TITULO: Dejame Protegerte
FANDOM: Supernatural
AUTOR:
destielwinchi PAIRING: Descubranlo, muaaaa, soy malo.
ADVERTENCIAS: Lo tipico, uso de lenguaje no apto para menores, escenas porno y claro por supuesto es SLASH asi que si no te gusta, ahi esta la puerta y es muy grande.
DISCLAIMER: Nada de supernatural me pertenece, todo es propiedad de Kripke, creanme si fueran mios la serie estaria clasificada como Slash y pago por evento, jajaa, esto lo hago sin fines de lucro, no gano nada, solo mi perverso gozo.
RESUMEN: Dean esta abrumado por todo lo que `pasa a su alrededor, es el blanco tanto de angeles como demonios, la situacion con Sam y Cas se pone tensa, un extraño y enigmatico ser le cuida y para colmo descubrira que esta enamorado desde los primeros años de su adolescencia y no prescisamente de lo que el esperaba.
xxxxx
Lo último que Sam recordaba era una fría mano rodeándole el cuello con fuerza, una risa tenebrosa y una bruma oscura que le envolvió hasta casi asfixiarle. Ahora se hallaba en un cuarto elegante, como el de un hotel cinco estrellas, la cama era suave y enorme, lo suficiente como para que ninguna parte de su cuerpo quedara colgando fuera de ella. Todo aquello era demasiado confuso, lo único de lo que estaba seguro es que su hermano no estaba junto a él. Y por si fuera poco tenia la extraña sensación de que no estaba solo en ese cuarto aun que no pudiera ver a nadie más en su interior, salvo su reflejo en el enorme espejo frente a la cama.
Sam salió de la cama parándose frente a su imagen, escudriñando cada aspecto de la imagen con sus ojos, de un momento a otro dio un paso hacia atrás alejándose del objeto, su imagen había cambiado, ahora vestía un traje de un blanco brillante, su sorpresa aumento cuando comenzó a caminar hacia el emergiendo de la superficie de cristal, solo que ahora ya no era su cara, sino la de un hombre de ojos azules y cabello corto, que le miraba con una sonrisa. En ese preciso momento supo quien era sin necesidad de que nadie se lo dijera, aquella mirada vacía de todo sentimiento que no fuera rencor y odio, no podía pertenecer a otro que no fuera…
- Lucifer. - dijo dando otro paso hacia atrás.
- Me alegra que me reconozcas Sam, es bueno saber que sin importar lo que use... - dijo señalando el traje, mas Sam sabía que no se refería a eso. -…tu puedes ver a través de mi.
- ¿Por qué me has traído aquí? - pregunto ocultando su miedo.
- Solo quiero asegurarme de que obtendré lo que quiero Sam. - su sonrisa hizo que la piel del castaño se erizara.
- No voy a aceptar ser tu marioneta. - soltó en un bufido.
Lucifer sonrió divertido caminando por la habitación.
- Nunca dije que eso fuera lo que yo quería Sam.
- ¿De qué demonios hablas? ¿No es por eso que estoy aquí?
- No pequeño Sammy, tu solo eres una moneda de cambio para lo que en verdad necesito.
- No me llames así maldito. Mi nombre es Sam, Samuel para ti. - advirtió.
- Me agrada tu forma de ser… Samuel. Me recuerdas mucho a mi.
- Yo no soy como tú.
- Tú y yo nos parecemos más de lo que imaginas, ambos siempre hemos estado a la sombra de nuestro hermano mayor, odiándolo y queriéndolo a partes iguales. Sobre todo cuando te abandonan cuando más los necesitas, siempre escudándose en las órdenes de nuestro padre. Para ellos no valemos nada Samuel, nada.
- Te equivocas puede que para ti y Michael sea así, pero no compares a Dean, el jamás me dejaría solo aunque su vida estuviera de por medio, el nunca me abandonaría. - se defendió Sam ante aquellas palabras.
- ¿Entonces por qué te dejo marchar Sam? ¿Por qué no se enfrento a tu padre cuando decidiste alejarte de ellos? - pregunto con malicia.
- Porque Dean es el único que ha sabido comprenderme, no interfirió porque sabía que eso es lo que yo quería. Ya te lo dije, nosotros no somos como ustedes. Siempre velamos el uno por el otro.
Lucifer sonrió una vez más, esta vez con la satisfacción en el rostro.
- Eso espero Sam, eso espero. - el ángel caído se dirigió hacia la puerta abriéndola solo un poco. - Nos veremos pronto Sam, solo espero que la próxima vez tengamos compañía.
Dicho eso salió de la habitación, dejando a un Sam confundido y encerrado. Perdido en sus pensamientos, intentando descifrar cuales eran los verdaderos objetivos de Lucifer, si su meta no era entrar en su cuerpo y desatar el apocalipsis, ahora que todo estaba tan al alcance de su mano. Cuales serian sus verdaderos planes.
Tras la puerta Damon esperaba pacientemente a que su señor apareciera, una vez que le vio salir se aproximo a él.
- Esta hecho mi señor. - dijo con la cabeza gacha y con un tono reverencial. - El recipiente de Michael ha caído en el sueño que usted me indico.
- Perfecto, ahora solo falta que lo que me dijo su hermano sea verdad, si es así pronto obtendré lo que quiero de esos idiotas. Por ahora creo que le hare una visita a nuestro amigo. - Una vez más aquella sonrisa vacía se dibujo en su rostro. - ¿Estas completamente seguro que nadie noto tu presencia?
- Si, nadie se dio cuenta de nada. - respondió levantando al fin la mirada del suelo.
- Bien, ahora vigila que no haga ninguna idiotez. Pero no le lastimes demasiado, le necesito en buen estado. ¿Quedo claro?
- No se preocupe yo me encargo de él.
Segundos después Lucifer desapareció del lugar, mientras las pesadillas de Dean comenzaban a kilómetros de ahí.
xxxxx
- ¡DEAAANN! - el grito de auxilio de Sam le estaba destrozando, su hermano sufría a manos de un demonio y el no podía acercarse a él, era como si una pared invisible le impidiera llegar hasta Sam.
- ¡Aguanta Sam, ya voy, solo aguanta un poco más! - le gritaba desesperado. Mientras su hermano era desangrado lentamente por aquel demonio de ojos azules que le aparto de su lado.
- ¡DEAN! - escucho una vez más, solo que ahora había cerrado los ojos para no ver lo que le sucedía a su hermano. Pero incluso al cerrarlos las imágenes estaban ahí.
- Solo aguanta Sam, te salvare te lo juro. - dijo casi en una plegaria, rogando que alguien la escuchase y le ayudara.
Su lamento fue escuchado pero no por quien él esperaba.
- No le mientas Dean, sabes que no puedes rescatarlo. - dijo una voz tras él. El cazador se giro para encarar al dueño de aquella voz escalofriante.
- ¿Quién eres tú? - pregunto al hombre de blanco que le miraba con una tranquilidad que le asustaba.
- Yo soy el motivo por el cual Sammy está lejos de ti.
- Devuélvemelo. - ordeno con firmeza.
- ¿Por que querría hacer tal cosa?, no ves lo mucho que se divierten. - dijo señalando lo que sucedía tras Dean.
Hasta ese momento Dean había logrado ignorar lo mas que podía los gritos de su hermano pidiéndole ayuda.
- Es solo un sueño. - se repitió así mismo. - Es solo un sueño.
- ¿De verdad estas tan seguro de que solo es un sueño? - el rostro del cazador se descompuso al oír esas palabras.
- Maldito. Déjalo ir, el jamás aceptara ser tu juguete. - dijo con sus fosas nasales expandiéndose por la ira y el miedo.
- Ya lo sé Dean, Sam no aceptara a causa tuya, porque le importas demasiado como para decepcionarte una vez más.
- ¿De qué hablas? ¿Todo esto es por mi culpa? - pregunto temeroso. Un nuevo grito se dejo escuchar en ese entorno desolado y oscuro que lo separaba de su hermano.
- Dean, que cosa de todo lo que les ha sucedido no ha sido tu culpa. - Dean no respondió aquello, solo desvio la mirada. - Aun que si tu quisieras podrías parar el sufrimiento de tu hermano.
- ¿Cómo? - dijo levantando la mirada sin poder evitarlo.
- Un intercambio Dean, tu por Sam. - contesto complacido de tener la reacción que esperaba.
- ¿Qué podrías querer tu de mi?
- Sinceramente joder a Michael. - mintió.
- ¿Quién me asegura que en cuanto me tengas liberaras a Sam?
- Nadie Dean, solo te queda correr el riesgo. - Dean pensó aquellas palabras durante un momento antes de responder.
- Lo encontrare maldito y cuando lo haga te mandare de vuelta al agujero de donde saliste.
- Entonces… - Lucifer extendió su mano el demonio a sus espaldas termino con la vida de su hermano.
- Dean… - dejo escapar de sus labios rotos y cubiertos de sangre, mientras la vida se apagaba de sus ojos color avellana.
Su cuerpo marcado por las torturas aplicadas sangraba profusamente hasta que la última gota abandono su cuerpo, tiñendo su piel de un tono gris que hizo enfermar a Dean, las viseras colgando de la herida en su abdomen y su corazón latiendo por última vez en la mano de aquel demonio que le miraba sonriente.
Dean se dejo caer de rodillas ante tal imagen, su corazón se había roto pedazos tan pequeños y de una forma tan dolorosa que su pecho ardía ante la sensación. Golpeo con todas sus fuerzas el suelo bajo su cuerpo una y otra vez con rabia.
- Es un sueño, es un sueño, ¡ES UN SUEÑO! - grito varias veces negándose a lo que veía delante de él.
- Esta en tus manos evitar todo esto Dean. - susurro Lucifer a su oído. - La salvación de tu hermano esta al alcance de tu mano.
- No, tú mientes. Nos mataras a ambos una vez que nos tengas a tu alcance.
El ángel le tomo del rostro con fuerza obligándole a ver lo que había enfrente de él. Dean esperaba encontrar el cuerpo sangrante y frio de su hermano pero lo que encontró fue algo distinto.
Sam se encontraba delante de ellos vestido completamente de blanco, tal y como el hombre a su lado, con esa misma expresión siniestra que nada tenía que ver con su hermano. Esa tranquilidad en su cara era mucho más aterradora que cualquier expresión de furia y odio que le haya visto antes, esa cara solo era el recordatorio de que hiciera lo que hiciera por más horrendo que eso fuera a él no le importaba en lo absoluto. La indiferencia por la vida era algo que le asustaba más que el propio infierno.
Una luz intensa ilumino el cuerpo abandonándolo en el acto, dejando atrás a un Sam desorientado y asustado, que le miro por unos instantes antes de que sus ojos se apagaran por segunda vez, ahora privados de la vida por la mano de Liam. Sus ojos verdes se abrieron tan grandes eran ante aquella visión, los pedazos de su corazón se clavaron en su alma, desgarrándola.
- No, no. - susurro roto por el dolor y el miedo.
- Morirá si acepta ser mi recipiente. Pero tú lo puedes evitar Dean, solo entrégate a mí.
- Yo… yo no… - balbuceo sin poder enhilar algo coherente después de todo lo que había visto.
- Aun te resistes, me habían dicho que los Winchester son duros pero jamás imagine que tanto. - dijo burlándose.
La imagen frente a ellos desapareció, sumiéndolos en la oscuridad pero la mano de Lucifer se mantenía firme apresando el rostro del cazador. Dean ahogaba el llanto de impotencia que le emanaba de los ojos, no quería seguir mostrando debilidad al desgraciado. No quería que viera como poco a poco comenzaba a doblegar su voluntad. En ese mismo instante deseaba sufrir las torturas que le propinaban cuando estaba en el infierno, las anhelaba, todo eso era mejor que ver morir a Sam ante sus ojos. La voz del ángel le saco de sus pensamientos.
- Y esto… - dijo señalando hacia el frente.
Una nueva imagen de Sam apareció, estaba igual a la última vez que le vio, sus vaqueros rotos de las rodillas y su camisa a cuadros. Se encontraba en una habitación lujosa viéndose en un gran espejo, alguien entro en la habitación. Parpadeo varias veces sin poder creer lo que veía, era él mismo. Sam le observaba aliviado. Dean no escucho lo que dijo, lo único que fue capaz de asimilar es como sacaba su colt y mataba a su propio hermano con los ojos llenos de lagrimas, para después caer en los brazos de aquel demonio de ojos azules. Dean miro fijamente el cuerpo de su hermano y después a si mismo sin poder creer lo que acababa de ver.
- … esto es lo que pasara si continuas negándote.
Dean supo en aquel momento que había perdido toda esperanza.
Continuara…