FAIL, PERO BUENO DX.
Comunidad: reto_diario.
Título: Pequeños avances.
Fandom: The Dresden Files/Katekyo Hitman Reborn.
Claim: Harry+TríoDeFrikis.
Advertencias: Spoilers del Future Arc por uno de los frikis :DU. Ubicado tres años en el futuro.
Notas: Continuación de la otra viñeta xover. ESTO ES FAIL, KAY? X|. EL ROL ME DISTRAÍA. Y no, Harry no podía seguir a los chicos así nomás. Seguro lo notaban *gota*. Oh. Y, MUSO. TU ERES TAN COOL :D.
Btw. Había empezado a escribir un bonus, pero... :| No se dejó.
No quería tener que recurrir a Marcone. Realmente estaba evitando esa posibilidad hasta que todo se agotara completamente. Pero ya había intentado hasta pedirle a Thomas que le ayudara con sus fuentes (y su posibilidad de, ya saben, acercarse a una computadora), mas nada había aparecido sobre aquel grupo de niños extranjeros. Bueno, era de esperarse, la Mafia sabría cuidarse de esas cosas.
Y de momento prefería mantener a Murphy alejada de ese asunto. Involucrarla en algo relacionado con la Mafia era peor para su carrera que tener que encargarse de criaturas sobrenaturales.
Viendo la hora, Harry decidió dejar la búsqueda para más tarde. Lo mejor era que regresara a su casa (tal vez aprovechando su nuevo dinero para pasar por McAnally antes), intentara pensar otras opciones y si nada se le venía a la mente… Bueno, tendría que llamar a Marcone.
Por suerte no fue necesario, porque al abrir la puerta de su oficina para abandonarla, se encontró con tres adolescentes parados frente a él que parecían estar a punto de golpear.
Y podía reconocer perfectamente a dos de ellos. Porque estaban en la fotografía que su clienta le había mostrado horas atrás.
No pudo contener el impulso de decir algo inteligente como…
-Uh. ¿Qué hacen aquí, niños?
Los tres jóvenes le devolvieron la mirada, todos con distintas expresiones en sus rostros, pero con un similar brillo de emoción en sus ojos. Le era muy fácil a Harry olvidar que eran parte de la Mafia.
Además, ¿cuántos años tenían? El mayor se veía de unos dieciocho, y los otros dos parecían menores. Especialmente el niño de extravagante cabello verde. ¿Cuántos tenía? ¿Trece? Y la niña que se encontraba entre ambos, se veía de por sí tan frágil e inocente que Harry sentía el instinto inmediato de protegerla. ¿De qué? No lo sabía.
Fue el menor de los tres quién habló, con un tono de voz monótono y bastante desinteresado. Aparentemente, el mayor del grupo estaba demasiado emocionado para decir algo.
-¿Es usted Harry Dresden?
Harry señaló la inscripción en la puerta de su oficina como toda respuesta, mientras asentía.
Fue entonces cuando el joven de cabello gris le tomó por los hombros (obligando al hombre a agacharse levemente en el proceso por la diferencia de alturas) y, con los ojos brillándole, preguntó casi gritando:
-¿Es cierto que eres un mago? ¿Y que haces magia de verdad?
Harry miró la mano que ahora se apoyaba en su hombro, y reconoció inmediatamente uno de los siete anillos que debía recuperar. Luego dirigió sus ojos hacia la muchacha que se mantenía en silencio, y también en su mano (que apretaba fuertemente su mochila contra su pecho) vio otro de los anillos. El más pequeño de los tres no llevaba nada de su interés, pero curiosamente la forma en que estaba mirándolo le causó un leve escalofrío. Como si supiera lo que Harry había buscado en los otros dos chicos.
Bien, perfil bajo sería en esta ocasión. O algo así. Lo mejor que podía hacer era observarlos.
Aunque honestamente. Sólo a él le pasaba algo así. ¿Que el grupo de mafiosos a los que estaba buscando resultaran ser fans? ¿A quién le ocurre eso?
-Uhm. Sí. -“Otra respuesta inteligente, Harry. Así se hace”
-¡Lo sabía!
El menor de los tres se encogió un poco de hombros.
-Podría estar mintiendo, idiota de la tormenta. No deberías creer todo lo que te dicen.
-Fran… -Esa fue la primera vez que escuchó la voz de la muchacha, quien le dirigió una mirada suplicante al pequeño de cabello verde.
Harry se quitó de encima las manos en sus hombros, y miró a los niños.
-No estoy aquí para darles demostraciones de magia, chicos. Si eso era todo lo que buscaban, pueden volverse a sus casas.
Dicho esto, el mago cerró con llave la puerta de su oficina, y pasó de largo a los chicos para salir del edificio.
-Te lo dije, perrito faldero.
-¡Que no me digas así! -exclamó Gokudera-. ¡No has probado nada, idiota!
-Y tú tampoco. No lo creeré hasta que lo vea.
Harry no alcanzó a escuchar cómo siguió esa discusión, pues comenzó a bajar las escaleras para salir de allí.
Miró el par de cabellos plateados que llevaba en su mano, casi invisibles a simple vista. Benditos fueran sus talentos Ninja (Thomas podía enseñarle algo útil de vez en cuando). Bueno, ahora tenía una forma de averiguar dónde se hospedaban esos niños sin necesidad de recurrir a Marcone.
Eso era un avance.
Título: Pequeños avances.
Fandom: The Dresden Files/Katekyo Hitman Reborn.
Claim: Harry+TríoDeFrikis.
Advertencias: Spoilers del Future Arc por uno de los frikis :DU. Ubicado tres años en el futuro.
Notas: Continuación de la otra viñeta xover. ESTO ES FAIL, KAY? X|. EL ROL ME DISTRAÍA. Y no, Harry no podía seguir a los chicos así nomás. Seguro lo notaban *gota*. Oh. Y, MUSO. TU ERES TAN COOL :D.
Btw. Había empezado a escribir un bonus, pero... :| No se dejó.
No quería tener que recurrir a Marcone. Realmente estaba evitando esa posibilidad hasta que todo se agotara completamente. Pero ya había intentado hasta pedirle a Thomas que le ayudara con sus fuentes (y su posibilidad de, ya saben, acercarse a una computadora), mas nada había aparecido sobre aquel grupo de niños extranjeros. Bueno, era de esperarse, la Mafia sabría cuidarse de esas cosas.
Y de momento prefería mantener a Murphy alejada de ese asunto. Involucrarla en algo relacionado con la Mafia era peor para su carrera que tener que encargarse de criaturas sobrenaturales.
Viendo la hora, Harry decidió dejar la búsqueda para más tarde. Lo mejor era que regresara a su casa (tal vez aprovechando su nuevo dinero para pasar por McAnally antes), intentara pensar otras opciones y si nada se le venía a la mente… Bueno, tendría que llamar a Marcone.
Por suerte no fue necesario, porque al abrir la puerta de su oficina para abandonarla, se encontró con tres adolescentes parados frente a él que parecían estar a punto de golpear.
Y podía reconocer perfectamente a dos de ellos. Porque estaban en la fotografía que su clienta le había mostrado horas atrás.
No pudo contener el impulso de decir algo inteligente como…
-Uh. ¿Qué hacen aquí, niños?
Los tres jóvenes le devolvieron la mirada, todos con distintas expresiones en sus rostros, pero con un similar brillo de emoción en sus ojos. Le era muy fácil a Harry olvidar que eran parte de la Mafia.
Además, ¿cuántos años tenían? El mayor se veía de unos dieciocho, y los otros dos parecían menores. Especialmente el niño de extravagante cabello verde. ¿Cuántos tenía? ¿Trece? Y la niña que se encontraba entre ambos, se veía de por sí tan frágil e inocente que Harry sentía el instinto inmediato de protegerla. ¿De qué? No lo sabía.
Fue el menor de los tres quién habló, con un tono de voz monótono y bastante desinteresado. Aparentemente, el mayor del grupo estaba demasiado emocionado para decir algo.
-¿Es usted Harry Dresden?
Harry señaló la inscripción en la puerta de su oficina como toda respuesta, mientras asentía.
Fue entonces cuando el joven de cabello gris le tomó por los hombros (obligando al hombre a agacharse levemente en el proceso por la diferencia de alturas) y, con los ojos brillándole, preguntó casi gritando:
-¿Es cierto que eres un mago? ¿Y que haces magia de verdad?
Harry miró la mano que ahora se apoyaba en su hombro, y reconoció inmediatamente uno de los siete anillos que debía recuperar. Luego dirigió sus ojos hacia la muchacha que se mantenía en silencio, y también en su mano (que apretaba fuertemente su mochila contra su pecho) vio otro de los anillos. El más pequeño de los tres no llevaba nada de su interés, pero curiosamente la forma en que estaba mirándolo le causó un leve escalofrío. Como si supiera lo que Harry había buscado en los otros dos chicos.
Bien, perfil bajo sería en esta ocasión. O algo así. Lo mejor que podía hacer era observarlos.
Aunque honestamente. Sólo a él le pasaba algo así. ¿Que el grupo de mafiosos a los que estaba buscando resultaran ser fans? ¿A quién le ocurre eso?
-Uhm. Sí. -“Otra respuesta inteligente, Harry. Así se hace”
-¡Lo sabía!
El menor de los tres se encogió un poco de hombros.
-Podría estar mintiendo, idiota de la tormenta. No deberías creer todo lo que te dicen.
-Fran… -Esa fue la primera vez que escuchó la voz de la muchacha, quien le dirigió una mirada suplicante al pequeño de cabello verde.
Harry se quitó de encima las manos en sus hombros, y miró a los niños.
-No estoy aquí para darles demostraciones de magia, chicos. Si eso era todo lo que buscaban, pueden volverse a sus casas.
Dicho esto, el mago cerró con llave la puerta de su oficina, y pasó de largo a los chicos para salir del edificio.
-Te lo dije, perrito faldero.
-¡Que no me digas así! -exclamó Gokudera-. ¡No has probado nada, idiota!
-Y tú tampoco. No lo creeré hasta que lo vea.
Harry no alcanzó a escuchar cómo siguió esa discusión, pues comenzó a bajar las escaleras para salir de allí.
Miró el par de cabellos plateados que llevaba en su mano, casi invisibles a simple vista. Benditos fueran sus talentos Ninja (Thomas podía enseñarle algo útil de vez en cuando). Bueno, ahora tenía una forma de averiguar dónde se hospedaban esos niños sin necesidad de recurrir a Marcone.
Eso era un avance.