El despertar fuera de la caverna

Apr 13, 2005 00:03

Un día me desperté y al abrir los ojos me sentí aterrado cuando descubrí la realidad. Descubrí que nada es cierto, que nada es capaz de sostenerse frente a un mínimo análisis profundo.

El dinero que todo lo puede es mentira, porque los poderosos lo emitieron sin que nada lo respaldase para hundir a los más débiles. Lo que comemos es mentira, porque engañamos a nuestros sentidos con aromas y sabores artificiales que imitan a lo natural sin serlo.

Los gobiernos son mentira porque en apariencia en ellos reside el poder, pero la cruda realidad es que nos gobiernan oscuros y poderosos intereses que escapan a nuestro control y conocimiento. Las leyes son mentira, porque pretenden proteger al débil y hacer un mundo más justo, pero no dejan de ser papel mojado, herramientas para dar ventaja al más fuerte y ahogar y lastrar más si cabe al más débil.

La información es mentira, porque se tergiversa y manipula al antojo de los intereses propios o compartidos, saturándonos hasta tal punto que dejamos de ser conscientes o interesarnos por lo que nos rodea.

Globalización, justicia, apoyo al más débil, democracia, economía de mercado… enormes mentiras que casi han conseguido que nos creamos porque nos repiten una vez tras otra que son verdades.

Resulta duro levantarse cada día para saber que el mundo es un gran teatro, una pantomima. Saber que nadas entre dos aguas, intentando mantenerte al margen de esa gran representación absurda, pero a la vez sabiendo que formas parte de esa gran farsa porque uno mismo se ha de creer ese inmenso engaño para poder seguir viviendo.

Otro día me volví a despertar, y volví a abrir los ojos. En ese momento descubrí lo que era la verdad. La verdad era que sabía que me hallo inmerso en la gran mentira.

El viajero sin destino.
Previous post Next post
Up