Un Destino Extraño...{5-5}

Aug 24, 2011 02:14

Titulo: Un Destino Extraño.
Autora: Elghin.
Betas: Evian y Nem.
Ranquing: NC-16.
Fandom: Crossover.
Pring: Misha/Damon.
Personajes adicionales: Stefan, Elena,Caroline, Bonny, jensen,jared. uhmmm Alaric Saltzman, Jeremmy, y nadi e mas creo a y mención de la perra de Katerine,Yemma(pony).
Resumen: Misha es un profesor de equitación en el pueblo de Mystic Falls, y alli nadie sabe guardar secretos.
Descargos de racionabilidades: los personajes no me pertenecen ni las personas descritas en el tampoco solo se deben a sus autores originales y a las personas con libre albedrío.
Wrninga: nada del otro mundo solo amor y recelo y mucho poni suelto.

NOTA:los arts son por la pura amabilidad de Evian que me vio compungida cuando no encontraba un modo de relacionar a estos dos personajes jejeje.




Capitulo 5.

Llovía intensamente fuera de la casa, Misha permanecía recostado cerca del vampiro, cuando despertó, lo hizo con la nariz hundida en un desprolijo cabello renegrido, abrió sus ojos azules a un día tenuemente iluminado y muy frío, el otoño era un mes extraño, no era invierno, pero había una ventisca helada a veces por la mañana, y por las tardes era ventoso, pero cálido, a la vez el color de los árboles alborotaba la vista en tonos rojizos, amarillos y marrones que distaba del frío y gris invierno.

Miro a su alrededor intentando ubicarse y se halló en una enorme cama blanca, envolviendo con sus brazos a Damon, que aún parecía seguir dormido.
Quito de su frente esos mechones que no le dejaban ver los rasgos del vampiro, su rostro relajado acurrucado en su pecho y sus brazos rodeándole, durmiendo plácidamente, estaba tan cómodo allí, encajaban y el se sentía como que pertenecía a ese lugar, a ese momento y con esa persona... por más muerto que esté en realidad.

Se relajo mirando la lluvia por la ventana y analizo los últimos días, lo endemoniadamente rápido que se fue dando todo, al llegar solo tuvo cuatro días para instalarse con Yemma, y en solo media hora una noche se topo con este hombre, algo en el pecho le revoloteaba con insistencia y una leve sonrisa pujo por salir, estrecho más a Damon y lo pego a su cuello, rozo su mejilla con la de él y respiro profundamente la colonia del vampiro.




- Ouch - soltó Damon con al vos profunda y medio dormido aún.
- Oh, lo siento, ¿te desperté? - pregunto Misha separándose de el solo un poquito.
- Si que me despertaste, si me estrujas tan fuerte... - el vampiro abrió lentamente los ojos, aún tenia sueño y no le apetecía despertar tan temprano, pero el hombre que le abrazaba y le acariciaba el cabello no se estaba quieto.
- Lo siento...- Misha beso su mejilla, y la acaricio con sus labios suavemente. Damon frunció el ceño, sus sentidos despertaron rápidamente al sentirse cobijado en el cuerpo del otro.
- ¿Si…? ¿En serio?- algo le recorrió el cuerpo, un deseo que hacia demasiado tiempo no sentía, en realidad por nadie, la última persona que de verdad deseo para si mismo llego a su mente como el golpe de un martillo al caer.
- ¿Pasa algo?- Misha vio como se alejaba de a poco y se sentaba en la cama con ambas manos en la cabeza, hurgando en su cabello como si quisiera arrancar pensamientos de ella a la fuerza.
- No... no es nada - mascullo, no quería hablar de ella, no quería recordarla y no quería, sobre todas las cosas, compararla con Misha.
- ¿Damon? - pronuncio su nombre en un tono tan bajo y relajado que el vampiro solo volteo a verle.
- ¿Que, que pas...?- la boca de Misha lo tomo por sorpresa, lo invadió con un impulso que solo lo reconocería como hambriento.

Exhalo la poca vida que demostraba su cuerpo entre los labios y la lengua del profesor. Misha lo obligo sin palabras a volver a la cama, recostándolo nuevamente, su camisa semi abierta solo mostraba pedazos de piel, pero al extraño hombre parecía no importarle. Deslizo sus dedos por debajo de la misma y Damon se perdía en las sensaciones que le provocaba, Misha era tan condenadamente distinto a todo lo que conocía, que sus actos uno a uno lo aturdían por completo, dejándose a su merced como si los papeles cambiaran y el depredador en esa habitación no fuera él, si no el maestro de escuela.

Todo su cuerpo reaccionaba tan fácilmente a sus estímulos que casi era irrisorio, la imagen de Katherine jugando con él lo despego de repente de Misha. Desplazando su anatomía al otro lado de la habitación.

- ¿Damon? ¿Qué pasa? - le pregunto incorporándose en la cama, el vampiro se encontraba al otro lado de la habitación, se recargaba en el enorme ventanal donde la lluvia pegaba con fuerza; sus manos estaban contra el vidrio y su frente pegada a la transparente superficie, intentando calmarse.
- Yo...yo...- Damon parecía tener un ataque de pánico, estaba más pálido de lo normal y su respiración era agitada e irregular. Misha reconocía los síntomas como los que a Jensen le solían agarrar antes de entablar relación con Jared.
- Eh, tranquilo...- se acerco a él, estaba a punto de abrazarle cuando el celular de Damon sonó y este se traslado veloz hacia un lado de la cama, lejos de Misha y tomo el aparato que yacía en el piso debajo de las mantas.
- ¿Si? - respondió concentrándose en la voz al otro lado.
- ¿¡Damon, donde esta el profesor!? ¿¡Que le has hecho!? ¿¡Dónde estas!? - reclamo Stefan de otro lado.
- ¡Hermanito! Hola, buenos días, ¿o tardes?- el típico comportamiento volvió a él raudo, ya se sentía mejor, lejos de los sentimientos que le avasallaban y no podía controlar; Que no dejaban de comparar a Misha con Katherine, la mujer que lo uso, lo manipuló, lo enamoró y lo descartó como equipaje viejo de mano.
- Damon, responde - el vampiro miro a Misha y camino hasta él, lo miro a los ojos y permaneció callado, unos segundos después poso el auricular en la oreja de Misha y le hizo escuchar las palabras de su hermanito.
- ¡DAMON!, ¡DAMON! ¡No puedes ir matando gente por ahí solo por que si! Tienes que detener esta locura, solo dime donde esta el profesor, no queremos más incidentes en Mystic Falls, ¿Damon me estas escuchando? ¡Devuelve a Collins! Elena esta histérica por la posibilidad de que te lo estés bebiendo poco a poco - Damon se acerco al micro del teléfono, sin apartar el auricular de la oreja de Misha.
- Por favor... por que iba yo a matarlo... - chasqueo la lengua - solo me lo lleve por lo ridículos que se ponen ustedes dos - su chulería con Stefan sacaba más de quicio al muchacho y Misha sonrío, le causaba gracia, no podía evitarlo, la manera en que se burlaba de él, se sentía como cosas de hermanos. Damon alzo una ceja mirándolo y giro su cabeza para besar levemente a Misha... no sabe si se escucho el chasquido del beso o de los besos que se dieron con el aparato tan cerca pero...
- ¿Damon? ¿Damon que...?- el vampiro se incorporo y llevo el aparato a su propio oído y le respondió más calmo ahora.
- Él esta bien, Stefan... solo lo secuestre un ratito... estas muy mandón con mi persona, y Elena también, siempre intentando controlarme para que no haga atrocidades sangrientas y descabelladas... que no es lo único que hago durante el día - se burlo cínicamente.
- No se lo que sucede... hermano, pero será mejor que no intentes capturar la atención de Katherine con la sangre del Nephilim - acoto pensando que los besos que escuchaba eran los de Katherine sobre su hermano mayor - Sabes que a ella no le importas, te usara solo para encontrar más de estos seres y deleitarse... lo sabes, ¿no? - un dolor agudo ataco su esófago y subió por su tráquea, inundándolo de odio y desesperación.
- No la nombres...- las palabras salieron oscuras y rasposas de su garganta, Misha que sonreía por la chulería de Damon, sentado en la cama, se sorprendió ante el repentino cambio de voz y el dolor y recelo por las palabras que decía su hermano menor.
- Solo no hagas estupideces, Damon... yo no... mira solo tráelo de vuelta y no le hagas daño - pidió arrepentido de sus palabras, las que le salieron en un arrebato de su boca.
- Haré... lo que tenga que hacer, hermanito. Después de todo yo soy el mayor... - colgó el teléfono y sin mirar a Misha siquiera, salió de la habitación soltando un “te quiero en cinco minutos en la puerta de entrada”.




No le dio tiempo a Misha de replicar o preguntar que le pasaba, que le había dicho Stefan para cambiarlo de actitud tan rápidamente, se calzo sus botas a toda velocidad y se fue a colocar una chaqueta... pero miro a todos lados y esa no era su casa, allí no estaban sus cosas y según el recuerda solo llevaba la camisa.

Camino ligero casi dando brincos, apurando sus pasos, cruzo el pasillo y miro el inicio de la escalera donde se entero de tantas cosas en medio de la oscuridad junto a Damon, le había tomado tanto cariño a esa casa, solo por los momentos vividos, lamentaba tener que irse, bajo dos escalones volteando a ver la habitación tan lejana y blanca con la colcha desordenada sobre la cama donde despertó con el vampiro y unas ganas tremendas de llevarse el mueble entero al hombro, le hicieron picar las manos.
El sonido de un auto lo saco de sus pensamientos y saltando los escalones de dos en dos bajo más apresurado, la puerta de entrada solo era la entrada en si, la puerta aún no era colocada y el viento frío húmedo de la lluvia le llego, la bocina de un vehículo que no supo de quien era volvió a sonar, estaba estacionado justo en frente, el vidrio del copiloto se abrió mostrando a Damon en el interior, no lo dudo y corrió al auto lo más rápido que pudo, se estaba mojando y empezaba a tener frío.

Damon lo dejo en su casa y se fue, Misha se dio cuenta de lo solo que estaba en ese momento, fue deshaciéndose de la ropa mientras planeaba una ducha muy caliente. Repaso la no conversación con Damon en el auto, lo que no dijo, lo que no le escucho o le hizo caso, le pregunto de donde había sacado el auto y solo le dedico medio segundo para mirarlo y luego seguir mirando el camino.
Abrió el agua caliente y la templo apenas con el agua fría, la lluvia humeante le pego fuertemente en su espalda y el regocijo en su cuerpo comenzó a esparcirse por cada centímetro de su piel.
Era sábado al medio día... y salvo ir a ver a Yemma, no tenia nada que hacer.

El quería que Damon se quedara, incluso le invito un café, preguntándose de paso si el bebía café -era algo que había supuesto en la sala de profesores - pero el vampiro no le respondió solo se inclino sobre el y le abrió la puerta sin siquiera pedirle salir del auto, no lo beso, ni se despidió, solo lo miro amenazante y con todo el cabreo encima, a él esa actitud no le decía nada, solo que se estaba escondiendo de algo, lo más probable de él mismo.




Su conducta algo antisocial se debía a eso, él podía saber la verdad del porque del comportamiento humano, por eso no se hablaba con su padre, porque este lo rechazaba gratuitamente, por eso congenio solo con Jen y con Jay, solo se lleva bien con las persona sinceras o que deseaban serlo, pero tenían miedo de comportarse así.
Suspira pesadamente y se pregunta si lo que hay en su sangre y si todo lo que dijo Damon de sus antepasados, muy lejanos, era cierto, y él había nacido de esa manera.

Eso explicaría un montón de detallitos, los cuales adjudico a su poca capacidad de tolerancia o a su infranqueable buen humor, o a su deseo de conquistar el mundo, seguro era una de esas.

Tomo la toalla azul Francia y se la ato a la cintura, empapado, pero con la piel limpia y fresca, salió del cuarto de baño y se fue a su cuarto, quería llamara a Damon, hablarle, sentía en la piel la necesitad de tocarle, pero por sobre todas las cosas de estar muy cerca de él, cuidarlo y quererlo. La toalla cayo del hueso de su cadera deslizándose por su trasero rápidamente, dejándolo al descubierto mientras se metía en la cama, un segundo después, salió de ella de un solo salto, e inquieto se vistió.

Tal vez podía salir a comprarse un celular, algo barato que solo sirviera para hacer llamadas y recibir mensajes, nada muy tecnológico solo esperaba que no le quisieran vender un ladrillo con antena.




Damon llego a su casa mojado, enfadado y muy cabreado con su hermano, apenas lo avisto en la sala justo enfrente de la puerta, lo golpeo dejándolo tirado en el piso, Stefan se agarro la mandíbula y solo vio el rastro de su hermano irse escaleras arriba, intento alcanzarlo, pero le cerro las puertas en las narices.
No iba a tirar la puerta abajo, pero si quería hablar con el.

- Damon... ehmm... lo siento...- la puerta se abrió de sopetón y con el dedo del vampiro mayor apuntándole a la cara le dijo.
- ¡Vete ala mierda, Stefan!- salió de allí empujándolo a un lado y se encamino furioso al sótano, donde tomo una a una las bolsas del hospital de California de donde estaban llegando su suministros de sangre y empezó a beber a lo loco.
- Damon, lo siento... en serio, mírame, ¿puedes dejar eso?- Damon estrujaba tanto las bolsas una tras otras, que la sangre se le escurría por la boca, su rostro desfigurado y amenazante bebiendo todo lo que podía.
- No me jodas, Stefan, ¡sabes que no quiero oír de ella! ¡Lo sabes bien! Sabes lo que me hizo, sabes lo que soy por esa perra, ¿Aún así la nombras? ¡Cómo si fuese a correr detrás de ella! - jadeo, lamiendo la sangre que se resbalaba por sus labios. - suficiente tengo con verla todos los días en Elena, ¡¡así que déjame en paz!! - le grito limpiándose la sangre en la mojada camisa y empujando fuera de su vista a su hermano.
- ¡Lo se! ¡Lo siento! - Stefan lo siguió por la sucesión de pasillos del sótano hasta volver a la sala.
Damon cruzo la sala, manchando con sangre el piso de madera, las alfombras, todo, mientras Stefan le seguía, observando todo el desastre que hacia este, como lo manchaba.
- Damon espera...-
- Muérete, hermano, o no, no, no, no... ya lo estas; desaparece o te estaco - lo amenazo mirándolo a los ojos, pero Stefan no se inmuto, Damon podría haberlo matado miles de veces desde que se trasformaron pero jamás lo hizo o lo intento realmente.
- Lo siento... ¿Cuántas veces tendré que decirlo? - Damon volteo, mirándolo con desprecio y se metió en la biblioteca donde agarro la botella de bourbon, alzándola, tomando del pico casi todo su contenido.
- Supongo...- exhalo e inundo el ambiente con el aroma del alcohol - Que hasta que te mueras de una vez y por todas, hermanito - siguió bebiendo sin importarle nada y se sentó en el sofá.
- Entonces... perdóname, por pensar que querías usar a Collins, y por pensar que deseabas su sangre, y deseabas matarlo, lo siento - el arrepentimiento era verdadero, pero a Damon le importaban una mierda esas palabras.
- Lo que... el señor Collins es... no... me afecta de esa manera, Stefan... - el alcohol y la sangre ya surtían efecto serenándolo, el estado inmediato de ebriedad después de tres cuartos de bourbon le soltaba la lengua un poco. - Ese es mi problema y no tuyo, y espero que… no menciones más a esa zorra de dos cabezas... otra vez - se bebió lo último con la mirada de su hermano sobre él, expectante a que siga, pero solo se sumió en un silencio cómodo mirando el fuego.
- No me dirás… a quien besabas mientras estabas al teléfono conmigo - Damon lo miro con cara incrédula directo a los ojos.
- ¿Desde cuando te digo con quien ando, o paso las noches, Stefan?- se levanto más mareado de lo que acostumbra al beber, mirando la botella vacía se fue al bar por otra.
- Lo diré por milésima vez, Damon, ¿sabes...? no te haría mal hablar de lo que te pasa de vez en cuando...- Damon lo miro cansado, asfixiado, se recargo sobre el mueble del bar, controlando el mareo levemente.
- No se lo que me pasa, Stefan, no me siento yo mismo, si siento la sed aberrante en mi garganta al oler a Misha Collins, pero mi cuerpo se rehúsa a moverse en su contra, y el tipo si que es extraño, ¡y le gusto! ¿Puedes creerlo? ¡Yo! ¡Yo le gusto a ese tipo! O sea... ¿Quién entiende eso? Yo no le caigo bien a nadie, ni siquiera a ti, hermanito… ja - se río de si mismo, preocupado y extenuado, quería dormir, y olvidarse del mundo y de Misha... pero dormir solo en su propia cama le parecía lo más terrible de la tierra, y solo podía evitarlo yendo con Misha.

Estaba seguro que no le rechazaría en lo más mínimo, lo más probable es que le regalara una amplia sonrisa, pero el no iba a arrastrarse donde el profesor, solo para que le abrace mientras duerme. No, el no es así, el no hace esas cosas.
Demonios, lo desea tanto.

Damon se sentó en un rincón, en una labrada silla antiquísima de sus días como humano y oculto su rostro en su mano izquierda con el whisky colgando de los dedos de su otra mano.




- Si, muy cierto, pero alguna vez tenia que pasar y ser real...- se callo antes de decir el nombre de la vampiro que los condeno - hay… algo más, ¿Qué me perturba de eso? - inquirió porque sabia su posición respecto a la homosexualidad en los tiempos de que aún eran niños de su padre y respiraban para vivir. Damon gruño amenazante.
- Sabes lo que pensaba cuando lo descubrí en la universidad de Cambridge, Stefan...- tenia que admitir que saber eso, al entrar a su cuarto y ver a sus compañeros, en semejante escena le había causado repugnancia.
- Si... lo se, ¿sigues pensando así?- se acerco lentamente, acentuando su palabras.
- No lo se... no pudo resistirlo, me cuesta apartarme, ¿sabias que no me tiene miedo? ¿En absoluto? No me siento un vampiro cuando esta alrededor...- espeto.
- ¿No? ¿Cómo te sientes, Damon? - Stefan se cruzo de brazos mirándolo atentamente.
- ¡Mierda! ¡Deja el papel de psicólogo, me tienes harto!- vocifero - y no se... normal... ¿Cómo un tío normal? Pero... la zorra de Katherine se me viene a la cabeza y me estropea los mejores... - se detuvo mirando a su hermano de reojo, no quería andar diciendo que los mejores besos, como un adolescente estúpido y enamorado.
-...Aja...- el joven vampiro se sentó en el apoya brazos del sofá y le miro.- ¿Entonces si cambiaste de opinión?- tenia que escuchar a su hermano decirlo, que no le molestaba, que no lo veía tan repugnante, como recuerda que le contó, la única razón por la que volvió de la universidad.
- No hay nada repulsivo en Misha Collins...- se levanto dio un largo trago a la botella, la dejo en la barra y se dispuso a salir de allí tambaleándose.
- Eso no responde mi pregunta, Damon...- Stefan lo siguió deteniéndose en las escalerillas que llevaban a sus aposentos más directamente.
- Pues tendrá que ser suficiente para esta sesión, Dr. Salvatore... ¡mierda! Eso sonó bien... en vez de ser insultante - Damon por fin salió rumbo a su cuarto caminado en zigzag.
- ¡Damon, Damon!- lo llamo pero el vampiro no detuvo sus pasos y no le dirigió más la palabra.




En la tienda de celulares Misha peleaba con su chequera, no le alcanzaba, todos a su alrededor en el centro comercial iban y venían con sus compras, si el se gastaba eso ultimo de su sueldo, no comería en dos semanas, ya le había pasado antes y Jensen lo perseguía con un almuerzo todos los días hasta que volvía a cobrar su sueldo. Él no podía aceptar la comida y dejarlo pasar hambre a Jensen, que comía por tres con Jared a su lado, aparte de que tenía orgullo y prefería pasar hambre y no dejar a Yemma flaquita.

Desanimado, camino hasta una de las terrazas del mall y se pregunto que era lo que tenia en casa que no le hiciera falta, podría vender algo y comprarse un móvil, le parecía algo exagerado, tal vez solo tuviera que esperar al mes siguiente para ahorrar algo y en un par de meses más, comprar algo barato y común... vivir con un caballito era costoso y aunque el colegio le pagaba la mitad del alimento de Yemma, el tenía que pagar el resto y eso consumía todo su capital.

Suspiro y estiro los brazos por el borde de la barandilla, estaba nublado aún, pero no llovía, algo de sol pujaba por salir, haciendo que en el piso se viera una marea de rayos dorados que iban y venían como en el mar.
Apoyo su mentón en la fría barandilla y se dejo caer allí, tal vez... si vendía la laptop... podría... no, mejor no; pensó, si Jensen aparecía por allí y se encontraba con otra persona, seguro lo mataba.

No tenía nada que hacer, más que esperar allí a que le cayera del cielo un celular nuevo o encontrarse con uno. Eran dos opciones que podrían suceder, pero que con su suerte no eran nada probables.

Un tío rubio lo miraba desde lejos, estaba asentado en su mesa con dos cafés, esperando a alguien tal vez, pero lo habían dejado plantado y ver Misha allí, solo, le parecía de lo más tentador, aparte que la vista del cuerpo inclinado hermosamente perfilado que le regalaba desde donde estaba, le podía muchísimo.

Se acerco y le tendió el café aún caliente y Misha se le quedo mirando, agarrando el vaso de papel con ambas manos por ósmosis, mirando atónito el recipiente, levanto al vista al gigante rubio escandinavo que tenia la mirada perdida en el horizonte mientras bebía su propio café.




- Ehm... ¿te conozco? - pregunto Misha, sus manos calentándose lentamente contra la superficie de papel.
- Nop... pero te veías triste y te traje un café... - lo miro y Misha le devolvió la mirada con el ceño fruncido.
- ¿Estas ligando conmigo? - lo miro extrañado y bebió del café si apartar la mirada esperando claramente una respuesta.
- Si... - los ojos grises lo miraron inquisidores, recorriéndole el rostro y se sintió muy incomodo, le tendió la taza de café y le respondió.
- Pues lo siento mucho, pero no estoy disponible, gracias de todos modos por el gesto... - estaba punto de irse cuando el rubio lo tomo del brazo, reteniéndolo.
- ¿No me dirás tu nombre al menos?- le pregunto divertido, era la primera vez que lo rechazaban tan solemnemente.
- Misha Collins - le tendió la mano y la estrecho fuertemente pero el rubio no se la soltó y lo acerco a él.
- Alexander Skarsgard, un placer Misha. - le beso la mano y se acerco peligrosamente a él.
- Tío... si no me sueltas te golpeo... - soltó cortando las intenciones del otro hombre.

El par de ojos turquesa que miraban todos los movimientos de Misha desde lejos, resplandecían con la furia rozando la piel del vampiro de manera burlona, pensando que Misha lo traicionaba como lo hacia Katherine, todo esto lo convirtió en un géiser a punto de estallar. Seguía cada roce del rubio y cada palabra, pero todo eso se fue al tacho con la actitud de Misha.

- Oh, ¿eres hetero? - el hombre seguía si soltarle.
- ¡Eso no es de tu incumbencia! Ahora suéltame - pidió casi gritándole, pero no fue escuchado.
- ¿Y no te apetece salir conmigo para que te decidas? - le coqueteaba descaradamente sin importarle la reticencia del de ojos azules.
- ¿Te he dicho que no estoy disponible! ¿Eres sordo o que? - el enfado se le notaba y tiraba de su mano para recuperarla, pero era en vano, el tipo ese lo tenia bien agarrado.
- No seas arisco - se agacho, abalanzándose sobre sus labios y Damon estuvo apunto de intervenir cuando un puñetazo de Misha, aparto al insistente a ese sujeto de él.
- ¡Cabeza dura! ¡Que no me interesas para nada! ¡Que estoy con alguien!, Aunque no lo hayamos confirmado y para tu información, ¡no soy arisco!, solo no me agradas en lo más mínimo - Misha se dio la vuelta para irse, furioso y con un dolor en su mano izquierda, a paso ligero y con el gigante escandinavo detrás de él llamándolo, divertido, el muy cabrón se reía de su arrebato.




Salió de la terraza y del otro lado del vidrio, junto a la fuente, estaba Damon sonriéndole, esperándolo, se le olvido hasta el nombre con solo verlo. El rojo de sus mejillas que se habían coloreado por el enojo, se diluyo de inmediato; estaba tan contento de verlo que su sonrisa se amplio y camino hasta él sin apartar la mirada, pero una enorme mano lo detuvo agarrándolo del hombro para darle la vuelta.

El hombre de traje gris y camisa negra lo miraba fascinado y con el labio roto. Misha lo miro y el tipo sonreía más, no entendía es que estaba hablando chino o que. Ese tío no captaba las indirectas, ni las directas, ni los derechazos

- ¡¡Misha!! ¡Espera! ... wow, tienes un gancho increíble, pero aún así quiero tu número - murmuro con lo que Misha suponía era una voz sexy, mirándolo a los ojos.
- ¿Pero tu estas mal o que? ¿O no entiendes el idioma?- torció su cabeza a un lado.
- Misha...- lo llamo Damon suavemente, pero su voz no escapo de lo oídos del profesor de entre la gente del mall. Volteo a verle y empezó a caminar hasta el vampiro como si un imán tirara de él.
- ¡Espera! - lo sostuvo de nuevo, impidiéndole el paso, interponiéndose entre el vampiro y el profesor, y a milésimas de matarlo estuvo Damon, pero al escuchar las palabras de Misha sin recaudo alguno, miedo o vergüenza, se detuvo.
- ¡Déjame en paz!, mi novio me esta esperando...- lo evadió, dejándolo perplejo allí, mirando atónito como se le escapaba de las manos.

Camino entre la gente del mall sin alejar su vista de Damon y estando a dos pasos de él, el vampiro estiro su mano atrayéndolo y besándolo abiertamente, Misha no controlaba sus reacciones estando con él y suspiraba siempre en cada beso, Damon risueño paso su brazo sobre sus hombros y lo llevo de un lado al otro del lugar con una enorme sonrisa en su rostro, estaba feliz de verlo así, no se percato de que lo arrastraba hacia una tienda en particular.




- Déme ese por favor - tan embobado estaba, que de repente al mirar a su alrededor estaba en la tienda de celulares, con Damon aún rodeando sus hombros y pidiendo algo a la empleada del local.
- ¿Damon? - miro al hombre que lo agarraba suavemente, este lo miro en retorno y deposito un beso en su mejilla, haciendo que se sonrojara aún más.
- Te debo un celular ¿no? - le susurro, la empleada volvió con la caja de un último modelo de pantalla táctil.
- Damon, eso es muy caro - le dijo apabullado y sorprendido por el gesto.
- No importa, no pienso pagarlo de todos modos...- Damon miro a un lado y sonrío a la encargada, que se acerco de inmediato a ellos.
- ¿Si en que puedo ayudarlos? - dijo la encargada muy atentamente, pero Misha inmediatamente cubrió los ojos de Damon en un acto reflejo.
- Ehm, ¿podría darnos un minutos?, aún no decidimos... - Misha se puso muy nervioso.
- ¿Misha? ¿Qué haces? - la mano del profesor ni siquiera amago a retirarse de su ojos.
- Mira Damon, aprecio el gesto, pero no dejare que les robes a esta gente, solo por un celular, yo ahorrare unos meses y me comprare algo que mi presupuesto pueda costear. - Damon sonrío... dejándose hacer.
-¿No me dejaras hipnotizarlas?- mostró su dientes incrédulo, adorando la inocencia de ese hombre, que aún mantenía sus ojos cubiertos con una mano.
- Si, no es necesario un celular, tengo una línea fija en mi casa- respondió como un consuelo más para si mismo y dándole una razón para no hacer lo que el vampiro planeaba.
- ¿Y si te quiero contactar cuando estés en otro sitio? ¿O me necesitas y yo no te puedo encontrar? - replico apoyando sus manos en el mostrador acorralando a Misha entre sus brazos.
- Bueno, el celular tendrá que esperar, Damon… soy un maestro y mi sueldo se reduce mucho por Yemma. Y no me arrepiento, amo a ese pony - suspiro notando la cercanía del vampiro, la gente a su alrededor algunos no le daban importancia al hecho de que estaban a milímetros de efectuar contacto.
- Que envidia me da... OK... - desistió quitando la mano de su rostro y mirándolo con una luz hermosa en sus ojos, que encandilo a Misha.
- ¿OK? ¿Qué? - Damon se incorporo y llamo de nuevo a la empleada que los atendía...
- ¿Si? ¿Ya se decidieron?- dijo la morena con el gafete.
- ¡Si!, nos llevaremos este y todos los accesorios que tenga - respondió sacando su cartera y una tarjeta dorada.
- ¿Damon?
- Misha, déjame hacer esto, OK, lo pagare y nadie se vera perjudicado - planto un beso en sus labios y siguió los paso que le marcaba la empleada para tener el teléfono liberado, ya que recordaba que Misha tenia un chip con un numero a su nombre.

Misha observo como Damon llenaba papeles de compra y firmaba con su nombre el recibo de la tarjeta, tenia esa camisa azul brillante y unos pantalones negros, estaba como recién salido de la ducha, estaba tan metido en una nube cuando le vio que no lo había notado, ahora entendía porque sus amigos se sentían completos uno con el otro, y porque la nube donde vivían era tan hermosa y le daba tanta envidia. Se recargo en el mostrador a seguir mirándolo detalladamente, poniéndose como tonto por él.

Se preguntaba si dormirían juntos otra vez y si Damon sentiría deseo por el como lo sentía él por Damon, incluso a mitad de la tienda donde se encontraban, tenia tantas ganas de desnudarlo y recorrerlo entero, la mirada turquesa se fijo en él y solo así despertó de su ensueño lujurioso, se sonrojo y se incorporo como un resorte cuando Damon lo pillo adorándole. Carraspeo más nervioso, mientras el vampiro solo reía complacido de captar tanto la atención del profesor.




Con la bolsa en su mano, tomo a Misha con la otra y caminaron por el mall como una pareja de verdad hace al formalizar su relación, Misha recordaba lo que había dicho solo para que Asgard de Bulcania lo dejara en paz, se preguntaba si Damon había escuchado algo de eso, fue un arrebato, pero la duda le picaba la lengua, quería preguntar.
Se detuvieron en las mesas exteriores de un café, y Misha se sentó justo frente al vampiro, veía como Damon sacaba el aparato de su caja, revisaba atentamente que estuviera todo, le coloco un protector más resistente y una funda de silicona, lo probo y le extendió la mano a Misha para que le diera el chip de su teléfono anterior, el vampiro espero a que reaccionara y de su billetera saco el pequeño plástico con el circulo de bronce que formaba el chip del celular.

- ¿Damon?-
- ¿Si?-
- Uhmm... yo no se si escuchaste...que...-
- ¿Lo de ser tu novio, Misha?-
- ¡Eh! Si, bueno, ehmm... no es por presionar ni nada, o sea, uhmm tenia que sacármelo de encima, parecía que no entendía una palabra de lo que le decía y... yo...este... no estarás enojado, no?-
- Enojado no y no me molesta tampoco.- respondió abstraído en armar el celular.
- ¿Ah no?-
- No... Había pensado en arrancarle la cabeza de cuajo por insistente, por tocarte y después a ti... por que pensé que se lo permitías... pero de verdad que tienes un buen gancho - sonrío - me encanto darme cuenta... de que no soy un entretenimiento para ti, algo que descartar cuando te canses...- la mirada cambio, era tan sincera que le atravesaba.
- ¿Eh? ¿Cómo que “descartar”? ¡Damon!- replico sorprendido.
- Tal vez te cuente algún día por que pensé eso, Misha, pero me agrado escucharte decir que era tuyo, tu novio, y que no estabas disponible para nadie...- Misha enrojeció y miro el celular, Damon se sacaba una foto con el y movía sus dedos sobre la pantalla ágilmente.
- Me gustaría... que fuese así, ¿sabes?, que seas mi novio. Damon, la verdad me gustaría, no compartirte con nadie...- Damon levanto la mirada y le tendió el celular, el profesor lo agarro entre su largos dedos - Gracias por esto, Damon... - miro el único contacto que tenia y en la pantalla estaba la foto del vampiro sonriéndole encantadoramente, sin malicia, sin chulería, sin ese aspecto descarado y asesino muy propio de él, solo le miraba con cariño.
- Me encanta...- se incorporo de la silla, apoyándose en la mesa con una mano, se acerco a él tomándolo del rostro y termino su frase muy cerca de sus labios - que seas tan distinto a ella... - lo beso.
- ¡Ell...mmm!!- no lo dejo terminar la exclamación.




Ambos se quedaron allí, como una pareja normal, disfrutándose normalmente, sonriendo y queriéndose con toda la normalidad del mundo, planeando una vida juntos como todo el mundo hacia normalmente.

Fin

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