Título: Prueba de Aurores
Reto: #9
Pairing: Drarry
Rating: G
Advertencia: Ninguna
Género: Slash
Disclaimer: Todo absolutamente todo es de Rowling, excepto el Drarry... que aunque para Tom Felton sea muy real, algunas británicas estúpidas no opinan lo mismo.
PRUEBA DE AURORES
Era tarde y debía dormir porque el siguiente seria un día muy largo. Por fin se enfrentaría a lo que llevaba buscando durante aquellos dos años. Por fin haría su último examen para ser auror. Después de eso, nadie, absolutamente nadie le miraría por encima del hombro jamás. Ya no sería Draco Malfoy ex - mortífago, seria Draco Malfoy el auror.
Se levantó temprano con la sensación de que no había descansado suficiente, había tenido una pesadilla, pero prefería no recordarla, tenía que estar tranquilo y sobrio durante el examen, ya que sería práctico y no quería que absurdas imágenes se colaran en su mente mientras tenía que combatir lo que fuese que el ministerio había decidido incorporar al examen.
Desayuno a conciencia y se enfundó su túnica de la academia, se peinó y se miró al espejo antes de decidir que estaba impecable y que iba a arrasar durante el examen.
Llegó temprano, solo había dos o tres aurores allí. Buscó con la mirada, pero no había nadie con quien le interesase charlar antes del examen. Se alejó de Perkins que estaba poniendo a media cuadrilla nerviosa. “Como si aquel maldito examen fuese uno de pociones de Snape” estaba relativamente tranquilo, se había enfrentado a cosas peores. Dudaba que encontrasen a un animal o criatura peor que Greyback cuando estaba enfadado.
-Bien - dijo una voz que lo sacó de su ensimismamiento - comenzaremos en diez minutos. El procedimiento será el siguiente: habrá cinco pruebas, puesto que ustedes son diez las harán por parejas. Cada pareja entrará en una habitación y se enfrentara a lo que haya dentro. Cuando ambos hayan pasado la prueba, se abrirán dos puertas delante de ustedes, cada uno pasará por una que les conducirá a la siguiente prueba con otro compañero. Como verán debido a que cada uno puede elegir la puerta que quiera, las parejas serán aleatorias. Solo espero que sean lo suficientemente inteligentes para darse cuenta de que está encantado, así que ninguno se librará de ninguna de las pruebas, por lo tanto espero no tener que oír que nadie discute sobre porque puerta pasar.
Draco resopló, eso significaba que quizás no tendría que enfrentarse con compañeros a los que no tenía ganas de ver. Soltó aire súbitamente y desenfundo su varita. Iba a ser el mejor, nadie iba a arrebatarle el primer puesto de aquella prueba. Era un Malfoy, por Merlín, no había nada que le diese miedo.
La primera prueba fue la más fácil, un dementor, menuda tontería, sabía hacer un patronus desde la primera semana en la academia, y lo habría aprendido antes si no hubiese perdido su séptimo año escolar con otras estupideces. Pero le dio pena el pobre Silverstone, su patronus era una absurda rata de campo… Nada que hacer frente a su halcón.
La segunda fue gente del agua que intentaron camelárselo de una forma increíble. Estuvo apuntito de ir con ellos, pero por suerte, logro lanzar un hechizo silenciador que lo salvo por los pelos. Aunque tuvo que admitir que su compañera, Richarson, lo hizo algo mejor que él. Pero bueno, aun le quedaban tres pruebas más.
La tercera fue sencilla para él, porque a priori un inferí no era algo que le fuese desconocido. Le impactó, pero no se asustó en ningún momento. Logró derrotarlo con premura y lo dejo listo para su compañero que casi vomita al verlo.
Pero lo peor vino en la cuarta prueba, y no fue precisamente por la criatura. Sabía que tenía probabilidades que encontrárselo, pero después de la impresión del inferí, aquello le pillo un poco por sorpresa. Lo miró un instante y luego giró la cara.
-Potter - saludo con desagrado.
Este resopló enormemente y ni siquiera contesto.
A los pocos segundos, un humo negro y denso comenzó a cobrar forma delante de ambos aprendices de aurores. Harry se echo inmediatamente hacia atrás, por instinto. Y de repente, casi se cae al suelo cuando contempló lo que tenia ante sus ojos. Era él, él mismo; había visto algo parecido hacia cuatro años, cuando Ron había destruido el horcrux, solo que esta vez, no era Hermione con quien se estaba besando si no con Lawrence, su compañero de academia, ese con el que Draco siempre…
-Espera - dijo mientras el otro lanzaba el riddikulus - ¿por eso llevas días sin hablarme?
Draco tenía la cara más roja que Harry jamás le hubiese visto, ni siquiera se atrevía a mirarlo.
-¿Crees que me estoy acostando con él? ¿En serio? - parecía indignado.
-No es que lo crea, Potter, es que pienso que pasas demasiado tiempo con él, siempre quedáis después de las clases, hacéis cosas juntos…
-Joder, Draco, es solo un compañero, sabes de sobra que eres el único; que no hay nadie más en ese aspecto de mi vida… y deja de llamarme Potter de una maldita vez.
Draco decidió que no tenía ganas de seguir oyéndolo y se giro para abrir la puerta; Harry se cruzo de brazos, en ese momento y el boggart comenzó de nuevo a cambiar de forma transformándose en algo que Draco no supo bien como describir, era Harry también, pero estaba de pie, solo y triste, mal… no sabía cómo explicarlo, pero parecía que una manada de dementores le habían absorbido toda la alegría. Estaba igual que en ese instante, con la misma vestimenta, el mismo pelo desastroso…
-¿Qué se supone que es eso? - dijo algo intrigado.
-¿No te das cuenta? - le pregunto el moreno mirándolo con los brazos cruzados - ¿no ves que haya algo ahí que no tenga?
Draco negó con la cabeza y entonces, el otro resignado levanto un brazo, en su muñeca podía verse una preciosa pulsera de plata labrada donde también podían leerse las iniciales de ambos.
-Me la regalaste cuando hicimos dos años, me dijiste que solo si dejabas de amarme iba a poder quitármela. Que solo saldría de mi muñeca en el instante en que no me quisieras a tu lado.
Draco se quedo callado y miró de nuevo al boggart, efectivamente, la única diferencia era que el Harry falso no llevaba aquella pulsera.
Lo único que pudo hacer al respecto, fue acercarse a él y besarlo frenéticamente, acariciarle la espalda y abrazarlo fuerte.
Puede que fueran los dos aurores más valientes del ministerio y dos de los magos más poderosos, pero también tenían miedos como todos los mortales y esos miedos eran a su vez, lo más cálido y tierno que Draco Malfoy había tenido nunca.