Pareja: SakuMoto
En esta familia yukaza todos tienen asuntos importantes. Los asuntos de Sho incluyen a Jun
Notas de la autora:
Ah, bueno, esto de postear en livejournal me esta gustando así que decidí subir mis AraFics a esta pagina. La primera fue mi pareja favorita ^-^ Son taaaaaaaaaaaaaaaaan sexys :) Espero que les guste. Pueden encontrar más fics y traducciones en español
aquí EDIT: Adivinen quién está aprendiendo francés! :D En un intento de ignorar mi tarea (curiosamente de francés) me puse a actualizar la lista de fics y me reencontré con este. Mi primer pensamiento fue "Osea haces que se acuesten y se hablan de usted?". No tienen que entenderlo, pero he corregido las partes en francés xDD
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No era extraño que hubiera tanta gente en esa zona de la ciudad y menos un sábado por la noche. Aquel lugar en los límites de Tokio era popular debido a los clubes nocturnos y burdeles que ofrecían un escape al estrés que los empresarios de importantes compañías acumulaban durante la semana. En otras palabras, era un lugar exclusivo y caro.
Por eso nadie prestó atención a una de tantas limosinas negras que circulaban por ahí y que se detuvo frente a un edificio muy elegante. Si ya de por si ese barrio era exclusivo, a ese lugar era prácticamente imposible entrar a menos que conocieras a las personas correctas.
Un hombre joven, vestido con un fino traje gris, bajó del auto seguido de otros cuatro chicos con trajes igual de elegantes. El joven de traje gris encabezó la marcha al interior del edificio donde ya lo esperaba la hostess.
- Ohno-sama, me alegra verlo de nuevo -dijo ella con una mezcla de admiración y temor, comprensible si tomábamos en cuenta con quien hablaba.
Ohno Satoshi era el jefe de una familia de yukaza. Controlaba buena parte de la zona este de Tokio y, a pesar de que no era mucho, su habilidad para “negociar” con otras familias y la manera en que administraba sus territorios le habían valido el respeto de gran parte de la mafia. Si había alguien en el mundo a quien nadie quisiera de enemigo ese sería Ohno Satoshi. Eso lo aprendían de mala forma quienes tenían la mala idea de juzgarlo por su apariencia tranquila.
- Solo quisiera recordarle, Ohno-sama -dijo la hostess sonriendo-, que no pueden entrar a ninguna habitación a menos de que las chicas los inviten.
Uno de los chicos, de cabello corto y obscuro, bufo en señal de inconformidad, ganándose una mirada ceñuda del chico a su lado. Su rostro revelaba que no estaba muy feliz por la restricción, sin embargo, aquella breve mirada de Ohno bastó para que desviara la mirada.
- Sho-kun, pórtate bien -le reprendió el mayor y, aunque la voz de Ohno era tranquila, el otro rápidamente recupero la compostura. Se escuchó una débil burla y los ojos de Sho se dirigieron a la sonrisa engreída de Ninomiya Kazunari.
Era un misterio para la gente que conocía a Sakurai Sho el porqué había terminado trabajando con Ohno. Sakurai era una persona sensata e inteligente, graduado de la Universidad de Keio con las más altas calificaciones, a simple vista era una persona ejemplar. Lamentablemente, Sakurai también era muy ambicioso y calculador. Durante un tiempo se había dedicado a estafar y a asegurarse un buen estatus. Casi había provocado que la economía de familia yukaza que controlaba el norte colapsara. Habían estado a punto de matarlo y lo hubieran hecho de no ser porque su habilidad e ingenio llamaron la atención de Ohno.
Ninomiya, por otra parte, siempre había tenido fama de problemático. Había sido expulsado de dos escuelas en menos de un mes, todo por su afición a las bromas pesadas. Sus bromas nunca habían sido letales, pero estaban planeadas para lastimar severamente. Su gusto por los explosivos y las armas era conocido por todos, algunos de los cuales lo consideraban un serio peligro para la sociedad. De hecho, había aceptado trabajar con Ohno solo porque este le había garantizado tener cualquier arma que quisiera (y poder hacer uso de ésta con cualquiera que se pusiera en su camino).
Ohno caminó a su lugar habitual mientras Sakurai suspiraba resignado, intentando ignorar la provocación. Estaba acostumbrado a las burlas de Ninomiya y sabía que lo que él quería es que terminaran peleando. Decidió mejor concentrarse en lo que habían ido a hacer, así que miró a su alrededor y frunció el ceño al voltear a la entrada.
- ¡Eh, Matsumoto! -gritó Sho- ¡Deja de perder el tiempo y muévete!
Jun tenía acorralada a la hostess contra la pared y susurraba algo a su oído, provocando en la chica un sonrojo, mitad de vergüenza, mitad de excitación. Jun se separó de ella en cuando escuchó a Sho y la chica le lanzó una mirada de frustración.
La principal habilidad de Matsumoto Jun era su poder de persuasión. Junto con Nino se dedicaba a realizar las negociaciones. Ohno le confiaba esta tarea porque sabía que cuando Jun quería algo lo conseguía. Todos los miembros de su pequeño grupo habían caído en algún momento en alguno de los juegos del menor del grupo.
Jun había iniciado como actor, y era increíble, pero al igual que sus compañeros tenía sus vicios. En su caso, era una pequeña debilidad por el juego y las apuestas. Realmente Jun no era muy bueno jugando, por eso cada que entraba a un casino generalmente perdía más de la mitad de su dinero en los primeros quince minutos, sin embargo, al ser buen negociador conseguía salir de ahí sin ninguna deuda. Eso había ocasionado que tuviera problemas con Ohno, quien había aceptado perdonarlo, bajo la condición de aliarse con él.
Jun mantuvo la mirada en los ojos de Sakurai durante un instante antes de caminar hacia el chico, quien lucía bastante molesto. Con una sonrisa engreída en el rostro,le puso la mano en el hombro como si intentara consolarlo.
- Relájate. No me he olvidado de ti -le susurró al oído. El castaño lo fulminó con la mirada y lo tomó fuertemente del brazo, apretando los puños como si planeara golpearlo.
- No estoy para bromas -le dijo tono amenazante, acercandose al rostro del contrario hasta que Jun pudo sentir su nariz presionarse levemente en su mejilla.
- ¿Enserio quieres pelear, Sakurai? -preguntó en tono divertido el chico de cabello rizado, sin parecer preocupado por la actitud hostil de su compañero.
- Ohno-san se molestará si arman escandalo- dijo alguien en tono grave a sus espaldas. Ambos se giraron para ver que Aiba los miraba con gesto serio.
A Ohno le gustaba que los negocios quedaran “en familia”. Aiba Masaki y él había crecido juntos y eran muy cercanos, a tal grado que Aiba lo consideraba un hermano mayor. Por eso cuando fue turno de Ohno de encargarse del negocio familiar Aiba se volvió su mano derecha.
Pese a su carácter ligeramente infantil, Aiba tenía buen ojo para los negocios y siempre aprovechaba cualquier oportunidad de hacer dinero “fácil”. Él era la razón por la cual los otros tres se encontraban ahí, ya que durante meses Aiba se había dedicado a buscar lo mejor para el equipo personal de Ohno. Y estaba seguro de que lo había conseguido.
Tanto Sakurai como Matsumoto parecieron relajarse al escuchar la “amenaza” de Aiba. Aquellas discusiones eran bastante comunes entre Sho y Jun, y todos sabían que debían detenerlas antes de que se hicieran más grandes. Pero la realidad era que ambos disfrutaban bastante esas peleas. A decir verdad, ellos casi deseaban que se hicieran más grandes.
Aiba se dio media vuelta sin decir más y comenzó a caminar hacia su mesa, seguido por los otros dos. Ninomiya y Ohno ya se encontraban ahí, rodeados de cinco preciosas jóvenes. El mesero había traído su mejor champagne y todos comenzaron a beber con gusto.
La conversación era de lo más común. A veces discutían negocios y entonces las chicas simplemente se enfocaban en la comida hasta que alguno de ellos intentaba atraer su atención. Entonces, comenzaban los susurros discretos que hacían que de vez en cuando alguna de las chicas soltara alguna risilla. Unas cuantas copas después las chicas comenzaban a adquirir confianza y a participar en la conversación.
- Sinceramente no puedo creer que personas como ustedes visiten estos lugares -dijo la acompañante de Kazunari, acomodando discretamente su cabello corto y rubio, para después mirarlo de pies a cabeza lo que provocó que él sonriera-. Estoy segura de que hay millones de personas que matarían por estar en su cama.
- Las hay cariño- dijo Nino abrazando a la chica por la cintura-. Sólo que preferimos no atarnos a nadie… qunque contigo podría hacer una excepción
La chica rió, cubriendo un momento su rostro en un intento de ocultar su sonrojo. A su lado, Jun puso los ojos en blanco provocando un ataque de risa a su acompañante, una chica de cabello largo y oscuro con unos labios preciosos.
- ¿Entonces no tienen pareja?- preguntó la chica de Sho con tono esperanzado y un leve brillo en los ojos. El chico a su lado negó con la cabeza, mirando de reojo a Jun, quien se esforzaba por no mirarlo. Aún así, Sakurai pudo notar la forma tan discreta en la que el contrario sonrió.
- Es que hay algunos con problemas de personalidad. ¿No es así, Sakurai? -dijo el chico de cabello rizado mirando al chico finalmente. Sho arqueó la ceja.
- Así es, pero no te acomplejes Matsumoto -respondió el castaño con una sonrisa de lado al notar que Jun comenzaba a molestarse-, todos estamos acostumbrados a tu paranoia. Me gustaría poder decir lo mismo acerca de las chicas.
Todos rieron apenas terminó de hablar, pese a que la risa de Jun pareció un tanto molesta.
- Simplemente no aguantan mi ritmo- dijo el menor intentando restarle importancia al asunto. Entonces miró al mayor y después a la chica a su lado para añadir en tono engreído-. Pero puedo asegurarte que nadie ha dejado mi cama insatisfecha.
La chica que estaba con Jun se sonrojó y volteó a ver a sus compañeras, nerviosa. Sakurai soltó una carcajada.
- Yo pondría eso en duda. ¿Quién nos asegura que no es tu ego hablando?
La expresión de Jun se volvió ligeramente sombría cuando le sonrió.
- Puedo probartelo si gustas. Cuando quieras y donde quieras.
- Me encantaría -respondió Sho con una expresión similar en su rostro, inclinandose un poco más haccia su compañero. El resto miraba la escena, algnos nerviosos y otros molestos, pero para su buena suerte las chicas parecían no estar tomando el asunto en serio. Era obvio que estaban borrachos, o al menos eso parecía, y las chicas definitivamente no podrían caminar solas de vuelta a su habitación.
Entonces, Jun rió y los demás dejaron escapar un suspiro de alivio. Poco a poco, el tema de conversación cambió y al cabo de unos minutos ninguno parecía recordar la escena. La Familia continuó bebiendo y conversando hasta bien entrada la noche.
Para entonces, Ninomiya y su pareja llevaban bastante tiempo besándose y se notaba que la temperatura estaba subiendo rápidamente. La chica le susurró algo al oído y se pusieron de pie, sin siquiera dedicar una mirada al resto, probablemente rumbo a la habitación de la chica. Poco después Aiba y Ohno también fueron invitados por sus parejas y se fueron, no sin antes lanzarles una mirada de advertencia a Sho y Jun.
Jun se giró a susurrar algo al oído de la chica, quien lo miró ligeramente sonrojada y un tanto incrédula antes de ponerse de pie y caminar hacia su habitación, con la clara intensión de que lo siguiera. El único de sus compañeros que aún permanecía en la mesa se separó de su acompañante al percibir movimiento a su lado y se encontró con que Jun lo miraba fijamente. Claramente había estado esperando que lo mirara, porque en cuanto lo hizo, el menor sonrió.
Sho lo miró confundido cuando el contrario escribió algo en un papel y se lo dio antes de ponerse de pie. Matsumoto caminó por un corredor hacia la última puerta, tocó suavemente y la puerta se abrió dejando salir música del interior. Y Sakurai lo siguió con la mirada hasta que éste desapareció en el interior de la habitación.
Fue entonces que Sho abrió el papel y lo leyó. El papel sólo contenía una línea: “¿Listo para tu prueba?” Al leerlo, la primera reacción de Sakurai fue apretar la mandíbula, tras lo cual puso los ojos en blanco, arrugó el papel y sonrió. Su acompañante tiró suavemente su brazo y le miró formando un ligero puchero en sus labios.
- Sakurai-sama -musitó la chica en tono infantil, intentando recobrar su atención. Sho se volteó a verla, aún con su mente en Jun y la nota que había recibido, y sin perder ni un instante la besó.
-¿Quisieras mostrarme tu habitación? -le pidió con voz gruesa, dandole a entender mucho más de lo que estaba diciendo. La chica sonrió con coquetería y se puso de pie con la mano del chico entre la suya. Entonces lo guió por el mismo camino por el que sus amigos habían desaparecido.
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Sakurai calculó que estaba a punto de amanecer cuando salió de la habitación de la chica, quien aún dormía. Honestamente la hora le importaba un carajo, pero no podía estar ahí ni un minuto más. Sabía que en cualquier momento, Ohno requeriría que estuvieran al otro lado del país y Sho siempre había sido muy profesional.
Al salir del lugar, descubrió que había una limosina esperándolo y recargado contra ella estaba Jun, fumando un cigarrillo. Se miraron sin expresión alguna en el rostro mientras Sho rebuscaba en su pantalón una cajetilla. Un cigarrillo apareció frente a él y el castaño no dudó en tomarlo, aceptando también el fuego que le ofrecía el menor.
- Tardaste mucho- dijo al cabo de unos minutos Jun dejando caer el cigarro para pisarlo con él pie después. Un pequeño bufido escapó de los labios de Sakurai quien aún sostenía el cigarrillo en sus manos.
- ¿Y los demás?- preguntó Sho ignorando el comentario de su compañero mientras entraba al vehículo. Una vez que Jun entró tras de él el auto arrancó.
- En casa. Ohno-san me obligó a esperarte
- Seguramente te rogó mucho, ¿no, Matsumoto?- dijo Sho con sarcasmo, arrojando la colilla por la ventana. No quería observar al menor y esperaba que los hechos acontecidos esa noche no salieran a la luz pronto.
El menor permaneció en silencio un momento para después suspirar y volver la mirada hacia él. Su mano se deslizó suavemente sobre la que Sho tenía en sus piernas, lo que hizo que el castaño se estremeciera levemente. Fuera, podía pretender que detestaba la actitud de Matsumoto siempre y cuando éste no lo tocara. Internamente agradeció encontrarse en el vehículo y no donde pudiera verse vulnerable.
- Sho, ya estamos solos- le recordó Jun, susurrando a su oído. Eso bastó para que el aludido volteara a verlo con una sonrisa ladina y sostuviera su barbilla.
- ¿Eso quiere decir que me darás mi prueba, Jun?- preguntó deslizando el pulgar por sus labios mientras el contrario lo miraba enarcando la ceja. Era obvio que no sería tan sencillo y Sho debía admitir que estaba listo para ese reto.
- ¿Te fuiste con esa cualquiera y quieres algo de mí? -fue la respuesta que obtuvo de un muy malhumorado Jun.
- ¡Oh, vamos! -dijo Sho ligeramente molesto- Fuiste tú el que comenzó todo.
-¿Hablas de lo de la recepcionista? -el castaño soltó un bufido al recordarlo y el menor tomó eso como una confirmación. Acto seguido, soltó una risa leve para después acercarse al mayor, rozando levemente su cuello con los labios- ¿Sabes lo divertido que es verte molesto?
Al instante, Sho lo atrajo hacia él, obligándolo a sentarse en su regazo mientras sostenía sus manos con fuerza.
- ¿Por qué te encanta provocarme? -le preguntó, sus labios casi rozando los de Jun. El otro no contestó, simplemente comenzó a besarlo, dandole a entender que ya había tenido suficiente con esa charla.
Esa era la razón por la que amaban pelearse, sus reconciliaciones eran muy eficaces. Sobretodo cuando el mayor dejaba de actuar y sólo enredaba los dedos en el cabello del menor, justo como lo hacía en ese momento, para así profundizar el beso. Las manos de Jun comenzaron a desabrochar la camisa ajena, en un reflejo perfecto de lo que deseaba en ese momento.
- Tu veut coucher avec moi? -susurró Sho al oído de Jun mientras jadeaba con fuerza.
- Avec plaisir -respondió el menor buscando sus labios de nuevo. Poco a poco las prendas de ambos comenzaron a desaparecer, todo sin que sus labios se despegaran ni un instante. Ambos sentían como sus cuerpos comenzaban a reaccionar ante las caricias del contrario y no parecían querer detenerse.
Entonces el auto frenó bruscamente y Jun se fue de espaldas, llevándose a Sho consigo.
- ¡Eh, tenga cuidado! -gritó el chico de cabello rizado al conductor, sin ocultar lo molesto que se encontraba. Por su parte, Sho sonrió al ver la posición en que habían quedado. Jun con el cabello revuelto, la camisa abierta y los labios enrojecidos por los besos que había compartido con el mayor.
Se escuchó una débil disculpa, pero ninguno le prestó atención. Sho se encontraba besando ya el cuello de su pareja, sosteniendo las manos sobre su cabeza. Con una mano hábilmente desabrochó el pantalón del menor, quien se retorció intentando liberarse. Sakurai sabía muy bien que Jun detestaba perder el control, pero que no tardaría en dejarse llevar.
Jun jadeó al sentir que la lengua del mayor pasaba de su cuello a su pecho en cuestión de segundos y en respuesta, ondeó la cadera buscando sentir algo de fricción entre ellos.
- ¿Sabes qué es lo que más me molestó? -preguntó Sho retomando el tema-. El haberte visto caminar hacia la habitación de esa estúpida e imaginarme que iban a hacer ahí adentro…
- No me vengas con eso- dijo Jun poniendo los ojos en blanco aunque parecía disfrutar escuchar eso-. ¿Cómo crees que me sentí cuando los gritos de la perra con la que estabas se escuchaban por todo el lugar?
- Celoso- fue la corta respuesta que obtuvo mientras el mayor liberaba sus manos y se concentraba en su entrepierna-. Porque, si mal no recuerdo, eras tú quien gritaba como loco ayer…
Jun se sonrojó de vergüenza y el que la mano de Sho estuviera frotando tan descaradamente su erección no ayudaba a evitarlo.
- Eres un idiota -jadeó con la molestia que había surgido en él desde que recordó que alguien más había podido ver esa faceta de Sho que deseaba conservar para sí mismo-. Estoy a punto de terminar esto, así que más te vale que me des una buena razón por la que debamos seguir.***
- Prometiste que me probarías que me equivoco, aunque puedo parar si eso quieres- le ofreció Sho alejándose de él y volviendo a su lugar. Jun se acercó gateando hacia él.
-¿Harás lo que yo quiero?- Sho lo miró, ver a Jun semidesnudo era demasiado para su autocontrol, pero aun así asintió- Entonces quiero que no me toques.
Sho soltó un leve gemido mientras las manos de Jun bajaban lentamente el cierre de su pantalón pero no se pudo contener al verlo acercarse a su erección. Jun se metió a la boca el miembro de Sho a la boca y el mayor dejó salir otro ronco gemido. Sho intentó contenerse pero sus dedos pronto se enredaron en el cabello de su pareja, lo que provocó que Jun se retrocediera y volviera a su lugar. Sho lo miró suplicante.
-Mmm Sakurai-sama, ¿qué diría Ohno-san si se enterara que desobedeces ordenes?
-Probablemente diría “Te dije que no quería que volvieras a tener sexo en el auto”- respondió Sho acercándose de nuevo a Jun para besarlo.
En cuestión de tiempo la ropa de ambos desapareció y comenzaron a rozarse el uno contra el otro, apenas conteniendo sus gemidos.
Sho mordisqueo los hombros de Jun mientras se posicionaba entre sus piernas. Sin dejar de besarse Sho comenzó a entrar en Jun. Las estocadas fueron rápidas desde el principio provocando que Matsumoto gimiera aunque intentaba contenerse.
Se encontraban en uno de los sillones, las piernas de Jun aprisionando las caderas de Sho y sus manos arañando su espalda. Sho se ocupaba de estimular sus pezones con una mano mientras mordía levemente su oreja, de vez en cuando soltaba un gemido, lo que encendía más a Jun quien apenas podía contener los suyos.
-¿Era muy necesario que te fueras con ella?- preguntó Sho con voz entrecortada.
-Es necesario mantener las apariencias Sho- dijo Jun mientras lo empujaba, obligándolo a salir de él. Lo hizo caer en el piso de espaldas y se colocó sobre él, auto penetrándose. Ambos comenzaron a mover sus caderas al mismo tiempo, ya no podían (ni querían) amortiguar sus gemidos, porque Sho había comenzado a masturbar a Jun.
-¡Oh Dios, Jun!- casi gritó Sho al verlo moverse sobre él.
-¿Ya… admites que tengo… razón?- preguntó Jun sin dejar de gemir. Sho aceleró su mano sobré el miembro de Jun, quien dejó salir un grito ahogado cuando se corrió pero continuó moviéndose sobre su pareja hasta que el mayor se corrió dentro de él.
Se tomaron un momento para recuperar el alentó antes de separarse. Se arreglaron y vistieron rápidamente volviendo a ocupar sus lugares, uno frente al otro
-Yo jamás lo puse en duda- dijo Sho sonriéndole, Jun puso los ojos en blanco.
-La próxima vez que quieras tener sexo evítame todo el show y dímelo de frente.
Sho rio.
-Gracias por esperarme Matsumoto- dijo Sho volviendo a su papel
-Valió la pena- dijo Jun encogiéndose de hombros.
Pasó un tiempo antes de que la limosina parara frente a un gran y elegante edificio de seis plantas. Cuando Jun y Sho bajaron del vehículo parecía que nada había pasado. Aiba y Nino ya los esperaban en la entrada.
-Ya era hora- dijo Kazunari molesto- Ohno-san nos necesita en Shibuya, Matsumoto. Ahora
Jun bufó.
-Dame un minuto- respondió mientras caminaba hacia el edificio junto con Sho. Una vez ahí los ojos de ambos se dirigieron a una de las oficinas del fondo.
-¡Oye, tu!- gritó Sho. El chofer de la limosina corrió hacia ellos. Sus ojos denotaban temor- Creo que no hace falta decirte lo que te pasará si le dices a alguien lo que escuchaste ¿o sí?
El chofer se apresuró a negar con la cabeza
-Bien- dijo Jun entregándole un fajo de billetes- Sigue así.
El chofer miró anonadado el dinero en su mano, posiblemente era el triple de su salario de un mes.
Matsumoto y Sakurai tomaron el elevador hasta el cuarto piso, donde se hallaban sus habitaciones.
- Trouve-moi quand tu revient- le pidió Sho
- Où?
-Sabes donde vivo ¿verdad?- Matsumoto rió y asintió mientras se colgaba la mochila al hombro.
-De todas formas,-dijo antes de caminar de nuevo hacia el elevador- creo que me encontraras antes. Solo no te metas con nadie más.
-No te prometo nada…- Jun puso los ojos en blanco
Las puertas del elevador se abrieron y Ohno salió de él
-El auto te espera Jun-kun- le dijo. Jun asintió y caminó al interior del elevador- Sho-kun, creo haberte dicho que no quería que volvieras a tener sexo en el auto…
Jun no pudo evitarlo y soltó una carcajada mientras Sho suspiraba
-Au revoir, mon amour- dijo Jun antes de que las puertas del elevador se cerraran.
Ah recuerdo que no quise poner la traducción de las partes en francés porque se veían feas :S De todas formas no estoy segura de que esten bien escritas así que aqui pongo lo que quería decir con esas frases:
Tu veut coucher avec moi?- ¿Quisieras acostarse conmigo? (Por si alguien lo notó: Si, esta frase aparece en Lady Marmalade y fue la idea central del fic La idea del fic salió de la canción 'Lady Marmalade', pero ahora que me han iluminado y entiendo el francés, la frase está fuera de contexto aquí y tuve que cambiarla)
Avec plaisir- Me encantaría
Trouve-moi quand tu revient- Búscame cuando regreses
Où?- ¿Dónde?
Au revoir, mon amour- Hasta pronto, mi amor