Reto: #17, “Nadie puede ayudarme”
Autor: Alyx_93
Título: Socorro mudo.
Personajes: Draco/Harry.
Raiting: T
Género: Creo que no llega ni a slash… bueno, venga, pre-slash.
Disclaimer: Draco y Harry y demás no me pertenece, todo es de Rowling, si fuera mío, los querría más (juntitos siempre ;) ).
Otros: No sé si éste será mi último reto cumplido, pero aquí sigo. Para ser la primera vez que asisto a algo como esto, tengo una impresión tan buena. ¡Este buen rollo se contagia! ¡¡¡Me lo he pasado pipa!!! Espero que haya otra convocatoria similar muy prontito. Administradoras, que tanto lleváis sin dormir, gracias por vuestro valiosísisisimo tiempo y por vuestra impecable imaginación.
P.D.T: Este fic me delata: Amo cargarme el final de Rowling de vez en cuando, aunque ame su mundo y a sus personajes.
Socorro mudo
________________________
Nadie podía ayudarle.
Era él, solo, ante el peligro. Ese peligro que parecía no querer abandonarlo.
Se reclinó contra el lavabo. La corbata descansaba en el suelo, prisionera de un charco de agua. Se miró en el espejo. La imagen fue tan fantasmagórica que una lágrima descendió por su pálida mejilla. Ésa que parecía casi etérea.
Odiaba eso. Detestaba aquello en lo que se había convertido. Pero, lo que aborrecía en demasía, era esa marca en su antebrazo derecho. Marcado como un elfo doméstico. Como un animal que está en un rebaño y no tiene ni voz ni voto.
Su padre lo había ofrecido al Lord como un trozo de carnaza. Como un muñeco de trapo.
Su puño golpeó el espejo haciéndolo añicos. Los dedos empezaron a sangrar rápidamente. ¿Pero, acaso su corazón no estaba peor y seguía viviendo?
… La pregunta no es ésa. La pregunta sería: ¿Hasta cuándo?
¿Cuándo terminaría aquello? ¿Cuándo podría decidir lo qué quería hacer? ¿Lo que quería amar y lo que quería odiar?
¿Por qué nunca le había dado a elegir?
Siempre le habían dicho: sigue recto. Jamás le habían dicho: pero puedes torcer a la izquierda o a la derecha si lo deseas. Su sino siempre había estado marcado. Escrito en cruda y arcana sangre.
Escuchó unos pasos acercándose. Los ojos grises, empañados en lágrimas, levantaron la mirada totalmente desnudos. Sin ninguna máscara.
Harry Potter estaba detrás de él. Tenía una mirada confusa y parecía traspasarle el alma. La varita residía en su mano derecha.
Draco dejó que un sollozó se escapara de su garganta. No podía más. Necesitaba algo a lo que agarrarse. Algo seguro y que no le hiciera más daño.
- Nadie puede ayudarme - le dijo con la cara rosada por el llanto - Nadie puede ayudarme. Nadie puede ayudarme…
Siguió repitiéndolo mientras se dejaba a caer, sin fuerzas, al suelo del baño.
Harry, abrumado y mortalmente empático, guió sus pasos al tembloroso cuerpo. Él conocía ese sentimiento. El de sentirse como una pieza de ajedrez en un torneo que tú ni siquiera has querido jugar.
Algo hizo que se agachase y que pasase los brazos rodeando el cuerpo de Draco. Ese algo también le ayudó a susurrar palabras de consuelo en vez de lanzar el “Septumsempra”.
Permanecieron largo tiempo entrelazados. Unidos. Compartiendo penas y dolores. Manteniéndose erguidos a pesar del tormentoso valle de sentimientos.
Cuando Draco levantó la cabeza y Harry le miró a los ojos, sólo puedo llegar a afirmar:
- Yo sí puedo ayudarte y voy a hacerlo.
Lo arrastró al despacho de Dumbledore y le habló al viejo director de una nueva oportunidad para Draco.
…Las grandes historias suelen escribirlas grandes héroes. La historia que continua a ésta, está escrita por Harry Potter y Draco Malfoy.