Fic: Una Proposición Personal 17/?

Sep 24, 2008 20:53

Fandom: Star Wars (Universo Expandido)
Pareja: Luke Skywalker y Mara Jade
Clasificación: PG-13
Género: Romance y Angst
Tiempo: Diecinueve años después de la Batalla de Yavin.
Resumen: Lo que en un principio fue un matrimonio por convenencia toma un cambio inesperado para nuestros protagonistas.

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Si varios meses atrás le hubiesen hecho una petición de tal naturaleza se hubiese negado rotundamente. Sin embargo, al encontrarse con Daala y escuchar lo que ella le solicitó, no pudo negarse. Quizás había sido el ver a Leia subir penosamente la cuesta en estos últimos días; su frustración y desasosiego ante lo que parecía ser una inminente guerra civil. Y también podría ser que el granjero le estaba influyendo de gran manera.

Ella suspiró. El granjero se llevaría una gran sorpresa cuando regresara.

Le dio una ojeada rápida a los controles de su nave y decidió retirarse por ese día. Entró a su cabina y se dejo caer sobre su cama, sintiéndose descorazonada. Sus verdes ojos buscaron su mano izquierda; su anillo relucía bajo la luz artificial de la nave. El que Skywalker le había dado en su primera cita. Intentó ahogar las dudas que le asaltaron imprevistamente. No permitiría que se adueñaran de ella. Sería lo mejor para ambos si no aceptaba las atolondradas esperanzas que Leia le proveyó.

Dos días atrás había buscado a su cuñada para informarle del pedido de Daala. Una escéptica Leia le escuchó…

-¿El almirante Pellaeon quiere firmar un tratado con nosotros? No es esa la idea que he captado.

Mara asintió, -Tal vez sea cierto pero quizás varios miembros del Imperio son los que se oponen a su idea. En ocasiones el orgullo no es propicio para pensar y ver las cosas con claridad.

Leia le lanzó una mirada perspicaz, -Hablando de orgullo…

Pequeñas sirenas de alarma sonaron en la parte trasera de su cabeza ante la aseveración de su cuñada. Fue una reacción involuntaria fruncir el entrecejo.

-¿Qué sucede entre ustedes dos?

-¿Quiénes? - Mara intentó hacerse la desentendida.

-Luke y tú. - la princesa cruzó los brazos sobre su pecho; no se permitiría amilanar.

-Lo siento mucho, Leia, a pesar de todo ese deseo tuyo de crear lazos, no esperes que comience a desahogarme contigo.

Leia decidió ignorar ese rudo comentario; Mara era simplemente Mara, -Ayer hablé con Luke y fue evasivo conmigo. Los dos están encubriendo algo.

-No estamos encubriendo nada…

-¿Qué tiene que ver Mon Mothma con su matrimonio? - le interrumpió abruptamente Leia.

La mirada helada de la comerciante hubiese disuadido a cualquier otra persona pero no así a Leia que había encarado a su propio padre cuando era un señor del Sith. No es que los ojos verdes no causaran desasosiego; la determinación de la menuda princesa era más fuerte.

-De acuerdo, yo contestaré por ti. - y Leia se alzó de hombros, -Estoy segura de que Mon Mothma está detrás de toda la disparatada idea de su matrimonio sólo que los dos nunca pensaron que hallarían algo más.

-No sé de que hablas.

-Tal vez no. Y quizás estoy dando con certeza en el punto. Ambos han descubierto que se aman pero ninguno ha sido lo bastante inteligente para informárselo al otro.

-Luke no me ama. - su fría voz en realidad intentó encubrir el temblor en su interior.

Leia enarcó una ceja, -¿Por qué no?

-¿Por qué no? - Mara le replicó en un tono que denotaba peligro, - ¿Por qué no nos damos un viajecito por el pasado? Que tal ocho años atrás. No sé si lo recuerdes, pero yo lo llevo grabado como si hubiese sucedido ayer. Luke leyendo una nota de la roba - cuerpos. - y ella adoptó una dulzura falsa en su voz, -“Oh, Luke de mi alma, te amo pero tengo que dejarte. Pues verás, Luke de mi vida, es más importante para mi hallar mi conexión con la Fuerza que destrozarte tu corazón.”- e inhalando aire, Mara continuó, -¿Y quién crees que recogió los pedazos del suelo mientras una hermana jugaba a la gran jefe de estado?

Un silencio asfixiante descendió sobre ambas mujeres. Mara se maldijo a si misma y a su afilada lengua al ver el rostro pálido de la otra mujer. Casi en un susurro, Mara le dijo, -Lo siento. Estuve fuera de lugar.

-No. - y Leia movió su rostro de lado a lado, -Tienes toda la razón. Pude haber hecho más… debí haber estado con él. Lo abandoné en el momento que más necesitaba de mí.

-¿Ahora entiendes por qué no puedo creer que Luke me ame? Callista lo es todo para él. Es por esa razón que siempre se ha mantenido en espera, siempre solo, alejado de todo.

-Hasta que decidió casarse contigo.

Una sonrisa, que más bien parecía una mueca de auto desprecio, curvó los labios de la comerciante, -Yo no soy su elección, soy su imposición.

Leia ladeó su rostro, -¿Una imposición? -

Y esa palabra fue como una puerta a un recuerdo no muy lejano en su memoria.

-Dime, Leia, ¿crees posible una alianza entre la Nueva República y los vestigios del Imperio? - le había dicho Luke, - Sería grandioso terminar con dos décadas de guerra, ¿no?

Desorbitados ojos marrones miraron a la pelirroja. -¡Gran Fuerza! ¿Cómo no lo vi antes? Todo ha sido una maquinación atolondrada de Mon Mothma. Y ustedes, como dos tontos, aceptaron sólo que nunca imaginaron que lo que parecía ser un engaño se convertiría en lo verdadero.

Mara no pudo evitar rodar sus ojos.

-Luke te ama, Mara.

-¿Quién te lo dijo? ¿Tu hermano? - y ella dejó escapar un resoplido de incredulidad, - Te lo dije en una ocasión y vuelvo a repetirlo. Es un tonto granjero que opina que todo tiene solución. Su gran sentido de lo correcto sólo lo haría decir lo que debe decir no lo que realmente lleva en su corazón.

-¿Por qué se te hace tan difícil creer que Luke te pueda amar?

Mara miró a su cuñada; ¿qué parte no entendió? Leia continuó hablando, ignorando la mirada verde llena de contrariedad.

-De acuerdo, acepto que quizás Luke amaba a Callista. Sin embargo, ella terminó rompiendo su corazón. No puedo creer que mi hermano le continúe siendo fiel. Además el tiempo todo lo sana… Dime, ¿acaso no has repudiado todo lo que representaba para ti el Emperador?

Mara dejó escapar una helada risa burlona, -Ni lo intentes, Leia. No es lo mismo.

-No sé cual es la diferencia. -Leia se alzó de hombros, - Decidiste que el Emperador no era digno de tu fidelidad cuando descubriste todas las atrocidades que cometió. Creo que Luke es igual de inteligente. No puede continuar amando a una mujer que lo menospreció. Mi hermano también tiene su orgullo.

-Pero el Emperador no era un dechado de virtudes. Callista es el epítome perfecto de lo que debe ser todo caballero Jedi.

-En mi libro no es tan perfecta; abandonó a mi hermano. - le replicó Leia con una ceja arqueada.

Toda la presencia de Mara se transformó a una de total frialdad, dando por terminada la discusión, -No he venido hasta aquí para que indagaras sobre mi relación con Luke.

Leia captó el fastidio en la voz de la otra mujer. Lo dejaría pasar… por ahora. Retomó la conversación abandonada de unos minutos atrás.

-¿Y crees que pueda existir una copia de los documentos de Caamas en ese lugar?

-No estoy segura, pero no se pierde nada con buscar. ¿Crees que pueda existir alguna manera en la que pueda evadir mi libertad condicionada?

-No te preocupes, de lo seguro Han tiene algún truco guardado bajo su manga.

Y así fue como se halló a si misma en destino a Nirauan.

Al hallarse sola en el espacio sideral, volvió a atormentarle esa conversación con Leia. No escucharía la vocecita en su interior que le gritaba que estaba siendo cobarde, que sólo huía de una situación inconfortable. Que sólo la hacía sentirse vulnerable. Mara cerró sus ojos, intentando acallar el dolor en su interior. No podía refutar que eso era lo que más detestaba. ¿Cómo era posible que una simple mirada, una sonrisa, un pequeño gesto suyo despertara en ella toda esa gama indescribible de emociones?

Sacudiendo de su cabeza los sentimientos lúgubres, se colocó de pie y se dirigió a darse un buen duchazo. De lo seguro el agua fría le refrescaría y le ayudaría a ver las cosas con más claridad.

- - -

Un refrescado Luke abandonó la ducha, sin embargo, el agua no logró calmar su desasosiego. La fuente de su ansiedad no era cercana, sólo unos minutos atrás se había comunicado con Corran y éste le había dicho que todo estaba bajo control. No; lo que sentía era elusivo, fuera de su alcance… Yoda en una ocasión le había llamado la atención sobre esa tendencia suya. Una pequeña sonrisa curvó sus labios al recordar al diminuto Jedi verde amonestándolo al tiempo que le golpeaba el pecho con su bastoncito.

“Nunca su mente en lo que hace está.”

Admitía que el maestro tenía la razón en aquel momento más ahora, a través de los años había madurado, aprendiendo a tener paciencia y saber cuando ver el futuro con la ayuda de la Fuerza.

Artoo, que se encontraba conectado a un terminal, chirrió como si presintiera el extraño humor de su amo.

-No lo sé, Artoo. - Luke le contesto inconscientemente. Despertando de su momentáneo desvarío, le replicó, -Tomaré unos minutos para meditar, ¿de acuerdo?

El astromech le contestó con un suave silbido.

Se sentó en el suelo y cerró sus ojos entre tanto respiraba de manera acompasada para relajarse. Sus pensamientos, sus emociones -todo su ser- se alargó hacia la Fuerza y se unió a ella. E, imprevistamente, pareció emerger en el centro del universo y todo se transformó en un caleidoscopio de colores brillantes y explosivos. Todo parecía enlazarse entre sí, alegría y tristeza; odio y empatía. Vívidas imágenes viajaban a gran velocidad ante sus ojos, seres compartiendo la alegría de un momento, otros dejándose arrastrar por la sed de venganza… Luke trató calmarse, buscando su centro en la Fuerza y le halló.

Vio al escuadrón Rogue enfrentando una gran flota Imperial; luego a Han y Leia, ambos parecían tener frente suyo algo tenebroso. El pálido rostro de Leia y el ceñudo de Han le daban indicio de ello a pesar del invisible enemigo. Mas nunca estuvo preparado para lo próximo. Porque cuando pensó que la visión llegaba a su fin, una última imagen apareció de manera abrupta ante sus ojos.

El aspiró con brusquedad; era Mara. Estaba rodeada de rocas, flotando en agua. Tenía sus ojos cerrados y sus miembros flácidos… como si estuviera muerta.

“¡No! ¡Espera!” se escuchó a si mismo gritar cuando comenzó a esfumarse. Pero era tarde, había desaparecido. Abrió sus ojos y se obligó a continuar respirando. Todo su ser estaba conmocionado. Apenas había comenzado a calmarse cuando Artoo le avisó de una llamada que estaba entrando a su intercomunicador.

-¡Oh, Luke!

Su corazón bajó hasta sus pies al ver el rostro de su hermana. Deseó preguntarle por Mara pero su voz no le obedecía.

-Yo… - Leia intentaba buscar las palabras adecuadas, - Creo que debes ir a Niruaan, Luke. Lo antes posible.

fic: una proposición personal, star wars, luke/mara

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