, la exploración del lago cercano y un casa abandonada al borde del mismo, eso le extraño pero la chica había tomado una fotografía del lugar en verano, las flores y los arbustos crecidos le parecieron extrañamente familiares.

Eran las dos de la mañana cuando la cabeza ya no podía procesar mas palabras de esa niña, suspiro cansado marcando el diario donde dejo de leer con una postal del hotel que adornaba esa mesa cuando entraron y se estiro en la silla, estaba molido, pero era tanto el calor que se sentía sumamente lleno de sudor, se saco las botas mientras caminaba al baño y se sacaba la ropa para meterse debajo de la ducha antes de dormir.

Una vez limpio y fresco se metió de su lado de la cama, la cabeza la tenia en automático y se acurruco contra el colchón, agarrando con fuerza la almohada, tenia que despejar la mente de todo ese embrollo para verlo con mas claridad, de un momento a otro la cama se movía inquieta del otro lado, su hermano parecía no encontrar una posición cómoda y giraba sobre si una y otra vez.

- ¿Dean estas dormido?- voltea a ver sobre su hombro la figura de su hermano contrastaba con la de la ventana en la oscuridad que los envolvía.

- No... hace mucho calor, Sam...- Sam alzo un ceja... ¿acaba de llamarle Sam cuando desde esa mañana solo podía decirle Sammy?

- ¿Estas bien?

- ¿Quieres no hablarme? Estoy tratando de dormir aquí...

- Ok, señor gruñón... parece que el efecto del conejo se te paso...

- Demonios, Sam no es eso ¿Podrías callarte de una puta vez?

- Ok, ok no te pongas así solo esta preocupado por ti.

El silencio se vuelve pesado en el instante que ambos deciden no decir otra palabra, es incomodo y la cabeza de Sam vuelve a girar sus engranajes por mas cansancio que tenga, las palabras de Dean suenan mas pausadamente en su cabeza y sin ese tono tan cabreado que no le da opción de re-entender lo que dijo...

“Que no es eso”... que no es que el efecto se le paso... y si sus suposiciones son correctas y ese conejo esta creciendo, ¿La incomodidad de su hermano podría no ser solo el calor lo que no le deja dormir? ¿Es su presencia lo que lo pone mal así de enfadado?

Esta mirando el techo cuando mueve su cabeza solamente para ver la espalda de Dean y volver al techo, luego la pregunta de porque los gemelos habrían lanzado ese hechizo sobre el pueblo, porque habrían matado a sus amigos o el porque de todo eso no parecía ser todo por venganza no había un patrón allí, hacer que las personas de ese pueblo se empiecen a gustar y se enamoren a ese punto... tenia algo mas profundo que no lograba ver aun.

Cerro los ojos y respiro profundo para relajar el cuerpo y dormir, paso a paso se tomaba su tiempo para dejar de pensar y dormir finalmente cuando un leve sollozo del otro lado de la cama le hizo abrir los ojos de repente y contraer cada musculo de su cuerpo para prestarle atención.

Los sonidos angustiados acallados contra la almohada continúan y el permanecía inmóvil en la cama sin saber que hacer, para no alertar a Dean de que aun estaba despierto, un suspiro dolido llevo a Dean a hacerse pequeño y enrollarse como un caracol en la cama, abrazando una de las almohadas extras de la cama donde ocultaba su sollozo, Sam trato de pensar... reconectar con la situación y la razón por la que su hermano se había puesto así.

Preocupado trago con dificultad, empezó a hacerse una idea del porque su hermano estaba tan triste y le costaba procesarla, pero empezó a sentir como propia la congoja que no era suya, mirando detenidamente como la espalda de su hermano se contraía en respiraciones entre cortadas y duras, le jodió no poder acercarse y consolarlo.

Se mordió el labio y renegó de los hechiceros, su hermano no exponía su sentimientos porque si; si se veía expuesto como ahora el solo se iba... se ocultaba donde nadie le viera aunque él supiera de ello, dejo de escucharle a hurtadillas y le llamo, notando como Dean solo retenía el aire para simular no estar llorando y hacerse el dormido un segundo después.

- Dean...- su hermano no respondió, lo cual solo lo llevo a acercarse a el instantáneamente.

- ¿Que haces?- soltó apresurado en un hilo de voz cuando lo sintió mas cerca.

- ¿Por qué lloras?- pregunto cerca de su espalda.

- No lo estoy...- y la voz se le fue cuando el brazo de Sam se coló por su cintura rodeándolo, Sam podía escucharle el corazón palpitar en el momento que hizo eso, tal vez por la cercanía o por que el gran corazón de su hermano ya no tenia espacio para latir allí dentro.

- Si lo estas... estas triste y no se porque y me pone mal no saber porque...- le dijo al oído muy suavemente.

- No se lo que me pasa ¿Ok?... yo... no se... nosotros no nos tratamos así… y me enfade mucho cuando no me seguiste a la cama o no prestaste atención metido en ese condenado diario, y después me puse triste cuando te acostaste y no te acercaste a mi...yo... esto es ridículo, Sammy...

- Hace calor Dean... no frío... como para acercarnos tanto.- contesto aspirando el aroma detrás de la oreja de su hermano mayor.

- Si, ya se pero... igual...

- ¿Te hacia falta?- preguntando con el corazón algo dolorido al escuchar ese tono de voz en Dean.

- Si...- Sam apretó la cintura de Dean y lo acerco más a su pecho.

- Saldremos de esto ¿Ok? A mi también me esta a afectando y no se bien porque...- sus labios rosaron el corto cabello de la nuca de Dean y este se estremeció.

- En serio... tu...- le costo tragar y decir eso, pero se sentía mejor allí con Sam.

- Si... tenemos que resolver el caso, Dean... y después veremos que pasa con nosotros ¿Ok?- resolvió esperando que eso calmara a su hermano.

- Ok...- Dean se volteo entre los brazos de Sam mientras este le miraba a atento y se hundió en su pecho abrazándolo a pesar del infernal calor, sintiéndose infinitamente mejor con él a su lado.

La mañana llego preciosa nuevamente, se sentía en el aire que se colaba por la ventanas abiertas el olor del jazmín que había crecido la mañana anterior al lado del puerta del hotel, Sam estrujo lo que reposaba en su brazos y un suave gemidillo se escapo de ese bulto tibio que sostenía con fuerza, su nariz y su labios rosaban el cabello rubio de su hermano y el corazón le salto en su pecho, respirar le costaba pero le gustaba ese olor, lo estaba embriagando y se sentía extraño pero regocijado en esa sensación.

Dean aun olía a colonia y llenaba sus pulmones sin poder consensuar eso, cada centímetro nervioso en su cuerpo parecía despertarse más abruptamente que su cabeza o que sus ojos tratando de enfocar la forma de la habitación, la mesa y la ventana delante de sus ojos.

Su piel solo percibe ese suave y caótico aroma en conjunto con la piel de su hermano debajo de su camiseta gris, soltó el aire en el oído de Dean pesadamente y este gruño, erizando todos los pelos de su nuca, intento tranquilizarse, la mano con el sello del conejo reposaba sobre su pecho con tranquilidad y es cuando noto como detrás del conejo una flor purpura había florecido como una orquídea.

Tomo la mano y miro atento la imagen, la flor brillaba tanto como el conejo cuando la roso con el pulgar, Dean se iba despertando conforme los segundos pasaban y todos sus sentido parecían dirigirse a cada gesto y movimiento que Dean hacia al despertar.

- Buenos días...- soltó el rubio con su voz llena de sueño y acurrucándose con fuerza en su pecho y Sam ya no podía respirar, abrazando mas a Dean y metiendo su rostro en el cuello del mayor.

Dean solo soltó una risilla al sentirse apresado en los fuertes brazos con las piernas enredadas en el otro, con el sonido de la respiración agitada de Sam tan cerca suyo, nunca se imagino que eso le gustase tanto, los leves roces, el abrazo apretado, su rostro sintiendo las palpitaciones del largo cuello, el aroma de Sam tan pegado a él.

Soltó el aire notando como la suma de todas esas pequeñas cosas lo estaba seduciendo sin pensarlo, como se excitaba con el aliento caliente de su hermanito debajo de su oreja, con sus finos labios pegados a la sensible piel que allí mismo le causaba escalofríos y la necesidad de sujetar con el puño cerrado la camiseta blanca de Sam y sostenerlo con fuerza para que no se separase de él un centímetro parecía imperiosa.

Recorría la piel de su espalda con la mano abierta notando la contracción de los músculos en ella, mientras subía su mano hasta sus omoplatos y volvía a bajar, la ondulación de la espina de Dean mientras bajaba por sus costados hasta su cadera y no tenia ningún sentido en su cabeza lo que estaba sintiendo de su hermano ahora mismo, Dean soltó unos suaves jadeos contra su clavícula y el necesito de repente mirarle a la cara.

Encontrarse con esos ojos verdes entre abiertos medio perdidos lo acelero mas, la boca apenas cerrada, su rostro pecoso, sugestivo y varonil entre sus grandes manos le robo el aire y solo pequeñas cantidades entraban a sus pulmones apresuradas y punzantes.

- Dean...

- Sammy...- Sam pego su frente a la de su hermano mientras este solo lo abrazaba por la cintura.

- Esto... quiero... no se si puedo pero...

- ¿Qué, Sam…?

- ¿Puedo...besarte...?

- Si, por favor, Sam hazlo, yo también quiero, lo necesito...- susurro mientras sus labios se aproximaban lentamente para sentirse de una vez, ese estallido de sentidos y cables pelados.

- Dean...- murmuro en una octava de voz, rozando la tibia carne de esos mullidos labios que siempre le envidio a su hermano mayor y que ahora serian suyos.

Pero tres golpes en la puerta cortaron el momento abruptamente y los dos apretaron los dientes enojados y fruncieron el entrecejo, creyendo que si no hacían sonidos los intrusos de ese momento tan particular se irían... pero no fue así.

- ¿Agentes Weson y Smith? ¿Están allí? ¡Agentes!- tres golpes más fuertes se escucharon y los Winchester se maldijeron al decirle al sheriff donde estarían hospedados, saltando de la cama y vistiéndose lo mas rápido que pudieron contestaron.

- Un momento sheriff...- dijo Sam el cuerpo aun estaba tenso y expectante del contacto de Dean, pero tanto Dean como el se tuvieron que hacer a la idea de salir temprano de la cama...

Media hora después en la morgue, los agentes Weson y Smith entraban junto al sheriff donde los jóvenes encontrados hechos unas estatuas de hielo estaban sentados en la mesa de metal descongelando se y unos médicos les atendían, los agentes se miraron entre si y miraron a sheriff por explicaciones, ya que esos chicos estaban muertos el día anterior.

- No me miren así, cuando llegue aquí con mi Moozye y los chicos estaban tratando de pedir ayuda...- ambos agentes se miraron y volvieron al sheriff.

- ¿Moozye?- preguntaron y el sheriff enrojeció pero mostró una gran sonrisa y asintió contento por llamar a si al forense que ahora ayudaba a los paramédicos.

- Si a él le gusta desayunar aquí conmigo, entramos y escuchamos a los chicos, habíamos colocado varias estufas eléctricas hacia ellos porque Moozye no podía hacer la autopsia con los cuerpos congelados.... por lo cual...- el sheriff hizo un ademán hacia la ventana que daba a la sala donde se diseccionaban los cuerpos. -- Y allí los ven, como si no hubiéramos firmado su deceso... los chicos, sentados temblando como una hoja empapados de pies a cabeza, siendo examinados.- recalco cada aspecto aun incapaz de creerlo.

Tan pronto fueron trasladados al hospital y las familias notificadas de que sus hijos estaba con vida, sumada a la conmoción de todo el pueblo por el suceso, ellos finalmente pudieron hablar con la amiga de los gemelos Cali, su madre se había desmayado al volver a verla y la atendían en otra habitación dándoles la oportunidad de sacar el tema de la huida de los gemelos...

La chica tenia una memoria detallada y era con la que valía la pena hablar para resolver el caso, como Sam había sospechado la casa del lago tenia algo que ver con los gemelos, pues era su escondite favorito en primavera, pero el detalle que les hizo cerrar el circulo y dar las razones de todos esos sucesos no era que uno de los gemelos fueran gay o no, ni que Cali le confirmara que ambos tenían esas inclinaciones sino que los dos se querían como mas que hermanos.

La chica lo hablo tan tranquilamente que sorprendió a los Winchester, les dijo que tanto ella como Etham tenían una comprensión mas allá de la convencional de un pueblito tan pequeño como en el que vivían y para ellos era el principio básico de personas que se quieren y punto, sin importar el sexo o la línea de sangre, mas si no están molestando con su amor a nadie, pero aquellos que se sintieron atacados en esa parte fueron los que los acorralaron al punto hacerles huir.

Solo que los dos amigos estaban seguros de que no podrían ir lejos con solo quince años, pero la tarde en que decidieron ir a ver la casa del lago para saber si estaban allí, algo llamo su atención y miraron por la ventana para ver cada uno a uno de los gemelos, en el caso de Cali había sido Aler y Etham asegura haber visto a Alex en el patio de su casa, explico al entrar de repente a la habitación de su amiga.

Los agentes se miraron y les preguntaron como podían diferenciarlos a esa distancia, y ellos le dijeron que Aler tenía un ojo verde, por falta de pigmentación en el iris que lo tornaba de ese color mientras que Alex tenía los ojos castaños.

Al salir del hospital y haber interrogado a ambos chicos fueron derecho al hotel, juntaron sus cosas rápidamente para no dejar nada atrás, tenían que ir a la casa del lago, mientras juntaban todo Sam miro los papeles sobre la mesa y noto que la foto de Cali era igual a la del piano en el jardín, llamo a su hermano y le mostró las fotos, las mismas flores los mismos arbustos y la misma casa de fondo solo que de distintos ángulos, las miradas disididas solo se dieron una ultima mirada algo les parecía demasiado claro a ambos.

Estaba cayendo la tarde noche cuando llegaron al lugar, tuvieron que dejar el auto a media carretera porque no había acceso con el vehículo por ese bosque para llegar hasta el lago, Dean estaba asustado, temía que si acababan con el conjuro él no sentiría lo mismo por Sam o Sam no se sentirá igual con él, como en esa mañana que parecía haber curado heridas que no sabia que tenia abiertas en el corazón aún, a cada paso que daban hacia la casa mas quería salir corriendo de allí en dirección contraria, pero no podía en igual medida porque sus impulsos de cazador no le dejaban, tanto porque si lo que siente no es real ademas seria una desilusión mas grande que acumular bajo capas y mas capas de dolor, que tenia resguardadas en su cuerpo, bajo mas toneladas de piedras.

Sam le hizo un ademán para que se moviera mientras veían el piano blanco en el jardín trasero de la casa, las paredes estaban sin pintar, la casa era de madera y se veía muy vieja, ambos miraron por una de las ventanas con cautela, pero lo que vieron les asombro la casa parecía nueva por dentro, los muebles eran estilo victoriano, recargados de adornos dorados y el terciopelo azul y verde por todos lados, era un lujo que no habían visto nunca.

De repente vieron en un sofá de tres cuerpos a los gemelos, abrazados y leyendo un libro grueso y viejo, pero lo que mas les llamo la atención era lo adultos que se veían, parecían de unos treinta años y no de quince como deberían verse, eso les hizo caer en cuenta al mirarse que algo no cuadraba allí.

Pero el sonido de unos pasos dentro de la casa dirigiéndose a los gemelos los hizo mirar de nuevo, una mujer apareció en escena, de cabellos anaranjados y dorados, la piel blanca y los ojos verdes imposibles de creer, esta les sonreía y les tendía unos pastelillos con forma de conejos rosados, Dean se miro la marca y era exactos, los mismos conejos, Dean hizo un ademán y los dos se separaron de la ventana, caminaron hasta el porche luego de poner al rededor de la casa unas barricada mágica en cada ventana y puerta que encontraron, moviéndose sigilosamente para no ser vistos ni sentidos.

Estaba seguros que la mujer usaba el amor de esos dos chicos para su beneficio y mientras los gemelos lentamente envejecían sin darse cuenta ella se hacia mas y mas joven, llevaba el mismo vestido floreado azul y el mismo talismán al cuello, respiraron hondo antes de patear la puerta y dar dos tiros de escopeta a la bruja, esta se vio expulsada del impacto de los proyectiles y quedo tumbada algo ida por las hierbas que contenían eso disparos.

Los gemelos alzaron sus manos inmediatamente en defensa de la bruja, apunto de usar su magia contra ellos pero al mirarles sus rostros se relajaron y no les atacaron, ninguno de los dos supo el porque, pero enseguida se acercaron a la bruja y le arrancaron el talismán, los gemelos trataron de detenerlos de hacerles entender, pero Sam los hizo mirarse al espejo y los gemelos se quedaron atónitos, se tocaban el rostro sin reconocerse sin saber que pasaba.

Pero Dean en dos gritos les dijo que ella solo les usaba, robándoles la vida y la juventud para su beneficio, los gemelos se miraron y tal como ellos lo hacían a menudo vieron que no mentía, le creyeron dejando que Dean actuara, la bruja peleo con Dean pero este la apuñalo con una daga de Calisto, una piedra tallada con ese fin, teniendo como resultado un grito de arpía que les hizo taparse los oídos a todos por la intensidad del mismo que reventaba los vidrios de ese lugar uno por uno.

Apenas la bruja se iba consumiendo, volviéndose más y mas vieja llegando a ser polvo, la casa también se deterioraba, los muebles desaparecían y los gemelos también volvían a su edad normal.

Dean miro el sello en su mano y este se desvaneció por completo, levanto la vista al ver como Sam había tomado su mano repentinamente y la miraba atento mientras el conejo rosado se deshacía como arena de colores, cuando se miraron directamente parecía haber un vacío sin fin entre ellos.

Pero lo dejaron atrás al no ser los únicos en esa choza destartalada, no dijeron nada mas al respecto, llevaron a los gemelos a casa en total silencio, su madre los recibió entre la alegría y las lágrimas, los gemelos no sabían que su madre les había estado buscando o que los extrañaba, la bruja les había dicho que todo el pueblo les odiaba y que no podían volver.

Para los Winchester eso solo era señal de que tenían que salir del pueblo lo mas rápido posible, con todas su cosas en el auto no se detuvieron en el motel siguieron derecho hasta la interestatal y tomaron la carretera sin rumbo fijo.

El silencio los consumía, frío y asesino, lo sabían pero ninguno de los dos sabia que pensar después de todo eso, los sentimientos y los recuerdos de cada palabra y mirada y roce seguían allí punzantes, al menos no habían llegado tan lejos como para no poderse mirar a la a caras, el invierno volvió a su curso normal y tuvieron que parar en un motel a unos doscientos kilómetros de Dakota.

Entraron apresurados al cuarto, tenían el cuerpo congelado por la lluvia que afuera se había formado devolviendo el clima a su normalidad, pero aun así no se dirigían la palabra, en realidad solo querían hablar de una sola cosa, pero se sentían tan desconectados el uno del otro que no sabían como reaccionaria el otro si se sacaba el tema, luego de una ducha de agua hirviendo que les devolviera el alma al cuerpo, cada uno se fue a su respectiva cama.

No esta de mas decir que estaban congelándose minutos después, temblando de frío por la tormenta, la lluvia y el viento que azotaba las ventanas del lugar, la calefacción estaba encendida pero aun así no había calor que los abrigara o mantuviera o que los protegiera lo suficiente.

- ¡Demonios, Sam, puedes venir para acá me estoy congelando!.- grito Dean cabreado de repente.

- ¿Cómo? ¡Tu ven aquí idiota! ¡No eres el único con frío!- refuto a la defensiva instintivamente.

- ¡Yo soy el mayor niñato, así que mueve el culo y ven aquí!- le grito de nuevo castañeando los dientes.

- ¡Muévete tu tarado! No pienso mover un musculo para cambiarme de cama...- gruño Sam que ni siquiera sabia porque estaban peleando. Pero volteo a ver cuando el sonido de la cama de al lado resonó en la helada habitación.

- Eres un malcriado, muévete que me congelo...- protesto Dean metiéndose en el interior de la cama de Sam.

- Tu me criaste, no se que de que te quejas.- le dijo deslizándose a un lado y sintiendo los pies helados de su hermano recorrer sus piernas cuando entraba en la cama.

- ¿Perdón? Pero no soy yo el que pataleaba cada vez que no le daban algo...- le dijo subiendo las mantas hasta el cuello y acomodando su trasero en el colchón.

- Dean tenia cinco, que querías que me dedicara a parecer una estatua...- Sam estaba a punto de caerse, esas camas no eran doble plaza eran de solo una plaza y no cabían los dos, decidiendo ponerse de costado.

- ¿Sabes, eso no tiene sentido?- murmuro poniéndose en la misma posición que su hermano solo que le miraba directamente ahora.

- Cállate, es tu culpa que sea como soy...- con el ceño fruncido y haciendo una mueca parecía a un puchero Dean se lo quedo mirando.

- Perdón yo no te metí lo terco, eso es completito tu problema...- le dijo acomodando se cabeza mejor en la almohada de Sam.

- ¿Terco yo? Yo no soy...- Sam no tuvo mas que callar, recién caía como Dean le miraba, tan fijo pero no descifraba el porque, esa concentración y esa templanza eran extrañas para dedicarlas a alguien.

Ponerse nervioso no era suficiente para describir lo que sentía, el calor aumento debajo de las variadas mantas que tenían encima y no se sentía el frío exterior, estaba uno frente al otro, sin tocarse en lo mas mínimo, imágenes y recuerdos de lo que sintió la mañana anterior, al despertar con Dean entre sus brazos lograron apretar su dientes y cerrar con fuerza su mandíbula.

Sus miradas no se apartaban la una de la otra y era tan tenso ese momento que se podría cortar con el borde de una hoja de papel, Sam suspiro y estaba por articular palabra, sacar lo que en su mente se enrollaba con cada minuto que paso después de que el conejo rosado desapareció de la mano de Dean, pero con la oscuridad que los rodeaba, Dean dijo algo que solo una leve luz en sus ojos se percibió.

- Sam... si yo fuera el que quieres me lo dirías ¿verdad?- pregunto y a Sam se le cerro por completo la garganta.- Sam...- le llamo y el castaño asentía algo perdido en ese suave tono de voz con el que Dean se dirigía a él.

- Solo si yo soy el que tu quisieras, Dean...- no podía verlo con claridad, pero sabia como la sonrisa de Dean se empezaba a dibujar en la comisura de lo labios de su hermano solo podía sentirlo en todo el cuerpo como la piel se tensaba y esbozaba una sonrisa tonta que de seguro le desesperaría si la viese.

Una mano tibia apareció para sorprenderle sobre su mejilla, un roce tan mágico como electrizante que creyó morir de alegría al contacto, de hacerlo mas fuerte, de sentirlo sobre cada centímetro de su piel, moriría de placer.

- Lo eres... aun sin hechizo, aun sin conejo, aun así sigues siendo mi Sammy...- y el beso que había quedado pendiente la mañana anterior no pudo haber sido más perfecto en ese instante.

Fin.

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