FanFic: Just Say, I Love You. [1/6 + Epilogo]

Sep 28, 2011 19:52





Título: JUST SAY, I LOVE YOU.

Autor: destielwinchi

Beta: evian_fork

Pareja: Steve/Danno - McDanno -

Personajes Secundarios: Chin Ho Kelly, Kono Kalakahua, Víctor Hesse, Rachel, Catherine Rollins, Grace Williams y un OC - Almiar Kuilan “alias” Bryan Carmile.

Clasificación: NR -17 (en el primer capítulo, en los demás NR -15)

D. de R: Ningún personaje que se mencionara aquí me pertenece, todos ellos junto con la idea original de Hawaii Five-O son propiedad de  la CBS y sus respectivos creadores. Lo único mío es la trama de la siguiente historia y los desvaríos en ella. Yo solo tomo prestados los nombres de los personajes y cabe recalcar que no gano absolutamente nada con esto, en dado caso solo gano comments y que yo sepa eso no es ilegal… aun. Las canciones utilizadas también son propiedad de sus respectivos intérpretes y casas discográficas.

Advertencias: Slash (sexo gay), palabras ofensivas o malsonantes, hurt!Danny (leve), angst (mucho) y en general mucho drama, porque así me salió y yo lo valgo.

Estado: Terminado.

Numero de Palabras: 21,616 (segun el word)

Resumen: Dos palabras son las que Daniel Williams necesita escuchar para ser feliz y son esas mismas dos palabras las que Steve McGarrett teme como si fuera un niño pequeño. El silencio desatara mucho dolor para ambos, seguido de una sombra que amenaza con separarlos definitivamente cuando el detective decide abandonar el Five-O de manera definitiva. ¿Sera capaz el comandante McGarrett de enfrentar sus miedos y salvar a la persona más importante de su vida antes de que sea demasiado tarde?

Notas: Pues en primera agradecer a mi cosa adorada, mi gelatina de fresa o sabores varios evian_fork por haberme hecho el favor de corregir cada uno de mis fallos ortográficos y gramaticales que se me fueron por ahí. Nena que eres el amor y ya no se de que manera decirte lo mucho que te agradezco tu apoyo.

En segundo, este fic nació días atrás, bueno siendo honestos fue hace como mes y medio pero no lo escribía por razones varias que no vale la pena mencionar, solo les digo que fue escrito en tiempo record, cuatro días, y si, créanme para mi es tiempo record porque normalmente tardo milenios en terminar un fic, si no pregúntenle a mi pobre beta o a todos los pobres incautos que siguen mis fics de Supernatural. (Sorry guys.)

Y bueno espero que les agrade y dejen muchos comments, es la primera vez que escribo de ellos de manera más larga, antes solo había escrito dos drabbles y creo que este es un paso importante para mí ya que amo esta serie y es una de mis favoritas, ¡¡DISFRUTEN!!




- ¡Danny, espera! ¡Danno! - grito el SEAL con fuerza desde el portal de su casa. Pero sus gritos fueron en vano, el auto color plata ya había cruzado la entrada de su propiedad y giraba, perdiéndose tras la pared de arbustos, encaminándose por el asfalto hacia quien sabe dónde.

Steve solo pudo gritar su frustración al verle marchar furioso, haciendo oídos sordos a sus palabras de disculpa, a sus gritos cargados de arrepentimiento y dolor por haberle herido tanto.

Y siendo sinceros, no podía culparlo.

El solo pensar que todo había empezado tan bien esa tarde lo hacía sentirse mucho peor, ya que ahora todo se había echado a perder por culpa de su miedo.



Unas Horas Antes…

Un par de cervezas les llevaron a disfrutar del ocaso en la parte trasera de la casa de Steve, gozando del sonido del mar al rozarse contra la arena tibia, la brisa salada golpeando sus rostros junto con las risas provocadas por las bromas y las anécdotas contadas. Pronto ese par de cervezas se convirtieron en otras dos o tres, pero quien lleva la cuenta cuando la estas pasando tan bien; la tarde moría pintando el cielo de colores naranjas, rojos y tenues rosados, llenando el ambiente de una atmosfera diferente, tranquila y a la vez provocadora.

El calor comenzó a acentuarse en algún momento, ocasionando que el detective comenzara a sudar empapando su camisa, la cual no tardo en pegarse a su cuerpo como una segunda piel, obviamente McGarrett no pudo evitar comenzar a mirarle de una manera distinta, disfrazando sus miradas con su ya muy conocida manía de molestar a Williams.

- “Por Dios Danno, estamos casi a cuarenta grados podrías quitarte esa maldita corbata de una buena vez.” - le recrimino acercándose a él con la firme intención de despojarlo de esa prenda del demonio.

- “Es parte de mi uniforme, te lo he dicho millones de veces, un detective debe verse así.” - se defendió, en marcando sus palabras con sus ya típicos movimientos de manos, las cuales viajaron desde sus hombros hasta sus caderas mostrando el atuendo, como si se tratara de un maldito comercial.

- “Ya no estamos en servicio, Detective Williams.” - le reprocho cruzándose de brazos frente a él, desistiendo de lo que iba a hacer y mirándole con superioridad por haberle refutado sus palabras sin dejarle oportunidad a replica, o al menos eso creyó.

- “Me gusta estar así. “ - respondió sin vergüenza, encogiéndose de hombros y dando un trago a la botella de cerveza entre sus manos.

Steve bufo su exasperación y se arrojo hacia él, decidido a quitarle esa cosa del cuello o ahorcarlo con ella, lo primero que sucediera. Ambos terminaron rodando sobre la arena, luchando, uno por retirar la dichosa prenda y el otro defendiendo su cuello de las manos que lo amenazaban.

En un momento de su forcejeo, terminaron luchando en el agua salada, siendo golpeados por las olas y perdiendo el equilibrio de vez en cuando pero sin llegar a ceder un ápice en sus intenciones. Pronto una cosa llevo a la otra, la inexistente distancia entre ambos, la humedad de sus cuerpos, sus alientos entre mezclándose y el calor que irradiaba el uno hacia el otro los arrastro a un beso apasionado, voraz y cargado de necesidades que clamaban por ser saciadas. Los brazos de McGarrett se cerraron alrededor del cuerpo de Danny, reclamándolo, al mismo tiempo que el detective profundizaba el beso, dibujando el cálido interior de la boca de Steve con su lengua, sin dejar un solo sitio sin probar, robándole el alma con su boca, mordiendo sus labios, sintiendo como las manos expertas del SEAL dibujaban su espalda dejándole un rastro de fuego a pesar de la ropa que le cubría.

Se separaron jadeando, buscando un poco del aire que ahora maldecían necesitar, sus miradas vidriosas y oscurecidas se encontraron, incapaces de separarse la una de la otra por mucho tiempo. Steve sonrió de medio lado volviendo a devorar los finos y enrojecidos labios del detective, continuando con el recorrido que sus manos hacían por cada línea de ese cuerpo que adoraba.

En un ágil movimiento, que solo una persona como Steve podía llevar acabo, levanto al detective, obligándole a rodearle las caderas con sus piernas, encantado con el cuerpo visiblemente más pequeño que el suyo, el cual le era tan fácil manejar. El gruñido de protesta no se hizo esperar, Danny odiaba que le manejaran de esa forma, se sentía demasiado vulnerable y débil, pero pronto ese gruñido se convirtió en un gemido cuando sus caderas se movieron, causando que ambos miembros se dieran alivio entre sí, gemido que Steve devoro gustoso.

Salieron del agua así, comiéndose la boca y con el detective sujeto al cuerpo del SEAL, rodeando sus caderas aun con más fuerza que antes, dejando que su miembro se rozara descaradamente contra el contrario haciendo que Steve casi cayera al suelo más de una vez al sentir como sus piernas se volvían de gelatina con los latigazos de placer que Danno le propinaba.

Irremediablemente terminaron sobre la arena, girando sobre ella hasta que Danny quedo sobre su jefe separando sus labios solo el tiempo suficiente para despojarlo de su playera, deleitándose con sus músculos, su piel tostada y los tatuajes que la adornaban.

Sus labios picaban y su lengua le ardía por la imperiosa necesidad de probarle, por degustar el sabor salado del mar mezclado con su propio y único sabor. Dos segundos más tarde, Williams succionaba un pezón, mordiéndolo por momentos y lamiendo por otros, estremeciendo el cuerpo de Steve con cada roce húmedo; las manos de McGarrett tampoco se estuvieron quietas, masajeando aquella espalda, bajando peligrosamente hasta posesionarse del trasero de su amante, amasándolo con fuerza y moviéndolo de tal forma que este se restregara contra el dándoles más oleadas de placer y locura a cada uno, aunque la suya había desaparecido desde el momento en que Danno, su Danno le toco el cuerpo con su lengua traviesa.

La camisa de Danno voló segundos después, mismos que le tomo a Steve destrozar cada botón al arrancarla de su cuerpo con la desesperación que el deseo por tocar esa piel clara le provocaba. Dejando que su boca devorada el cuello, lamiendo el sitio donde el pulso era más fuerte y el olor mas embriagante aun, el detective gemía disfrutando de la caricia, arrojando un gruñido al sentir los dientes de Steve sobre su piel, marcándole, posesionándose de él en más de un sentido; en un segundo el rubio había introducido su mano entre ambos cuerpos, acariciando la entrepierna dura del hombre bajo el, atravesando la molesta barrera de tela hasta poder tocarla sin restricciones, recreándose tocando toda su extensión, sintiendo la humedad que ya la bañaba, esparciéndola con sus dedos y haciendo que Steve dejara escapar una letanía de gemidos y jadeos por el contacto que estaba llevándolo poco a poco al límite de su resistencia.

Dos movimientos mas, tan rápidos que marearon al detective, los llevaron a la silla de playa, donde Alex se recostó, no sin antes despojarse de sus pantalones y los del rubio, quedando ambos solo en ropa interior, rozándose aun mas descaradamente, reanudaron sus besos salvajes y hambrientos, lenguas degustando y dientes mordiendo cada centímetro de piel que encontraban a su paso.

La mano de Danny continuo con el trabajo que había sido interrumpido, mismo trabajo que Alex había comenzado en el detective, masturbándole con movimientos lentos, precisos y devastadores que ponían al rubio aun más duro de lo que ya estaba, haciendo que su erección fuera dolorosa y placentera a partes iguales, haciéndole desear entrar en el interior de Steve casi como si la vida le dependiera en ello o más bien lo hiciera.

La ropa interior de ambos voló y Steve se preparo para Danny abriendo sus piernas, dejándole entrar en el lugar que solo era para él.

Llevaban dos meses así, metidos en una relación tan apasionada que a veces dolía por la intensidad con la que la vivían, una relación que había empezado sin querer, sin pretensiones ni promesas y de una manera tan natural que ninguno discutió en lo más mínimo, no hubo dudas a la hora de entregarse ni vergüenza a la mañana siguiente, solo sonrisas tontas y besos tanto dulces como salvajes.

Y en todo ese tiempo Danny siempre había sido el activo, dominándole, al menos en ese aspecto y eso a Steve no le molestaba en lo absoluto, disfrutaba con ver a Danny encima de él, o tras él, no importaba el cómo, a él le fascinaba ver como su Danno se moría de placer al entrar en su cuerpo, ver como el sudor le empapaba el rostro y como sus labios se abrían en una “O” perfecta cada vez que el orgasmo le pegaba con tal fuerza que terminaba desfallecido contra su pecho.

Por eso cuando Danny le detuvo se sorprendió, notando como la inseguridad se hacía con él al pensar, estúpidamente, que el rubio no quisiese continuar, pero en lugar de eso le obligo a intercambiar posiciones colocándolo entre sus piernas, rodeando su cintura como lo había hecho dentro del agua y con un simple y tímido movimiento le dio a entender lo que quería.

Danny Williams siempre gritaba y hacia movimientos amplios con sus manos para hacerse notar y enfatizar sus palabras, sus enojos,  esa era su manera de expresar sus emociones, pero si algo había aprendido Steve en todo ese tiempo era que cuando Danny decía algo realmente importante y contundente lo hacía así, en silencio, tímido y con una expresión en sus ojos que no dejaba lugar a la más mínima duda. Un gesto aparentemente contenido, que en realidad era una explosión irrefutable de sus más profundos deseos.

Y en ese momento Danno le estaba pidiendo eso, le estaba dando su permiso para poseerlo en su totalidad, estaba confiando en el tanto que las lagrimas casi escapan de sus ojos en ese acto de entrega total, pero se contuvo, ya habría tiempo para esas cosas y molestar a su detective por ello.

Su mano se deslizo suavemente por la piel del perineo, enviando descargas a todo el cuerpo de su amante y al suyo propio, dando paso a estremecimientos y gemidos que casi acaban con su fuerza de voluntad. Sus dedos pronto dieron encuentro con la entrada del rubio, acariciando los pliegues rosados, sintiendo la humedad del mar que persistía en aquel sitio tan intimo, presiono suavemente, pero sin querer llegar a entrar, tanteando la superficie, muriendo con el calor que emanaba.

Deleitándose con el rostro de Danno, ojos cerrados, dientes mordiendo su labio inferior, ceño fruncido por el placer y el sudor corriendo lentamente por su frente, su cuello y su pecho, pero sin apartar sus dedos de ese lugar, acariciándolo, creando círculos suaves para relajarlo.

Unos momentos más tarde la primera falange entraba lentamente, deslizándose por cada pliegue, abriéndolo al mismo tiempo que un ronco jadeo escapada de la garganta del detective que no dudo en besar nuevamente a Steve, atrapando su cuello con una de sus manos, acercándolo hasta que sus labios se tocaron. Pronto todo el dedo del SEAL estuvo dentro de Danno, entrando y saliendo en un vaivén que le volvía loco, obligándole a abrirse un poco más a cada momento, ese primer dedo dio paso a un segundo y de ahí a un tercero, que juntos comenzaron a embestir en ese cálido y estrecho interior, dilatándolo hasta que estuvo listo, golpeando incesantemente ese punto mágico en el detective cuando lo encontraron, arrancando maldiciones, gruñidos y demás sonidos que acabaron con el autocontrol de McGarrett.

Sin dar tiempo a nada mas, Steve posiciono la punta de su erección contra la entrada que se contraía ansiosa, esperándole; presiono levemente, dejándose ir poco a poco, notando como el abrasador calor del detective le devoraba y le consumía el alma a cada milímetro que pasaba.

Danny, cansado de la parsimonia del SEAL se empujo así mismo, buscando mas contacto, provocando que Steve se hundiera mas en el. Los dos gritaron por la inesperada sensación, arrojando una maldición cargada de deseo y hambre por lo que estaba pasando.

Todo era tan intenso y arrollador que temían no lograr llegar hasta el final pero no podían permitirse eso, no cuando aquello prometía ser único.

El detective sintió cada centímetro de Steve adentrarse en el, ahogando sus jadeos contra la piel de su cuello, mordiéndolo cuando el placer era demasiado. Ambos cuerpos se fundieron en uno solo, manteniéndose inmóviles incapaces de hacer algo mas por el miedo que les provocaba llegar a un final indeseado.

Sin embargo, el temor pasó, dando lugar a embestidas largas y lentas al principio, continuando con unas más fuertes, rápidas y demoledoras junto con más besos, caricias y palabras desesperadas. La mano del SEAL viajo hacia la erección de Danno, comenzando a masturbarle al mismo ritmo de sus embestidas cuando sintió ese calor bajo sus riñones, preparándose para explotar en el momento menos pensado.

El orgasmo los golpeo casi al mismo tiempo, Danny corriéndose sobre su abdomen, manchando también a Steve y este derramándose en el interior del rubio con largas y profundas embestidas en medio de palabras entrecortadas y gruñidos bajos debido a la fuerza del placer que les alcanzo.

McGarrett cayó sobre el pecho del detective sin importarle en lo más mínimo el mancharse aun mas con la esencia del rubio, jadeando cansado en busca de normalizar su respiración, escondiendo su rostro en el hueco entre el cuello y el hombro de su amante, quien le abrazo y deposito un suave beso en su cabello oscuro.

- “Te amo” - susurro el detective, acariciando la fuerte espalda de Steve. Fue en ese preciso momento en que todo se volvió un desastre.

Steve se quedo callado, tenso como una tabla por la confesión de Danny, sintiendo como el mismo detective se iba tensando mas y mas bajo su cuerpo, notando como su respiración se hacía más pesada, mas entrecortada casi como si estuviera a punto de romper en llanto.

Se levanto un poco para encarar al rubio, pero en cuanto lo hizo este desvió la mirada, su rostro estaba tenso y mostraba una expresión de decepción que le hizo doler el pecho. Su mano intento acariciarle el rostro, pero jamás llego a hacerlo, Danno la desvió de un golpe, sus ojos estaban rojos y vidriosos, signo evidente de que estaba luchando por no derramar una sola lagrima.

- “Danny yo…” - intento decir, disculparse o algo, pero las palabras no le salían, la verdadera razón era que no sabía que decir.

- “Quítate” - ordeno tajante y frio, evitando que su voz temblara por muy poco.

Steve le miro dolido sin saber bien que hacer o decir pero se levanto, abandonando la calidez del cuerpo de Danny, provocándole un siseo de dolor al rubio al salir de su cuerpo.

- “Lo siento” - mascullo al ver el gesto y fue todo lo que necesito para que el detective explotara.

- “¿¡Que sientes!?” - le rugió - “Porque está claro que no es lo mismo que yo. ¡Dime que es lo que demonios sientes Steve McGarrett! ¡Dímelo porque yo no tengo una puta idea!” - grito extendiendo sus brazos con furia, buscando su ropa entre la arena y colocándosela.

- “Yo… yo no sé… Danno es… - intento buscar las palabras, pero la voz furiosa y dolida del rubio le interrumpió en un nuevo grito.

- “¡NO ME LLAMES DANNO! …no tienes el derecho… - susurro lo último, fallando en retener sus lágrimas, dejando que estas corrieran libres por su cara. Apretó sus labios mirando hacia el horizonte con dolor, buscando controlarse. - “¿Qué soy para ti, Steve? ¿El acostón de una noche o solo tu diversión de turno?” - mascullo sin fuerzas ya.

- “No, Danno, por supuesto que no eres… algo más que eso.” - inicio diciendo con convicción, pero en las últimas palabras esta se perdió.

- “Confié en ti, McGarrett, me entregue a ti, me permití ser vulnerable por segunda vez en mi vida, Steve ¡Y así me lo retribuyes!” - le grito presa de la decepción al no ser correspondido, encendiendo con sus gritos el propio carácter del SEAL.

- “¡Pues yo nunca te lo pedí!” - y en cuanto las palabras abandonaron sus labios deseo no haber nacido. La cara de dolor en el detective fue tal que por un momento creyó que se desmoronaría antes sus ojos. - “Danno… no… yo quería.”

- “Tienes razón… no lo pediste.” - soltó roto, manteniendo apenas su voz. - “Discúlpame por haber creído cosas que no eran. Y no te preocupes, no voy a volver a molestarte.”

Danny camino hacia el interior de la casa tan rápido como sus piernas le permitían, dejando atrás al que creyó era el hombre de su vida, su pareja ideal.

Una estúpida fantasía que nunca debió creer.

- “¡Danno, no!” - le grito entrando en la casa tras él, intentando detenerle pero fue en vano, el no se detuvo.

El detective escucho los gritos de Steve llamándole, rogándole porque se detuviera y lo escuchara pero hizo oídos sordos a sus suplicas, caminando, casi corriendo hasta su auto, montándose en él y dejando atrás todo aquello.



Y ahora estaba ahí, parado a las puertas de su casa mirando la oscuridad de la noche, sintiéndose miserable por no haber podido responder a las palabras de Danny como él esperaba, cuando era más que obvio que el también sentía lo mismo, solo que no podía expresarlo.

La sola idea de hacerlo le aterraba.

Continuara...

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