39
{viñeta: tocar} (original: sucia sociedad)
personajes. saoul psycho, raoul monster, marizza dalton.
tabla. musical.
notas/advertencias. slash y lime del verbo explícito.
palabras. 450.
(para viperusclaymore)
Dentro se oyen risas. No risas como las de Lioba y Némesis pasándose los chismes del día ni risas sarcásticas como las de Lydia y Nívea cuando se pelean. Estas son risas divertidas.
Traviesas, se atrevería a decir.
Abre la puerta sin pensárselo dos veces y permanece en el umbral, mirando hacia dentro con dificultad. Hay poca luz, pero los distingue. Ella se arregla su blusa lo más rápido que puede y él la suelta. Se sienta en la cama y ella pasa al lado de él.
Saoul enciende la luz y cierra la puerta con seguro, ignorando que su compañero no lleva la camisa azul que traía a la hora de la comida y que su pantalón no lleva el único cinto que tiene. Y de haberse fijado más, podría distinguir el color de sus bóxers.
Toma el bajo y empieza a tocar la misma cuerda una y otra vez. Luego cambia. Luego otra vez. Y otra vez. Se vuelve más rápido y más fuerte el sonido. Raoul sólo le mira, hasta que siente que no puede soportarlo más. Se levanta con pereza y apaga el amplificador. No se ha molestado en ponerse la camisa que está tirada en el suelo; no la ha visto.
Tiene la mano izquierda en los ojos y la otra a la altura de la cadera; el gesto parece cansado, como si eso se repitiese una y otra vez. La escena, quiere decir. Como si que sucediera eso una y otra vez le cansase.
(Y es que sí le cansa.)
-Terminas siendo tú el idiota. -murmura Saoul, cerrando los ojos y encendiendo el amplificador. No le importa. -Mejor que vayas dejando esa rutina de venir aquí con ella, porque…
-Cállate. -se voltea hacia a él y le quita el bajo. Lo deja al aire, sosteniéndolo con ligereza, y lo coloca en el suelo, aprovechando la poca altura para acorralar a su amigo. -Sabes que en el fondo no quiero…
-Pero te ríes. -entorna los ojos, pasando su mano derecha a su nuca, para atraerlo. -La tocas y lo disfrutas. Como si de una puta guitarra se tratara.
Raoul se ríe y niega con la cabeza, mirándolo con esos ojos castaños que sabe que tanto le gustan.
-Y a ti no te gusta. -atrapa su labio inferior entre sus dientes y se ríe. -No te gusta que la toque a ella. Quieres que te toque a ti.
Baja una mano izquierda peligrosamente por la pierna de Saoul y éste asiente.
-Conmigo no vas a desafinar. -promete, antes de besarle, suspirar inconscientemente y callarse.
Raoul se ríe.
(Y es que, joder, cómo le gusta que utilice ese tipo de metáforas que están relacionadas con la música.)
personajes. saoul psycho, raoul monster, marizza dalton.
tabla. musical.
notas/advertencias. slash y lime del verbo explícito.
palabras. 450.
(para viperusclaymore)
Dentro se oyen risas. No risas como las de Lioba y Némesis pasándose los chismes del día ni risas sarcásticas como las de Lydia y Nívea cuando se pelean. Estas son risas divertidas.
Traviesas, se atrevería a decir.
Abre la puerta sin pensárselo dos veces y permanece en el umbral, mirando hacia dentro con dificultad. Hay poca luz, pero los distingue. Ella se arregla su blusa lo más rápido que puede y él la suelta. Se sienta en la cama y ella pasa al lado de él.
Saoul enciende la luz y cierra la puerta con seguro, ignorando que su compañero no lleva la camisa azul que traía a la hora de la comida y que su pantalón no lleva el único cinto que tiene. Y de haberse fijado más, podría distinguir el color de sus bóxers.
Toma el bajo y empieza a tocar la misma cuerda una y otra vez. Luego cambia. Luego otra vez. Y otra vez. Se vuelve más rápido y más fuerte el sonido. Raoul sólo le mira, hasta que siente que no puede soportarlo más. Se levanta con pereza y apaga el amplificador. No se ha molestado en ponerse la camisa que está tirada en el suelo; no la ha visto.
Tiene la mano izquierda en los ojos y la otra a la altura de la cadera; el gesto parece cansado, como si eso se repitiese una y otra vez. La escena, quiere decir. Como si que sucediera eso una y otra vez le cansase.
(Y es que sí le cansa.)
-Terminas siendo tú el idiota. -murmura Saoul, cerrando los ojos y encendiendo el amplificador. No le importa. -Mejor que vayas dejando esa rutina de venir aquí con ella, porque…
-Cállate. -se voltea hacia a él y le quita el bajo. Lo deja al aire, sosteniéndolo con ligereza, y lo coloca en el suelo, aprovechando la poca altura para acorralar a su amigo. -Sabes que en el fondo no quiero…
-Pero te ríes. -entorna los ojos, pasando su mano derecha a su nuca, para atraerlo. -La tocas y lo disfrutas. Como si de una puta guitarra se tratara.
Raoul se ríe y niega con la cabeza, mirándolo con esos ojos castaños que sabe que tanto le gustan.
-Y a ti no te gusta. -atrapa su labio inferior entre sus dientes y se ríe. -No te gusta que la toque a ella. Quieres que te toque a ti.
Baja una mano izquierda peligrosamente por la pierna de Saoul y éste asiente.
-Conmigo no vas a desafinar. -promete, antes de besarle, suspirar inconscientemente y callarse.
Raoul se ríe.
(Y es que, joder, cómo le gusta que utilice ese tipo de metáforas que están relacionadas con la música.)