my huckleberry friend, moon river, and me
Escribo esta entrada de la única manera en que merece la pena hacerlo, ligeramente borracha de Martini y tarareando el Last Christmas de Wham.
No le pido demasiado a esta navidad. Que mi sobrina crezca sana, que sigamos pudiendo llegar a fin de mes, que la secuela de Star Trek sea buena. Ser más alta, menos seria, mejor hija. Mejor amiga. Publicar por lo menos un fic largo antes del final del 2013, acabar la carrera y encontrar trabajo de lo mío, de lo que me gusta. Que no se me olvide ningún cumpleaños importante, que me acuerde de escribir comentarios en las entradas que cuentan. Ser un poco más Jess Day y menos Derek Hale. Ojalá y no todo sea malo. Ojalá y al final de tu día, cuando te acuestes en la cama y estés repasando todo eso en lo que crees que has fallado, haya por lo menos un recuerdo que te haga sonreír. Ojalá y leas libros geniales, veas series francamente malas y películas reguleras, y todas te hagan un poco más feliz. Ojalá y todo lo que te pase sea bonito y si no lo es, bueno, si no lo es ojalá encuentres la fuerza para seguir adelante.
Ojalá y te acuerdes de cuatro gamberros que vandalizaron un castillo mágico en Escocia una vez hace mucho, mucho tiempo (quinientas páginas por lo menos), y de tres pardillos heroicos que no necesitaban buscar problemas porque los problemas solían encontrarles a ellos. Ojalá y los cuatro de Liverpool sean la banda sonora de tu vida, le aúlles al cielo una vez al mes y el grupo de estudio de español de tu universidad merezca la pena tanto como el mío. Que lleves con orgullo la parca en tu chaleco imaginario, creas en la munición sobre todas las cosas y las pajaritas por encima de eso. Ojalá y nunca mires a la muerte a los ojos, pero si lo haces, ojalá y te acuerdes de decirle que hoy no. Nunca. Ojalá y seas Lannister por fuera y Gallagher por dentro, que encuentres a la Ann Perkins de tu Leslie Knope, a la Joan Watson de tu Sherlock. Ojalá y tengas un Brian Kinney tras tu máscara de superhéroe gay, y Scottie te teletransporte a la Enterprise cuando tengas problemas. Pst, hey, si hace falta, yo seré tu Scottie. Tu Moneypenny, tu Wardo, la arqueóloga rubia de tu viajero en el tiempo hippie. La Lana de tu Archer. Dan Humphrey. Ojalá y tengas todo un pueblo de Twin Peaks dentro, con sus Audreys, sus Coopers, sus señoras del tronco. Ojalá y nunca tengas que ser más como Trombley y Snafu te ofrezca todos los cigarrillos del mundo. Ojalá y siempre haya una Catwoman en tu tejado y cuando estés deprimido, te acuerdes de que eres el puto Ron Swanson. Pueden quitarnos muchas cosas, Bendis, pero no pueden quitarnos el cielo. Coge mi mano, piensa en la totalidad del tiempo y el espacio, en todas partes, cualquier estrella que haya existido, ¿dónde quieres empezar?
Si todo lo demás falla, prométeme que nos encontraremos en el plató de The Hour, el 221B de Baker Street, aquella casa rosa que hace esquina en Bristol. En el cochino Harlan, de donde nunca saldremos vivos. La furgoneta de los Bluth y la espalda de Appa. En el último vagón del Expreso de Hogwarts, al lado de la ventana. Yo traeré mi gato si tú traes las ranas de chocolate y la nariz manchada. Será maravilloso, ya lo verás. La no aventura de nuestras vidas. Tú y yo, Pond, y las veces que nunca fueron. Ven, te llevaré a casa por calles secundarias. So roll me further, bitch, we pinpin'.
Ojalá y entiendas que lo único que intento decir con mis referencias erráticas y discursos de medio pelo es que espero que todo mejore, que sepas que cuando hablamos de este rincón en internet, mi casa es tu casa. No importa cada cuánto escriba y lo terribles que sean las actualizaciones del profile, que admitámoslo, lo son bastante.
Feliz Chrismukkah, Atwood. No importa cómo de mal esté el mundo, sigue siendo un placer recorrer los suburbios contigo.
No le pido demasiado a esta navidad. Que mi sobrina crezca sana, que sigamos pudiendo llegar a fin de mes, que la secuela de Star Trek sea buena. Ser más alta, menos seria, mejor hija. Mejor amiga. Publicar por lo menos un fic largo antes del final del 2013, acabar la carrera y encontrar trabajo de lo mío, de lo que me gusta. Que no se me olvide ningún cumpleaños importante, que me acuerde de escribir comentarios en las entradas que cuentan. Ser un poco más Jess Day y menos Derek Hale. Ojalá y no todo sea malo. Ojalá y al final de tu día, cuando te acuestes en la cama y estés repasando todo eso en lo que crees que has fallado, haya por lo menos un recuerdo que te haga sonreír. Ojalá y leas libros geniales, veas series francamente malas y películas reguleras, y todas te hagan un poco más feliz. Ojalá y todo lo que te pase sea bonito y si no lo es, bueno, si no lo es ojalá encuentres la fuerza para seguir adelante.
Ojalá y te acuerdes de cuatro gamberros que vandalizaron un castillo mágico en Escocia una vez hace mucho, mucho tiempo (quinientas páginas por lo menos), y de tres pardillos heroicos que no necesitaban buscar problemas porque los problemas solían encontrarles a ellos. Ojalá y los cuatro de Liverpool sean la banda sonora de tu vida, le aúlles al cielo una vez al mes y el grupo de estudio de español de tu universidad merezca la pena tanto como el mío. Que lleves con orgullo la parca en tu chaleco imaginario, creas en la munición sobre todas las cosas y las pajaritas por encima de eso. Ojalá y nunca mires a la muerte a los ojos, pero si lo haces, ojalá y te acuerdes de decirle que hoy no. Nunca. Ojalá y seas Lannister por fuera y Gallagher por dentro, que encuentres a la Ann Perkins de tu Leslie Knope, a la Joan Watson de tu Sherlock. Ojalá y tengas un Brian Kinney tras tu máscara de superhéroe gay, y Scottie te teletransporte a la Enterprise cuando tengas problemas. Pst, hey, si hace falta, yo seré tu Scottie. Tu Moneypenny, tu Wardo, la arqueóloga rubia de tu viajero en el tiempo hippie. La Lana de tu Archer. Dan Humphrey. Ojalá y tengas todo un pueblo de Twin Peaks dentro, con sus Audreys, sus Coopers, sus señoras del tronco. Ojalá y nunca tengas que ser más como Trombley y Snafu te ofrezca todos los cigarrillos del mundo. Ojalá y siempre haya una Catwoman en tu tejado y cuando estés deprimido, te acuerdes de que eres el puto Ron Swanson. Pueden quitarnos muchas cosas, Bendis, pero no pueden quitarnos el cielo. Coge mi mano, piensa en la totalidad del tiempo y el espacio, en todas partes, cualquier estrella que haya existido, ¿dónde quieres empezar?
Si todo lo demás falla, prométeme que nos encontraremos en el plató de The Hour, el 221B de Baker Street, aquella casa rosa que hace esquina en Bristol. En el cochino Harlan, de donde nunca saldremos vivos. La furgoneta de los Bluth y la espalda de Appa. En el último vagón del Expreso de Hogwarts, al lado de la ventana. Yo traeré mi gato si tú traes las ranas de chocolate y la nariz manchada. Será maravilloso, ya lo verás. La no aventura de nuestras vidas. Tú y yo, Pond, y las veces que nunca fueron. Ven, te llevaré a casa por calles secundarias. So roll me further, bitch, we pinpin'.
Ojalá y entiendas que lo único que intento decir con mis referencias erráticas y discursos de medio pelo es que espero que todo mejore, que sepas que cuando hablamos de este rincón en internet, mi casa es tu casa. No importa cada cuánto escriba y lo terribles que sean las actualizaciones del profile, que admitámoslo, lo son bastante.
Feliz Chrismukkah, Atwood. No importa cómo de mal esté el mundo, sigue siendo un placer recorrer los suburbios contigo.