Título: Weapon
Pairing: Harry / Draco + Blaise
Género: Slash
Clasificación: T (aunque no estoy segura)
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc.
Autora: Sui
Beta: Cydalima Faëlivrin
Weapon
Se aferró con fuerza al lavabo mientras se mordía los labios para tratar de contener los sollozos que amenazaban con delatarle.
―Te odio…― gimió con desesperación y su labio continuó sangrando, tiñendo de rojo sus labios.
Lo había visto, Harry Potter y la Comadrejilla Menor besándose. Las náuseas que desde segundos antes lo atormentaran, incrementaron; y las lágrimas escaparon de sus ojos antes de que pudiera reprimirlas, aun cuando se mordía los labios para aguantar y no hacerlo.
Harry, la persona que amaba, le había traicionado.
Escuchó los fuertes golpes en la puerta y se puso en guardia, apuntando con su varita hacia la puerta.
―¡Draco! ¡Abre la puerta!― escuchó la voz de Harry, gritando desde el otro lado mientras seguía golpeando la puerta.
―¡Lárgate!―gritó―. ¡Lárgate!― repitió con agonía y su mano tembló por los incontrolables nervios, pues aun cuando quería verlo no se atrevía a hacerlo.
―¡Abre la puerta! ―exigió el pelinegro desde el otro lado―. ¡No me obligues a volarla en pedazos, Draco!
Draco enmudeció ante la amenaza pues sabía que Harry era bastante capaz de cumplirla, sin embargo la rabia era tanta que no se inmutó ante ello y decidió esperar hasta que Potter finalmente perdiera la paciencia y decidiera marcharse o hacer lo que había dicho. Pasaron unos momentos de aparente tranquilidad, hasta que la puerta frente a él estalló.
Justo frente a él se encontraba la razón de su sufrimiento, y la cólera volvió a invadirle las entrañas.
―¡Depulso!― gritó.
―¡Protego!― respondió Harry, desviando su hechizo―. ¡Expelliarmus!― exclamó, tomándolo desprevenido y desarmándolo en un instante.
Draco observó a Harry y pese a que se esforzó por no hacerlo ―Merlín sabía lo mucho que se había esforzado―, lágrimas de impotencia comenzaron a surcar su rostro; aún contra su voluntad y giró sobre sus talones, para que al menos así, Harry Potter no lo humillara más al presenciar su llanto. Estuvieron en silencio unos momentos, hasta que pudo controlarse y voltear una vez más para poder hablar nuevamente, cosa que le resultó realmente difícil.
―¿Qué quieres?― preguntó con la voz más tranquila que pudo encontrar.
―Yo... Lo que pasó...― balbuceó Harry.
―Tan elocuente como siempre, Potter ―dijo con desprecio mientras clavaba sus ojos plateados en él.
―Draco…
―¡No te atrevas a decir mi nombre!― exclamó mientras avanzaba hacia él para después derribarlo con un fuerte golpe―. ¡Eres un desgraciado! ¡Jamás debí confiar en ti!
Harry no se defendía y para su desgracia, eso confirmaba sus sospechas. El infeliz ni siquiera hacía un esfuerzo por defenderse, lo cual significaba que toda esperanza que él hubiera tenido de que todo fuera un engaño o una ilusión se había ido por el desagüe. Lo golpeó con aun más fuerza, mientras las lágrimas escapaban nuevamente de sus ojos. Hasta que ya no pudo más y se derrumbó sobre su pecho, haciendo que sus emociones estallaran una tras la otra. Pero el dolor era el que prevalecía.
―Lo lamento…― dijo Harry con voz ahogada mientras acariciaba su mejilla―. Lo lamento…
―Nunca… ―murmuró Draco con una voz casi inaudible―, jamás voy a perdonarte…―gimió.
Después de unos segundos, Draco se separó de Harry. El rubio caminó hacia la puerta sin mirar al chico de ojos verdes.
―Ginny está embarazada…― soltó el idiota de Potter; como siempre, haciendo gala de su poco tacto.
Ante la noticia, Draco no pudo hacer más que detenerse y abrir los ojos con asombro. Pero no volteó a verlo.
―Está emba…― murmuró, pero no pudo completar la frase, pues Harry lo había abrazado por la espalda, evitando así que pudiera huir nuevamente.
―Perdóname… ― susurró el pelinegro con voz quebrada, y sintió como sus lágrimas comenzaban a humedecer su cuello―. Perdóname, por favor ―dijo con voz suplicante.
Un hijo… Harry tendría un hijo, y no sería con él. Draco se llevó una mano al corazón para tratar de controlarse y se apartó de él rápidamente.
―No te atrevas a venir a buscarme.
―Draco… yo te amo.
Ante la declaración, el rubio no pudo hacer más que reírse amargamente mientras volteaba a verlo una vez más.
―Cuida tus palabras, Potter… ―dijo con desprecio, igual que en sus mejores días de Hogwarts―. Supongo que ya le has propuesto matrimonio― Harry asintió―. Por supuesto…
Sin decir más salió del baño. Caminó con rapidez por los pasillos del Ministerio, tratando de que nadie notara su lamentable condición. Escuchó que alguien le llamaba, pero no se detuvo a ver quién era esa persona. Segundos más tarde, alguien tomaba su mano y le obligaba a detenerse. Fue cuando sintió la familiar calidez de Blaise rodearle.
―Draco… ― susurró el italiano mientras lo envolvía con sus brazos. Draco, sin poder ni querer evitarlo, se aferro a él mientras éste le acariciaba los cabellos―. Creo que ya lo sabes.
―¡Malfoy!― se escuchó la inconfundible voz Potter detrás de ellos. De alguna manera, Draco supo que la rabia le invadía al verlos abrazados de esa manera.
―Por favor, Blaise…― murmuró sin mirar a Harry.
Blaise sabía perfectamente que esas palabras habían sido un llamado de ayuda de parte de su amigo. Sin necesitar más palabras, caminaron hacia la chimenea y desaparecieron por esta, ante la mirada derrotada de Harry Potter.
Tres meses después, la boda del “Niño que vivió” era noticia de primera plana en todos los periódicos del mundo mágico, incluidos los de Francia, naturalmente.
―¿Estás bien?― preguntó Blaise con preocupación al ver que Draco miraba el diario y la fotografía que ocupaba casi toda la página, mientras dejaba su café, bebida a la que se había vuelto adicto y consumía a todas horas, sobre la mesa.
―Por supuesto…― dijo Draco con una pequeña sonrisa, mientras sus ojos grises se desviaban con atención la Torre Eiffel―. Es algo que sabría tarde o temprano.
―Draco…
―Estoy bien― repitió y sonrió hacia su amigo. Miró el periódico que permanecía sobre la mesa y lo dobló con cuidado. Se puso de pie y lo lanzó al primer cubo de basura que encontró. Extendió una mano hacia su amigo―. Vamos, Pansy nos está esperando para cenar…
Blaise sonrió, acomodó un gracioso gorro de invierno en la cabeza de Draco y pasó una mano sobre sus hombros.
―Esta noche yo invito el postre.
Escrito de manera no tan random e inspirada en la canción del reto -que poco tiene que ver con la trama ewé-, esto ha sido lo que se me ocurrió al escuchar una y otra y otra vez la canción xDDDD
No estoy acostumbrada a escribir cosas así de tristes, así que mi corazoncito está conmocionado y necesitado de Fluffy *A*
Muchas gracias a Cyda por Betear el fic, siempre quedan decentes y presentables después de que pasan por sus geniales y pervertidas manos. Cyda~ tú ya sabes que te quiero mucho *A*
Mil gracias por leer :3