Título: Ángel y Dani y todo eso.
Fandom: Sé lo que hicisteis.
Pairing: M2 (Ángel/Dani)
Rating: PG-13. Hay un beso mu sessi y chicos enamorados.
Resumen: Ángel y Dani vistos a través de los ojos del equipo al completo. Incluyéndolos a ellos.
Notas: Pre-fuga de reporteras.
Ángel y Dani y todo eso
Patricia
Patri se hace la tonta, pero lo sabe. Cuando ve al enano y al avioncitos hablando en voz baja en el sofá del backstage, lo sabe. Y cuando los pilla en el camerino de Ángel muy, muy cerca, es que lo sabe. Tanto “uh, calla tarada” y “uh, somos unos cómicos tan guays”, pero a ella no la engañan. No, señor. A Ángel se le nota un poco menos, pero ¿a Dani? A Dani se le ven los colmillos de la risa cada vez que hacen el informativo. Y Ángel no hace más que seguirle el rollo y sonreír con arruguitas alrededor de los ojos.
¡Cómo es posible que el resto del mundo no se dé cuenta!
¡Es tan obvio! ¡Es más obvio que si dejas una hora a Miki en los camerinos de las chicas seguirá el rastro de la ropa interior y la encontrará! ¡Más obvio que Pilar siendo la portada de FHM! ¡Más obvio que...!
¡... algo muy obvio!
¡Ángel y Dani van a regalarle un poni por su cumpleaños!
Pilar
A Pilar le parece perfecto que cada uno en este programa haga lo que le dé la gana. Bueno, no le parece perfecto del todo porque ella no definiría como ‘perfecto’ hacer medio programa con nata en la cara. Pero está a favor de la libertad de expresión, de culto, de sexualidad, de hablar por teléfono a cinco minutos de empezar a grabar. De todas esas cosas.
Cuando sube para grabar un sketch que comparte con Dani y Miki, se lo encuentra hablando por el móvil como si estuviera hablando con su novia mientras Miki se pone el bigote de Julián Muñoz frente a un espejo. Se encoge de hombros, entra con el guión en la mano y escucha un trozo de la conversación.
- Cuando baje, ¿vale? No seas impaciente.
Se ríe como un tortolito y se despide con un “ay, qué tonto estás” antes de colgar.
- ¿Con quién hablabas? - pregunta.
Dani da un respingo y pone cara de no haber roto nunca un plato. No es tan buen actor como él se cree.
- Con... con nadie. Con nadie. ¿Por qué?
- Nada chico, me ha parecido que te ponías rojo.
Pilar se retoca la peluca al lado de Miki (“Pilar, guapa, no me tapes la luz”) y no puede evitar reírse ante la cara de descompuesto de Dani.
- Pues hablaba con mi madre, fíjate.
- Ah.
Miki
Miki no puede aguantarse la risa en tres tomas y a la cuarta lo consigue. Y, además, él sabe perfectamente que Dani no estaba hablando con su madre. Lo sabe desde que pilló a Ángel y a Dani en la sala de redacción haciendo bromas sobre hacer que el Ángel y el Dani de los informativos se morrearan y, acto seguido, hacerlo. Los vio por error, porque en realidad se supone que no tenía que estar allí y porque estaba buscando excusas para tener que dejar de trabajar.
No dijo nada a nadie entonces y no lo hará ahora.
Miki está de acuerdo con todo lo que pase en el programa, la magia de la televisión, los personajes que le asignen y las voces que tenga que doblar. No es un tío demasiado exigente, se lleva bien con sus compañeros, duerme ocho horas y se toma una caña después de haber ido al gimnasio. Dani y Ángel son amigos suyos, tíos normales. La única diferencia es que a él le gustan las chicas del programa y ellos eligen gustarse entre ellos.
Tiene sentido en el fondo.
Cada uno elige mojar el churro donde más le gusta.
- ¡Ay omá, la rubia del vestido tan corto!
Pues eso, donde a cada uno le guste.
Berta
Pilar y ella escapan de Miki mientras discuten sobre la longitud de sus vestidos cuando ven pasar a Ángel y Dani cuchicheando por el pasillo. Están en el aire, Jose y Mario están haciendo el tonto fuera mientras los demás se preparan para hacer otras cosas. Los dos van vestidos con chaqueta y corbata para hacer el informativo.
Las ignoran al pasar, pero no es nada nuevo. No es que sean antipáticos, ni nada por el estilo, normalmente saludan y todo. Berta sabe que cuando están en ese plan, es mejor dejarlos estar. Sí, en plan: “estamos tramando algo malo, algo grande, algo digno de la mayor demanda de la historia”. Ése.
- A saber en qué estarán pensando estos dos... - deja escapar cuando ya no pueden oírlas.
- Pues seguramente alguna guarrada - contesta Pilar, sin inmutarse.
- ¿Guarrada?
- Creo que Dani tiene nueva novia.
- Vaya.
Berta es la chica lista del programa, pero no tiene ni la más mínima idea de qué pone la Sexta en las croquetas para que la gente esté así de mal.
Jomario
Cuando Ángel y Dani insisten en meter en el guión que ellos dos se casan, la idea les parece estupenda y se parten de la risa. Los chistes son buenos, la justificación es lo suficientemente aceptable para no llegar a ser mala de cojones. Lo que no entienden es por qué.
- ¿Por qué crees que Ángel y Dani estarán metiendo tanta... cosa gay en los guiones? ¿Te has fijado? - le pregunta Jose a Mario antes de salir a cantar Reporteros.
- No sé, quillo - le contesta éste, dando un mordisco a un bocata de choped. - Estarán intentando captar más audiencia.
- Ya.
Esa explicación le vale.
Rober
A Rober nadie le pregunta. Bueno, de vez en cuando alguien no sabe dónde está el baño y él dice “al fondo a la izquierda” y sonríe y le dan las gracias. No suelen preguntarle mucho más.
Pero si alguien le preguntara, Ángel y Dani se saben su nombre. Suelen ser majos. Le dan palmaditas en el hombro cuando nadie les ve. No están mal.
Cristina
Hace un sketch con Ángel aquella mañana sobre bebés mutantes. Es nueva y todavía impresionable: no entiende de dónde sacan algunas ideas en este programa y aún intenta entenderlo. Algún día se dará por vencida, seguro. Pero ella interpreta su personaje, se deja llevar y las cosas no suelen salir mal. Es lo que ha aprendido en estos meses.
Ángel y Dani le caen bien. Son tíos majos.
Además los ve muy colegas, crean muy buen rollo con el resto de compañeros y se ve que entre ellos se entienden.
Son unos tíos majos.
Alberto
Ángel y Dani le parecen dos tíos divertidos. Ángel ya era uno de sus ídolos cuando empezó a trabajar allí: había visto todos sus monólogos de la Paramount en Youtube y sus cortos también. Quizás Sitges-Nagasaki no fue el mejor contrato que hizo en su vida, pero Ángel era el alma de esa película. Qué dice, el alma. La estrella.
A Dani no lo conocía tanto, pero ahora le parece un cómico y un tío guay. Con todos sus programillas y sus monólogos y sus ideas. Es hiperactivo, es acojonante cómo no para nunca. Y su voz es... es muy guay, también.
Los dos le caen de puta madre, pero no lo dice nunca porque la humillación sería infinita.
Es mejor leer el foro y pelearse con Ángel al principio de su sección. Porque, ¿algún día? Algún día él será grande.
- ¡Ya estamos con lo de que soy soso! ¡Pues tú eres un enano, que sé que tienes alzas en tu camerino en plan Pablo Motos! ¡Listo, que eres un listo!
Algún día.
Ángel
Siempre han estado juntos, así que supone que es el curso natural de las cosas. Que Dani un día le bese jugando a la Play. Que se besen otro día mirando un partido de fútbol que, de verdad, no le interesa una mierda. Que empiecen a besarse más a menudo, a tocarse más a menudo, a meter subtexto gay en los guiones porque no pueden con la gracia que les hace toda esta situación.
- Siempre probando la mercancía y nunca comprando. Hay que ver qué malo eres.
Dani siempre ha estado ahí, sería estúpido negarlo. Dani siempre ha estado cuando lo ha necesitado, a su lado, en todas partes. Han vivido juntos, han grabado videoclips chorras juntos, comparten horas y horas de videojuegos juntos e incluso cenan todos los sábados juntos. Trabajan juntos, se van de vacaciones juntos. Compartieron cama cuando llegó a Madrid con una mano delante y otra detrás, por el amor de Dios.
Negar las evidencias debe ser una de las cosas más ridículas de este mundo después de la forma de hablar del Muñeco Ventrílocuo.
Alguien grita que faltan dos minutos para volver de la publi de los informativos y Dani le susurra en el oído “Después de mi sección, en tu camerino.”
Dani siempre ha estado ahí, más profundo, más adentro.
Dani
Al principio le aterra, luego le divierte. Todo el juego de “somos amigos, pero nos besamos” y luego “sí, seguimos siendo amigos, pero zumbamos”. Bueno, no tiene excusas esta vez. Su madre ya lo decía mucho: “Daniel, no me pongas excusas”. Esta vez no las pongo mamá, esta vez sí que no.
Le quiere y punto. Como se quiere a un hermano, sí. Y tal vez un poco más. Como se quiere a un colega al que le quieres arrancar la ropa todo el tiempo. Ese tipo de amor.
Le gusta así, qué puede decir. Hacen chistes al respecto y es cómodo y es fácil. Y es Ángel, es su colega de toda la vida. Dani nunca ha sido un tipo de gustos difíciles. Le sacaron en la Cuore bajando la basura con pinta de haber pasado las tres peores resacas de su vida todas juntas, ya no hay nada que esconder a nadie. Si es que todavía quedara alguien a quien esconderle cosas. Nah. Es mucho más sencillo que todo eso. Sólo es asunto de ellos dos. El resto puede hacer lo que le venga en gana.
Hacen el informativo y consigue hacer reír a Ángel dos veces con chistes sobre su sexualidad. Inevitablemente, se parte la caja con el porrazo a Telecinco.
Se lo pasa bien haciendo el programa, pero no puede esperar a terminar.
Tiene una cita.
Ángelydani
Así es como lo pronuncian todos, así es como son cuando se encuentran en el camerino. Están tan pegados que nadie podría decir con certeza que son dos personas distintas. Se comen despacio. Dani le arranca un gemido a Ángel, le muerde el labio inferior, luego le empotra contra el armario y ya no saben qué está pasando porque no saben quién está gimiendo. Probablemente los dos.
Se lamen un rato, hacen cosas sucias sobre el sofá de Ángel que, mientras Dani se baja los pantalones, hace un chiste sobre Ikea.
- Ángel tío, ¡no me cortes el rollo de esta manera! ¡Me la has dejado mustia!
Lo leyó alguna vez en algún sitio: “Si te ríes durante el sexo, significa que está siendo satisfactorio.” Ángel va a decirlo, pero le ahoga la lengua de Dani y un ruido en la puerta.
Ay va.
Patricia (otra vez)
- ¡Hola chicos! ¿Qué estáis haciendo?
Ha venido corriendo, así que está toda despeinada. Pero Ángel y Dani no tienen mejor aspecto. Dani se sienta al lado de su amigo, sin pantalones y con la mirada en el suelo y Ángel, sin camisa, esboza la mejor sonrisa de “esto que has visto ha sido una alucinación tuya”. No sabe por qué, pero bueno. Si no fueran sus mejores amigos, pensaría que son muy raritos.
- Eh... Patricia. Mira, es que nosotros...
- Es que Ángel tiene una marca en la espalda. Y yo tengo una marca aquí en la pierna. Y las estábamos comparando - suelta Dani de repente.
- Claro, los tíos siempre estáis comparando cosas. Me lo dice mucho mi vecino.
Se sienta en la silla frente al espejo y la hace girar con la punta de los pies mientras canturrea la melodía de Tarta de Fresa.
- Patricia, ¿a qué has venido?
- ¡Ay, es cierto, casi se me olvida! - se saca un papel arrugado del bolsillo del vaquero y se lo tiende a Ángel, que lo coge con cara de no saber qué coño está pasando. - Os invito a mi fiesta de cumpleaños, ¿vale? Ahí pone dónde es y cómo tenéis que venir vestidos. ¡No os vistáis de Batman y Robin, que ya no tiene gracia!
Se queda dos segundos en silencio y luego reacciona.
- ¡Ay, mierda! ¡Tengo que irme!
Se levanta de la silla de un saltito y les saluda con dos besos a cada uno.
- ¡Adiós chicos!
- A-adiós, Patricia.
- Ah, y recordad - vuelve sobre sus pasos para mirarlos con los ojos entrecerrados. - Si mi regalo no tiene cola de poni, orejas de poni, ojos de poni, cuerpo de poni, patas de poni y en general, no sea un poni, no lo quiero.
- Venga, Patri, que no vas a llegar a ver a Pocoyó - la apremia Dani.
- ¡Uy, es cierto! ¡Hasta luego, carahuevos!
Cuando Patri coge el coche, está segura de que su fiesta de cumpleaños va a ser la pera limonera. Pero necesita acelerar, Pocoyó debe estar a punto de aparecer en pantalla.