i'll go backwards if you ask me

Dec 13, 2012 01:34

Déjame que empiece esta entrada dándote las gracias. No es que me haya cansado de contestar a los comentarios de ya-sabes-qué, es que tengo la sensación de que no hago más que repetirme en mis respuestas. Que no te haya contestado no significa que tu aportación signifique menos; las guardo todas aquí, en el dobladillo imaginario que llevo cerca del corazón.

Como tumblr sigue caído (buuu, Karp, buuu) y ha pasado por lo menos lustro y medio desde la última vez que publiqué algo que se acercase a fic, aquí traigo el par de drabbles que escribí para retroactiva y manisseta respectivamente en el spoil me(me).



So let it out and let it in, The Beatles, John/Paul

*

Paul se atusa el flequillo, tacha un par de estrofas, resopla cuando el piano se niega a colaborar. Odia cuando las canciones se deshilachan y no acaban de encajar, cuando la melodía no fluye entre sus dedos y chirría como una silla vieja.

Está cantando en voz alta, minutos de hey Jude, don't let me down en la oscuridad del estudio sin saber demasiado bien a quién le está hablando. A Julian y Cynthia, a lo mejor, o a sí mismo, si tiene que ser sincero. Puede que a John, porque todas sus canciones tratan siempre sobre John, de alguna manera y a distintas intensidades.

Pero pensar en John es pensar en Yoko, estos días, alejándole cada vez más de ellos, de ellos, que siempre han sido una unidad, un titán de ocho manos y pelo indomable que nació en Liverpool pero cristalizó en Hamburgo, entre garitos sucios y rock and roll, y Paul pierde el ritmo, blasfema, cierra los ojos, vuelve a empezar. Susurra hey Jude, don't make it bad donde le gustaría decir hey John, don't make it worse.

Últimamente apenas se dirigen la palabra, y cuando lo hacen es para pelear. Paul grita pero a John le basta una palabra para conseguir que se desmorone como una baraja de naipes y le enferma, que le conozca lo suficiente como para poder ejercer ese tipo de control sobre él. A veces se escupen palabras terroríficas a la cara, levantan los puños sin llegar a tocarse, se hieren como sólo los mejores amigos pueden hacerlo y Paul está convencido de que le odia, tan convencido. Pero otras, las menos, John vuelve a llamarle Macca y Paul recuerda tardes de verano estirados en su cama, componiendo canciones sobre faldas cortas y labios llenos; recuerda la mueca exacta en la cara de John cuando encontraban el ritmo perfecto y toda esa determinación temeraria después de una actuación, sus vamos a ser grandes, Paulie entre guiños bucaneros, colosales, ya lo verás. La verdad es que Paul lo recuerda todo, lo bueno y lo no tan bueno, lo francamente maravilloso y lo terrible, años de baladas, de rock y de blues. De ellos, de todos, de JohnnyPaulyRingoyGeorge.

Es tarde cuando John entra en el estudio, pelo largo y gafas deslizándose por el puente de su nariz aguileña. Paul tiene ganas de espetar "¿nos odiamos o nos queremos, John, qué va a ser hoy?", pero cuando le pregunta

- Hey, ¿qué estás escribiendo?

acaba cantando para él porque no sabe cómo no hacerlo, para únicamente cuando llega a la recta final, entona the movement you need is on your shoulder y bufa.

- Esta expresión es tan estúpida, parece que esté hablando de un loro. Tengo que arreglarla.

John se sonríe como lo ha hecho siempre, como si la vida fuera una gran broma a la que no acaba de verle la gracia. Niega con la cabeza mientras acaricia el piano.

- No, no lo harás. Es la mejor línea de la canción.

Y en eso se resume su historia, ¿verdad? Se odian pero se quieren pero se odian y siempre van a acabar aquí, admirándose el uno al otro, escribiendo juntos a regañadientes, enfadados pero incapaces de hacerlo de cualquier otra forma. Cuando se la enseñan al resto, George ríe con cansancio detrás del mástil de su guitarra y Ringo sólo se relaja cuando empiezan a tocar. Es una de las canciones más largas que han grabado, casi sin batería, y Yoko la tararea durante semanas después de oírla.

Paul odia esto en lo que se han convertido, le gustaría chillar hasta quedarse seco, vete, por qué no te vas si es eso lo que quieres, déjanos, déjame, y a mí que más me da. Pero la idea de vivir sin John se le atraganta, le aterra, abre cien posibles mundos alternativos en los que no sabría cómo vivir.

Cuando llegan al final, Paul repasa el perfil que se sabe de memoria con la mirada, arruga las cejas y piensa todo lo que escribo suena mal cuando no lo escribo contigo, canta na na na.

(fin)

Like the midnight jet from Casablanca, New Girl, Nick/Jess

*

La primera vez que le besa, Jess acaba riéndose contra su boca y Nick murmura el qué, qué pasa más malhumorado en la historia de qués malhumorados.

- Nada, nada. Es que Cece tenía razón cuando-- tus pies, Nick, ¡tus pies!

- Esto no va a acabar bien. - dice Nick mientras se pellizca el puente de la nariz en una imitación perfecta de Red Forman en Aquellos maravillosos 70. Tiene la camisa de cuadros a medio desabrochar y la cara suave, y Jess se encuentra deseando que no se hubiera afeitado esa mañana para saber qué se siente al tener ese principio de barba contra la cara, entre las piernas.

No es su culpa. Las margaritas suelen tener ese efecto en su líbido y Nick le ha besado primero, vale.

Jess se sienta sobre la mesa de la cocina de un salto, toda sonrisas de niña embustera y mejillas coloradas, separa las piernas, dice ven aquí, cara tortuga.

***

Consiguen esconderlo durante un tiempo considerable, teniendo en cuenta que Nick no sabe mentir y Jess es Jess. Lo hacen de mutuo acuerdo, un poco porque así es más divertido y otro porque no saben cómo afectaría a la dinámica del grupo.

Se besan deprisa y con mucha saliva en el sofá cuando todos se han ido a dormir, fingiendo que se han quedado en la sala de estar para ver el desenlace de Ghost Rider, como si fuera 1998 y Nicolas Cage todavía le importase a alguien. Se tocan en sitios que no estaban permitidos antes, la parte baja de la espalda, la nuca y el estómago, a ratos, por debajo de la mesa porque Schmidt no presta atención cuando está cocinando. También discuten más alto y más acalorado, aunque eso no sorprende a nadie.

Hasta una mañana especialmente lánguida, allá por noviembre, cree, no está segura, en la que Nick la besa antes de irse a trabajar, por pura inercia. Todos se quedan muy callados, mirándose con ojos desorbitados hasta que Winston pone su mejor voz de Theodore y rompe el silencio con un "y yo que creía que lo que teníamos era especial, Nick".

***

La primera vez que discuten de verdad, no como "eh, has dejado la toalla en el suelo del baño después de ducharte", sino discutir discutir, Jess acaba viendo Dirty Dancing en casa de Cece y comiendo galletas dietéticas. Cuando su teléfono vibra por séptima vez desde que llegó, Cece deja de pintarse las uñas de un color verde manzana francamente fabuloso para mirarla.

- Por el bien de todos, Jess, contesta. Si tengo que volver a escuchar The time of my life voy a dejar que Nadia os torture.

- Puedes quitarla, no me importa. Nick ha arruinado esta película para mí. Ahora me recuerda a aquella vez, sabes, cuando la cantó en el restaurante con Entrenador y Schmidt, ¿no te parece horrible? ¡Sólo Nick Miller podría arruinar a Patrick Swayze sin camiseta!

- Oh, por el amor de-- hey, Nick. Guau, vale, estás borracho. Sí, te echa mucho de menos, por favor, llévatela de aquí.

La noche acaba con Nick entonando I will love you, baby, alwaaaays a través del auricular, y Schmidt uniéndose segundos después porque estás destrozando un clásico, Miller, no sé por qué somos amigos.

Es lo suficientemente ridículo como para que lo encuentre adorable, y cuando se cruzan en la puerta del loft Jess se pone de puntillas y le besa suave en los labios, dice

- Para que lo sepas, soy más de Phil Collins.

***

Se dejan post-it amarillo chillón en la puerta de sus habitaciones. Es una tradición que empezó con Jess escribiendo "la buena noticia es que no tienes que estar nervioso para nuestra primera vez porque ya he visto tu pee-pee" y Nick contestando el equivalente a >:( en mayúsculas.

Jess las guarda todas, desde el "esto es estúpido" que Nick escribió durante las primeras semanas hasta aquella nota de Winston que decía "NO SOIS LOS ÚNICOS QUE VIVEN EN ESTE PISO". Schmidt suele redactarles una vez por semana para recordarles que todavía no les ha perdonado por hacerlo en su habitación, encima de las sábanas buenas, las de seda. Su favorita es ésa que Nick escribió después de beberse media botella de vodka, cuando aún no sabían si esto que estaban haciendo iba en serio o no, un todavía guardo aquel cupón que hiciste con la tinta emborronada.

A Jess le gusta dedicarle letras de canciones que sabe que odia y dibujar caricaturas sólo para poder espiar cómo Nick se sonríe al encontrarlas, cuando no sabe que le está mirando. Es un poco rarp y bastante ridículo, teniendo en cuenta que se ven todos los días y duermen en la misma habitación, la mayoría de veces. Muy inmaduro, eso seguro.

Las tres cualidades favoritas de Jessica Day.

***

Resulta que Nick tenía razón, aquella vez. Jess se lo diría, le diría "tenías razón aquella vez, Nick" de no ser porque entonces tendría que aguantarle fanfarroneando sobre sus dotes deductivas y su habilidad para leer a la gente durante semanas, y preferiría llevar un traje de pantalón gris a soportarle.

Pero tenía razón.

Lo suyo no acaba bien, porque no acaba.

(fin)

new girl, the beatles, mi fanfic

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