Title: Where Jung Hoseok is actually a dork and only realised now that he has a fucking crush on his childhood friend (and also how very amused is Kim Namjoon about it)
Fandom: BTS (Bangtan Sonyeondan)
Pairing: Hoseok/Jiminkinda
Rating: G
Words: 767p
Disclaimer: Nada es mío, bla bla blá...
Notas: Para
mindupingu, welcome to the world of dorks, derps and trolls. Hope pun intended you don't mind coughi'msuchanidiotcough that it's very small. Wrote with all my love :333
Era estúpido, simple y completamente idiota. Jung Hoseok no podía dejar de darse cabezazos contra el muro mental que tenía erigido alrededor de su única neurona funcional… A la par que se daba cabezazos contra su pupitre, en su clase, en su instituto… Enfrente de un muy divertido Kim Namjoon, que mantenía la compostura a duras penas sólo por salvarse el orgullo. Porque Hoseok lo conocía y sabía a la perfección que Namjoon podía tirarse en el suelo a rodar de la risa si algo le resultaba hilarante. Como la situación en la que se hallaba Hoseok. Porque era idiota. Y todo por culpa de la persona que le había saludado hacía apenas dos segundos atrás desde la cancha de baloncesto a la que daba la ventana de su clase, esa que Hoseok tenía al lado durante nueve estúpidos y larguísimos meses donde, una y otra vez a lo largo de siete interminables meses, Park Jimin le saludaba todos los estúpidos jueves a las nueve de la mañana desde su clase de educación física. ¿Y cómo cojones una persona podía estar sonriendo a esas infernales horas donde había más sueño que otra cosa recorriendo su cuerpo?
Pero claro… Hoseok se olvidaba que Park Jimin era una bola de energía repleta de sonrisas estúpidas donde esos adorables ojos desaparecían para dar paso a unos dientes relucientes tipo profident y unas manos, pequeñas y de meñiques encantadores, se agitaban de un lado para otro cada vez que hablaba entusiasmado. Lo que sucedía algo así como el noventa y nueve por ciento de las ocasiones. Porque Hoseok lo sabía. Conocía a Park Jimin desde que este tenía cuatro años y a su sonrisa le faltaban un par de dientes de tanto tropezarse y caerse en el barro del parque.
Así que, básicamente, Jung Hoseok se encontraba esa mañana soleada y resplandeciente de mayo maldiciendo su suerte, a la par que a Kim Namjoon (por reírse de él, aunque intentara esconderlo el cabrón tras sus estúpidos apuntes de inglés que Hoseok tenía que copiar aún). Porque nadie podía tener una suerte más catastrófica que la suya. Porque, ¿quién coño se daba cuenta que estaba colgado por su amigo de la infancia en su último año de instituto? Encima sólo porque un compañero de susodicho amigo había decidido que arrojar un cubo repleto de agua encima de Park Jimin era una buena idea cuando este iba con una puñetera camiseta blanca, que ahora estaba pegada al cuerpo de ese crío de 17 años con el que había compartido risas, llantos y heridas de batalla.
Sí, definitivamente, Jung Hoseok era el idiota más grande del mundo porque por un par de segundos había hecho exactamente lo mismo que todas las chicas falsaspedantesridículamentesuperficiales que asistían a la misma clase que su amigo de la infancia… Se había quedado mirando fijamente cómo la camiseta se pegaba a un abdomen musculado y perfecto donde (su sunbae Min Yoongi hubiera dicho, si hubiera estado todavía en el instituto) se podía lavar la ropa tranquilamente. Lo peor es que Hoseok sabía que toda la piel bajo esa camiseta era suave, con un tono dorado como el resto de su cuerpo, porque después de todo era su amigo de la infancia y los dos compartían la pasión por el baile. Y, sí, Hoseok era gilipollas por percatarse del crush que tenía por ese mismo amigo con el que bromeaba de camino a casa todas las tardes después de todo un día separados, pero no, porque estaban en el mismo instituto y sus horas de almuerzo coincidían y tenían más amigos en común. Como el imbécil de Kim Namjoon que ya ni siquiera trataba de esconder las carcajadas que gorgoteaban de su boca y las lágrimas que viajaban libres por su cara de tanto reírse. Y, shit! No podía dejar que Namjoon le dijera nada a Jimin porque… ¿Y si a Jimin le gustaba alguien y no se lo había dicho? ¿Y si Namjoon se lo decía delante de Hoseok y Jimin ponía esa cara de circunstancias que se apoderaba de sus facciones cada vez que se encontraba incómodo? Nononononono. Definitivamente Hoseok no podía permitírselo. Quizás esa nueva mesa de mezclas portátil a la que tantos ojitos le ponía Namjoon sería una buena razón para que el cabrón no suelte prenda. Sí, eso puede funcionar… Ahora sólo necesita mirar cuánto dinero tiene en su cerdito de terracota y contabilizar cuánto más le faltaría ahorrar.
De momento, hay unos apuntes de inglés que necesita copiar para el examen del día siguiente. Después de todo, siempre dicen que mañana es otro día.