PUES COMO PODRAN VER, NOTAR, LEER ESTE ES EL FINAL DEL CAMINO EN ESTE FIC. Espero con todo mi corazoncito que lo hayan disfrutado/sufrido como yo al escribirlo. Les agradezco infinitamente a todas y cada una de ustedes por leer esta historia y en agradecimiento a sus comentarios les dejo aqui el epilogo para que la espera no sea tan mala. Bastante me sufrieron con las publicaciones tan separadas la una de la otra. Disfruten. XD
Han pasado más de dos meses desde que Danny dejo el hospital y se fue a vivir con Steve, ya que el SEAL no le permitió que se fuera a ese departamento a subsistir durante su recuperación.
Alegando que no sería conveniente que estuviera solo en su estado y que él le ayudaría en todo.
Obviamente, Danny renegó de esto durante al menos quince minutos, diciendo, más bien gritando, que él podía cuidarse solo y que no necesitaba de nadie para atenderse, que llevaba su buen tiempo viviendo solo y que lo había hecho bastante bien a su parecer. Un beso y cinco minutos después, Danny desistió de todo aquello, cediendo antes los labios de su novio.
Porque si, él y Steve ahora eran pareja oficial ante los ojos de todo el mundo.
Esta demás decir que Danny casi se muere cuando su hija le dijo que tarde o temprano eso terminaría pasando, Danny aun tiene un poco de gelatina en la nariz por esa incomoda escena. Según él, había sido bastante discreto con esos asuntos con Grace, pero la pequeña le sorprendió diciéndole que lo sabía desde el momento en que fueron al partido de futbol con todo el Five-O y vio las miradas que se dirigían el uno al otro cuando creían que nadie los veía.
El pobre casi se muere cuando se entero de que su pequeña había abofeteado a Steve por defenderle, agregando casi de inmediato que ya se había disculpado por ello. El enterarse que Chin y Kono lo sabían fue menos traumático para él, al menos hasta que Kono le mostro una serie de fotografías donde ellos dos aparecían en posiciones bastante comprometedoras que por supuesto no permitió que su pequeña viera.
No se dio cuenta que Kono le paso una copia a la pequeña cuando el no las veía y que a estas alturas esas fotos adornaban un álbum dedicado exclusivamente a ellos, nutrido semanalmente con nuevas fotos que la policía novata les tomaba, guardándose para si las mas subidas de tono y que a veces el mismo Steve proporcionaba.
Habían sido dos meses maravillosos a falta de otra palabra que no fuera “perfectos”, fueron días de masajes, besos, desayuno en la cama, cenas a la luz de las velas - aunque suene cursi y trillado - y platicas a la orilla del mar disfrutando de cada atardecer.
Danny nunca imagino que Steve fuera tan romántico, lo que en verdad nunca espero es que a él le fascinara esa faceta de su SEAL, muy contraria al hombre de acción que era en su trabajo.
Pero a pesar de lo maravilloso y perfecto que eso fuera, Danny se aburría, no de estar con Steve y sus detalles que le arrancaban sonrisas tontas a cada momento, sino más bien por su inactividad. Daniel quería volver al equipo y formar parte de los operativos nuevamente, adema de poder vigilar que Steve no se metiera en problemas innecesarios por su innata habilidad para conseguirlos sin mayor esfuerzo, eso sin contar el miedo que tenia de verlo volar en pedacitos por un descuido.
Por ello dos meses después se encontraba en su oficina de siempre, esa que nunca debió abandonar, acomodando sus cosas nuevamente bajo la atenta mirada de Steve quien se encontraba en su oficina. En un comienzo Danny le ignoro, después de todo le gustaba ser el centro de atención de McGarrett pero llego un punto en el que se le hizo insoportable, más que nada porque sabía que Steve lo hacía con esa intención.
Podían jurarse amor eterno, follar como nunca lo habían hecho en su vida y sobreprotegerse el uno al otro hasta el grado de casi asfixiarse, pero eso no cambiaba que a Steve le encantaba molestarle y verle rabiar por cosas tontas, o al menos eso es lo que el SEAL creía, para Danny esas no eran cosas tontas.
El detective tomo su celular tecleando con más fuerza de la necesaria, solo para dejarlo sobre el escritorio momentos después. A los pocos segundos Steve recibió un mensaje de texto.
“Basta”
Rezaba el texto, una simple y llana palabra que le hizo sonreír con malicia.
“¿Basta de qué?”
Respondió del mismo modo, mirando al detective con toda la inocencia que pudo reunir en sus ojos cuando el rubio levanto la mirada hacia él, tecleando una respuesta casi de manera inmediata.
“Deja de mirarme, haz algo productivo”
Steve volvió sonreír y contesto segundos más tarde.
“Estoy haciendo algo productivo”
Danny casi arroja el teléfono al leer aquello.
“¡STEVE!”
La sonora carcajada del SEAL retumbo por todo el cuartel, pero continuó con su mirada clavada en el rubio.
- ¡Steve con un demonio deja de hacer eso! - el detective dio paso a los gritos arrojando su celular hacia su asiento tras el escritorio de una manera exasperada, casi al mismo tiempo que bajaba las persianas de su oficina.
Steve se sorprendió por aquello pero no se dejo intimidar, haciendo gala de su sigilo se coló en la oficina del rubio sin que este se diera cuenta, tomándolo por la espalda y dejando que su aliento rozara la piel de su nuca, al mismo tiempo que lo cargaba con sumo cuidado.
- ¡Steve, Bájame! - bramo de inmediato Danny manoteando al aire.
- ¿Por qué debería hacerlo? - pregunto suave, dejando que su aliento estremeciera el cuerpo entre sus brazos.
Danny intento resistir el ramalazo de placer que le recorrió el cuerpo al sentir a Steve tan cerca, pero falló estrepitosamente, aunque eso no evito su siguiente amenaza.
- Porque te golpeare si no lo haces. - siseo, intentando separar las manos de Steve para que le liberara.
- No me golpearías, es más, no podrías. - le reto son una amplia sonrisa que Danny pudo ver de reojo.
- No me tientes, McGarrett, te sorprenderías. - le indico levantando su dedo índice para enfatizar sus palabras.
- Te amo, Danno. - soltó de pronto, haciendo en ese preciso momento que el enfado de Danny desapareciera por completo, aunque no lo demostrara, agradeciendo que Steve no viera su sonrisa tras esas palabras.
- ¿Y qué te hace pensar que yo lo hago? - pregunto malicioso el detective.
- Fácil. - susurro Steve contra la parte posterior de su oreja. - La manera en que gemías anoche debajo de mi cuanto me amabas me lo confirmo.
- Eso es jugar sucio, Steven. - dijo sin poder evitar sonreír.
- No me importa, lo único que me importa es que te amo como a nadie.
- Yo también te amo idiota, ahora bájame. - ordena sin fuerza, Danny nunca lo admitirá, pero le gusta que Steve le maneje con esa facilidad, haciéndole sentir seguro por primera vez en mucho tiempo.
- Este bien. - concede McGarrett después de pensarlo unos segundos, solo que con un movimiento sienta al detective en el borde de su escritorio metiéndose entre sus piernas para que no pueda escapar. - Pero entonces aprovechemos que has bajado las persianas y que Chin y Kono no están. - susurro contra los labios de Danny antes de besarlos con fuerza.
Danny solo pudo gemir su acuerdo momentos más tarde, cuando la mano de Steve se introdujo descaradamente en sus pantalones.
Iniciando lo que sería una corta, pero intensa sesión de “rehabilitación”, como otras tantas que habían compartido en ese tiempo.
Disfrutándose el uno al otro sin reserva alguna, solo amándose como siempre debieron hacerlo desde que se enamoraron el uno del otro.
FIN
¿Comments?
Bueno pues espero que les haya gustado. Y las espero en la siguiente aventura de este par de locos. "Don't Say Enough" Proximamente. *Me senti como en trailer de cine XD*