Parejas: Choi Minho/Kim Kibum, Choi Seunghyun/Park Bom, Lau Henry/Liu Amber
Clasificacion: G
Sinopsis: La situación económica del mundo ha desatado una guerra entre los países que aún pueden sostenerse. La historia corre a través de la vida de los militares coreanos y de las personas que aman, y de como cambian sus vidas mientras intentan llegar a la Ciudad Paraíso en un intento por manterse juntos y con vida.
Notas de la autora: Esta historia... Dios, se puede sacar tanto de esta idea. Lamentablemente no pude obligarme a pensar en quienes esta inspirado este fic (Corea y el país del Sol naciente) debido a que, bueno... Las cosas entre mis dos países favoritos no esta bien y no quiero sentir que estoy echando la sal T-T Pero esta inspirado en ese pequeño conflicto...
Hi-chan, mi amadisima asesora acerca de la situación apocaliptica y posibles razones por las que podría haber una guerra, y yo estuvimos hablando acerca de este fic durante meses (en serio, meses) Y sabía que tenía que escribirlo, sentía la necesidad de hacerlo... Es un tema demasiado fascinante para dejarlo pasar.
Ahhhh Me gustaría aclarar que realmente me confundo muchisimo con los nombres de SuJu así que ténganme paciencia, aunque por el momento solo aparecerá Henry... Ha pasado tiempo desde que escribir fics hetero y seriales, así que me llevaré esto con calma :)
Más fics por
aquí ^^ Por favor léanlos
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Key despertó ante los insistentes golpes en su puerta. Tardó un poco en desperezarse y ponerse de pie, pero durante todo ese tiempo no dejaron de tocar.
“Son las dos de la mañana” pensó irritado mientras bajaba las escaleras, descalzo y con solo el pantalón del pijama.
-¡Maldita sea, Kibum!- gritó Minho al otro lado de la puerta- ¡Abre ya! No tenemos tiempo…
Key se congeló a mitad del camino, su corazón comenzando a acelerarse ante las palabras de Minho. Pronto, una conversación que habían tenido meses atrás volvió a su mente y el miedo que sintió esa vez volvió, pero ahora su corazón no dejaba de latir desbocado… ¿Acaso era posible que…?
-¿Key hyung?- una voz adormilada lo llamó desde las escaleras, sacándolo de sus pensamientos- ¿Qué está ocurriendo?
Key respiró profundamente, intentando ocultar su expresión ansiosa, antes de encarar a su hermano.
-Probablemente no sea nada- mintió, su voz apenas mayor a un susurro- Vuelve a dormir Tae…
-Minho hyung no suena bien- comentó el menor acercándose lentamente a la puerta. Key tomó su muñeca, evitando que abriera la puerta. Taemin podía decir por la mirada de su hermano que algo no estaba bien.
-Yo lo hago- murmuró Key.
Lentamente, Key dirigió su mano hacia el pomo de la puerta. Él sabía que Taemin había notado que estaba temblando ligeramente pero Minho se lo había advertido… y Key realmente esperaba que no fuera lo que estaba pensando.
Cuando la puerta se abrió, Minho entró rápidamente y pasó de largo a Key y a Taemin, que lo miraban entre asustados y confundidos.
-¿Por qué tardaste tanto?- gruño Minho mientras se dirigía a las escaleras.
-¿Qué está ocurriendo?- preguntó Key caminando rápidamente tras él. Minho no respondió, dándole a Key otro indicio de que definitivamente algo no estaba bien.
Minho nunca estaría en su casa a las dos de la mañana si no fuera así. Minho no habría venido a visitarlo con su uniforme militar si todo estuviera bien. Y Minho jamás, jamás ignoraría a Key si algo no estuviera mal.
Key miró a su novio entrar a la habitación de Taemin y comenzar a meter todo en una maleta.
-¿Minho?- le llamó Key con un nudo en la garganta- ¿Estas escuchándome?
-Hyung, ¿qué ocurre?- preguntó Taemin alarmado al ver al mayor poner su habitación de cabeza.
Fue entonces cuando finalmente Minho se detuvo y los miró. Y entonces Key perdió la esperanza de que fuera una falsa alarma. Porque nunca había visto esa expresión en el rostro de Minho, porque él nunca había estado tan nervioso y asustado. Ese definitivamente no era Minho.
-Vístanse- ordenó Minho sin responder a sus preguntas. Fue entonces cuando Key perdió la calma.
-No hasta que me digas que demonios ocurre- dijo, tomándolo de la muñeca. Minho se volvió lentamente y miró a Key a los ojos mientras una de sus manos se posaba en su mejilla. Key pudo sentir que él también estaba temblando.
-Dieron la alerta Kibum- murmuró Minho atormentado. Sus palabras hicieron tal impacto en Key que pronto se encontró sosteniéndose de Minho en lugar de reteniéndolo.
-¡Hyung! ¿Estás bien?- Taemin se apresuró a sostener a su hermano al ver que este se precipitaba al piso.
-No, no, no, es una broma- dijo Key recuperándose levemente y apretando de nuevo la muñeca de Minho- ¡Dime que estas bromeando!
-Key, no tenemos tiempo- dijo Minho firmemente, mirándolo a los ojos- Tienes que controlarte y prepararte…
Pero Key no podía dejar de temblar mientras miraba aterrado a su novio. Todos sus miedos se estaban volviendo realidad y no podía obligarse a actuar racionalmente en ese momento, no después de todo lo que Minho le había dicho, no después de todas las posibilidades que eso conllevaba.
-Key, escucha- Minho tomó firmemente su barbilla, obligando al mayor a mirarlo a los ojos- Sabes perfectamente que no voy a dejar que nada les pase pero necesito que vayas a tu habitación y empaques todo lo absolutamente necesario.
Key asintió, sintiendo como sus fuerzas volvían de pronto. Parpadeó un par de veces en un intento de ahuyentar las lágrimas que comenzaban a formarse en sus ojos. Minho intentó sonreírle sin éxito, antes de besar su frente.
-Ponte esto- le dijo a Taemin poniendo una pila de ropa en sus manos- Apresúrense, Jonghyun esta esperándonos y no tenemos mucho tiempo.
Key asintió y salió corriendo de la habitación.
-Hyung, no entiendo nada- se quejó Taemin siguiéndolo. Kibum lo ignoró mientras tomaba algo del closet y comenzaba a desvestirse- Kibum, ¿qué está ocurriendo?
Key terminó de abrochar su camisa y miró a su aterrado hermano menor, intentando aparentar calma. Tenía que ser fuerte si quería que todos salieran vivos de ahí, pero ver el miedo en los ojos de Taemin le hizo recordar el suyo propio.
-Se acabó Tae- dijo con la voz rota por el pánico mientras un par de lagrimas corrían por sus mejillas- Dieron la alerta… Estamos en guerra…
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La Corporación se ha esforzado en crear productos que hagan la vida diaria más simple. Ha tomado la misión de reducir la vulnerabilidad del ser humano y extender su tiempo de vida,
Nuestra misión se ha visto truncada por el factor social, la insalubridad e inseguridad de nuestras ciudades se ha vuelto un tema de carácter mundial.
Es por eso que junto con empresas de otros países, nos hemos dedicado a crear la ciudad perfecta, con las condiciones perfectas de salud y tecnología de última generación para permitir una vida tranquila en ella.
Esta es la ciudad paraíso.
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Seunghyun sabía que su vida era demasiado buena para ser verdad. Tenía una posición envidiable dentro del ejército, que si bien requería su presencia en el frente en caso de un ataque le permitía tener una buena vida a lado de su novia.
Bom era preciosa y Seunghyun sabía que tenía mucha suerte de tenerla a su lado. Debido a su empleo, ella había estado viviendo en otra ciudad pero recientemente Seunghyun había obtenido el permiso de trasladarse a ese lugar.
La noche en que su suerte cambió se encontraba hablando por teléfono con ella.
Habían estado hablando de su transferencia y Seunghyun no pudo evitar sonreír ante la nota de felicidad que había en su voz mientras Bom comenzaba a hacer planes para ambos.
-¿Qué tan cerca estarás?- preguntó la chica
-Lo bastante cerca como para ir en auto- respondió Seunghyun- Podremos ir a donde quieras…
-¿A comer helado? ¿A comprar ropa? ¿A esa tienda donde venden un terrible café?
Seunghyun rió.
-A donde quieras- respondió, haciendo reír a Bom.
-Aunque será problemático que estés viajando de una ciudad a otra- dijo suavemente- Será bueno tenerte otra vez cerca.
-Te extraño Bom- murmuró Seunghyun.
-Yo también, ya quiero que vuelvas- Bom sonaba ligeramente sin aliento- Además, tengo una sorpresa para ti…
-¿Ah, sí?- inquirió Seunghyun, reclinándose en su silla y poniendo sus pies sobre la mesa- ¿Y no me dirás que es?
-No sería sorpresa si te lo digo- respondió Bom riendo- Además, creo que sería mejor si lo ves por ti mismo…
-¡Oh, vamos! Dame aunque sea una pista- Seunghyun insistió.
-No… pero ¿sabes qué? Creo que tal vez sería mejor si nos mudamos juntos- dijo Bom- Podría vender mi apartamento y comprar una casa en los suburbios.
-No suena mal, pero creo que deberíamos discutirlo con calma. ¿Has hablado con Dara de esto?-Pasó un largo rato sin ninguna respuesta por parte de la chica, lo que hizo a Seunghyun fruncir el ceño- ¿Bommy?
-Seunghyun- escuchó la escuchó jadear- ¿estás viendo las noticias?
-Bom, sabes que no puedo encender la televisión si estoy trabajando- respondió cansinamente, pensando que tal vez era uno de esos desfiles de modas que tanto le gustaban a su novia.- Es más, tal vez debería colgar…
-Hazlo- ordenó Bom con voz temblorosa. Seunghyun frunció el ceño de nuevo.
-No puedo hacerlo…
-Es importante- insistió la chica y Seunghyun tuvo la sensación de que estaba intentando no llorar. Tuvo un presentimiento, y eso junto con la nota histérica en la voz de Bom, fue lo que lo hizo obedecerla.
Cuando el artefacto cobró vida, las imágenes hicieron a Seunghyun ponerse de pie inmediatamente. Trató de poner atención a lo que el presentador estaba diciendo pero sus ojos permanecieron en los letreros que acompañaban la nota.
“Las relaciones se rompen. Inicia la guerra”
-Bom, aguarda en la línea- dijo Seunghyun apresurado, tomando su radio del escritorio y presionando el botón de llamada.
“Te escucho” respondió una voz al otro lado.
En otra ocasión, Seunghyun se habría sentido tranquilo solo con escucharla, pero esa no era la voz animosa y ligeramente infantil con la que Jiyong solía responderle. De hecho, el tono casi frio que escuchó estuvo a punto de hacer que se le revolviera el estomago.
-Supongo que ya lo sabes…
“Estoy al tanto de la situación” fue la respuesta que recibió. “Dieron la alerta hace unos minutos”
-¿Qué vamos a hacer?- preguntó Seunghyun totalmente tenso.
“Creo que sabes que tenemos que hacer Seunghyun”
El pelinegro respiró profundamente, intentando organizar sus pensamientos.
-¿Cuánto tiempo tenemos?
“No el suficiente, nos necesitan en el centro de mando en una hora”
-¿Llamo a los demás?- inquirió Seunghyun sintiendo la boca seca.
“Si, necesito verlos en mi oficina antes de irnos.”
Entonces la comunicación se cortó. Seunghyun se dejó caer en la silla, intentando asimilar la situación y no dejarse llevar por los nervios.
-Bom- suspiró, llevándose el teléfono a la oreja de nuevo.
-Lo escuché…- respondió ella, evidentemente asustada.- ¿Qué quieres que haga?
-Por ahora quédate en casa…- ordenó Seunghyun-¿Chae Rin está contigo?
-Si…
-Necesito hablar con ella…
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“Aún no hemos recibido ninguna declaración por parte del ministro de seguridad…”
Amber caminaba apresuradamente por el pasillo, ignorando al secretario de su padre que le seguía de cerca.
-Señorita Liu,-dijo el hombre poniéndose frente a ella- ya le he dicho que su padre…
-Hazme un favor y quítate de en medio- dijo ella intentando empujarlo y entrar a la habitación. Sin embargo, el hombre la detuvo y la obligó a retroceder.
“No sabemos en qué medida están afectadas las relaciones diplomáticas con los demás países, pero estamos seguros de que la situación está afectando ya a todo el mundo...
- Su padre está muy ocupado…- insistió el hombre, mientras Amber luchaba en sus brazos por liberarse.
-Por supuesto que está ocupado- dijo ella furiosa- Está provocando una guerra…
Amber sabía que estaba lanzando acusaciones muy peligrosas, pero ella no podía dejar que Henry pasara por todo esto… Ya era suficientemente mala la situación del mundo como para que ahora se involucrara en una guerra.
-¡Maldito!- gritó hacia la puerta cerrada del estudio de su padre-¡Prometiste que no intervendrías!
En ese momento la puerta se abrió y su padre salió de la habitación. El secretario de inmediato la soltó y se hizo a un lado, dirigiéndole una leve reverencia al hombre.
-Es lo más conveniente para todos Amber- dijo con voz tranquila el hombre.
-¿Lo más conveniente para todos?- preguntó ella molesta- ¿Enviarás a Henry a la guerra por tus malditas piedras?
-Esas “piedras” podrían garantizar que la economía del país se mantenga a flote- dijo su padre, frunciendo el ceño…
-¿Te das cuenta cuantas personas morirán?- Amber intentaba controlarse. Sabía que su padre no tenía la culpa, así era la política y el estilo de vida de su familia dependía de lo que pasara con esas islas.
-Estoy intentando que nuestra familia esté bien Amber…
-No puedes…- Amber sentía un nudo en la garganta- No puedes dejar que él se vaya…
-Lo haré si eso significa que tú estarás bien…- dijo su padre acercándose hacia Amber con los brazos extendidos.
Entonces Amber no pudo soportarlo más. La bofetada resonó por todo el pasillo, y su padre la miró regresar corriendo a su habitación con una expresión de incredulidad total.
“Pese a todo no se ha emitido una declaración formal de guerra contra los aliados de Japón se espera que en unos días todos los diplomáticos regresen a sus países…”
Con lágrimas corriendo por sus mejillas, Amber marcó el número de Henry.
-¿Estás bien?- preguntó el chico, su voz destilando preocupación
-Lo siento… Intenté hablar con él, intenté hacerlo entender
-No es tu culpa- dijo Henry con voz suave.- Todo estará bien, te lo prometo…
-Lo odio- Amber intentó tranquilizarse y pensar claramente, pero la cabeza le daba vueltas. Nunca se había sentido tan impotente y asustada. No podía perder a Henry, no de esa forma.
-No digas eso. Sabes que no es su culpa…
-Eso es lo peor-murmuró Amber- Por una vez habría sido útil que fuera “el señor embajador”
-Ni el señor embajador puede detener una guerra Amber- susurró Henry.
-¿Tienes miedo?
Henry rió levemente.
-¿Cómo voy a estar asustado si te tengo a ti?
Pese a que las lágrimas aún continuaban saliendo de sus ojos, Amber sonrió levemente. Pasaron unos minutos en silencio, ambos totalmente perdidos en sus pensamientos.
-Henry… si yo te pidiera que no fueras…
-Lo siento, no puedo hacer eso.
-Lo sé, pero…- Amber intentó obligarse a dejar de temblar mientras buscaba la manera de decirle todo lo que quería hacer- No puedo perderte, no de esta manera.
Amber escuchó a Henry suspirar.
-Tengo que irme mañana- dijo lentamente- pero si te prometo que no dejaré que nada me pase, ¿tú me prometerías otra cosa?
Amber asintió pese a que sabía que él no podía verla.
-Lo que quieras…
-Quiero que me prometas que cuando vuelta te casarás conmigo
Amber abrió los ojos, totalmente sorprendida y estos se llenaron de lágrimas nuevamente. Esta vez no pudo evitar sollozar en voz alta.
-Si Henry, te lo prometo, pero tienes que regresar… Por favor, regresa conmigo…
-Te lo prometo.
“Recibimos declaraciones por parte del embajador taiwanés en las que apoyaba completamente al gobierno coreano en esta situación tan delicada. Estaremos a la expectativa por nuevas declaraciones en esta guerra que se perfila para convertirse en una nueva guerra mundial…”