CAPÍTULO6 | Tierra
El gélido aire le hiela el rostro a Sehun mientras cruza el puente hacia la zona adinerada de la ciudad. Se sube más el cuello de su abrigo para evitar que alguien lo reconozca y hunde sus manos en los bolsillos para calentarlas.
Una vez dentro de la casa, la sorpresa en su rostro resulta evidente cuando su mentor lo voltea, cambiándolo de su posición habitual, y en su lugar lo pone mirando hacia el lado opuesto, con sus genitales balanceándose encima de la cara del hombre mayor. Se sonroja intensamente, y luego se estremece al darse cuenta de que eso significa que estará enfrentado a Hana. Su mentor quiere la atención de ellos dos a la vez.
Ambos le lamen incesantemente la piel, y Sehun gime cuando el hombre lo abre y siente una lengua en el más pecaminoso de los lugares. Brevemente se pregunta por qué su mentor tendrá interés en hacer aquello, antes de que la lengua se vuelva más entusiasta y sus brazos pierdan la fuerza, y no puede detener los sonidos que escapan de su boca. El órgano del mayor pulsa con cada gemido erótico de su pupilo.
Sehun odia cuán excitado se encuentra debido a aquella única acción. Quiere que Luhan sea el único que haga a su cuerpo responder así, pero lo único que consiguen los lujuriosos y húmedos sonidos es que deslice sus caderas hacia atrás en busca de más de aquella sensación increíble.
Se muerde con fuerza el labio para mantener a raya el flujo de gemidos y suspiros porque sabe que lastiman a la mujer frente a él.
-L-lo... nghh... siento t-tanto -consigue articular, y ni siquiera nota cuando un pequeño hilo de sangre corre por su mentón por haberse mordido con demasiada fuerza.
Hana suelta la carne enrojecida en su delicada mano con ojos tristes. Se acerca a Sehun, quien se muerde el labio lastimado otra vez para prevenir que cualquier sonido ordinario sea liberado directo hacia su oído.
-No, soy yo quien lo siente -susurra ella, y sus ojos color avellana están llenos de nada más que tristeza y lástima mientras le limpia la sangre del mentón con el pulgar.
Sehun no la conoce tan bien, pero siempre que se ven forzados a estar en aquellas situaciones juntos, la mujer se muestra increíblemente preocupada por él cuando las cosas se vuelven demasiado incómodas o cuando su esposo es demasiado duro. Piensa que será una muy buena madre, si es que algún día consigue quedar embarazada.
Cuando su mentor termina y queda profundamente dormido, los dos se cubren con la sábana y se quedan viéndose por un largo período de silencio.
-Creo que algo anda mal con él -susurra Hana de pronto, apartándose los húmedos mechones de cabello de su frente-. Hemos estado tratando de tener un hijo por tanto tiempo... Sospecho que es estéril. Yo tuve un hijo con otro hombre cuando era más joven, así que sé que no soy la culpable como él me dice.
Sehun se sorprende ante aquella repentina muestra de franqueza y su coraje para contarle detalles tan íntimos de su vida. Siente curiosidad sobre su hijo anterior, pero decide que ahora no es el mejor momento para preguntar.
-Sin embargo, si pudiera conseguir que otra persona... me dejara embarazada...
Sehun abre la boca y la observa con ojos amplios y aterrados.
-¿Y-yo? -tartamudea, y ella asiente ligeramente. Se aparta un poco y niega con la cabeza, incrédulo-. No puedo.
Hana vuelve a asentir y le acaricia el brazo para apaciguarlo.
-Sé que es un pedido absurdo, pero si quedara embarazada toda esta relación tan retorcida que tenemos finalmente terminaría. Además, si fueras tú levantarías la menor cantidad de sospechas. -Sehun aún luce aterrado, así que agrega apresuradamente: -Te pagaría bien, también. La cantidad que quieras la duplicaré. Sólo necesito que esto termine pronto. Ambos lo necesitamos.
Lo mira con ojos suplicantes, y Sehun asiente temblorosamente.
-Tendré... tendré que pensarlo.
Sehun le pasa distraídamente los dedos por el cabello a Luhan y le masajea el cuero cabelludo mientras que la confusión interna lo carcome por dentro. Apenas registra los suaves labios de Luhan en su cuello, lo cual alerta al otro de que algo está mal, porque sabe con seguridad que una de las cosas favoritas de Sehun son los besos allí. Usualmente el más joven suele hacer lo que Luhan le dice, pero ahora no obtiene nada más que unas pocas palmadas en la cabeza.
-Dime qué ocurre -le pide, entre suaves roces de labios contra la pálida piel, y sus ojos se elevan para ver la reacción de Sehun.
-Quiere que tenga sexo con ella.
Luhan produce un débil sonido de sorpresa contra la nuez de Adán del otro.
-Por favor explícate.
Sehun suspira con pesadez y rueda para alejarse de él. Se siente tan desagradable que no puede soportar mirar al otro a los ojos. Una pequeña sonrisa adorna sus labios cuando siente el brazo de Luhan rodeándole el torso. Es tal como aquella vez cuando le reveló su pasado, sólo que ahora es mucho más diferente. Esta vez el mayor no tiene miedo de hacer lo que quiso hacer la última vez. Sus cuerpos se complementan perfectamente y, con esa silente muestra de apoyo de Luhan, Sehun encuentra la fuerza para permitirle a las vergonzosas palabras abandonar su boca.
-La esposa de mi mentor... -Se asegura de no revelar su nombre o identidad. -Antes, esta semana, cuando estaba... «auxiliándolos», me hizo una propuesta.
Sehun le describe su conversación con Hana, y puede sentir a Luhan tensarse a su lado.
-El chico sería repudiado -dice el mayor tras lo que se siente como una eternidad de silencio.
-No planeamos contarle a nadie que no es de él -responde Sehun.
-Entonces... ¿ya has decidido que lo harás?
Sehun vuelve a girarse para mirar a Luhan, quien alza su cabeza y la coloca en la curva entre el cuello y el hombro de Sehun.
-No he decidido nada todavía. Por un lado es completamente absurdo y deshonroso. Si cualquiera se enterase... Sin embargo, por otra parte, si me pagara como discutimos, tendría el suficiente dinero para que mis padres vivan cómodamente por un largo tiempo. No tendría que regresar jamás porque ya tendrían al hijo que necesitan.
Tras otro prolongado lapso de silencio, Sehun deduce que Luhan se durmió. Sonríe para sí y le despeina el cabello. Siente en respuesta que unos dedos se aferran al material de su camisa.
-¿No lo ves? -susurra Luhan suavemente-. Jamás te librarás de él. Si en verdad es estéril y no embarazas a su mujer, el interminable ciclo de complacerlo y ganar dinero para tu familia no hará más que continuar. Y si le ayudas a tener un hijo, el hombre aún te mantendrá cerca suyo. Eres tonto al pensar que te dejará ir luego de eso. Se quedará contigo porque ella estará ocupada con su hijo, y es un hombre con necesidades y urgencias. Si te niegas, tiene muchas cosas para usar en tu contra y chantajearte, y tú y tu familia quedarían arruinados. De cualquier forma seguirás siendo suyo.
Sehun quita los dedos de Luhan de su camisa y se avergüenza cuando unas lágrimas tibias comienzan a caerle por el rostro. Odia ser tan débil y llorar como un niño con tanta facilidad.
-¡No soy suyo! -brama con furia, y rueda para colocarse encima de Luhan. No sabe por qué está dirigiendo su enojo hacia la única persona que ama. Tal vez sea el hecho de que lo que dice es cierto, sin importar cuánto quiera negarlo. Sehun libera otro sollozo estrangulado y le presiona al otro los brazos contra la cama, por encima de su cabeza.
»No soy suyo -repite, esta vez más tranquilo-. Sólo soy tuyo, Luhan. Siempre lo seré.
Luhan levanta la vista hacia él con una expresión que Sehun no logra descifrar.
-La vida no es ni tan bondadosa ni tan simple.
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