Fic: Leyendas 4/?

Apr 26, 2008 08:30

Fandom: X-men (película)
Pareja: Pyro/Rogue
Clasificación: PG-13
Género: Romance
Palabras: 1,943
Exención de Responsabilidad: Por supuesto que nada es mío; todo le pertenece a Marvel y Fox. Si acaso, solo la idea para la trama me pertenece. Gracias.
Tiempo: Unos años después de X3.
Sinopsis: La historia esta narrada desde el punto de vista de un niño que a pesar de que su nación estaba sumergida en una guerra civil, no entendía bien la causa de esta guerra hasta que un día conoce una pareja particular.

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A la mañana siguiente Marie no estaba furiosa. Ella estaba totalmente enojada. El individuo espeluznante llamado Logan fue a su cuarto temprano en la mañana y la despertó. Los observé en silencio de pie desde el umbral de su puerta. Ella sonrió tan pronto como abrió los ojos y le reconoció. Entonces, la realidad vino estrellándose en ella; ojos marrones le miraron alerta.

-¿Logan?- ella se incorporó precipitadamente y su voz apenas alcanzaba el punto del pánico. -¿Dónde está John? ¿Está bien? ¡Por Dios, Logan, dime que él está bien! - Los ojos marrones brillaban por las lágrimas no derramadas.

-Tranquilízate, pequeña. Él esta bien ahora....

-¡¿Qué?! ¡¿Ahora?! ¿Qué quieres decirme con ahora? - Ella salió de la cama y corrió hacia el exterior, casi rozándome al pasar por mi lado. Ambos le seguimos. Estaba tan preocupada que ni tan siquiera se percató de que ella corría con sus pies descalzos. Les digo que para ser una mujer embarazada ella corría rápido. Quizás era debido al temor de saber que John no estaba bien.

Podría jurar que escuché a Logan gruñir, -Le dije a la bola de pelo que viniese y hablara con ella.

No deteniéndose ni por un segundo, ella entró al cuarto de John. Cuando la alcancé, ella se hallaba sentada en el borde de la cama, sus dedos recorriendo lentamente las facciones varoniles que habían sido suavizadas por el sueño. Su labio inferior temblaba ligeramente.

-El está bien. Todo lo que necesita en estos momentos es descansar. - quien habló fue la criatura de suave pelaje azul.

-¿Cuándo llegó? - la voz femenina era dura.

-Rogue, no queríamos …- la bestia intentó explicar.

-¡¿Cuándo llegó, maldita sea?! - ella no le permitió terminar de hablar.

Logan, que estaba parado junto a mí, le contestó, -Ayer.

-¿Porqué no me lo informaron ayer?

-Tú necesitas de tu descanso también, pequeña.

-El es mi marido, es mi deber estar a su lado.

-Pues, coño, no lo hicimos.

-Logan. - ¿Porqué ella casi se escuchaba como él, gruñendo? -Debiste haberme despertado y habérmelo dicho.

-Lo hice, hace unos minutos, ¿no?

Ella dejó escapar un bufido lleno de indignación pero no agregó nada más. Tomando una de las manos masculinas, ella masculló. -¿Qué le sucedió?

Logan y la criatura azul se enviaron uno al otro una mirada peculiar. Logan decidió que él sería el indicado para contestarle. -Campbell está utilizando mutantes para buscar a otros mutantes. Él infiltró uno de ellos entre nosotros... una ella y casi logra su propósito, hiriendo gravemente al lanzallamas.

Contuve mi respiración al ver sus ojos marrones brillando por la cólera. -¿Dónde estabas?

-Espera un jodido momento...

Ella se giró abruptamente, esos ojos marrones parecían quemarle mientras miraba a Logan fijamente. Ella dijo con lentitud mortal. -Te pedí que lo cuidaras, tú me lo prometiste.

-Y he estado haciendo mi trabajo pero él es un cabezota. Tú, mejor que nadie, sabes que a él no le gusta que lo vigilen como si fuera un bebé. - Logan contestó algo áspero. Ella cerró los ojos y respiró profundamente. En una voz apenas sobre un susurro, le escuché decir. -Lo siento, Logan.

El hombre se acercó a ella y acarició suavemente su cabeza. -Esta bien, pequeña.

Pude detectar que no era un hábito en él exhibir afecto pero aún así él no podía refrenarse para demostrar alguno hacia Marie.

-¿Despertará? - su voz tembló.

-Debería de hacerlo en cualquier momento. - la gentil bestia le contestó.

Levantando su otra mano, ella deslizó los dedos a través de su pelo rubio, -Johnny, cariño. - Ella lo llamó con suavidad. Él masculló algo ininteligible.

-Vamos cariño, despierta.

Una sonrisa dulce apareció en esos sensuales labios luego de él abrir sus ojos.

-Hola, bebé. - la voz maculina se escuchó rasposa. No realicé que había dejado de respirar hasta que oí su voz. Silenciosas lágrimas rodaron por las mejillas femeninas.

-Marie. - él la regañó suavemente. Ella puso su cabeza en su hombro, cuidadosa de no lastimarlo. No podía desviar mis ojos de ellos; siguiendo el movimiento rítmico de la mano de John que subía y bajaba a lo largo de la abundante cabellera caoba. En mi cabeza solo se repetía una frase, ‘estoy siendo testigo de lo real.'

Mi corazón sabía sin ninguna duda que ambos eran parte de una leyenda que sería narrada en años por venir. Una tradición oral transmitida de generación en generación. La más vieja historia conocida por el hombre; los tiempos oscuros llegan, destruyendo toda esperanza y fe. Inesperadamente, de las cenizas, se levanta este hombre. Él cree y eso es todo lo que él necesita. Esta fe inquebrantable es lo que lo lleva a que otros le vean y le sigan. La creencia al derecho humano sin importar si se es mutante o no-mutante, reconociendo la dignidad humana inherente que exige una igualdad de tratamiento y un igual derecho a vivir.

Y ella era su razón de seguir hacia delante, a la lucha implacable para ganar su lugar apropiado en este mundo. Todo porque él la amaba y deseaba proporcionarle un mundo seguro. Mientras les observaba fijamente por fin entendí por completo la profecía. Oscuridad y luz; tan contrarios y a pesar de ello, se atraían. La oscuridad es necesaria para la luz poder brillar y la oscuridad necesita de la luz para crear sombras. Negro en blanco. Orden en caos.

Pasó una semana antes de que John pudiese salir de la cama por si solo. Logan y Marie siempre tenían que asistirle y esto solo lograba irritarlo. Se comportaba de manera desagradable. Marie lo tomaba todo de buen agrado... siempre que ella estuviera de ánimo. No era difícil saber cuando ella estaba hasta la nariz con él; un genio volátil aparecía repentinamente de la nada y hacía que John cerrara su boca por un rato.

Hank, que era el nombre de la bestia azul, le hizo una revisión extensa a Marie. El la tranquilizó al informarle que todo iba bien con su bebé puesto que ella y la criatura estaban en un estado de salud perfecto. Logan y Hank no permanecieron por mucho tiempo. La noche antes de que se fueran, John habló con Logan mientras Marie dormía a su lado en la cama. Me pareció que John le daba algunas órdenes a las cuales Logan escuchaba, asintiendo para demostrarle que así lo hacía y en algunas ocasiones, gruñendo para dar su asentimiento.

A la mañana siguiente, una llorosa Marie abrazó a Logan. En estos últimos días descubrí que él era su figura paterna.

-Cuídate, pequeña. - Entrecerré mis ojos. ¿Acaso fue eso un temblor lo que pude captar en su voz, él, el gran lobo malo? No, imposible.

-Tú también. Recuerda, quiero que mi bebé tenga un abuelo.

El la miró algo amenazante y ella le sonrió. Aunque ella estaba entristecida por la despedida de Logan y Hank, se sentía feliz porque tendría a John por un largo periodo solo para ella. Hank le prohibió hacer cualquier clase de ejercicio extenuante y le ordenó permanecer allí con Marie hasta que sus heridas cerraran correctamente. Ella lo mimaba y él le enviaba esta mirada desdeñosa llena de ultraje. Sin embargo, él no podía engañarme. John amaba el hecho de que Marie lo malcriara. Rodé mis ojos; los hombres nunca crecían y maduraban, continuaban siendo niños toda la vida.

Los libros lograban calmarlo. Y el ajedrez también. Marie, un día, salió de su cuarto con un tablero de ajedrez con sus piezas y fingió haberlo encontrado. Ella era una buena mentirosa. Yo vi cuando Hank, un día antes de irse, le entregaba la caja con estas palabras. -¿Sabes que él es quién hemos estado esperando todo este tiempo?

Ella aceptó la caja, sus marrones ojos tornándose oscuros. Ella murmuró un definitivo, -Sí.

Ambos sabían. Después de todo, ¿no era el ajedrez el juego universal de las estrategias? ¿No lo habían jugado por lo menos una vez en sus vidas los líderes más grandes de la historia? John intentó enseñarme todo lo rudimentario del juego pero no fui un buen contrincante. Ahora, Marie, ella era una buena jugadora. Los ojos de John brillaban por la anticipación cada vez que ella se sentaba a jugarlo con él. Lograr vencerle era un desafío para él. Marie obtenía muchas de las victorias y eso no parecía desconcertar a John. Él lo aceptaba como una tarea insuperable, algo que él nunca podría lograr tantas veces como él deseara.

-¿Quién te enseñó a jugar al ajedrez tan bien? - le pregunté una vez.

Esta sonrisa enigmática se extendió en los sensuales labios. -Nadie.

No sé por que extraña razón, pero supe inmediatamente que ella no mentía. Ella me dejó en un estado completo de choque. Ella era demasiado experta. ¿Era esa su mutación? Realicé repentinamente que hice la pregunta en voz alta cuando ella me contestó con esa sonrisa en sus labios. -Bueno, tiene algo que ver con ella.

-¡Wow! Esa si que es una mutación nítida.

Su sonrisa desapareció. -No, no lo es.

-No; es una mutación admirable. - Ella saltó, no esperando oír a John refutarle su respuesta. -Y espero que no vuelvas a olvidarlo.

Sus mejillas enrojecieron como si la hubiese pescado haciendo algo indebido. Él se acercó a ella, una mirada severa en sus ojos. A pesar de esto, él levantó su mano para acariciar su cara. -Eres única, Marie. Nunca lo olvides. - Su voz tenía una calidad tierna. Ella confirmaría sus palabras más pronto de lo que nosotros esperábamos.

Ayudaba a mi padre un día. Él estaba en lo último de unas escaleras e intentaba corregir un fallo en las luces de neón que anunciaba nuestro lugar. Así, de la nada, mientras miraba fijamente el camino, él me dijo. -Johnny, oculta a tus amigos.

Eso realmente me sorprendió. Mi papá nunca le dio ni tan siquiera una maldita importancia a otros a su alrededor, mucho menos a mutantes.

-¡Ahora, muchacho! Antes de sea demasiado tarde. - Me dijo él con brusquedad. Corrí como si el diablo me siguiera. No me detuve hasta haber llegado al cuarto de Marie y comencé a golpear la puerta.

-¡Joa! ¿Cuál es el problema, Johnny? - Marie fue quien me abrió.

-¡Rápido! No hay tiempo que perder. Mi papá me dijo que los ocultara.

Todo en John dio un drástico cambio ante mis ojos. Su mirada fija en mi, era fría y dura.

-¿A dónde? - El no demostró ninguna vacilación mientras asía a Marie por su brazo para seguirme. Les llevé a este lugar que mi padre había construido para nosotros en caso de que necesitáramos hallar refugio del ataque de algún tornado. John condujo a Marie por las escaleras. Cerré la puerta y oculté toda posible muestra de ésta con ramas y hojas, cualquier cosa que lograra cubrirla. Con mi corazón haciendo un ruido sordo en mi pecho, corrí de nuevo hacia mi padre justo para ver todo tipo de camionetas entrar en nuestro estacionamiento. Me recordaron lo que me enseñó John en una ocasión sobre la historia humana; la inquisición y todas esas cacerías de brujas; solamente porque algunos de nosotros somos diferentes. Los seres humanos siempre han vivido asustados ante la diferencia en vez de abrazarla como parte intrínseca de nuestras vidas.

Un escalofrío bajó por mi espina dorsal. De los carros bajaron estas criaturas que mantenían sujetadas con correas, como si fueran animales. Recordé las palabras de Logan, ‘Campbell está utilizando a otros mutantes para cazar a otros mutantes.' Temblé. Tenían dos de ellos, marcas extrañas que recorrían todos sus rostros y caminaban en sus cuatros miembros. De seguro eran animales, incapaces de sentir. Mi corazón bajó hasta mis pies. Estaba por completo aterrorizado.

pairing: rogue & pyro, fic: leyendas, fandom: x-men

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