Título: Total y absolutamente inocente.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Tsuna/Gokudera.
Advertencias: No hay spoilers en general, pero sí está como inspirado en un par de escenitas del anime en el Arco del Futuro. Sosedad y OoC :).
Notas: Este fic es muuuuuuuuuy sencillo y bobo *gota* NO esperen mucho de él. Honestly .o. Pero bleh, al menos escribí esta porquería -W-.
Reborn había sido quien se lo había señalado, con una sonrisa de maligna diversión en su infantil rostro, y un poco sutil “realmente eres un idiota si no te diste cuenta”. Tsuna sencillamente había respondido mirándolo con pura incredulidad, mientras sus mejillas rápidamente iban tiñéndose de un brillante tono de rojo por la vergüenza.
Sin embargo, no le había dado demasiadas vueltas al asunto entonces. De hecho, descaradamente había cambiado el tema de la conversación, y había evitado volver a acercarse a él durante bastante tiempo (aunque de vez en cuando, su mente no podía evitar preguntarse si…).
Pero claro, hay un límite sobre cuánto uno puede evitar un tema, y no tardó en llegar el momento en que éste regresó a Tsuna, esa misma tarde cuando quiso detener a Gokudera de sus intentos de asesinato hacia Lambo.
Él “inocentemente” había colocado sus manos en el pecho del Guardián con la intención de detenerlo, mientras a su espalda Lambo se burlaba del italiano, no ayudando para nada en su situación. Y no había movido sus manos ni un milímetro de su lugar mientras le explicaba a Gokudera que no podía matar al niño, no importaba lo molesto que éste fuera, ni que él mismo quisiera colaborar en su asesinato de vez en cuando, a fin de cuentas sólo era un pequeño de cinco años especialmente molesto.
Y aún cuando el Guardián de la Tormenta se había calmado un poco (aunque llevaba los cartuchos de dinamita todavía en sus manos), Tsuna no había cambiado de posición, incluso si ya no era tan necesario que estuviera deteniendo al otro chico.
Fue entonces cuando lo recordó, lo que le había comentado Reborn, y al voltearse a ver a su tutor notó que éste le sonreía con malicia, y con un “te lo dije” grabado en la mirada.
Porque las palabras del Arcobaleno le habían señalado justamente eso, que cada vez que Tsuna debía detener a Gokudera para evitar que asesinara a alguien, se pasaba bastante tiempo ‘sintiendo’ el pecho de su Guardián o tomándolo de la mano. Y no era necesario que lo hiciera, en lo absoluto.
El joven castaño se separó rápidamente de Gokudera, con el rostro completamente rojo, agradeciendo que el otro chico se hubiera distraído y no notase el sonrojo de su Jefe.
No, Reborn estaba absolutamente equivocado, se dijo entonces. No había ninguna implicación en sus actos. No importaba que todo indicase lo contrario…
…Ni que una partecita de su mente estuviera arrepintiéndose por haber tenido que separarse tan “pronto” de Gokudera.