bowties were never cooler

Jan 05, 2014 00:09

Una oda al doctor de Matt Smith, a mi manera.



El doctor que es peor que la tía de cualquiera, pero no es así como va a presentarse. Crío cuando quería serlo, la tormenta que está por llegar cuando menos te lo esperas. Infinito como el universo, como varitas de pescado y natillas. Un genio, un guerrero, un loco con una caja. Mucha gente considera a Ten su doctor pero éste es el mío, el que conoció a Van Gogh. El de la cara rara, los discursos grandilocuentes, los tirantes y el tweed, los todos somos historias, al final. Pero haz que sea buena, ¿eh? Porque lo fue, sabes. Fue la mejor.

La dirección no siempre te acompañó pero tú brillaste como nadie a través de tramas sin sentido y de capítulos de relleno, impertérrito, grandioso, con los brazos abiertos y ese pelo ridículo tuyo. Nine tenía la alegría y Ten a las companions pero tú, tú me tenías a mí. Si alguna vez viajas en el tiempo y te encuentras con mi yo de hace tres años esperando en el jardín, dile que no llore porque se acaba la cuarta temporada. Cuéntale una historia. Dile que si sigue adelante, verá dinosaurios y piratas, romanos y al infierno en zapatos de tacón encarnado en una arqueóloga. Ángeles, vampiros, a Rose Tyler. Dile que verá salvarse a una ballena en el espacio, a una pelirroja y sus chicos, a la protectora del doctor. Dile que ésta es la historia de cómo se enamoró del número once, y así es como termina.

Siempre tendré un sitio en la mesa reservado para ti en navidad, por si te apetece llamar a mi puerta. Te estaré esperando con la pistola de agua. Hasta la vista, jirafa borracha. Las pajaritas nunca volverán a ser tan guays como cuando tú bailabas.

doctor who

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