A Song We Left Unsung - Capítulo 18

Mar 30, 2016 16:54





Capítulo 18: Alzar vuelo


-Te he estado esperando.

Baekhyun avanzó hacia Chanyeol, quien lo llamaba con los brazos extendidos. Su voz, profunda y meliflua, sonaba a más distancia de la que realmente los separaba, y lo rodeaba un fulgor suave, etéreo. Lucía tan hermoso que al mayor casi le produjo lágrimas.

Cuando finalmente se juntaron, Chanyeol lo envolvió con sus cálidos y largos brazos mientras le plantaba besos dulces por todo el rostro. Comenzó a susurrar al oído de Baekhyun «te amo» repetidas veces, mientras se acurrucaba contra él con satisfacción.

Sin previo aviso, una fuerza invisible empezó a jalar de Baekhyun, apartándolo del abrazo cómodo, cariñoso. Intentó oponerle resistencia con todas sus fuerzas, pero sea lo que fuere, era demasiado poderosa.

-No -protestó-, no quiero… ¡No quiero irme!

Miró hacia atrás, incapaz de hacer nada, para ver a Chanyeol ahí, de pie y con los brazos extendidos, y una sensación de tristeza desesperada se apoderó de él cuando su mundo entero se tornó negro.

* * *

Cuando Tao finalmente llegó al edificio de Baekhyun, lo vio todavía sentado en su auto estacionado afuera, con la cabeza reposando sobre el volante. Parecía haberse dormido.

Él alzó la mirada, sobresaltado, cuando su amigo golpeó el cristal.

-Baek, ¿qué haces ahí?

Tao abrió la puerta y le tendió una mano para ayudarlo a bajarse del asiento. El otro colapsó en sus brazos y de inmediato comenzó a llorar a los gritos. Tao le frotó la espalda y le palmeó la cabeza suavemente.

-Oh, Baek, pobre cosita…

-Acabo de soñar con él -sollozó Baekhyun-, y fue tan real, y se veía tan hermoso, pero luego algo apareció y nos separó a la fuerza, y yo lo amo, lo amo tanto…

-Shh. Está bien, ya estoy aquí.

Tao sostuvo en brazos a su amigo hasta que el llanto doloroso se tornó unos sollozos más acallados. Le sugirió entonces que fueran a dar una vuelta para que se le aclarara la cabeza y, si tenía ganas, ponerlo al tanto de lo que había pasado.

Apenas estaba empezando el otoño, pero el aire estaba frío, y ambos se alegraron de estar usando chaquetas. Caminaron de la mano, y finalmente Baekhyun dejó de llorar el tiempo suficiente para contarle a Tao de su día.

Él no dijo nada. Solo dejó que su amigo hablara, asintiendo para hacerle saber que estaba escuchándolo, y cada tanto le daba un apretón alentador en la mano. Para su sorpresa, Baekhyun se sintió mejor al poderse descargar con alguien dispuesto a oírlo, sin que le ofreciera consejos no solicitados ni palabras de compasión no deseadas.

-Si quieres puedes irte… ya sabes, cuando volvamos a casa -dijo Baekhyun mientras continuaban su paseo ocioso por el vecindario-. Estaré bien. Suficientemente malo es que Chanyeol y yo no vayamos esta noche, y no quiero que te pierdas la cena de Luhan, sobre todo por el esfuerzo que le puso. De por sí ya estás llegando tarde.

-Baek, no hay problema. ¿Cuántas veces te has quedado conmigo mientras yo lloraba por esto o por aquello? Demasiadas, imposibles de contar. En fin, Luhan es muy comprensivo. De hecho, no hizo más que apoyarme cuando le dije que vendría a ver cómo estabas. Él también se preocupa mucho por ti…

Baekhyun negó con la cabeza.

-Por favor, Tao. En verdad quiero que vayas. Te agradezco muchísimo que hayas venido, aunque sea un ratito. No pasará mucho hasta que Kyungsoo llegue a casa, y creo que podré arreglármelas hasta entonces. Hazme un favor y lleva contigo mis cupcakes; me parece que terminaron en el piso del auto, así que tal vez estén algo aplastados, pero no se salieron de la caja. No quiero que terminen desperdiciados tras haberme pasado el día horneando.

Tao suspiró y aceptó a regañadientes.

-Bueno… de acuerdo. Pero solo si te hace feliz.

Pasaron por una tienda de regreso y Tao frenó para ingresar.

-¿Podemos pasar un momento? Quiero llevar conmigo algunas bebidas, será rápido.

Eligió una caja de cervezas y la acercó al mostrador. Mientras esperaban a que el empleado la embolsara, sus ojos pasaron por el exhibidor con dulces, estratégicamente colocado cerca de la registradora.

-Oh, me encantaban estos de niño -comentó Tao con emoción mientras tomaba un huevo Kinder. Baekhyun asintió.

-También a mí.

-Compraré uno. Para ti también. Por los viejos tiempos.

Cuando Tao hubo pagado, se fueron a sentar en una de las mesitas afuera del negocio, ensamblando las sorpresas contenidas en sus huevos.

-¿Qué te tocó a ti? -inquirió Baekhyun con curiosidad, mirando el juguete de su amigo.

-Un avión -contestó el otro, girando la pequeña hélice con los dedos-. ¿Qué se supone que es el tuyo?

Baekhyun jugueteó con el revoltijo de partes plásticas en sus manos, que había armado de cualquier modo. No le recordaba a nada familiar.

-No estoy del todo seguro, sinceramente. Según la imagen, se supone que es un camión. Creo que leí mal las instrucciones…

Tao se rió con suavidad.

-Dame, lo arreglaré por ti.

-¿Sabes? -habló Baekhyun, reflexivo, mientras se lo entregaba-, solía encantarme coleccionar estos juguetitos bobos. Tanta ilusión contenida en una pequeña cápsula plástica… Si tan solo pudiese regresar a la época en la que algo tan insignificante me hacía tan feliz. Pareciera que, una vez que llegas a la adultez, los buenos tiempos son más difíciles de encontrar y vienen con menos frecuencia, y de vez en cuando se apila tanta mierda junta que no crees poder sortearla.

-Sí -coincidió Tao-, básicamente es así para todos, creo. Es una parte desafortunada que conlleva crecer.

Deslizó la figurita enmendada de regreso hacia Baekhyun.

-Sin embargo -prosiguió-, me encuentro con que, incluso en momentos donde no creo poder superar algo, al final siempre consigo alzar vuelo.

Estiró un brazo por encima de la mesa, haciendo planear con un zumbido su avioncito rojo por encima de la cabeza de Baekhyun, sujeto entre sus dedos, antes de hacerlo aterrizar sobre aquellos revueltos mechones castaños. El otro chico puso un puchero y se lo quitó con una sacudida. Tao dejó escapar una risita y lo agarró.

-Si ese avioncito puede, entonces tú también. Solo tienes que darle tiempo.

Baekhyun asintió, sumido en sus pensamientos.

Se pusieron de pie para irse y Tao rodeó la cintura de su amigo con su brazo, tranquilizador, mientras se dirigían a casa.

* * *

Kyungsoo regresó del trabajo un poco más tarde aquella noche para encontrarse a su compañero de cuarto echado en el sofá. Miraba El diario de Bridget Jones y lloraba como un bebé.

-Baek, ¿por qué lloras? Ya viste esta película mil veces…

-Lo que dijo ella recién… me va a pasar a mí -lloriqueó Baekhyun, señalando a la desafortunada mujer en pantalla. Estaba tirada en un sofá con aspecto patético, tal como él-. Yo seré quien muera gordo y solo, y tú regresarás un día a casa para encontrarte conmigo a medio devorar por un Pastor Alemán…

Kyungsoo lo miró, confundido.

-Baekhyun, ni siquiera tenemos un Pastor Alemán… ¿qué ocurre?

-Rompió conmigo, Kyungsoo. -La respuesta llegó muy apagada porque Baekhyun tenía la cara enterrada en uno de los cojines.

La expresión de Kyungsoo se ensombreció.

-Oh, Baek… lo lamento tanto. Habría venido antes a casa de haber sabido que estabas aquí solo…

Se subió al apoyabrazos del sofá y le acarició al otro el cabello, consolándolo. Baekhyun terminó por levantar la cabeza nuevamente, con cierto grado de dificultad. Tenía el rostro rojo e hinchado debido al llanto.

-Está bien. De todos modos, Tao me hizo compañía hasta no hace mucho… pero luego yo me sentí mal por que se estuviera perdiendo la cena de Luhan, sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que cocinaron y todo eso, así que hice que se marchara.

-Ya veo. Bueno, al menos alguien estuvo contigo parte del tiempo. ¿Te dijo Chanyeol por qué? Sé que las cosas han estado un poco tirantes entre ustedes, pero ni en un millón de años me habría imaginado que esto iba a pasar.

-Solamente me dijo que ya no podía seguir con esto… que no era justo para mí, y que él se sentía demasiado presionado. Eso fue lo esencial, al menos. Yo estaba demasiado ocupado sintiéndome devastado como para retener lo que sea que me estuviera diciendo.

Kyungsoo suspiró, preocupado. Odiaba ver a su amigo tan desconsolado, pero no sabía cómo confortarlo. Era una persona demasiado realista como para andar endulzando sus palabras, y sabía que igual sería mejor para Baekhyun que le dijera las cosas como son.

-Sé que esto es muy duro para ti, Baek, pero Chanyeol ya no es la persona que era antes del accidente. Las experiencias traumáticas pueden cambiar dramáticamente a la gente, y no siempre regresan a ser como eran, así que trata de no depender ni tener muchas esperanzas en una reconciliación. No te estarás haciendo ningún favor.

Se levantó para irse a sentar a la mesa y frunció el ceño al notar unas pocas muescas en la madera. Se aproximó para inspeccionarlas más de cerca.

-¿Qué son estas marcas en la mesa? Parece como si alguien hubiera estado arañándola…

Baekhyun se sentó con lentitud y se removió con incomodidad en el asiento, rememorando más de una ocasión en la que Chanyeol le dio placer sobre esa misma mesa sin el conocimiento de su compañero.

Sin darse cuenta, se descubrió suspirando con añoranza ante el recuerdo de enterrar las uñas en la superficie de madera mientras que unos suaves, carnosos labios bajaban por su cuerpo desnudo provocándolo, moviéndose más y más hacia el sur hasta…

-¿Baekhyun?

Su efímera fantasía se vio interrumpida por el sonido de la voz confundida de Kyungsoo. Tragó, nervioso.

-No, eh, no tengo idea… cómo se hizo eso ahí.

El otro no estaba enteramente convencido, pero decidió que aquel no era el momento para insistir.

-En fin… Tal vez Chanyeol realmente esté haciendo esto por ti, aunque no estés de acuerdo. Probablemente solo esté intentando ahorrarte que lo veas deteriorarse. Así que tienes que tratar de seguir adelante y ser feliz, tanto por su bien como por el tuyo.

Baekhyun se sujetó la cabeza con las manos, desesperado.

-Lo sé… sé que tengo que seguir con mi vida. Pero me siento tan perdido y vacío, y tan… incompleto. Esto no puede ni compararse con perder una extremidad, Kyungsoo. Es como si hubiese perdido el corazón. Honestamente me siento como si la persona a la que amé más que a nada en el mundo se hubiera muerto. Pero es incluso peor que eso, porque sigue vivo. Sigue vivo y me hace tanto daño, y no puedo estar para él porque ya no me quiere.

-Ya vas a superar esto, Baekhyun. Es difícil de creer ahora, pero ve de a un día a la vez. Cuando mínimo, la experiencia te fortalecerá. Y no te preocupes mucho por Chanyeol; es un adulto, al fin y al cabo. Puede cuidarse solo.

Baekhyun se puso de pie y estiró sus miembros, tensos y adoloridos.

-Sí… lo sé. En fin, me voy a dormir. Ha sido un día demasiado largo y exhaustivo, en mucho sentidos.

-Coincido. Ve a descansar un poco. Y… ¿Baek?

-¿Sí?

Kyungsoo hizo un gesto como de festejo, dando un codazo hacia el aire con el puño cerrado.

-Fighting.

Él asintió y replicó el ademán.

* * *

Mientras se empezaba a desvestir para ir a la cama, Baekhyun sintió algo pequeño y duro en uno de los bolsillos laterales de su chaqueta. Perplejo, metió la mano para ver qué era.

Tenía en la palma el pequeño avión plástico de Tao.

Lo giró entre sus dedos y, por primera vez en ese día, sonrió.

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