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Dec 17, 2010 15:01

Welcome to the Death Note Anonymous Kink Meme! (#2)

How it works:

* Comment anonymously with a kinkfic request. All requests must contain a character or pairing/threesome/moresome (any combination of guys/girls/shinigami/whatever are OK, crossovers are fine too), and at least one kink. If you need inspiration, check out this huge list of kinks by eliade. ( Read more... )

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Master and Slave [Spanish fill] anonymous January 7 2011, 16:39:35 UTC
OMG OMG OMG OMG!! *Runs in circles*
I wish I can full this request in spanish... my english isn't good enough for write a good fic D: but I love the concept to the hell!...

Here is in spanish ;^; I'm sorry! I couldn't stop myself writing!

Aquel era el mundo perfecto, un universo creado por la única persona capaz de concebirlo y llevarlo a cabo. Un mundo en donde el miedo y la devoción a un Dios desalmado, consumía los corazones de todos los habitantes. El cielo se había tornado rojo como la sangre desde la ventana aquella tarde que moría lentamente dándole paso al ocaso. Light Yagami, escribió el último nombre en la lista de quienes morirían la siguiente semana y cerró el cuaderno de la muerte.

"Estupidos humanos" Pensó cruzando las piernas "Aún no aprenden la lección".

Estiró las manos perezosamente observando al único humano que, había aprendido la lección y valla si la había aprendido bien. Lawiet quien alguna vez había sido el mejor detective del mundo y el antagonista perfecto para su utopía, yacía atado a la cama, esposado con las mismas esposas que durante todos esos años le habían mantenido preso. La risa de Light se convirtió en una amplia y macabra expresión de guazón. Su esclavo personal, el más delicioso trozo de carne humana que podía saborear. La victoria no estaba completa hasta que Lawiet hubiera aceptado su posición.

- Esta noche te follaré - Comentó Light mientras se desabrochaba el pantalón, su miembro erguido y deseoso se hizo notar por encima de la tela de su ropa interior. Los ojos de L se nublaron con el recuerdo de momentos aterradores al lado de su nuevo amo. - Escribir todos esos nombres... - Comentó con desden - Me ha puesto muy caliente, así que ya sabes que hacer -

Lawiet gateó en la cama y se arrodilló junto a la silla, su cabello negro cayéndo ligéramente sobre su ojos mientras agachaba su rostro de porcelana y tomaba toda la extención en su boca. Light suspiró y se aferró a la silla. Esa boca perfecta, esa lengua que invitaba a la locura. En todo ese tiempo y aunque L lo había hecho repetidas veces Light no lograba acostumbrarse a la experiencia, de una forma u otra, era siempre diferente. L aceleró el rítmo, lamiendo como un gato hambriento desde la base hasta la punta, arrancándo gemidos más audibles y convirtiendo la respiración de su amo en espasmos inconexos.

Light aferró sus manos a la cabeza de L para atraerlo contra su piel, para hacer que su miembro se perdiera aún más en su garganta. L se debatió un poco bajo sus manos, cerrándo los ojos con expresión ahogada y fue justo en esos momentos de agonía, que Light se corrió con fuerzas, vacíandose por completo en su boca.

Lawiet, humillado y deseando alejar el sabor del poder que Light tenía sobre él, giró el rostro hacía un lado, su mirada perdida en la oscuridad del cuarto. La semilla de Light brillando tenuemente en sus labios. Light tomó su rostro con su mano derecha y le obligó a mirarle a la cara - Eres una putica deliciosa - Le susurró. L frunció el seño. Había olvidado el tiempo en el que había dejado de ser un ser humano independiente, dueño de sus sueños y convicciones, para convertirse en un esclavo de ese demente sicópata a quien odiaba desde lo más profundo de su corazón. ¿Cuanto tiempo había pasado desde que el equipo había fallado en capturarle y todos habían terminado muertos? Matsuda, Aisawa, Mori... inclusive Soichiro, todos habían sido asesinados, todos menos él por supuesto. L nunca olvidaría la risa demente de Light y su promesa de enseñarle una lección que nunca olvidaría.

Light se puso de pie y bruscamente empujó a L contra la cama, este cayó en ella sin protestar, sin resistirse. ¿Que sentido tenía resistirse a lo inevitable? en ocaciones pasadas había aprendido de una manera no muy agradable lo que significaba no obedecer las demandas de su amo. El menor le bajó los pantalones y le observó semi desnudo, la apetitosa piel acariciada suavemente por la luz de la lampara en su escritorio.

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