Libros atrasados “El ángel más tonto del mundo”

Aug 23, 2009 11:10


Continúo con alguno de los libros que he leído…



Título: El ángel más tonto del mundo

Autor: Moore, Christopher

Editorial: La factoría de ideas

Número de páginas: 256
Sinopsis: Falta una semana para Navidad, pero no todo el mundo es feliz en el pueblecito de Pine Cove (California). El pequeño Joshua Barker necesita con urgencia un milagro navideño. Y no es que esté moribundo, ni que su perro se haya escapado de casa: es que Josh ha visto cómo a Santa Claus le abrían la cabeza con una pala. Ahora solo anhela una cosa: que el viejo barbudo regrese de entre los muertos. Lo que no puede imaginar es que alguien esté escuchando sus plegarias... Aunque no destaque por ser, precisamente, el más listo de los ángeles.
Solo a una mente como la de Christopher Moore se le podría haber ocurrido una historia tan hilarante como esta. Sus novelas se convierten en superventas de The New York Times y se publican en más de una docena de países. El ángel más tonto del mundo ha sido comparado con el de ‘El curioso incidente del perro a medianoche’, de Mark Haddon.

Opinión personal: Me ha encantado y me ha sabido a poco, ese humor negro, gamberro y absurdo era lo que más me hacía falta, me partía de risa con las situaciones tan similares a tantas otras novelas y sin embargo tan distintas. El humor es imprescindible, algunos fragmentos chulos:
“En otro cuento navideño, Dale Pearson, malvado urbanista, misógino recalcitrante y, al parecer, cascarrabias irremediable, podría haber recibido las visitas nocturnas de una serie de fantasmas que, al mostrarle sombrías visiones de de las Navidades futuras, pasadas y presentes, provocarían en él una transformación que lo convertiría en un ejemplo de generosidad, amabilidad y sentimientos cálidos, hacia sus congéneres. Pero este no es uno de esos cuentos, así que aquí, en no demasiadas páginas, alguien va a despachar a ese miserable hijo de puta con toda la calidez del mundo. Ese es el espíritu navideño que impregnará las siguientes páginas. Ho, ho, ho.”
“Papá Noel salió de las luz cegadora hacia ella. Llevaba una linterna, ¿y qué era eso que sobresalía de su cinturón? Papá Noel tenía una pistola.”
“-Tío estas jodido.
-Yo no, tú sí que estas jodido -replicó Josh.
-Ni de coña -insistió Sam -. Soy judío, así que nada de Papá Noel. No tenemos Navidad.
-Bueno, entonces sí que estas jodido de verdad.
-Cállate, o estoy jodido. -Al mismo tiempo que lo decía, Sam se metió las manos en los bolsillos y Josh pudo escuchar cómo chasqueaba su trompo contra el inhalador de asma, lo que confirmaba que estaba jodido.”
“La mujer utilizó su pala para quitarse de en medio la linterna. Papá Noel volvió a golpearla con ella, esta vez con más fuerza, y la mujer aulló y cayó de rodilla en el hoyo. Papá Noel se echó la mano al gran cinturón negro y sacó una pistola con la que apuntó ala mujer. Ella se incorporó agitando la pala en arcos amplios y lo alcanzó en la cabeza con un sordo sonido metálico. Papá Noel se tambaleó y volvió a alzar el arma. La mujer se puso en cuclillas y se cubrió la cabeza con el aspa reforzada de la pala. El aspa subió de golpe y se introdujo bajo la barba de Papá Noel, que pronto estuvo tan roja como el traje. Soltó pistola y linterna, emitió un borboteo y cayó en un sitio donde Josh dejo de verlo.

Josh casi podía oír los sollozos de la mujer mientras salía corriendo hacia casa, con los latidos del corazón en sus oídos como campanadas. Papá Noel había muerto. La Navidad estaba perdida. Josh estaba jodido.”
“-Acabo de matar a un hombre -insistió ella.
-Ya, pero no lo has hecho aposta, ¿verdad?
-El hombre al que antes amaba está muerto.
-Es una lástima -dijo Tuck - .¿Te gusta la comida italiana?”
“Perdón navideño. Puedes perder el contacto con un amigo, no devolver las llamadas, pasar de los correos electrónicos, olvidarte de los cumpleaños, los aniversarios y las reuniones, pero si te presentas en su casa (con regalo), la norma social establece que e tiene que perdonar; tiene que actuar como si no hubiera pasado nada.”
“-Lena me cae bien - dijo Theo -. Pero usted es un psicópata.
-¿De veras lo crees? - repuso Tuck -.  La verdad es que he intentado ser útil.”
“-Oye, oye, oye, sin apuntar con el dedo. Mi mujer sigue viviendo como una reina en las islas Caimán gracias al dinero que robé honradamente al médico que se dedicaba al tráfico de órganos, mientras que el tuyo... Bueno, no creo que deba recordártelo.”

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