Reto #3: Fanfiction
Uno antes de almorzar (:
Título: Completamente Malfoy
Reto: #3
Personaje: Albus S. Potter
Género: Gen
Clasificación: PG
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc.
COMPLETAMENTE MALFOY
Cuando Albus conoció al padre de su mejor amigo, pensó muchas cosas de él. Primero pensó que era muy diferente a como su familia le había dicho que era, pues aunque no hablaban mal de él (y de los Malfoy en general), nunca habían dado señas de que les agradara demasiado. Albus pensó, muy acertadamente, que la percepción que tenía su familia sobre los Malfoy, y sobre el señor Draco en especial, era porque no habían tenido la oportunidad de conocerle bien.
No es que él lo conociera mucho, pero llevaba unos cuantos años visitando la casa de los Malfoy durante las vacaciones, y le parecía que todos en aquel lugar eran muy agradables. La señora Astoria era dulce a su manera y la señora Narcisa, abuela de Scorpius, era una mujer muy interesante. Pero era sin duda el señor Malfoy con quien más le gustaba hablar, después de su amigo claro está. Albus pensaba que Draco Malfoy era un hombre muy elegante.
Tenía el porte propio de la aristocracia y de quien se sabe, quizá no superior a otros, pero sí lo suficientemente digno para caminar así. Sus movimientos, desde la forma para tomar la pluma y escribir, hasta el modo de sujetar los cubiertos, le parecían únicos, completamente Malfoy. Su ropa era elegante, y cuando vestía ropa casual no dejaba de lucir así.
No obstante, lo que sorprendía e intrigaba a Albus, más allá de la personalidad del señor Malfoy o de sus respuestas inteligentes para toda ocasión, era su cabello. Era de un color rubio platinado que llamaba la atención de cualquiera que lo mirase y lucía tan sedoso que Albus siempre, desde que había visto por primera vez a Draco Malfoy en su primer año del colegio, pensó que sería muy agradable de acariciar. No como su cabello o el de su padre, que parecía tener voluntad propia y no se dejaba peinar.
Se sentía tonto por eso, también sabía que sus pensamientos sobre el cabello del padre de su mejor amigo (y que esperaba pronto fuera algo más) podían dar rienda suelta a otras interpretaciones. Pero a sus diecisiete años siempre que veía al señor Malfoy seguía sintiendo esas ganas tremendas de pasar la mano por su cabellera, sólo para comprobar que era tan suave como parecía serlo. Y es que era inevitable, Draco Malfoy simplemente tenía el cabello perfecto.
Título: Completamente Malfoy
Reto: #3
Personaje: Albus S. Potter
Género: Gen
Clasificación: PG
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc.
COMPLETAMENTE MALFOY
Cuando Albus conoció al padre de su mejor amigo, pensó muchas cosas de él. Primero pensó que era muy diferente a como su familia le había dicho que era, pues aunque no hablaban mal de él (y de los Malfoy en general), nunca habían dado señas de que les agradara demasiado. Albus pensó, muy acertadamente, que la percepción que tenía su familia sobre los Malfoy, y sobre el señor Draco en especial, era porque no habían tenido la oportunidad de conocerle bien.
No es que él lo conociera mucho, pero llevaba unos cuantos años visitando la casa de los Malfoy durante las vacaciones, y le parecía que todos en aquel lugar eran muy agradables. La señora Astoria era dulce a su manera y la señora Narcisa, abuela de Scorpius, era una mujer muy interesante. Pero era sin duda el señor Malfoy con quien más le gustaba hablar, después de su amigo claro está. Albus pensaba que Draco Malfoy era un hombre muy elegante.
Tenía el porte propio de la aristocracia y de quien se sabe, quizá no superior a otros, pero sí lo suficientemente digno para caminar así. Sus movimientos, desde la forma para tomar la pluma y escribir, hasta el modo de sujetar los cubiertos, le parecían únicos, completamente Malfoy. Su ropa era elegante, y cuando vestía ropa casual no dejaba de lucir así.
No obstante, lo que sorprendía e intrigaba a Albus, más allá de la personalidad del señor Malfoy o de sus respuestas inteligentes para toda ocasión, era su cabello. Era de un color rubio platinado que llamaba la atención de cualquiera que lo mirase y lucía tan sedoso que Albus siempre, desde que había visto por primera vez a Draco Malfoy en su primer año del colegio, pensó que sería muy agradable de acariciar. No como su cabello o el de su padre, que parecía tener voluntad propia y no se dejaba peinar.
Se sentía tonto por eso, también sabía que sus pensamientos sobre el cabello del padre de su mejor amigo (y que esperaba pronto fuera algo más) podían dar rienda suelta a otras interpretaciones. Pero a sus diecisiete años siempre que veía al señor Malfoy seguía sintiendo esas ganas tremendas de pasar la mano por su cabellera, sólo para comprobar que era tan suave como parecía serlo. Y es que era inevitable, Draco Malfoy simplemente tenía el cabello perfecto.