Fic: Leyendas 1/?

Apr 03, 2008 09:39

Fandom: X-men (película)
Pareja: Pyro/Rogue
Clasificación: PG-13
Género: Romance
Palabras: 1, 315
Exención de Responsabilidad: Por supuesto que nada es mío; todo le pertenece a Marvel y Fox. Si acaso, solo la idea para la trama me pertenece. Gracias.
Tiempo: Unos años después de X3.
Sinopsis: La historia esta narrada desde el punto de vista de un niño que a pesar de que su nación estaba sumergida en una guerra civil, no entendía bien la causa de esta guerra hasta que un día conoce una pareja particular.

Todavía recuerdo la primera vez que les vi.

Ella fue la primera en llegar. Su belleza era impresionante. Ojos marrones suaves, atractivos labios rosados y dos rayas de plata resaltando de su suave y abundante masa caoba. Parecía haber escapado de una novela de Harlequin. Una verdadera diosa.

Aún recuerdo su dulce acento sureño a pesar de todos estos años. -¿Cuánto por un cuarto, señor?

Mi padre la miró de arriba a abajo, el cigarro le colgaba de un lado de su boca.
-¿Estás sola, niña?

Pude discernir por la pregunta de mi padre que él no la deseaba allí y me sorprendió. Ella tenía la cara de un ángel; era seguro que no podría lastimar ni a una mosca.

-¡Por supuesto que sí!- Ella exclamó indignadamente. Entonces ella me miró, una sonrisa dulce amplió sus labios; mi padre ya estaba perdiendo la cordura. No era difícil entender a mi padre y su naturaleza sospechosa. Eran tiempos llenos de dificultades. Hace un año que el gobierno había aprobado la ley de registro de mutantes y estábamos viviendo la más cruenta guerra civil. Homo-superior contra Homo-sapien o lo que en el infierno significara eso.

-Cincuenta dólares la noche.

No podíamos pedir mucho; nuestro lugar estaba en el centro de la nada. Para mí sería un milagro descubrirlo en algún mapa.

-Pagaré un mes por adelantado.- Esa aseveración logró que mi padre se detuviera brevemente. ¿Un mes? ¿Quién en el infierno estaba dispuesto a pagar por un mes en este olvidado lugar?

-No aceptaré a ningún aborto de la naturaleza en mi sitio, jovencita.

-Dos meses. - Ella le interrumpió, mostrando este enorme rodillo de dólares. Algo de lo que duramente carecíamos. Nadie se atrevía a aventurarse al centro de nuestro país hoy en día y el motel estaba por completo vacío. Ocurrencia que sucedía cada vez más, en ocasiones pasando meses sin ver tan siquiera un solo inquilino. Mi padre cabeceó, aceptando el dinero. Ella volvió a sonreírme tan pronto como mi padre se volteó para buscar las llaves. Sentí mis mejillas teñirse de color cuando ella me guiñó.

-Habitación 18.- Yo fruncí el ceño. ¿Por qué mi padre la enviaba tan lejos? Había otros cuartos disponibles cerca de nosotros.

-Gracias. - dijo ella al tomar las llaves. Mientras la miraba retirarse, escuché a mis espaldas que mi padre me decía. -No te quiero cerca de ella.

-¿Porqué?

-Ella es uno de ellos; lo tiene escrito en todo su rostro; un monstruo maldito, un mutante.

Así que eso era un mutante. Si todos se parecían a ella, nosotros, (y con nosotros me refería a todos los de mi especie) estábamos creando una tormenta en un vaso de agua. Ella era bastante inofensiva además de ser muy hermosa. Mi padre no debió darme esa orden; solo logró despertar en mi esta única obsesión de conocerle. Era imperioso para mí conocer más de ella. Alcancé mi meta mucho antes de lo esperado.

Ella era muy dulce y agradable… más sin embargo, había algo en ella que no me encajaba. Nunca permitía ningún tipo de contacto con su piel. Esa actitud suya la hallé muy extraña pero nunca tuve el coraje de preguntarle la causa de ello. Todos teníamos derechos a nuestras excentricidades. En una ocasión le dije que ella siempre actuaba como una dama. Una ronca risa se escapó de sus labios, -Soy una dama sureña, querido. No puede existir otra manera para yo actuar.

A veces me escapaba de la presencia de mi padre y comía con ella la cena que preparaba. Hacía esta deliciosa y picante sopa que ella le llamaba gumbo. La primera vez que oí el nombre del plato solo logré replicar -¿Ju? - Pero que importaba como se llamaba. Era riquísima. Después de dos semanas forjé una amistad con la hermosa mutante.

Y entonces, llegó él.

Lo primero que llamó mi atención fue su moto. Hacía mucho tiempo que no veía un par de ruedas como esa. Me acerqué a ella para examinarla. Pero su hosco rostro hizo que tomara un paso hacia atrás. Y sus ojos… me miraron fijamente. Yo pasé saliva con dificultad, tenían un brillo frío y duro que me estremeció. En un instante supe que él era capaz de cometer homicidio y no sentir ningún arrepentimiento del acto. Y puesto que amaba mi vida, corrí hacia mi padre.

-Quiero un cuarto. - El joven no pedía; él exigía.

Mi padre, que era un hombre muy inteligente, sin ningún tipo de protesta le anunció: -Cincuenta dólares la noche.

Tomando el dinero de los bolsillos de sus mahones, él dejó la cantidad por tres noches en el contador. Mi padre le dio la llave. -Cuarto 32.

Ése era el cuarto más lejano y no me quejé. Mientras más distante él estuviera de nosotros mucho mejor para mi paz mental. Él se fue e hice lo mismo, corriendo en la otra dirección.

-Ahora no vayas a molestar a la joven, ¿me escuchaste muchacho?

Sí le escuché pero no le presté atención alguna. Tenía que alertarla. Ella era muy dulce e inocente y yo había tomado la responsabilidad de cuidar y velar por ella. Luego de varios golpes de mi parte, abrió la puerta. -¿Porqué deseas derribar la puerta?

La empujé al interior y cerré la puerta tras de mí. Me cercioré de que él no estuviera cerca mientras asomaba mi rostro lo menos posible por una de sus ventanas.

-¡Johnny! ¿Qué sucede contigo?

No estaba molesta; solo estaba simplemente divertida.

-Hay alguien nuevo entre nosotros.

Ella arqueó una ceja.

-El es peligroso. - agregué con un tono de advertencia.

-¿Lo es?

¿Acaso ella se reía de mí? -Juro que lo es. Es el bastardo más peligroso que he podido ver. Y he visto mi ración de ellos.

-¿Y podrías decirme por favor, con tu extensa experiencia, cómo pudiste discernir si él es un peligroso bastardo?

-Por sus ojos; miraban como si no tuviera un alma. - susurré.

Una sonrisa pequeña apareció en sus labios. -¿Y si él tuviera un alma?

¿Él? No me agradó para nada ese él, como si ella le conociera. Tan pronto como esa idea vino a mi cabeza, la descarté rápidamente. Imposible. Ella era demasiado dulce, un ángel, para conocer tipos como él. Hasta podría apostar que él era uno de esos mutantes que las autoridades buscaban.

-¿Quieres pasar a comer? La cena estará lista pronto.

Asentí con mi rostro. Ella me estaba proveyendo la perfecta excusa para quedarme y cuidarla. Tarde en la noche, después de que oyera a mi padre roncar, salí en silencio para verificar que ella se encontrara bien. Caminando hacia su apartamento, vi que tenía las luces encendidas. De improviso me congelé; él estaba adentro. Su figura amenazante pasó delante de una de sus ventanas. Realizando que quizás era demasiado tarde para ayudarla, comencé a correr. Actuando solo en puro instinto, abrí la puerta y entré para demandar con atrevimiento, -¿Dónde está ella?

-¡¿Qué carajo...?! - Él exclamó realmente sorprendido. La susodicha “ella” apareció en el umbral del baño vistiendo su camisón de dormir.

-¿Johnny? ¿Qué haces fuera de tu cama?

Me acerqué, colocándome frente a ella. Todo el rato el peligroso individuo se mantuvo observándome con el ceño fruncido. Seré honesto, el tipejo me estaba intimidando pero no di ni un paso hacia atrás. Me sorprendí al sentir inesperadamente una delicada mano alborotar ligeramente mi pelo.

-Johnny, todo está bien.

Dando media vuelta para mirarla, percibí que algo sí no estaba bien. Todo su aspecto había tomado un drástico cambio. Su rostro brillaba, sus labios estaban suaves y tenían un leve tono rosado. Miré al suelo avergonzado por mirar fijamente su boca; eso no había sido nada caballeroso de mi parte. Entonces, repentinamente, me percaté de lo que sucedía. Ella no tenía la imagen de una mujer en peligro; ella casi parecía...

-Johnny- Ella continuó con suavidad. - Me gustaría presentarte a mi esposo; St John Allerdyce.

pairing: rogue & pyro, fic: leyendas, fandom: x-men

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